Partida Rol por web

 - Si. Lo sabemos bien... - le contestó a Inma sentandose a su lado. Dejó la espada cerca, pero dejó de empuñarla para que fuese un testigo más de aquella lucha incierta.

 Adirael parecía un libro abierto para Inma...pero no dejaba de ser un listillo capaz de generar la más envidiosa de las iras.

 - El apego lleva al miedo, a la desesperación. A la oscuridad de la soledad de un corazón que teme volver abrirse para no sufrir dolor.

 Pero, por otro lado, amar es algo mucho más que tener apego.

 Nos permite hacer que personas que nos están aquí, o que no pueden estarlo, sigan con nosotros y vivan a través de nosotros. Nos alientes y alimenten con su experiencia. Nos den una oportunidad. No creo que demostrases apego, lo diste todo. Eso es más parecido al amor.

 Y no es una debilidad.

 Al contrario.

 Los débiles son aquellos que lo ven así. Porque llegado el momento estarán solos.

 No podemos con el peso del mundo nosotros solos. - no me creo que esté diciendo esto - solía cargar a sus espaldas el peso del mundo entero, quisiera o no. Los problemas de otros, banales, pequeños, y los de la humanidad, gigantescos, incognoscibles, incalculables.

 - Lo que quiero decir...

 es que si seguimos aquí es porque hemos amado, de forma pura y desinteresada. Sin apego, sin el egoismo que nos lleva a sacrificarlo todo para quedarnos con lo que queremos. Y no tiene sentido culparnos de que otros hayan dado la vida mientras nosotros sólo pudimos aplazar nuestros actos, nuestras pretensiones.

 No tengo... - se explicó - apego por ti.

 Pero sea fruto de la casualidad. - Adirael nunca creyó en las casualidades, sólo en la causalidad - o no. Eres mi hermana.

 ¿Eso cambia algo?

 No te amo. - era evidente, seguramente, para ambos - pero si eres mi hermana mi responsabilidad como hermano es protegerte. Estar a tu lado y ayudarte. También es mi responsabilidad decirte cuando creo que estás equivocada, y apoyarte en tus elecciones a pesar de todo.

 Recordarte que sumirnos en el dolor por la pérdida de lo que amamos es traicionar el recuerdo de lo perdido, dejar que muera con nosotros. Y si algo debemos hacer, es mantener vivo el recuerdo y la experiencia de aquellos que han estado a nuestro lado. Es nuestro legado, se lo debemos, y es hermoso.

Ese es nuestro elogio.

 Eso es lo que nos diferencia de los demonios.

 Que no gozamos de la inmortalidad. Que sabemos bien lo duro que es perder lo que queremos, que nuestras vidas, comparadas con las suyas, son suspiros en un universo caótico. Y por eso, su luz, nunca será tan intensa como la nuestra. Sea luz blanca y ardiente, o roja como la sangre, brillaremos con una intensidad que los cegará.

 Y, aunque por lo que dices, no sirva de nada.

 Me gustaría vivir las horas o los días que me queden junto a esa hermana que nunca tuve y que a veces desee. - Un movimiento arriesgado. Adirael pasó su brazo natural y firmemente por encima de los hombros de Inma, sin tocarla, con ánimo de dejar su mano protectora sobre su antebrazo, cerca de su hombro, para estrecharla dejandole algo de espacio por si quería negarle aquel gesto. - y es más motivo para ello no conocerla. - rebatió su argumento - porque así podré saber que sueños tiene, que desea, que le da miedo, y aprender de todo cuanto tenga que contarme hasta que al final llegue ese aprecio que tal vez algún día me lleve a sentirme solo, dolido, o iracundo. Pero sé que será algo pasajero. Porque habrá válido la pena conocerla, mucho más que una vida inacabable sin haberla visto nunca.

Ella se quedó en silencio, mirando de nuevo hacia las estrellas. Toda la istancia quedó en silencio. Inma le había escuchado, era imposible que no lo huebiera hecho, es mas, en el fondo tenía que aceptar la fuerza de las palabras de Adirael. ¿Eran solo palabras, o había algo mas detras?. Era imposible que no lo hubiera, Adirael no habría llegado hasta allí de no haberlo.

Inma quedó sumida en un soliloquio interior, perdida en su visión tras la ventana.

De pronto se escuchó el sonido de algun tipo de interruptor o mecanismo activarse, un colosal "clack" con el que se encendieron varias luces de la enorme capilla. Luego luego en sucesivos se fueron encendiendo el resto y la capa de polvo comenzó a desaparecer, dejando ver pinturas de los grandes heroes templarios de la guerra, entre ellos la misma Alexandra o su padre. El aire frió comenzó a templarse y desapareció aquel desagradable sentimiento de soledad. Velas se encendieron por doquier, en lamparas doradas y candelabros.

Tras la luz, se sucedieron los pasos, sonidos de pisadas metalicas marchando todas al unísono hasta que al puerta de la capilla se abrió y entró un pelotón entero de templarios completamente armados. Formaron alrededor de ambos, saludaron y esperaron.

Geralt había cumplido su parte, Dragonborn había dejado de existir, de alguna forma la maldición estaba desapareciendo de Inma y aquel mundo recuperaba su aspecto original, incluidas las proyecciones que protegían a Inma en su mundo interior.

Inma tendría su segunda oportunidad y Adirael estaba allí para ofrecersela, solo tenía que tomarla, solo corresponder aquel gesto del psiquico, solo necesitaba abrir su corazón una vez mas.

Era una decisión que potencialmente, cambiaría mas que el mundo, cambiaría el curso de los acontecimientos a nivel universal.

Adirael nació con el don de guiar, Inma con el don de la fuerza, ¿de que serían capaces si ambos llegaban a aceptarse el uno al otro?. La idea era sin duda tentadora, tanto que arrojaba luz en el abismo oscuro que representaba el futuro de la humanidad.

Inma miró a su alrededor, casi incredula ante lo que a todas luces parecía una victoria de Geralt. Podía volver a ser humana, su sufrimiento tocaba a su fin. Miró a los ojos de Adirael, solo tenía que aceptar aquel sencillo gesto, su segunda oportunidad tambien había llegado.

-Tendrás que aceptar la responsabilidad de tus palabras, hermano.

No solo correspondió aquel gesto, sino que tambien le abrazó con cierta timidez, con el mal proceder de alguien que nunca ha abrazado ni ha sido abrazado.

La verdadera batalla por la humanidad, comenzaba en ese mismo momento. El momento en el que hubo una esperanza real de que era posible ganar. En el momento del renacimiento de Inma Helenia.

No hubo reacción, no inmediatamente. Pasaron los sengundos y ante la incertidumbre, Eva se acercó a Adirael y sostuvo suavemente su cuerpo inconsciente con una mano y con la otra, le hizo una caricia en su cabeza.

-Eva- Está hecho, dejemos el resto en manos de Adirael, él traerá de vuelta a la verdadera Inma, no importa cuan sumida en la oscuridad esté, no importa cuan lejos se encuentre, él encontrará la forma, siempre lo hace.

Eva parecía tranquila a pesar de la espera y la incertidumbre. Geralt y ella habían hecho cuanto habían podido, habían cumplido con su parte.

La espera se hizo eterna, los segundos parecían minutos mientras Adirael e Inma permanecían inconscientes hasta que de pronto, Adirael abrió los ojos, estaba de vuelta, Eva permaneció a su lado para que tuviera un apoyo firme entre que volvía a controlar su propio cuerpo y superaba el shock del cambio a 1.0.

Entonces los ojos de Inma se abrieron tambien, Eva comprobó que su aura roja se había desvanecido. Inma sintió el aire frio en su cara, notó su cuerpo totalmente destemplado y sus musculos doloridos, pero a pesar de ello, miró a las estellas y se puso en pié. Dejando ver a la verdadera synphogear que siempre fué. Una mujer muy atletica de dos metros de alto, un porte imponente y una melena dorada que brillaba y reflejaba toda luz, pareciendo tener luz propia.

Sintió el viento en su cara, este meció su pelo y le hizo parpadear varias veces hasta que dos lagrimas cayeron por sus mejillas, no eran rojas, eran transparentes, eran las lagrimas humanas. Su vestido estaba roto y deteriorado, pero aun asi parecía una marca propia de identidad.

Aquella era sin duda la verdadera Inma Helenia.

Eva permaneció sin palabras observandola, apenas podía asimilar aquel momento, apenas podía asimilar que lo habían conseguido entre todos, habían resucitado a una leyenda.

La primera mirada de Inma se dirigió entonces hacia Geralt, parecía en una especie de shock, casi inexpresiva, pero dió dos tambaleantes pasos para acercarse y le tendió la mano.

-Inma- ... y con esto... estamos en paz.

Era el punto y final al doloroso pasado, a los rencores y al odio, Dragonborn ya no estaba, Kiss-Shot tampoco, ambos podían empezar de cero de nuevo. Geralt solo tendría que aceptar aquel gesto.

Inma estaba muy debil, le costaba tenerse en pie y mas aun caminar, pero no aceptaría ayuda, sentir el frio, el dolor de sus musculos, el tacto del aire... todo era una bendición para ella en ese momento, había renacido como humana.

 Adirael se llevó la diestra a la frente, como si hubiese pasado por algún episodio traumático, pero no presentaba las dolencias físicas de Inma. Aún así...parecía ligeramente consternado. Ver sana y salva a Eva no le sorprendió. Al despertar ya sabía lo que encontraría fuera. Eso no quería decir que no fuera, en cierto modo, una sorpresa.

 - He dejado a Revan a cargo. - carraspeó. - Deberíamos volver.

 Lo mínimo que podía ocurrir es que en aquellos momentos el segador ya estuviera hospitalizado.

 Era una forma de evitar mirar a Geralt. No quería contemplar su aura en aquel instante, no quería fijar su atención en él para no sentir la paranoia aflorando ávida, sedienta de una nueva víctima. Y le fue...sencillo mientras Inma se levantaba. Porque no todos los días se contemplaba una leyenda viva resurgir, como un fénix, de sus propias cenizas. Aquello pasaría a formar parte de la historia reciente e inspiraría a muchos a luchar, incluso si Inma no iba al campo de batalla otros lucharían con una fuerza que de otro modo jamás encontrarían en sus corazones. Aquello era un subidón espectacular de moral para la humanidad y una amenaza directa contra los demonios de menor rango que ahora no atacarían a la ligera. Aquello había sido impredecible.

 - ¿Estamos enteros? - Preguntó a todos, centrandose en nadie, pues no consideraba que hubiese allí unos más débiles que otros. Con la naturalidad de que ya eran como una familia, de que no hacía falta andarse con paternalismos. Que tenían la confianza de hablar francamente y sin rodeos.

 Sólo cuando estuvo preparado realizó aquella introspección, de sí mismo y del propio Geralt, estudiando su ser meticulosamente. ¿no se fiaba? daba igual, sus gestos no rebelaban ese escrutinio, Adirael podía verlo sin que saltase a la vista lo que buscaba, lo que miraba, para la gente común él sólo dedicaba una breve y amable mirada al dragonborn.

 - Hace una noche preciosa.

 Concluyó, sin levantarse, sentado, mirando al cielo.

Espere pacientemente ha que Adirael e Inma se despertaran, mientras la incertidumbre se iba apoderando de mi. -¿Habría salido todo bien? ¿Se despertaría como Inma o como Kiss-Shot?- Ahora solo podía esperar. Comencé a caminar de un lado para otro hasta que vi al psíquico abrir los ojos y me pare en seco, desviando la vista hacia el cuerpo de Inma.

Ambos parecían tan agotados como yo cuando desperté, pero pude notar que aquella no era Kiss-Shot, no notaba peligro alguno y una lagrimas transparentes me lo confirmaron.

Estreche la mano que Inma me ofrecía -Me alegro de tenerte de vuelta.- La dije mientras inclinaba levemente la cabeza, feliz de que todo hubiese terminado bien.

Me apoye contra una de las paredes en ruinas de mi antigua casa, intentando asimilar todo lo que había sucedido en aquel corto espacio de tiempo. En una sola noche habían desaparecido dos de los mayores problemas para la humanidad, el sello que Balban me había puesto hacia tiempo estaba destruido y habíamos roto la maldición que convertía a Inma en un demonio.

-No se que hacías vosotros dos aquí.- Les dije de repente a Eva y a Adirael con un tono de voz de reproche. -Pero gracias.- Dije con una voz que realmente reflejaba agradecimiento.

-De acuerdo- le dije al levantarme del asiento - En cualquier caso me alegra de me hayas compartido esto conmigo, aunque para mi mis compañeros son mi primera prioridad ya habia pensado en algo acerca de los generales y sobre esa "extraterrestre" puede que sepa algo -

Fui rodeando la cama para acercarme hacia la puerta - Espero que te recuperes pronto y me avises para cuando te sientas mejor, te invitare algo de comer, si algún tipo de comida te agrada - le dije sonriente, amable - Aún así sabiendo que Yehudit o Adirael ya hayan interrogado a Irera, creo que no probaron el acercamiento mas común, el familiar basado en la plena confianza, pero la primera vez que estuve en el cuarto de interrogatorios con ella fue casi como si fuera ajena a todos nosotros...- Lleve una mano al mentón mientras pensaba.

Un suspiro se me escapo y cerré los ojos encogiéndome así de hombres -Ya se vera, puede que nos ayude en algo o puede que no por el momento tengo que hacer mas preparativos para la próxima misión, para entonces espero que ya estés perfectamente sana, si necesitas algo solo tienes que avisarme - esperaría unos instantes por si quería comunicarme algo mas, sino saldría del hospital e iría a la escuela de ingenieros donde había dejado mi equipo.

Para posteriormente ir donde se mantuviera a Irera cautiva...o no.