Partida Rol por web

- Vaya es un humano... será mejor buscar al alguacil, creo que este caso deberá de ponerse en sus manos, por mucha magia o hechizo que se haya utilizado, ¿no creéis? Dijo Thelarion todavía extrañado por las circunstancias.

Tara soltó un grito horrorizado al ver como el huargo se transformaba, aunque había visto a Kaelyn hacerlo no llegaba a acostumbrarse. Se agachó y cogió el collar que tenía en la boca, se quedó observándolo

-¿Por qué huiría con esto en la boca?

Al parecer no estamos solos y algunos aldeanos están mirando la escena, uno de ellos vomitando sin control

-Guiraud, tú eres del pueblo, ¿lo conocías?

Guiraud que llegó tarde a la escena se agacha con cara de sorpresa.

-No, no es nadie del pueblo. Sea quien sea, era un forastero, y un ladrón al parecer. Quizás deberíamos buscar al dueño del colgante, a ver si puede echar luz sobre todo este asunto.¿¿Alguna idea??

- Lo que nos habría resultado de utilidad habría sido capturarlo en lugar de darle fin a su vida. En cuanto a lo que dices.... (mira al elfo extrañado)¿¿te conozco??, en nuestro pueblo no existe eso que llamas "alguacil", funcionamos como una comunidad donde se toman todas las decisiones importantes en conjunto en la "Casa comunal" mediante el portavoz de cada hogar de Atwater.

Kaelyn se esfuerza un poco y al final logra mantener el control. El combate ha sido intenso y feroz y en forma animal todas las sensaciones se magnifican bastante, eso incluye la euforia de haber derrotado a su enemigo. Tras unos resoplidos en los que recupera la calma recuerda al fin por qué eligió la forma de loba en primer lugar: es un animal bueno para rastrear.

Mira a sus compañeros, ya con un rostro sereno, se limpia la sangre que le haya podido caer encima, y empieza a olfatear con la intención de averiguar algo ¿De dónde vino? ¿quién era?

-¿Será cosa de un simple ladrón o tendrá que ver con "la diosa? -preguntó Tara observando el collar que había robado-. ¿Alguien puede identificar si tiene magia? Puede que solo sea casualidad pero no me gusta nada...

Después de observar el collar me pongo a buscar huellas para ver de donde provenía el huargo, observo como Kaelyn parece estar tras la pista de algo

Así que no era un simple lobo, era un cambiaformas como Kaelyn. Erik guardó el espadón y se puso en cuclillas para examinar el cuerpo. ¿Qué habría movido a ese licántropo a robar un colgante del pueblo? Guiraud tenía razón, tendrían que haberle atrapado con vida. Pero claro, ¿cómo iban a saber ellos que aquel lobo tenía parte humana?

 -Thelarion es uno de los nuestros, Guiraud. Yo respondo por él.

Lo último que les faltaba ahora era ponerse a pelear entre ellos. Que tenían un rastro que seguir y muchas preguntas que responder. El ex-soldado empezó a mirar el suelo, intentando buscar rastros en el polvo del camino que pudieran darle algo de información sobre el lobo o de dónde había venido. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no consiguió encontrar nada. Menos mal que no fue el único que se puso a buscar, ya que Kaelyn estaba olfateando el aire y Tara se había puesto a examinar el suelo de forma más eficaz que él.

 -Sigamos el rastro del lobo para encontrar la casa en la que robó. A ver qué averiguamos de todo esto.

Y dicho esto, Erik recogió el colgante y lo metió en la bolsita de su cinto, para tenerlo a buen recaudo mientras seguían el rastro del licántropo.

Parte de vosotros tratáis de seguir los pasos del gran huargo pero la única que consigue distinguirlos con gran claridad es Kaelyn gracias a su gran olfato en forma de lobo, con sólo levantar su hocico los restos del olor del cambiaformas la llevan a seguir minuciosamente el camino recorrido por la bestia logrando distinguir perfectamente las pisadas del cambiaformas, lentamente seguís a la druida que os llevan hasta el Gran Salón Comunal (Punto 5 de Atwater, a 100 pies del punto del partida). El pueblo no ha recobrado la normalidad tras la violenta conclusión de vuestro encuentro, dejar el cuerpo ensangrentado y decapitado del cambiaformas no ayuda a este fin, las ventanas y puertas de las casas permanecen cerradas y algunos curiosos se dejan ver cruzando la esquina deseando saber que ha pasado tras todo ese escandaloso combate.

La puerta del Salón Comunal está destrozada con restos de madera esparcidos por el lugar, el salón está completamente oscuro puesto que las ventanas permanecen cerradas, únicamente una tenue luz entra a través del agujero que ha dejado los restos de la entrada, al frente se puede ver una gran chimenea, bien abastecida por una enorme pila de leña en la pared, este lugar es un punto de reunión para las gentes del pueblo en donde dan gracias a los dioses, entre ellos a la Reina del lugar.

Por lo que sabe Guiraud, aquí se vienen a tomar decisiones importantes, celebrar bodas, banquetes, funerales y entablar interminables disputas por todo aquello que un grupo de gente precise de discutir entre sí. Asuntos que no son pocos en una comunidad agrícola y ganadera. 

Hay más muebles y decoraciones por la estancia pero apenas se puede ver...

El colgante que habéis hallado parece normal en principio, tiene 3 orbes de distintos tamaños de color negro engarzados en una estructura ornamentada de acero de mayor a menor acompañada de una cadena del mismo material. Observando detenidamente el orbe superior (el más grande) te das cuenta de que es traslúcido, mientras que los demás, más pequeños, son totalmente opacos. 

Thelarion siguió a Kaelyn en su forma lobuna que iba rastreando la zona y los llevó a la casa comunal: - Vaya hablando de la casa comunal... aquí es donde el cambiaformas consiguió el collar será mejor echar un vistazo. Se dirigió a Guiraud: - No soy de la zona pero le aconsejo que debería de ver si todos los miembros del consejo siguen con vida. Hablar con el enterrador para que entierre el cadáver, no creo que ayude tener un cuerpo en la calle desangrado, ya que vos es de la zona esperemos que nos ayude a calmar la situación. Dijo Thelarion un tanto ofuscado por la lentitud del hombre en aquel proceso.

Antes de ponerse en marcha hacia la casa comunal Kaelyn mira hacia sus pertenencias, las que han quedado tiradas en el suelo, y emite un rugido suave a sus compañeros, esperando que alguno sea lo bastante amable como para recoger sus pertenencias.* No es que la druida esté demasiado apegada a lo material, pero algunas cosas ya llevan un tiempo con ella y se ha acostumbrado a su uso, cambiarlas ahora sería una molestia, las prendas y utensilios nuevos que se compran en cualquier mercado tienen un olor y tacto extraño... demasiado artificial para su gusto.

Cuando llega a la casa comunal está pensando en regresar a su forma original, pero al ver los destrozos se lo piensa mejor. Se acerca con cuidado al agujero, y sin entrar escudriña el interior lo mejor que puede aprovechando sus sentidos más agudos. No se fía de que no haya más "sorpresas" escondidas en las sombras.

Bien, Kaelyn tenía un rastro firme que seguir, por lo que el guerrero se apresuró en seguirla, recogiendo las cosas de la druida antes de partir, por supuesto. El cadáver del desafortunado licántropo de momento se quedaría ahí hasta que pudieran avisar al enterrador del pueblo, tal y como Thelarion había mencionado.

Tras un breve recorrido, estaban en la Casa Comunal de Atwater. Y viendo el estado de la misma, no costaba imaginarse que efectivamente el licántropo había salido de ahí. El guerrero se asomó a la puerta y echó un vistazo en el interior del edificio, buscando señales de vida.

 -¡Ah de la casa! ¿Hay alguien? ¡El licántropo ha muerto, venimos a comprobar si hay heridos!

Dicho esto, dejando las cosas de Kaelyn en el suelo, Erik empezó a apartar trozos de madera para abrir del todo la puerta. Cuando estuviera despejada ya entrarían a mirar si nadie contestaba a su reclamo.

Tara guarda una de sus armas y saca una antorcha encendiéndola, esperando ver mejor el interior del lugar, con una mano con la antorcha y con la otra una de sus espadas, comienza a mirar si hay rastro de combate o si hay algo que llame su atención.

-¿Parece vacío? ¿Por qué venir precisamente aquí?

Tara se acercó a la chimenea y la encendió con la antorcha que tenía en su mano, con algo más de luz en el lugar, podría investigar mejor el lugar

Minutos después de lo ocurrido, los habitantes del pueblo comienzan a moverse y poco a poco recogen el cuerpo de la criatura para con el fin de darle los santos sacramentos en la iglesia del lugar, miradas de complicidad se entrecruzan entre Guiraud y alguno de los habitantes del pueblo. Según Pelor, el dios predominante en esta región, todo ser merece un entierro justo o eso es lo que creen muchos habitantes del lugar.

Cuando Tara acerca su antorcha a la chimenea del Salón Comunal podéis ver un lienzo de gran tamaño, con decoraciones dorada de madera maciza, en su interior se aprecia la imagen de una omnipresente diosa (de apariencia humana, pelo oscuro oculta tras un velo violeta, vestido largo negro y mirada penetrante). 

Nadie parece contestar a la llamada de Erik, parece que en esos momentos la instancia está deshabitada, Kaelyn por su parte no detecta ningún olor salvo a "cerrado" debido a que las reuniones aquí son ocasionales.

Una gran mesa central preside el salón acompañada de una pequeña tribuna que parece dada para establecer el orden de palabra en las reuniones que tienen lugar aquí. Restos de un manuscristo deteriorado por un fuego que parece reciente permanecen entre los rescoldos de la chimenea.

Algo no os encaja con el lienzo de la aparente diosa, su tamaño es demasiado grande en relación a la pared o el resto de elementos decorativos, el propio marco parece vibrar levemente, algo que ninguno de vuestros compañeros ha percibido.

Recuerdos de épocas pasadas vienen a tu mente cuando logras ver el Gran Salón con claridad. Justo en una tribuna similar tus palabras resonaron años atrás cuando solicitaste la ayuda de los habitantes de tu pueblo natal para hacer frente a los bandidos que asesinaron a sangre fría a tu familia. Imágenes de los cobardes rostros de tus conciduadanos discutiendo entre ellos recorren tu mente.

Sigues rememorando aquellos tiempos en los que Fior el popular alcalde, rechazó en asamblea la petición de Gerda Berglund, tu madre no podía dejar de miraros a tu hermana y a ti mientras sentía la impotencia en la ausencia de tu padre. Únicamente pedía disponer de más seguridad y traer a los soldados de vuelta a casa. Aprietas los puños queriendo contener aquellos sentimientos ante no poder haber hecho nada por Nara, tu pequeña hermana.

Hace tiempo que no sabes nada de ese malnacido, únicamente recuerdas a una persona obesa y pretenciosa, que se ganó sin saber porqué el respeto de sus vecinos para gobernarlos en aquel entonces. Un día desapareció sin más y hace años que el pueblo en el que vivías se organizaba a través de asambleas donde la opinión de la mayoría prevalecía como norma y ley.

Tara con la luz que desprende el fuego de la chimenea no ve necesario tener la antorcha encendida, la apaga y saca su segunda espada mientras camina con lentitud hacia el cuadro

-Aquí hay algo -informa sin dejar de mirar el cuadro y sin llegar a tocarlo-. Kaelyn, ¿puedes revisar a ver si encuentras magia en él?

Por su parte Tara comenzó a buscar por si encontraba algún tipo de trampa que pudiese activarse con el contacto del cuadro

La druida había notado también algo raro en el retrato. No sabe exactamente que, pero no es normal. Todavía en su forma de lobo gruñe con fuerza para que el resto del grupo se percate de la anomalía.

Sin embargo ante las palabras de Tara agacha ligeramente las orejas. Aunque recuperase su forma humana no sería capaz de distinguir más de lo que ahora mismo está viendo. Los expertos del grupo en reconocer fenómenos arcanos son otros. Quizás Thelarion o muy seguramente Ptolomeo puedan hacerlo.

Sin darle la espalda al cuadro busca con la mirada al gnomo, con la esperanza de que sus conocimientos resuelvan esto.

Comienzas a rastrear la estancia en busca de más pistas que te ayuden a determinar que hacía el cambiaformas aquí y por que portaba ese extraño colgante. No logras determinar esa causa pero en el transcurso de tu investigación exhaustiva del lugar te das cuenta de que la luz natural proyectada sobre el lienzo no crea sombra en el suelo ni en la pared algo que te resulta muy extraño. Tampoco ves rastros de trampas alrededor del mismo.

Ptolomeo se aproximó a la chimenea a investigar aquel tomo.

- Thelarion quizás puedas ayudarlas, esto llama mi atención, veamos...

Como odiaba que la gente destruyera libros. Los libros son un tesoro, algo digno de conservar por los siglos. Guardan nuestras historias nuestras vivencias todos los acontecimientos que has sucedido o alguien jamás a imaginado. Sea quien fuese,  quien quemo aquellos documentos, parecía muy interesado en que algún conocimiento que sus páginas guardaban desapareciera. ¿Que podrían contener?

Un cambiaformas, un extraño amuleto,  una estancia de reunión en la que se le rinde culto a la hechicera que subyuga al pueblo, documentos quemados. Esto cada vez era más extraño. Ptolomeo se acercó a observar las brasas intentando discernir lo que en ellas podría haber estado escrito.

Parecía que en las últimas líneas se podía reconocer unas palabras aun nítidas en algún idioma extraño. El joven Gnomo sacó de inmediato un poco de sal de una de sus bolsitas y recogiendo algo de hollín de la chimenea los mezcló entre sus dedos y el dejo caer sobre el texto susurrando unas palabras similares a un silbido mientras la exploradora inspeccionaba el cuadro.

Algo no te encaja con el lienzo de la aparente diosa, su tamaño es demasiado grande en relación a la pared o el resto de elementos decorativos, el propio marco parece vibrar levemente, algo que ninguno de tus compañeros ha percibido.