Partida Rol por web

Una bioroide y una sucubo intelectual.... aquello hizo que las contemplara mas detenidamente a ambas.

-Sera interesante verte combatir Lyra.- Lo cierto es que no había visto combatir a muchos psíquicos, claro que tampoco conocía a muchos, y a uno tuve que matarlo, mas o menos. Aunque el motivo principal no era verla en acción, solo tenerla controlada, como me habían tenido a mi, como posiblemente aun me tuvieran.

Mientras los demás hablaban de política, protocolos y todas esas cosas que no me interesaban lo mas mínimo contemple a Manakel, sabía que al igual que Panlong y el resto de los dragones que podía invocar también sentiría la sensación de peligro que comenzaba a notar, pero esta vez no seria como la otra.

Lentamente desenvaine a Colmillo de Ragnarok y saque el Scarab Lord Shield. -Raven ponte el casco.- Mi voz era seria, quizá mas autoritaria de lo que pretendía, pero no quería que se repitiera lo sucedido hacia un rato. -Manakel, al suelo, túmbate, sirvenos de cobertura, mantén la vista entre los edificios. Todos los demás, ente el dragón y el agua, prepararos para el combate, atentos al agua y al cielo.- En cuanto Manakel se hubo tumbado me coloque contra su piel, cerca del cuello. Mire a Adirael directamente a los ojos. -Algo no marcha bien capitán, pero no se que demonios es.- Claro que al no saber lo que era ya podíamos descartar a un  Death-master al menos. -Puede que esas piezas del rompecabezas vengan con sorpresa.- Y después de decir aquello me quede mirando el mar y el cielo alternativamente, atento al mas mínimo movimiento, Manakel cubría la tierra y seria capad de hacerme saber si algo se acercaba por allí incluso sin hablar.

Una expresión le sorpresa y angustia se presentaba de nuevo, ahora en mis ojos; Después de que Geralt me alarmara de aquella manera no pasarían más de 3 segundos en ponerme el casco y sujetar el rifle corriendo lo más rápido posible hacia el dragón el cual ya usaba su propia cobertura.

Aproveche que el dragón estaba tumbado en el suelo y sin pensármelo mucho me apoye en el para apuntar hacia los edificios - ¡Lo siento! - le dije al dragón apurado mientras apuntaba a los edificios, no pretendía ofenderlo pero la situación requería medidas extremas, con mi casco averiado y el repuesto tan común que había usado ahora no podía asegurarme de la utilidad de mi visión pero debía arriesgarme - Nova, analiza la superficie usando como emisor el visor de este casco y amplifícalo con la mira óptica del rifle, que no quede nada sin analizar - una jugada a la desesperada.

Luego pensé y sugerí de una manera algo más violenta de lo normal a Adirael - Adirael, rápido, si esa cosa atrajo a lo que más me temo no podremos salir de aquí tan fácilmente, hay que poner a salvo al maestro y a la presidenta y sacar esos artilugios de aquí, yo creare un perímetro si me es posible, Geralt confió en tu instinto esperemos que se equivoque -

Aunque no solía equivocarse si aquellos artefactos fueron la razón de que Elena muriera puede que su buscador aún estuviera en su búsqueda, esperaba equivocarme pero en el peor de los casos tendríamos que enfrentarnos a un gran problema; Un General.

- No es tan sencillo escapar si es algo que busca lo que tenemos aquí. - algo imprudente por parte de Avner o muy sabio, en Elysium..¿podrían defenderlo? Puede que Adirael sobreestimase a su equipo, Elysium tenía gente competente como Athena y ahora a su hermana, no era sencillo entra allí. Lo más sencillo era "Estaba de paso" y no debía buscarle más vueltas de tuerca.

 Era extraño que Geralt se hubiese dado cuenta y Yehudit no hubiese dicho nada, supuestamente tenía capacidad de sentir esas cosas, ya lo había hecho en el pasado.

 - ¿Yehudit? - Buscó una confirmación antes incluso de intentar, por su cuenta, dar con la fuente de aquel estrépito momentaneo.

 Raven hablaba con prudencia, protector, era evidente que tenían que sacarlos de allí, pero ellos decidían ahora, eran los que estaban al mando. Avner podía defenderse, y Alyssa había demostrado que también. La nueva invitada era...otro cantar. Estaba en peores condiciones que Geralt y un enfrentamiento era demasiado arriesgado.

 - Hasta que no lleguen nuevas Banshees una retirada va a ser bastante complicada. - Advertí - y si la amenaza es demasiado grande, puede que sea un peligro para los equipos de rescate.

 No debemos obviar la posibilidad de adentrarnos mar adentro, aunque no creo que eso sirva de mucho.

 Aquel temor...casi lo reconocía con claridad.  Adirael se mantuvo firme y no adoptó, por el momento, una actitud defensiva.

 - Deberíamos evacuar a todo elemento no esencial para lo que se nos venga encima. Contamos con la ayuda de los rusos.

 Aquello...podía ser hasta bueno, era la "propaganda" que Adirael había estado vendiendoles, era la realidad, luchaban juntos contra un invasor que no haría distinciones. Eso los uniría, como estaba unido su equipo.

En un abrir y cerrar de ojos la agradable conversación se transformó en un frenesí de movimiento y acción. Cambió su situación hasta encontrarse bajo la sombra protectora del imponente dragón y prestó atención. 

Parecía inminente algún tipo de ataque, no estaba muy claro por que flanco ni cuantos o qué eran. Esa confusión era normal para ella, que no se enteraba de la misa la mitad y apenas había visto una decena de demonios desde que se encontró en su nueva "situación" y si bien era cierto sabía que tarde o temprano libraría su primera batalla contra ellos, parecía que le iba a tocar hacerlo estando como un colador. 

Aunque vendada su movilidad aún era reducida, no obstante, el dolor se le hacía bastante soportable, la debilidad, sin embargo, le estaba dando más problemas. Maldijo su cuerpo, a los rusos y a su mala suerte. Miró el fusil con reparo, podría servir de fuego de apoyo o de apoyo a secas pero no durante mucho tiempo tampoco. 

Si realmente estaban en peligro - y así lo parecía - estaba bien jodida. No podía retirarse, aunque casi mejor porque era algo que odiaba profundamente desde sus tiempos en Gradus aunque en ocasiones resultara la opción más sabia. Podía notar el nerviosismo y la inquietud frente a la incertidumbre. Como a los demás no les conocía tuvo que valerse de su propia interpretación del gesto de Adirael para hacerse una idea de la gravedad del asunto. No pintaba muy bien. Ojalá tuviera razón y los rusos colaboraran en lo que fuera que estaba por suceder.

 Por fortuna había una pequeña cosa que sí podía hacer por ellos sin que supusiera cometer ninguna tremenda estupidez más. 

Tomó una bocanada de aire trabajosamente y dejó la mente en blanco. 

Lyra - Cubriré un perímetro de doscientos metros para intentar anticiparnos a lo que venga, o al menos estar prevenidos - comentó sin demasiado entusiasmo mientras se sentaba con la espalda recta y los hombros erguidos. - si me necesitáis de vuelta solo tenéis que llamarme. Volveré pronto. Supongo... 

Si les esperaba un ataque sorpresa actuar con la mayor anticipación posible, aunque fuera de manera preventiva, le parecía la decisión más acertada, así que, sin pedir si quiera una opinión, Lyra utilizó proyección psíquica para explorar los alrededores. 

Total, si la requerían o les atacaban directamente ella lo sabría y podría volver casi inmediatamente a su posición y de momento, era la única utilidad que podía aportar a aquel grupo. 

No hizo falta que Lyra entrase en el trance del viaje astral para que todo aquel alboroto reciviese respuesta. Belphegor había estado al lado de Adirael y delante de todos los presentes desde hacía un par de minutos, pero era uno de los escasisimos demonios que tenía trucos incluso para evitar la vista de una sucubo.

Si no los ojos lo ven solo hay que hacer que la mente no lo interprete... jajajaja.

Sin embargo, en el mismo momento que Geralt alertó practicamente todos los presentes a la vez se percataron de que había alguien mas con ellos, no se escondía, estaba de pie encorbado al lado de Adirael, les miraba y escuchaba con una expresión propia de un desequilibrado.

Miró a Adirael, el psiquico podría extender la mano y posarla sobre su cabeza, era notablemente mas bajo y estaba encorbado. Tambien podría golpearle directamente si quería.

-Belphegor- No temais, no temais, no temais, no... temais. Temedme, pero no temais. Huehehehe...

Rió de forma ridicula.

-Belphegor- El humano me vio antes que la sucubo, el mundo se esta volviendo loco, aqui apesta a prepotencia. Con razón "Luci" estaba tan enfadado aunque... él siempre lo está... ¡ Incluso conmigo! me llama "monstruo" y hiere mis sentimientos... es terrible.

Dijo apenado y usando un tono dramático. Lilith rapidamente le apuntó con un rifle, Avner tambien llevó la mano a su Desert Eagle, pero finalmente no la desenfundó, no era prudente, aquel ser se había escondido a plena vista de las sucubos y de dos psiquicos. Había ganado antes de empezar.

Alysa se levantó de su puesto, en guardia, Oihanne corrió a ponerse delante de ella, como un escudo humano, como si eso fuese a servir de algo.

-Belphegor- No os pongais violentos, indefenso estoy... pero temedme igualmente, aunque... no temais. Solo vine a advertir, no, ¡a suplicar!. Vine a decir cosas importantes, aunque no lo parezcan, de hecho parecen locuras, pero no lo son, todo está tan retorcido que nadie comprende, pero yo si, ¡Maldita sea! ¡YO SI!.

Ahora desesperado se expresaba con dramatismo alzando las palmas de las manos como un mendigo.

-Belphegor- Yo soy Belphegor... uno, dos, tres y... cuatro, yo soy el cuarto. Siempre me dejan el último. ¿Me escuchareis? ¿me escuchareis a la vez que me temeis?... pero no temais...de momento.

Esperó espectante la respuesta de todos. A almenos la de los mas "prepotentes".

Tras un breve silencio, Nova, la IAs integrada del traje de Raven, informó rigurosamente.

-Nova- Jason, el barrido indica que hay un sujeto no identificado a dos metros hacia el norte de tu posición.

Información veraz, pero algo tardía.

El cielo se estaba nublando, pronto empezaría a llover.

 Adirael abrió los ojos un instante más de lo habitual, negar que le había sorprendido sería "prepotente", pero sólo era lo inesperado esperado, justo ante la reacción de Geralt sabía a lo que se estaba enfrentado, por eso no tenía sentido huir o esconderse. Estaba en pie, como un líder militar, y no fue por verse superado, sino por la naturalidad de aceptar su lugar y aceptar la realidad de un asunto cuando sucedía. Había muros que Adirael había decidido no saltar y agujeros a los que había decidido no descender.

 Estaba por encima de él en altura, y lo miró fijamente sin poder evitar una leve sonrisa.

 Todo sería tan sencillo si acabara con sus vidas allí. Pero ese no era el estilo adecuado, ese no era el "juego". En cualqueir caso, respondía precisamente a lo que deseaba el psíquico. Justo se correspondía a su teoría principal, y es que, había sobre la teoría una "metateoría" que le llevaba inexorablemente a aquel punto. ¿Quién jugaba con quien? Estaba claro. Por eso les acusaban de prepotencia. Adirael sabía bien a que se refería.

 Las piernas de Adirael no fallaron. Al contrario, se flexionaron por sí mismas. Donde los demás tomaban posiciones defensivas, Adirael aceptaba su suerte. No era indiferencia de una forma tan clara como para ofenderle, pero igual que había tratado de halagar a otro de los generales con honor y fortaleza, ante aquella criatura reaccionaba como un niño ante un maestro, dispuesto a temer, o a escuchar, o a no escuchar o a no temer.

 Adirael se sentó frente a él, quedando por debajo de su altura. Lo que algunos considerarían que era "su lugar", pero Adirael no estaba aceptando un sometimiento, estaba abrazando una Verdad. Y no tenía porqué ser una verdad contraría a la humanidad, ni referente a una debilidad. Era, más bien, una fortaleza.

 Un suspiro quedo.  No de alivio, pero sin la pérdida de una seguridad. El psíquico había hecho las paces con el destino hacía mucho tiempo, las paces con la muerte y con cualquier mal que le deparase el futuro. El psíquico había aceptado la posibilidad de fracasar, por eso se mostraría tranquilo. Allí sentado era un niño escuchando a un anciano. Y no era nada lejano a la realidad, no era lejano que aquel era un ser de eones y él era sólo un ser cuyo tiempo en la historia universal se medía por suspiros.

 No había armas en su contra, salvo la de la prudencia.

 El silencio otorga. Había otros que podría tener que decir, allí estaba Alyssa, la responsable e impoluta (ya no tanto) presidenta. Estaba Avner, que lo sabía todo de demonios (o no tanto), Yehudith, que siempre tenía un comentario lascivo o inteligente, a veces ambos (ahora ya no tantos), estaba Geralt, dispuesto a partirle la cabeza (o no tanto), y Raven, seguro de que podían vencer (ahora ya no tanto). Estaba Lyra, tan determinada y decidida (¿y ahora?). Incluso Lilith estaba dispuesta a morir, ahora y siempre. Y es posible que lo hiciera si no bajaba ese arma.

 Adirael sólo se refirió a la más joven (a excepción de Lyra) de sus compañeras, Lilith. Y con la mano le instó amablemente a que bajase el arma. Todo esta bien. Sólo relajate y disfruta de la experiencia.

 No era un encuentro común. No era un momento que pudiese desdeñarse a la ligera, tomarselo como algo habitual. Estaban ante un "supuesto" general. Y les traería noticias. Y engaños. Y sin embargo, noticias.

 Después de levantar la mano para advertir a Lilith, siguió como hasta entonces, manteniendo la mirada en aquel extraño tipo. Se lo esperaba...diferente.

 Inspiré profundamente. Sentía el sonido del mar, muy cerca. Era hermoso. El frescor de la humedad golpeando el rostro y los brazos desnudos con su caricia, la salitre en mis fosas nasales, descendiendo por mi garganta, abriendo mis alveólos. Daban ganas de sumergirse en la pausa. Aquella visita, era un descanso. Era un paso más. Y eso, aunque le aterrorizaba, por otra parte, le calmaba hasta adoptar aquella pasiva tranquilidad.

  Contemplaría las reacciones de los otros con expectación, y más aún, las de aquel demonio.

La fuente del peligro apareció de la nada al lado del psíquico ganando el factor sorpresa.

No me lancé a por él inmediatamente, su aspecto era extraño, y sus palabras a un mas, no se parecía a ningún demonio que hubiera visto antes y aquello me hacia desconfiar. No podíamos saber su fuerza ni sus poderes, pero alguien que podía ponerse al lado de Adirael sin que nadie notara su presencia no era alguien al que tomar a la ligera.

Pero lo que mas me sorprendió fue la reacción de Adirael. ¿Enserio se había sentado delante de él?¿Enserio no había dicho nada, ni una palabra? Aquello fue lo que llamo mi atención, ver a Adirael sin nada que decir era, desde luego, algo impactante. ¿Se había vuelto ya loco?¿Se había quebrado su mente al ver a aquel ser?, de todas maneras había luchado junto a él el tiempo suficiente como para saber que podía ganar una batalla sin luchar. 

-¿Ese ser ha dado a entender que es un general?- Lentamente volví a envainar la espada y baje los brazos después de darle una palmada a Manakel en el cuello, dándole a entender que podía dejar su posición y hacer lo que creyese oportuno. El escudo seguía aferrado a mi brazo, no era un arma, solo podía protegerme si las cosas se torcían.

-Has dicho que venias a decir cosas importantes, te escucharemos a la vez que te tememos, sin temerte de momento.- Quizás fuera mi mente la que estaba rota al fin y al cabo, pero darle la razón por ahora podía ser lo mas sensato, hablar de una forma similar a él solo era para darle a entender que se le entendía por el momento, y si había que luchar, mejor dejarlo para mas adelante, que hablase, era una forma perfecta de perder el tiempo en busca de una estrategia.

Ahora era Adirael el que debía entender e interpretar lo que ese extraño ser quería decir.

La chiquilla canceló el asalto en el último momento. No iba a ser necesario. La persona a la que esperaban ya les había encontrado. Se materializó sin más al lado de Adirael, sin que nadie lo notara, sin que nadie lo viera o percibiera siquiera su presencia. Ni siquiera el dragón o los demonios. 

Lyra utilizó visión del aura para asegurarse de que el nuevo invitado era también un demonio, podría jurar que así era pero no llevaba lo bastante en ese mundo como para poder cerciorarlo con total seguridad. El tipo estaba sin duda como un cencerro, parecía un grotesco personaje novelesco al estilo Igor - sintió una leve punzada al recordar ese nombre pero sus pensamientos pronto retomaron el camino de la realidad. Quería ser escuchado y temido y aunque Lyra no comprendía lo que estaba ocurriendo pronto le quedó claro que era un hecho relevante.

Recorrió a los presentes en busca de más anomalías o presencias repentinas con una tenue inquietud, porque si hubiera más como él... Recobró relativa calma cuando Adirael simplemente se sentó ante él. Por debajo de él, en realidad. Si... Belphegor - creo que dijo que se llamaba - ha venido a transmitirnos su locura y uno de los mejores Psíquicos de Gradus se sienta y aguarda expectante, aún siendo un enemigo... podríamos suponer que en realidad merece ser escuchado, aunque claro... si realmente era capaz de emboscarnos así, seguramente estábamos en sus manos. 

El domador de dragones le invitó a continuar en su misma jerga irracional, tan carente de sentido y significativa a la vez. Y yo simplemente continué sentada esperando, tenía mucha curiosidad por oír lo que tenía que decir. Quién lo iba a decir... mi segundo encuentro con un demonio "enemigo" y parece que "vamos" a volver a "conversar". Aquella raza estaba consiguiendo intrigarme lo inimaginable, por fin algo que investigar que merecía realmente la pena, aunque siguiera anclada en la miseria humana. 

Aún así, levantó un momento la mirada hacia Andrastia en busca de la respuesta. No quería formular la pregunta, ni siquiera para sí misma, pero era la misma que la había estado persiguiendo durante los últimos dos días: ¿Cómo de jodidos estamos? 

Se nos había colado y de que forma, nadie lo noto ni la súcubo ni Lilith y Nova muy útil de ella decirme lo cerca que estaba aunque algo tarde, claro...-Gracias...nova- susurre impotente ante la situación, no sería el único todos se comportaron de manera habitual, Geralt a la defensiva...Lógico y Adirael de la manera mas sabía que podía actuar, por suerte no era tan...directo, como Astaroth, ni tan agresivo como Lucifer, pero me inquietaba que un demonio mayor tuviera que contarnos algo...a los humanos.

No solté mi rifle como hizo Geralt con su espada pero aún asi el seguía teniendo su escudo pero Adirael era tan extrañamente sumiso esta vez, como no, nos había pillado desprevenidos a todos, pero no tenía tanta confianza como para sentarme, al igual que Geralt me mantuve alerta y...de pie.

Espere atento a lo que tuviera que decir en cualquier caso, el ya se había tomado la molestia de infiltrarse entre nosotros, eso demostraba que estábamos a su merced y por desgracia aunque solo viniera a hablar mi temor se cumplió...un General.

Volvió a reir de aquella forma poco creible al ver que Adirael se sentaba, acto seguido, se sentó frente a él, muy cerca con las piernas cruzadas.

-Cuando el lider lidera como no debe liderar. Cuando nos lleva por donde no nos debe llevar... es un problema. ¿Verdad?.

Dijo apenado a la vez que del cielo comenzaron a caer las primeras gotas.

Como si supiera exactamente lo que acababa de suceder con los rusos, aunque puede que solo fuera coincidencia.

-"No forzeis nuestra mano", esa es mi suplica. Pero aunque sea una suplica seguid temiendome... y no temais.

Insistió, visiblemente triste.

-Una pregunta: Si el principe desobedece al rey, ¿que debe hacer el general si el rey no aparece? ¿seguir al principe o respetar el legado del rey desaparecido?. Contestar, pero no seais prepotentes, con os comporteis como el segundo, yo no soy un monstruo, solo me condenaron a comprender.

Acto seguido miró la espada que Avner había entregado a Adirael.

-Bob respetaba el legado del rey, pero Balban decidió obedecer al principe. ¿Que debería hacer el pobre general si el principe quiere aniquilar a todos los campesinos que el rey protegía?.

Andrastia escuchó sus palabras y se mostro casi igual de triste, como si empatizara, como si comprendiera y compartiera los pensamientos de Belphegor. Tal vez Yehudith tambien, pero fue mas discreta, miró hacia otro lado como si aquello no fuera con ella, solo era una esclava bien tratada allí.

 Adirael escuchó atentamente. Belphegor le recordaba a Bob. En parte...le entristecía su muerte, por otra parte, sabía que seguiría allí, en alguna parte, como un recuerdo o un remanente perdido, un engranaje suelto. Belphegor podía ser de su estirpe, de la clase de demonio que era Bob. Sin duda, se parecían. El príncipe había enviado a matar a Bob, seguramente, y había elegido a Lucifer que ciega y está ciego. Porque Belphegor no sería la mejor opción, y el resto, no actuaba bajo el mismo símbolo de poder. Era una hipótesis válida y para Adirael ya era suficiente...

 Me mesé el mentón, era una pregunta dificil.

 La lluvia podía ser perfectamente una mentira. Taparse o no aceptar su realidad sería como tratar de vaciar con las manos el mar. Belphegor influía en aquel sitio de manera excepcional. Pero no de forma notable en ellos, por lo que sus intenciones parecían menos hostiles de lo que la presencia del general indicaba. ¿Cómo no iban a temerle? Sólo si decidía no golpearles. Pero eso no excluía el temor de perder a algunos de los suyos o a todos.

 Los generales, uno solo, podía eliminarlos y terminar parte de aquella resistencia. Hablaba con bastante atino, y quien le tomase por loco es que no estaba entendiendo nada de la gravedad de aquel asunto.

 - Esa es una respuesta que sólo tú mismo puedes responder. - le dijo, sinceramente, como aquel chaparrón que caía ahora sobre ellos sus palabras podían parecer desalentadoras.

 - Aunque nosotros no podemos darte una respuesta... - Adirael solía blandir siempre un "pero", una "excepción", siempre tenía una opinión, y no solía ser una cualquiera. Darle una respuesta sería más que prepotente, sería jugar a ser como el creador de todos ellos.

 - Si me lo permites, me remontaré al principio. - le pedía amablemente, así, tal vez, todos podrían hacer su contribución a la pregunta con una respuesta propia - así, cada uno te dará su respuesta y tu podrás encontrar la tuya.

 Inspiró lentamente, silencioso, y unas gotas cayeron lentamente de su flequillo cayendo grave por la acción de aquella atmósfera, idéntico a su extraño acompañante.

 - El universo es una eventualidad - no habló de espacio, pero si estaba implícito el "tiempo" - que se basa, en mi experiencia, en algo tan duro como el conflicto. El conflicto requiere de opuestos, y así está el ser y el no ser. Ain Soph sería la nada, el ser que no es. - evitó entrar en filosofías ontológicas, Heidegger no iba a ayudarles allí - y en el otro lado, opuesto, situaría a Elysium, y su causa, Adam Kadmon.

 Miró a sus compañeros, no todos tenían porqué saberlo, pero sin duda, habrían oído al menos retazos de aquella historia reflejada en sus nuevos compañeros, en demonios o en criaturas como Irera.

 - Ese Elysium no es nuestro Elysium. - matizó - aunque el nuestro está contenido en el primero, o podría estarlo si fuesemos suficientemente influyentes como para que la guerra nos tomase en cuenta. En ese sentido, los seres humanos hemos sido pco menos que criaturas subdesarrolladas para el conflicto actual de nuestro tiempo.

 Aparentemente, no estamos a la altura. - no había ningún reproche, no lo estaba en apariencia, y eso era un hecho. - no individualmente. - matizó. Como especie.

 - Hay más planos. Elysium es uno de ellos. Y es la fuente de todos los demás.

 En realidad.

 Esa fuente es el conflicto. Entre algo que a algunos de nosotros nos es más sencillo visualizar. - explicó - así, Lyra, Yehudith, Lilith y yo, por ejemplo, podemos percibir la energía primordial de las entidades con las que nos cruzamos.

 Esa "chispa" es roja en Belphegor. - resultaría evidente, aunque no hablase de intensidades - o es roja en Andrastia. Y azul en Raven o Geralt.

 Ese es el producto de nuestra muy limitada visión de la composición real de lo que vemos. Es como si fueramos niños distinguiendo los colores de una realidad muy compleja con tan solo los colores del arcoiris, o incluso menos.

 El rojo representaría, cotidianamente, el caos. Y el azul representaría el orden.

 Hizo una pausa para asegurarse de que iba por el camino adecuado.

 - En este universo prolífico parece ser que Kadmon pretendía vislumbrar hasta donde llegaban los límites de su creación, a él le deberíamos el orden y el caos, que no deberíamos confundir con algo tan límitado como la moral humana, no hablamos del bien y el mal. Con el tiempo y dado lo prolífico de su creación, el caos y el orden, en destinos opuestos del universo se encontraron, y se enfrentaron. Ese conflicto es una mezcla que los humanos veríamos, sin duda, como algo despiadado e incluso cruel. Puede que perdiendo de vista el objetivo, nos pareciese un sinsentido violento.

 Pero con frecuencia está en el acto violento la respuesta a las mayores preguntas. Un descubrimiento es un acto violento de penetración, el éxito de una especie es un acto violento de extinción de otras especies. Un nuevo gobierno justo es en ocasiones el producto de un acto violento de emancipación.

 Presumiendo que Kadmon tuviese como objetivo crear algo perfecto a través de dos opuestos, la historia de nuestro universo es el proceso subsiguiente a esa voluntad.

 Mientras siga existiendo el conflicto seguirá existiendo el proyecto original.

 Todo, acorde a una reglas no tan estrictas.

 Era su visión limitada del universo que Yehudith y Belphegor o Andrastia podrían echar por la borda con relativa facilidad y con la misma cantidad de prejuicios.

 - Sin duda, basándonos en esto, habría diferencia de opiniones. Cada uno tendría la suya. Caos u Orden. Hasta ahora, estoy seguro, el orden abogaría porque el Orden prevaleciera, cambiante, encontraría la perfección por sí solo, cambiando su forma hasta llegar a ella. El caos, seguramente, rechazaría ese orden y abogaría por empezar de cero conservando lo más perfecto o sin conservar nada, haciendo borrón y cuenta nueva hasta que en una de las generaciones apareciese esa perfección.

 Puse las manos sobre mis rodillas en las piernas entrecruzadas. Estaba cómodo sentado, y aunque no disfrutaba de hablar exponiendo ideas que podían ser erróneas confiaba en que las entiendades que le rodeaban se quedasen con la esencia de lo que decía y no con una interpretación literal de su versión sesgada.

 - Eso, en realidad, daría lo mismo. - espeté, echando por la borda, con la menor prepotencia posible, lo que buscaba el príncipe, y lo que buscaban los arcángeles que los humanos tanto habían idealizado en su cristiandad. - Si un bando, excluye al otro, su existencia no tiene sentido. Como opuestos, el calor no puede existir sin el frío, lo denso no puede existir sin lo raro, lo duro sin lo blando. Sin el conflicto no habrá una generación más fuerte que la anterior, y con ello lo que reste debería estar destinado a desaparecer.

 Es algo tan básico que hasta los seres humanos se dieron cuenta de ello desde el principio, desde que empezaron a reflexionar. La física de Aristóteles se basa en estos principios básicos, que aunque damos por equivocados antes de la guerra en lo que significa la realidad del mundo, tienen sentido de nuevo en nuestra realidad actual.

 Hum.... Repasé mis palabras una vez más, hice una mueca extraña y miré a Belphegor a los ojos.

 - Mi respuesta, basándome en la historia que conozco y en mi subjetividad, es que el general tiene la obligación o la responsabilidad de enfrentarse a aquellos por encima de él si ponen en riesgo la integridad del fin que representan por sí mismos. Aquellos que traicionan, con sus actos, lo que son, el lugar que ocupan, aprovechando su poder o la dbilidad de otros para actuar por encima de las normas son un peligro para todos y ponen en riesgo el equilibrio del mundo, hacen que se tambalee la torre. Esa torre de babel destinada que dialogar los unos con los otros, con el medio que sea, para llegar más alto.

 Los demonios y los ángeles no suelen pararse a pensar en el valor que tiene una vida. - y aquello era parecido a lo que había hecho el líder de los rusos y la propia Alyssa, habían perdido su objetivo, les había convertido en un auténtico peligro para el equilibrio, y...de hecho, allí estaba, luchando humanos contra humanos, con lo que podría haber sido una ofensiva a gran escala de no ser por un cambio de planes, por una emancipación de los generales o los almitantes de esos líderes. Adirael hablaba en consecuencia de sus propios actos.

 - Para nosotros, los humanos, la vida es todo cuanto tenemos, todo cuanto nos da la oportunidad de dejar nuestra huella en este mundo. Por eso nos resistimos con todas nuestras fuerzas a extinguirnos. Nuestras vidas son más cortas, pero en ese sentido, intentamos que sean una luz que brille lo más intensamente posible. La mortalidad nos hace conscientes de la importancia de cada uno de nuestros actos y nuestras decisiones. No libramos guerras de eones, como la guerra entre el caos y el orden, para nosotros la idea de que mañana podamos no estar aquí es algo que nos alienta a dar lo mejor de nosotros mismos antes de que llegue el momento.

 Concluyó:

- Por eso mismo (por ser mortal y poder desaparecer hoy mismo), para mí, el legado es más importante. Y más, cuanto lo que somos, lo debemos a esa herencia.

 Adirael le debía lo que era a unos principios, a unos valores, más allá de una empresa como Gradus. Adirael le debía lo que era a sus compañeros, a aquellos que querían inspirar con principios y valores que tenían mucha fuerza, como la protección de los débiles, la lucha por la supervivencia, la sabiduría, la empatía, la comprensión y el ánimo por la superación. Los miembros del escuadrón alpha, el frente de lucha contra la invasión demoniaca, representaban buena parte de eso, era el legado del que hablaba Adirael, era, seguramente, el motivo por el que había decidido ser cobarde y huir, o ser valiente y aceptar que no era el momento de rendirse, de descansar. Ese legado le había llevado a desobedecer a Alyssa, y le había conducido inequivocamente a hacer lo que creía más correcto, aunque lo correcto, no fuese lo práctico.

 Belphegor tenía ante él una cuestión similar. Ser práctico y eliminarlos, o ser leal a un código e ir por el camino dificil.

 - Siempre me ha gustado la manera dificil de hacer las cosas. - Rió. Y lo hizo abiertamente aunque nunca lo hacía.

 Luego miró a los demás, esperando sus sesudas respuestas o su interpretación visceral de aquella realidad.

La incesante y repentina danza de la lluvia le daba a todo aquello una atmósfera bastante triste y la expresión de Andrastia parecía eso, desoladora. Como si efectivamente fuera todo una pena. Lamentablemente algo me decía que los campesinos éramos nosotros y él, el general aún decidiendo como despacharnos.

Para Adirael la respuesta parecía sencilla, seguiría unos ideales, pero yo no tenía tan claro que haría en esa situación e intentar comprenderlo sin siquiera conocer todos los datos implicados me parecía una estupidez y una pérdida de tiempo. Eso no quería decir que no estuviera atenta y tomando nota mental de todo lo que iban diciendo. Era importante. Y las declaraciones de Adirael la prueba de que no me equivoqué al abandonar a los rusos por Elysium, puede que aún quedara una oportunidad.

Aparté el millón de preguntas que se me ocurrían. Había algunos datos ahí que Andrastia no había llegado a comentarme y que tendría que investigar, en su debido momento. En esta ocasión lo importante era darle una respuesta, pero a fin de cuentas ¿realmente serviría de algo?

Lyra - Para mi la solución es más sencilla, aunque no por ello el dilema pierde relevancia, sino todo lo contrario - le respondió pasados unos instantes.

La respuesta es que no hay más respuesta que la que se presente ante ti. Puedes pedirnos consejo y podemos responderte o no hacerlo pero en cualquier caso el resultado será el mismo. 

Es un error pensar que por ponernos en situación seremos realmente capaces de comprenderte y puede que ayudarte. Entender un dilema no es algo que pueda hacerse internamente. Podríamos pasarnos toda la vida buscando las respuestas entre complicados y retorcidos procesos mentales que nos llevaran a una solución no menos intrincada y aún así sería inútil. 

Un problema surge siempre por factores externos y la pieza final para desentrañar un rompecabezas no está en nosotros, está fuera.Son las circunstancias las que determinan que tomemos un rumbo u otro o hagamos ciertas elecciones por encima de otras incluso aunque tuvieran más utilidad para nosotros. 

Para poder comprender la envergadura de tu planteamiento tendríamos que ser capaces de asumir tu entorno y tus características y, sin embargo, somos una especie que no ha alcanzado el nivel superior de conocimiento, al contrario que vosotros, por lo que, para empezar, disponemos de inmensas lagunas de información que hacen que nuestro consejo no pueda ser en absoluto veraz. 

Peor aún, en el supuesto de que pudiéramos alcanzar ese... conocimiento más avanzado, que pudiéramos evolucionar como raza, - planteó - seguiríamos sin poder emitir un juicio porque no podríamos ponernos en sus zapatos. Todos somos el resultado de nuestro entorno. Desde que nacemos hasta que morimos estamos condicionados por la cultura, la sociedad, las tradiciones, la moral, las leyes y las convenciones propias de nuestra especie o de nuestro país o región, o en este caso de nuestro propio mundo. 

Tu comportamiento y personalidad, así como los nuestros vienen dados por todo eso, y son todos esos factores influyentes los que condicionan nuestras respuestas ante una determinada situación, porque son los que configuraron lo que somos ahora, son los que nos ayudan a elegir o más bien dirigen nuestra decisión, aunque sea un proceso inconsciente. 

Nosotros somos de razas distintas. Razas que no se entienden muy bien. Que están en guerra. Y no creo que ni la vuestra, ni la nuestra, conozca lo suficiente a la otra como para poder hacer un  juicio de semejante valor. 

Dices que estás condenado a comprender. - se compadeció sin compadecerse - Y realmente esa es una condena, pues no se trata de un estudio personal en aislamiento, consiste en observar, tomar nota, aprender y reflexionar sobre lo que nos ha sido dado, lo que nos rodea. Comprender nos obliga a tomar conciencia de lo que realmente somos, el lugar que ocupamos, la relevancia de nuestra vida y la de los demás. - y eso era desalentador. Descubrir hasta que punto se pueden retorcer los intereses, tejer mentiras, robar, asesinar, torturar... yo ya sabía el peso que esa carga supone y tenía la certeza de que solo era una ínfima parte de todo lo que él estaba condenado a contemplar.

Estás condenado a comprender y nosotros condenados a intentarlo eternamente, porque, incluso cuando atisbemos por fin ese conocimiento olvidaremos que solo es el comienzo del laberinto, porque nunca se puede llegar a comprender todo. - porque es nuestra naturaleza, creer que por abrir la puerta ya está toda la habitación descubierta, que por mirar desde el umbral, sin llegar a entrar, encontraremos todas las respuestas - Es una tarea infinita y agotadora, pero eso, es algo que solo puede saber alguien obligado a comprender, los demás solo podemos imaginárnoslo y conjeturar.

Por eso las personas más sabias, los genios, los "pioneros" pierden la cabeza. A más locura, mayor grado de verdad esconderán sus palabras porque mayor será su conocimiento del mundo...

Cuando terminé mi intervención apenas podía recordar lo que había dicho. Algo que me sucede a menudo cuando quiero presentar una idea con tantas variables que termino confundiéndome a mi misma. 

Esperé con impaciencia a que alguien más diera su respuesta, porque cuanto más lo pensaba mas sentido y menos sentido le encontraba a mis palabras y por lo tanto a él.

Escuche, observe, espere, asimile y contribuí de la misma manera que Adirael y Lyra, aunque no era un gran pensador ni un filósofo pero, la cuestión era algo mas intrínseca y complicada de lo que podía parecer así como paradójicamente más simple de lo que podía esperarse.

Lleve el rifle a mi espalda y cruce ambos brazos pensando, pensando; No tenía tanta confianza como para sentarme como Adirael ni Lyra pero respondí a la cordialidad del General con una respuesta, por su simple gesto de no atacarnos, aunque la pregunta era a la vez que simple he infantil, profunda y compleja.

- Estoy de acuerdo tanto como con Adirael como con Lyra, los principios y el legado que nos infunden aportan a como somos actualmente y el cómo nos desenvolvemos en nuestro día a día, dada nuestra mortalidad, para cada humano el simple hecho de que no pueda haber un mañana es una razón más para que nuestro "legado" sea el más justo y correcto para nuestra causa y así mismo para con nuestra persona, también acepto la etimología lógica de Lyra en cuanto a que tendríamos que saber cómo de compleja es la pregunta que te atormenta como para tener una respuesta acertada y aun así...-

Seguí con el brazo izquierdo cruzado hacia el derecho mientras que con la mano derecha levantando el antebrazo apoyaba la mano en el mentón del casco que cubría mi rostro -Sería más apropiado decir que no existe una respuesta correcta ni una acción equivocada - mencione, casi meditando aquella pregunta.

- No sería capaz de comprender la magnitud de la cuestión ni aunque le dedicara la vida entera a ese cometido, aunque a veces - conteste parafraseando a Ockham - en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta - recite con la simplicidad de un humilde soldado – dado que cuando dos o más explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible – añadí exponiendo una resumida hipótesis.

- si aplicáramos esta pregunta a la vida diaria probablemente mi respuesta sería - tome un respiro, un profundo, buscando lo que mi corazón me dijera más profundamente, llegando a la más simple de las conclusiones - Hacer lo que yo creo más correcto sin importar lo difícil que pueda ser, porque al final, no importa lo que los demás opinen de ti; si tú mismo crees que has hecho lo correcto, jamás te arrepentirías de nada lo que conlleva a la decisión más....Gratificante.-

Concluí lanzando una mirada cómplice y una mueca alegre, casi como una sonrisa hacía adirael, el probablemente y mejor que nadie sabría lo que era eso, después de eso aguarde cruzando ambos brazos, las palabras que rompieran el silencio; Estaba claro que no sabía dar grandes discursos ni exponer grandes ideas pero si era necesario una respuesta clara, esperaba poder dar la talla en el asunto.

Belphegor, escuchó sus respuestas, atento, con humildad, con espectación. Pero él ya conocía esas respuestas, sabía cuanto le querían decir, al fin y al cabo, él estaba condenado a comprender, eso incluía a los humanos, lo que quería saber al formular las preguntas, no eran las respuestas, sino el hecho de que sus interlocutores las conocieran.

Y fue en parte satisfactorio ver que si, incluso en la parte en la que ellos no podían responder y asi lo admitían.

Lo habían hecho bien, sin prepotencia. Pero eso solo sumía a Belphegor en la mas absoluta melancolía, si es que un ser de su calibre podía llegar a sentirse de esa forma realmente.

-Correcto...

Miró hacia arriba, la lluvia se intensificaba.

-Kadmon dejó sus reglas, Kadmon dejó a sus mensajeros. Pero ya no siento su mirada desde las estrellas, sus mensajeros mueren y Él no se manifiesta. Lo escrito en piedra se borra, los absoluto se vuelve... relativo.

Todos se vuelven locos, pero yo no, yo no soy un monstruo, aunque me temais.

Miró de nuevo a Adirael.

-Burdo plan el del general que en pos de lo correcto dejó con vida a unos pocos, para que se escondieran de la mirada del principe. Pero los campesinos quieren ser libres por naturaleza, quieren ser soldados por naturaleza, pues son hijos de un sabio que dedicó su vida a buscar a su rey.

Pero el principe todo lo puede, en ausencia del rey, el mayor poder tiene... y toda la sabiduría acumula. Por eso envió al quinto general, al mas odiado y traicionero, con una única misión:

Entonces su mirada penetrante se clavó en Alysa, solo en ella, como si todo el peso del mundo recayera sobre aquella mujer albina.

-Impedir que los campesinos se conviertan en soldados. "Cualquier" forma de que sean considerados soldados. Esa era su mision antes, aunque no pudo cumplirla, porque no comprende tanto como yo. Pero ahora sí comprende, porque amenazó a los campesinos y estos, imprudentes, se lo mostrarón, se regocijaron en su victoria, que no fue sino el inicio de su derrota.

Ahora el sabe cómo cumplir sus ordenes y las cumplirá.

Casi pareció amenazar a Alysa, como si viera a través de ella. Luego agachó la mirada de nuevo.

-Pobre del general y de su burdo plan, que solo quiere seguir la voluntad de su rey y eso le llevará a la muerte, porque para cumplir sus voluntades, tanto el principe como los campesinos, deben matarle.

El castigo será la muerte, este mundo se seguirá colmado de sangre, la muerte se cebará y engordará hasta reventar, sin hacer distinciones, un gran baño de sangre que no entiende de lealtades ni fronteras. Algo que no es caos y tampoco es orden se adueñará de este universo: el silencio.

¡Oh, Rey! ¡¿por qué permites tal cosa?! ¿porque ya no nos miras?...

Se levantó y retrocedió ahora temeroso y nervioso.

-Esta es mi verdad, la que yo quería que conocierais. Pero no es la verdad, es tan estúpida que no puede ser "La Verdad". El camino que tomeis o el destino que persigais es ahora decisión vuestra, pero en todos habrá sufrimiento, nos espera el silencio.

Ahora si, temedme... y temed. Yo no soy un monstruo, soy un general. El destino nos reunirá de nuevo y aqui solo uno puede ver el futuro, pero ese no soy yo y él no hablará.

Se giró y comenzó a caminar, despacio, acompañado unicamente del sonido de la lluvia, iluminado por la luz tenue y la tarde gris. Pero ya de espaldas murmuró lo que parecía algun tipo de canción infantil, un canturreo de una rima mal hecha.

El primero manda y asusta,

el segundo es vengativo y gruñón,

la tercera es bella y astuta

y el cuarto... un llorón.

 Aceptar lo que proponía era como aceptar el trato de Hope con Balban, ser "campesinos", seguir aceptando que no estaban preparados para aquella guerra hicieran lo que hicieran. Creerse soldado sería su muerte, pero esa es la crisalida, esa es la puerta a la verdadera esperanza.

 - Ayúdanos.

 Cuando se puso de pie Adirael le siguió en sus movimientos. Hablaba muy en serio, y eso no significaba que no les hubiese ayudado ya exponiendo una situación y haciendo que fuera mucho más clara, podía intervenir.

 - Hay una posibilidad. - le instó.

 Tal vez debería hacer dicho entonces que había una posibilidad de que unidos, todos, pudiesen ir en contra del príncipe. Pero igual que aquel que los creó, estaba en su esencia la búsqueda del rey, la búsqueda de la Verdad real, y no la que él presentaba ante ellos. Aceptar que se había ido, sin más, eso era demasiado cobarde.

 - Hay una posibilidad de que ya no mire desde fuera. - Tentó su curiosidad para que se quedase y les dijera que ayudaría activamente, de todos modos, explicarle lo que significaba ese cambio de perspectiva era absurdo, él lo comprendía todo, pero no podía aislarse de su propia comprensión de las cosas, era exactamente los axiomas que había establecido Lyra.

 Si terminaba por irse, a Adirael le valdría con que aquellas palabras le sirviesen en el futuro para colaborar. Era evidente que Belphegor tenía un dilema forzosamente resuelto. Y parecía que Elena y Alyssa les habían conducido a un futuro nada deseable de destrucción.

 Cada uno de los presentes sacaría sus conclusiones, pero serviría de poco si seguían siendo tan sumisos con aquellos que se proclamaban por encima por sus supuestas virtudes.

Poco era lo que yo tenia que aportar a aquella conversación, poco era lo que entendía de aquella conversación, lo único a lo que me dedicaba era a intentar enmendar mis errores del pasado, toda la destrucción que había sembrado bajo el breve tiempo que estuve bajo el poder de Balban. Básicamente seria repetir las palabras de Raven, hacer lo que yo creo que es correcto, intentar cumplir con la carga que implicaba el collar que llevaba al cuello, por muy complicado o imposible que me pareciera.

Lo que si comprendí escuchando hablar a Belphegor era que no estaba loco, quizá su mente si estuviera rota, pero eso no lo convertía en un loco, solo en alguien que podía ver mas halla de lo quizá ningún humano pudiera ver jamas.

Cuando aquel general decidió marcharse Adirael pronunció palabras que parecían estar dichas para que se quedara, para una colaboración, algo que no me gusta en absoluto, pero aquel demonio no se parecía a los que conocía, no parecía querer luchar por luchar. -En todas nuestras vidas solo hay sufrimiento, sabemos que el silencio sera nuestro final, pero, si algo he aprendido al luchar junto a mis compañeros, es que el final es mas aceptable si se comparte con amigos, si el camino no lo recorre uno solo, si aprendemos los unos de los otros. Ninguno de los aquí presentes estamos de acuerdo en todo, ninguno tenemos el mismo punto de vista, pero cuando compartimos nuestros conocimientos, estamos mas cerca de descubrir esa verdad de la que hablas.-

Dudaba de que mis palabras hicieran que aquel general nos ayudara si el no quería, pero si que tendría algo mas en lo que pensar, aunque él, seguramente, ya abría pensado en todo ello.

Escuchó atentamente las palabras del demonio. Le parecía más sencillo entenderle a él que toda la conversación previa que se había ido desarrollando a su alrededor. Su mensaje era claro: una amenaza, una visión. El problema eran los cabos sueltos. Demasiados. Por todas partes. Y  cada vez que parecía encontrar el extremo de uno no hacia si no enmarañar aún más el resto de la madeja.

No dijo nada. A Lyra no le gustaba hablar si no tenía nada que decir, así que se limitó a atender a las reacciones de los demás. Belphegor no parecía dispuesto a retroceder y seguir reunido con ellos aunque estaba segura de que podía oír con claridad a aquellos que dejaba a su espalda. 

Así que les esperaba el silencio... Lyra no sabía lo que era eso, no obstante todas sus predecesoras lo habían ya abrazado  por lo que, necesariamente, Lyra lo conocía aunque no por experiencia propia, tecnicamente. El silencio puede ser malo o no serlo. Es la inmortalidad, la espera eterna. Nuestro mayor consuelo y a la vez la peor amenaza.

A Lyra no le importaba el silencio, así que guardó uno muy significativo mientras el general se alejaba caminando bajo la lluvia.

-No os ayudaré.

Se giró un segundo, contestando a Adirael.

-Respetar el legado de rey tambien implica no hacerlo, para ambos bandos.

Asi de retorcida estaba la situación. Esas eran las consecuencias de un universo que había perdido su guía y roto sus propias reglas.

-Si existe tal posibilidad, el momento llegará de demostrarlo. Sino, da igual de quien sea la sangre derramada, el final es el mismo. Aunque siempre podeis dejar que el quinto cumpla con su misión, eso alargaría vuestra existencia, almenos hasta que el universo entero se oscurezca. Él puede ser la clave de vuestra supervivencia, nisiquiera los cuatro podemos interponernos en su camino.

Abrió un portal y miró a través de él reflexivo.

-Pero eso es algo que no vais a hacer, la voluntad del "Errante" llevais impresa a fuego. Cuidaros de todos nosotros, pero en especial del segundo, vuestro iracundo tio no es tan perezoso como yo. Yo no soy un monstruo, él tampoco, pero a él le maldijeron con el odio.

Hasta dentro de un suspiro.

Se despidió y entró por el pequeño portal que había creado.

Poco despues de la marcha de Belphegor, lo refuerzos que probablemente había pedido Alicia ante la amenaza de un general llegaron, asi como la evacuación para todos los que estaban allí. Tres banshees llegaron al lugar, los pilotos de Elysium estaban realmente ocupados ese dia.

De una de las banshees bajó la imponente figura de Inma junto a dos soldados que ayudarían en lo que fuese necesario. En su siniestra sostenía su espada, Netsaj, en su funda. Una posición relajada pero lista para ser desenfundada. Aunque parecía que nada de eso sería necesario ya.

Alysa tomó la palabra entonces.

-Alysa- Hemos terminado aqui, el resto de la operación queda en manos del comandante Palmer y Alicia, la coordinación de la nueva flota puede llevarse a cabo desde Elysium, no nos expondremos mas ahora que no es necesario.

La misión ha sido cumplida, volvamos a casa.

No habló de lo que acababa de acontecer, no era el momento. Comenzaron a recojer el puesto de mando avanzado y cargar lo necesario en las banshees. Alysa caminó hasta la banshee de la que había salido Inma, ambas se cruzaron, pero no se miraron, como si hubiese una extraña tensión entre ellas. O tal vez precaución.

Inma por el contrario fue directa al grupo que estaba junto a Adirael, no pasaban desapercividas para ella ni Andrastia ni Yehudith.

-Inma- Parece que me he perdido algo importante, estais hechos un desastre. Sobretodo tu, Geralt, para variar, jajaja.

De pronto posó la mirada en Lyra, como si viese algo que le resultaba... familiar, tanto que se acercó a ella, sin el mas minimo gesto de compasión por sus heridas.

-Inma- Vaya... cuanta nostalgia.

Comentó con una sonrisa afilada y una mirada prepotente en su rostro.

-Inma- Subid a las naves, ya que me he molestado en venir a buscaros aprovechad.

Adirael, quedate un momento.

Dijo mirando al psiquico, dando a entender que quería decirle algo, a solas. Resultaba dificil negarse a una mujer con el porte de Inma y aquella enorme katana sostenida en su mano.

-Avner- En marcha, Lyra, permite que te ayude, Andrastia vendrá con nosotros.

El maestro de invocadores se ofreció a ayudar y a acompañar a la nueva psiquica de Elysium, Yehudith permanecería con Andrastia.

Una vez mas Avner no se metería donde no le llamaban, era obvio que al igual que el resto, le guardaba un profundo respeto a Inma.