Partida Rol por web

Mi rostro adopta una expresión de circunstancia. - ¡Perdón, perdón! - digo juntando las palmas de las manos y haciendo una leve reverencia. - Aunque burdamente, diré en mi defensa que el mensaje llegó temprano, y quizás no estuviera al cien por cien de atención. Iré todo lo rápido que pueda. ¡Hasta luego! - digo mientras salgo corriendo hacia el castillo. Landroval pierde el equilibrio por la pronta carrera, y me sigue aleteando y dando graznidos.

Mientras Erthos salía a la carrera de la sede puede ver de refilón como el escribano menea la cabeza a la vez que se muerde el labio inferior.

El castillo estaba a una distancia bastante grande como para llegar en un momento. Erthos corrió por la calles en dirección sureste hacia el castillo. Los nobles del distrito marítimo miraban con asombro a un mago corriendo por sus calles (algo muy muy muy inusual).

El mago continuó corriendo hasta que en una esquina tropezó con el criado de uno de los nobles de la ciudad y tanto el mago como el criado cayeron al suelo.

Entonces el noble, el cual iba detrás del criado, dijo: ¿Pero esto qué es? ¡Tú! ¡Has ensuciado las finas telas que mi criado llevaba! ¡Ahora debes pagármelas! Hasta que no dice nada de las telas, no te das cuenta de que a tu alrededor está lleno de telas de todos los colores.

Desde mi posición de sentado podía ver al criado, sentado igual que yo, al noble, visiblemente enfurecido, y todas las telas tiradas en el suelo. Me incorporo y busco a Landroval con la mirada, que venía detrás de mí. - Perdonad caballeros. Tengo tanta prisa que no me he dado ni cuenta de lo que había delante de mí. - digo mientras ayudo a levantarse al criado. Me pongo a recoger las telas mientras hablo - Quédese tranquilo señor. Tendrá las telas como nuevas en un momento. - una vez he recogido todas las telas que he tirado, las coloco bien dobladas sobre mi brazo derecho. Con mi mano izquierda, trazo un pequeño dibujo en el aire a la vez que pronuncio unas palabras - Samas catrix. - al momento, se materializa en el aire una pequeña cabeza de halcón, que siguiendo las indicaciones de mi mano izquierda, va lamiendo las telas quitándoles la suciedad y alisándolas. Cuando las telas vuelven a estar impecables, la cabeza desaparece a un chasquido de mis dedos, y le tiendo las telas al criado mientras me dirijo al noble. - Vuelvo a pediros perdón por mi falta de atención señor. Pondré más cuidado la próxima vez. - le hago un gesto a Landroval y continúo mi camino hacia el castillo, andando rápido más que corriendo, para evitar los posibles accidentes derivados de mi falta de atención.

El noble mira con un poco de asco las telas "lamidas" por el halcón, pero acepta de mala gana el proceso. Cuando termina le dice al mago: Vale, pero que esto no se vuelva a repetir. Y tras eso, sigue su camino junto a su criado.

Erthos sigue corriendo hacia el castillo y consigue llegar a la puerta principal en la que hay cuatro soldados de guardia. Uno de ellos le da el alto a Erthos: ¡Alto! ¿Quién eres y qué vienes a hacer aquí? pregunta con voz serena y autoritaria.

Al llegar a la puerta, unos guardias me dan el alto, y yo aprovecho para recuperar el aliento. Después de un par de jadeos, respondo - Mi nombre es Erthos Perendran, y soy mago afiliado de la Orden Vigilante de Magos y Protectores. Este es Landroval, mi familiar y compañero. - digo a la vez que el halcón se posa sobre mi hombro - Tengo una cita con los señores de Aguas Profundas, a la que de hecho ya llego tarde. Así que, si me hace el favor... - avanzo un pelín, esperando que el guardia me abra paso, y en cuanto lo haga, entro.

Al decirle esto, el guardia te mira sorprendido: ¡Tranquilo! Toma aliento, aún no han llegado nada más que dos de los convocados. Tranquilo, no llegas tarde.

El guardia se te queda mirando con cara preocupada por si te desmayas...

- Buf... - digo mientras apoyo mis manos en el bastón - Es que me equivoqué de sitio al principio, y ya pensaba que no llegaba. Vaya carrerita que me he pegado por despistado. - cuando digo esto, se me nubla un poco la vista y tengo que sentarme en medio de los guardias para evitar caer redondo. - Si es que no estoy acostumbrado a correr. Lo mío son los libros. Si me permiten, caballeros, voy a tomarme un respiro aquí sentado. - me aparto como puedo para no estorbar y pego la espalda a la pared, apartando la mochila en el proceso.

Mientras el ritmo cardiaco vuelve a su valor normal, no puedo evitar pensar en las palabras del guardia. ¿Sólo han llegado dos de los convocados? Supongo que será una especie de misión conjunta. Interesante...

Tras ver que el mago recupera el aliento, los soldados ríen alegremente: ¡Vaya hombre! Tienes que ponerte más en forma. jajaja dice uno. Y otro le responde: No lo digas tan alto, tú seguro que no aguantas tanto. jajaja

Tras las risas iniciales, el primero de los soldados continúa: Por favor, sígueme a la sala donde espera el resto.

El guardia se da media vuelta y te lleva hasta un edificio de dos plantas que está dentro de las murallas del castillo. Al abrir la puerta ves dos hombres con armadura. Eso sí, las armaduras son diferentes, no pertenecen al mismo grupo.