Partida Rol por web

En aguas inciertas

1. HOMBRE AL AGUA - A bordo del Rapaz

Cargando editor
12/10/2021, 14:51
Renacuajo

—¿Ayuda para mejorar mis posibilidades con una dama? Oh, claro, entiendo: tú la sostienes firmemente y le tapas la boca mientras yo... —se relame los trozos de foca entre los dientes—. Aquello sería de gran ayuda, mrebek-mrebek-mrebek. La dama en cuestión es Eva, ciruj... doctor.

Probablemente esta no era tu idea de ayuda, pero un pestilente sociópata como Renacuajo tiene ideas distintas sobre el significado de la palabra cortejo. Le dices que Wanda está fuera de límites debido porque mancillar a una mujer prometida es un pecado.

—¿Fenre dice eso? Tarde me lo avisan, mrebek-mrebek-mrebek. No te preocupes, doctor. Tu sobrina está a salvo conmigo. 

Renacuajo te parece alguien sólo superficialmente devoto, que tiraría por la borda cualquier ápice de fe apenas se le presente la posibilidad de delinquir.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
12/10/2021, 15:10
Jan el Feo

Jan el Feo escucha boquiabierto tu revelación acerca de los rubios. La mandíbula casi que le cuelga hasta el esternón. Notas cómo los engranajes de su deshidratado cerebro van girando muy despacio. ¡Claro! ¡Los rubios! ¿Cómo nunca antes se había dado cuenta?

—Impostores... sí, asquerosos impostores robacuerpos. ¿Cómo no lo vi antes? Ya sabía yo que había algo extraño en sus movimientos, como si alguien estuviera hablando a través de ellos. Rubios y pelirrojos, doctor, esto es terrible. Estamos rodeados, ¡rodeados!

Mira nerviosamente a ambos lados. Sus diminutas pupilas barren la cubierta, el horizonte, el cielo. Una gota de sudor le resbala por la frente.

—No, doctor, nadie en el barco sabe las cosas que yo sé sobre los pelirrojos... y lo que nosotros sabemos sobre los rubios. Son ovejas, doctor. No ven la verdad. Rubios, malditos rubios, yo sabía que eran ellos... y en este barco hay unos cuantos rubios... ¿qué hay que hacer con ellos para destruir al espíritu que llevan dentro? ¿Estaca al corazón? ¿Quemar el cuerpo? Necesito saber, doctor, necesito saber...

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
12/10/2021, 15:18
Wilbur von Panter

Annalise y Andrei entran en la conversación de Wilbur y Dafne. El doctor Émil, mientras tanto, sigue platicando con Jan el Feo y Renacuajo.

—Oh, Annalise, Andrei, ahí estáis. Sí, todo está bien, más que bien. La joven Dafne es una muchacha culta, una de las pocas personas en este barco con quien se puede mantener una conversación inteligente.

Dafne cuenta algo de lo que estuvo hablando con Wilbur.

—Ah, sí, aquello fue hace tantísimos, tantísimos años... Viejo cascarrabias, el padre de la Emperatriz Katya. No le gustaba viajar en barco porque sufría de mareos y vértigos constantes. Qué espectáculo, ver al poderoso Emperador con el rostro verde, vomitando su desayuno en un cubo de deshechos. Pobre hombre. Dicen que murió envenenado durante la última guerra.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
12/10/2021, 15:39
Jan el Bello

Justo cuando Andrei está preguntando por Jan el Bello, el aludido sale del camarote de la capitana. Sonríe, como es habitual.

—¡Que no cunda el pánico! Llega Jan el Bello su bella sonrisa portando bellas noticias. Dafne, Annalise, qué bueno veros tan radiantes como siempre. ¡Ah, y mi amigo, Jan el Feo! Qué feo ha de sentirse ser tú y no ser yo.

>>Bueno, qué decia... Ah, sí. Hablé con la capitana Suzanne. Accedió a mi petición y nos ha dado permiso para hacer una fiesta mañana al anochecer. Qué mejor que bailar y beber hasta el inconsciente para levantar los ánimos, ¿eh?

Le da unas amistosas palmadas en la espalda a Andrei, pero alterna su babosa mirada entre Annalise y Dafne.

—No es necesario que me lo agradezcáis. Vivo para complacer a la tripulación. ¿Tenéis algún talento útil para la fiesta? —le pregunta a Dafne, Andrei y Annalise—. He comprobado que Andrei es un excelso bailarín.

Notas de juego

Actualización ready. No hay apuros, Dewey! Cuando todos estén de acuerdo, saltamos al día siguiente, pero si quedan cosas pendientes, esperamos. En esta partida trato de ir un poco más relajado y sin apuros innecesarios.

Cargando editor
12/10/2021, 20:24
Hans Grüber

Hans rio con esa sofisticada y enigmática risilla suya ante la salaz ocurrencia de Renacuajo. Desde luego, aquel apestoso truhan tenía algo que apreciaba el genio delictivo de Herenhout, más conocido como El Barón de Munchaüsen. Y es que Renacuajo era un tipo predecible aun en su vileza. Los aliados, cuanto menos taimados, mejor.

Era hora de dar a Renacuajo una pincelada del afilado ingenio de Hans Grüber.

—Hmmm-hm-hm-hm... Vuestro plan, si bien goza del encanto de los grandes clásicos, tiene algunos problemas de difícil resolución, mi querido amigo. En primer lugar, la edad hace mella en vuestro interlocutor. Ya no soy el vigoroso zagal que fui antaño. La senectud se aproxima con rápidas alas hacia mí, estimado Renacuajo. Diría que en una pugna con cualquiera de los presentes, aun con el factor sorpresa a mi favor, llevaría las de perder. —mintió sin despeinarse.

Desde el advenimiento de las armas de fuego, cualquier idiota podía acabar con la vida de alguien con suma facilidad, pero para Hans era importante parecer inofensivo.

—Por otra parte, temo que vuestra dama, que no me parece por lo que entreveo en vuestras palabras una mujer de carácter templado, sería capaz de detectaros a varios metros con vuestra inconfundible fragancia. Debemos trabajar este aspecto, mi estimado Renacuajo.

Elegante forma de sugerir un agresivo baño con sales aromáticas para aquel piratón.

—Me temo que no soy afín a enfrentar los problemas con aproximaciones violentas, señor Renacuajo. En vuestro plan vuestra víctima acaba pudiendo identificar a su asaltante y vos, tras acometer vuestro carnal deseo, tenéis dos opciones: asesináis a vuestra musa o sois ejecutado por Jan El Bello, imagino que por complacer a su concubina. Ninguna opción me parece del agrado de un individuo inteligente como vos. ¿Me seguís?

Así es como planificamos un golpe en la Liga de Egregios Ladrones, mi buen amigo.

—Pero no desfallezcáis. Sabed que existe una sustancia natural, nada dañina por cierto, que podría hacer a la dama en cuestión caer bajo vuestros encantos... voluntariamente. Y sin despertar hostilidades hacia vuestra persona, debo añadir. Me atrevería a asegurar que sois un tipo con cierta habilidad o destreza natural, ¿me equivoco? En tal caso, solo precisáis enmascarar vuestro definitorio aroma corporal para evitar ser detectado llegado el momento. Solo quien arriesga gana algo en esta vida. Creo que estaréis razonablemente de acuerdo con esta premisa.

>> Cuando tomemos tierra, quizás pueda encontrar esta sustancia para vos... —deslizó el doctor dejando la puerta entreabierta a una sociedad criminal de duración indeterminada. (*)

* * * * *

Jan el Feo: ¿Qué hay que hacer con ellos para destruir al espíritu que llevan dentro? ¿Estaca al corazón? ¿Quemar el cuerpo? Necesito saber, doctor, necesito saber...

Hans tuvo que hacer un notable esfuerzo para no reír abiertamente, algo poco habitual en él.

Aquel zoquete de Jan el Feo era en verdad un tipo peculiar y muy sugestionable.

Carraspeó.

—Lo primero que debéis saber, amigo mío, es que este tipo de criaturas, en la tierra de la que provengo, reciben el nombre de arios. Se les reconoce por su pretendida superioridad moral, su beligerancia innata, su éxito entre la población femenina, sus mandíbulas cuadradas, una cegadora y arrogante sonrisa y unos cabellos irremediablemente dorados. Sus apellidos suelen acabar en itzzzzz o gerrrrr. Conocí a uno llamado Schwensteigerrrr... Maldito sátrapa... Por lo demás, ensartar el corazón con hierro, untar el cuerpo en brea y calcinar los restos mortales del infame engendro es suficiente para acabar con semejante proyecto de tirano y expulsar su espíritu maligno...

No era plan de ponerse exquisito.

—Precaución, estimado Jan. Precaución. Ya vienen... —dijo mirando de soslayo a Jan el Bello.

Pronto, sonriente sátiro.

Pronto...

Notas de juego

(*) Me refiero a la escopolamina, sustancia natural que Hans podría conocer en su vertiente criminal porque se puede extraer de la belladona (entre otras) y es un alcaloide tremendo que anula la voluntad de la víctima, con amnesia posterior para ya terminar de rizar el rizo. Me ha parecido interesante porque en el medievo se usaba como el célebre filtro de l' amour.

¡Mi vena de escritor noir sale a relucir! ;-D

Me ha parecido pasarse tenerla a mano en mi maletín médico, pero si te parece una posibilidad dramática interesante, ahí lo dejo a tu criterio ;-)

Hans ya sabe de qué pie cojea Renacuajo y va a intentar tenerle a su favor por lo que pueda pasar ;-D

Me parto yo solo parlamentando con Jan el Feo xDDDDDDDDDD

Espero que sepas que el baile puede ser la Boda Roja de En aguas inciertas... ;-D

Cargando editor
14/10/2021, 13:40
Annalise

Atenta se encontraba a las conversaciones, que al escuchar las palabras de Dafne asintió conforme y se horrorizó un poco con las historias de Wilbur. Imaginó que el hombre tenía unas ganas inmensa de hablar con un igual, eso podía ser un problema considerando el lugar en donde estaban viajando y como acorde al humor de los piratas, se intuía que caería demasiado mal o ser una burla colectiva. 

—Me alegro de que así sea, tenemos que hablar en cuanto tenga un tiempo para mi—dijo al hombre y miró a la pelirroja—. Me alegro por ello, ya tendremos tiempo de conocernos un poco más. 

Sin más le susurró aquellas palabras mientras le dedicó una cálida sonrisa, justo estaba por decir algo más y apareció Jan con buenas noticias. Una fiesta habrá en el barco, a ver como saldría todo cuando los humores y las conspiraciones estaban a la orden del día. No se fiaba en absoluto que sea algo bueno, pero había que seguirle el rollo a todos estos para llevarse bien y tener una convivencia aceptable. 

—Jan, me alegro de que la hayas convencido. Me temo que ningún arte tengo...

Hizo una mueca de decepción y buscó la mirada de Andrei, quizás pidiendo auxilio. 

Cargando editor
14/10/2021, 14:06
Renacuajo

El rostro se Renacuajo transmuta en el de un niño decepcionado cuando le explicas, paso a paso, por qué su plan de violación está destinado al fracaso. La mención a aquella sustancia, sin embargo, le hace recobrar el ánimo.

—Trato hecho, doctor —aunque Renacuajo no te pregunta qué quieres a cambio—. Cuando toquemos tierra firme me conseguirás esa pócima. ¿Cómo se llama? ¿No será grog mezclado con pólvora y aserrín, no? Aquí le llamamos asergrógvora y te provoca unas indigestiones que no veas, mrebek. Pero ni eso alcanza a doblegar a la zorra de Eva. Sí, es una jamelga tormentosa, para nada templada.

>>Soy hombre de habilidades felinas naturales, doctor. Puedo pasar desapercibido entre las sombras de cualquier lugar. Hay quien dice que tengo un aroma peculiar, pero yo no lo noto. No veo razón alguna para enmascarar mi fragancia, mrebek-mrebek.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
14/10/2021, 14:26
Jan el Feo

—Arios... arios... sí, arios, en este barco hay muchos arios. ¿Y son aliados de los pelirrojos, no? Nadie los ve, nadie menos nosotros. Todas esas características que nombráis, yo conozco gente así, aquí mismo, caminando entre nosotros... Esperando el momento oportuno para robar nuestros cuerpos y luego conducirlos al Gran Cónclave Rojizo porque son aliados de los pelirroooojoooos...

Mira a Jan el Bello. Ignora el comentario despectivo que le hace el Bello. La mirada del Feo es febril y delirante. Suda. Da un paso hacia Jan el Bello. Luego se queda fijo en el lugar, como si lo hubieran clavado al suelo. Da la vuelta, se agacha y vuelve a fregar la cubierta.

—No ahora, ahora no... Ya habrá tiempo... Estaca, brea, fuego... Necesito brea... brea... o algo que la reemplace...

Notas de juego

Con respecto a lo de la escopolamina, me parece demasiado OP que la tengas en tu maletín, peeeeero tal vez el cirujano del Rapaz, Amputapatas, tenga algo así entre sus pertenencias. Podemos dejarlo librado a una tirada de dados.

Con Jan el Feo has sembrado una semilla de caos y locura que ya veremos en qué forma se desata, pero lo veo prometedor xD.

No te actualicé ayer porque Ghost avisó que andará out esta semana, así que las cosas parece que irán un poco más lento para el grupo.

Cargando editor
14/10/2021, 20:24
Wanda Weiß

Wanda se sonrió al escuchar a Wilbur referirse a ella como muchacha culta. Para su edad y el tipo de educación que había recibido, era medianamente culta. Pero, siendo sinceros, todo se trataba de una cortina de humo pergeñada a la perfección. Estaba fingiendo ser una persona que no era y por ahora daba resultado. Aunque en eso consistía el arte del engaño y el subterfugio: aparentar ser quien no eres.

Me encantaría, seguro que nos convertiremos en buenas amigas antes de que el barco atraque en tierra —dijo sonriente en respuesta a Annalise, con firme convicción y sin rastro alguno de embuste en su voz. Era un lujo contar con una privilegiada mente femenina a su lado y que esta no tuviera nada que ver con la banda de maleantes que poblaban la embarcación. Podrían mantener, tal vez, alguna conversación de chicas en otro momento.

Entonces llegó aquel pirata que no conocía el significado de la palabra vergüenza para agasajar a ambas féminas con piropos de tres al cuarto y una serie de miradas a caballo entre la lascivia y la desesperación más absolutas. A la muchacha le entraban ganas de vomitar solo de imaginarse a aquel tipo a solas con ella en un camarote, babeando e intentando por todos los medios habidos y por haber conseguir que accediera a sus "encantos". Sin embargo, lo que comentó le llamó la atención lo suficiente para interesarse en qué pretendían celebrar.

—¿Se me permite preguntar, si no es mucha molestia, qué se festejará mañana? —interrogó a Jan, con una ceja enarcada. "Que no se le ocurra decir mi llegada al barco, por favor"—. Y bueno, no sé a qué se refiere con talentos útiles... —se mordió el labio inferior, confusa—. Supongo que si hay que ayudar en alguna tarea para montar la fiesta puedo aportar mi granito de arena... Más allá de eso, desconozco si albergo una capacidad especial oculta.

"Mi talento real os lo estoy mostrando en la cara, pero no os estáis dando cuenta porque interpreto mi papel sin que os enteréis" —pensó.

Cargando editor
18/10/2021, 15:09
Jan el Bello

Wanda le pregunta cuál es el motivo de la fiesta. Jan se encoge de hombros.

—¿Hace falta un motivo para festejar? En ese caso, digamos que es para levantar los ánimos. El estar perdidos y sin rumbo puede deprimir los humores de la tripulación. El grog y la música es lo que necesitamos en estos momentos. Despejar las cabezas y beber hasta desmayarnos.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
18/10/2021, 15:18
Director

El resto del día transcurre sin sobresaltos. Cae la noche y los tripulantes se tumban en sus hamacas a dormir. El cocinero Alvin reparte hogazas de pan con una medida de agua a modo de cena. Una comida escueta, como corresponde a la escasez de provisiones. A la mañana siguiente os despertáis temprano y hacéis fila en la cocina para recibir el desayuno... que no es nada más ni nada menos que otro trozo de pan duro. Estáis desayunando entre las hamacas como todos los demás.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
18/10/2021, 15:32
Eva

La pirata Eva está hablando con el cirujano del barco, Amputapatas. Llegáis a escuchar un retazo de su conversación. Por sus bruscos gestos y su ceño fruncido, no se la ve feliz.

—¿No te enteraste? ¡Ese rata apestada de Renacuajo anda por ahí diciendo que Jan el Bello, tú y yo y no sé cuántos más estamos planeando amotinarnos contra Suzanne! 

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
18/10/2021, 15:38
Amputapatas

Amputapatas le da una calada a su pipa y exhala el humo con exasperante lentitud.

—¿Eso dice? Hm-hm. Recuerdo cuando se quemó la lengua fumando un cigarro, hace unos meses. Tendría que haberle amputado la lengua.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
18/10/2021, 15:40
Director

El pirata Amputapatas tiene la camisa arremangada. En su antebrazo izquierdo puedes ver un tatuaje idéntico a uno que tenía tu padre: un cuervo batiendo alas encima de una media luna. En su piel arrugada aparece algo borroneado, ajado, pero estás segura de que es el mismo, la diferencia es que tu padre lo tenía en el hombro derecho.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
18/10/2021, 15:44
Alvin

El cocinero Alvin se abre paso entre las hamacas, con su típico andar encorvado.

—Hola, Andrei. Hola, Annalise. Hola, Dafne. Hola, doctor. Buenos días. Suzanne me ha pedido que os avise que está lista para comenzar a leer el libro.

Notas de juego

Doy un salto para mover un poco las cosas. Ghost, perdona que no te esperé pero de todas maneras me imaginé que no era un turno que ameritara una respuesta muy jugosa. Dewey, supuse que tus conversaciones con Jan el Feo y Renacuajo estaban terminadas, pero si faltaba algo, puedes hacer una última respuesta retrospectiva. Mononoke, lo que quieras decirle a Wilbur puede ir en un post privado (o con Andrei como destinatario).

Bien, dos situaciones: 1) se puede ir a la clase de lectura del libro misterioso de Suzanne; o 2) el que quiera investigar el posible motín, adelante, hablando con Eva y Amputapatas o con cualquier otro PNJ.

Cargando editor
18/10/2021, 19:07
Annalise

Agradeció las palabras de la pelirroja y le dedicó una cálida sonrisa con un sutil asentimiento, eso dio el margen de que en un futuro muy cercano podrían conocerse un poco más. Más allá de esto, se despidió de la chica y tras indicarle a Andrei que los acompañe, se llevó a Wilbur hacia otro lado. 

—Señor, tenga cuidado con lo que dice. No me fío para nada en el Doctor y puede ser un problema para nosotros decir algo que nos exponga en este lugar—dijo en un tono suave que parecía un susurro—. No quiero que nos suceda algo en el viaje. 

Tras decir aquello, miró a Andrei por si quería agregar algo más ya que ambos estaban de acuerdo en contener la lengua del hombre que la acompañaba. 

Cargando editor
18/10/2021, 19:11
Annalise

Decidida a ir por la lectura del libro, pensó que sería una buena oportunidad para conocer las intenciones de aquel hombre que se hacía llamar doctor. No obstante cómo estaba en la hamaca, en cuanto avisó sobre ello no dudó en intercambiar miradas con Andrei mientras se escuchaba algo a lo lejos. 

—Está bien, iré con ella. 

A ver qué hay detrás de todo esto, más allá de que estar cerca del libro le recordaba muchísimo a Grigori y el saber que ya no estaba en su vida, era como tener una espina clavada en su pecho. Esto no era fácil, pero ella le había dado su palabra y el motivo de estar en aquel barco era justamente ese libro. 

Cargando editor
19/10/2021, 12:11
Hans Grüber

—Que comience pues la clase de gramática y ortografía. Hmmm-hm-hm-hm... —rio Hans mientras se erguía con un notable crujido de espalda seguido de un quejido lastimero. —Malditas sean estas hamacas...

Hans dedicó una carantoña en la oreja a Wanda mientras le dedicaba unas palabras de amor paternofilial antes de marcharse. Qué apegados estaban este tío y esta sobrina. Qué triste habría sido tirar por la borda al entrañable tío Émil Fitzperry Clausewitz Zola. Qué desconsolada se habría quedado la pobre Dafne Mary de las Mercedes Zola. Casi se me cae una lagrimita de imaginar la tragedia. Por suerte, ahí estaba el buen doctor para cuidar aún de su sobrinísima.

El doctor caminó por la cubierta detectando lo que parecía un sutil cuchilleo proveniente de una mujer curtida de rasgos aguileños y curtidos, a todas luces susceptible de encajar en la descripción que poseía sobre la tal Eva, nombre cuya mera pronunciación incitaba al pecado y a la lujuria en un jardín rodeado de manzanos.

No se permitió más distracciones por el momento. Siguió a aquella comedia de cocinero llamado Alvin -excelente nombre para una ardilla inflamada de helio- hasta los aposentos de la capitana mientras adoptaba una pose digna y magistral, adecuada para la docencia y otros menesteres literarios.

Cargando editor
19/10/2021, 12:26
Hans Grüber

ATENTA A ESOS MEQUETREFES, MI PEQUEÑA Y DÍSCOLA SOBRINA. Hablaremos más tarde... Esa mujer, la que insinúa traición, parece ser un punto débil para muchos de los aquí presentes —dijo al tiempo que le daba un suave pellizco en el moflete a Wanda.

—Hablaremos más tarde. Ahora ha llegado la hora de... conjugar —dijo con un tono intrigante y un destello de maldad en sus ojos esdrújulos, pues el único calificativo con el que podían definirse los oscuros orbes oculares de Hans Grüber era el de...

PÉRFIDOS

Cargando editor
19/10/2021, 12:31
Hans Grüber

—Decidme, señorita Annalise: ¿Por qué tiene tanto interés la capitana Matatigres en el libro que insiste en aprenderse de memoria? —preguntó a la joven de cabellos como el plumaje de un ala de cuervo mientras se dirigían al camarote de Suzanne.

—¿Cree acaso que conduce a algún tesoro oculto? —preguntó con una media sonrisa el doctor, como si le sonase tan trillado que anhelase alguna sorpresa, algún giro imprevisto que matizase las intenciones de la capitana.