Partida Rol por web

Parecía que ya me iba aclarando un poco con la ruta a seguir. Miré al capitán y le indiqué con el dedo el pasillo de la izquierda.

-"La enfermería está por ahí y si seguimos un poco más, volveremos al punto de inicio. Avanzando un poco más, está la sala de hipersueño. Siento no haberme situado mejor, capitán, pero me acordaba vagamente de este tipo de nave. Si vamos por la derecha, iremos directamente al puente, como ya le dije. Usted decide el camino, pero yo iría primero a la enfermería y después a la sala de hipersueño, aunque eso nos reste algunos minutos."

Esperé a que decidiera, que para eso era el mandamás.

John miró a Stamets. Se negaba a pensar en él con su nombre de pila, igual que con los demás. Eran su tripulación, profesionales. Había tomado la costumbre del ejército. Le daba un sentido de camaradería pero seguía habiendo distancia. Era necesaria para los momentos difíciles. Pero en este caso confiaba en el criterio del ingeniero, John compartía su sentido de la ética y el deber. Si fuera al contrario, esperaría que quienes los encontraran actuasen del mismo modo.

- Vamos hacia la izquierda entonces -contestó, escueto, asintiendo a la sugerencia. 

Lideró la marcha con la pistola en alto. Si había algún tripulante fuera de sus cabales no estaba de más una demostración de fuerza para aplacar los ánimos.

Escogisteis el corredor de vuestra izquierda y os dirigisteis hacia la enfermería, dejando atrás buena parte de la nave y volviendo, en cierta manera, sobre vuestros pasos. Efectivamente, tras un pequeño recodo, estaba la puerta de la enfermería.

Con el arma preparada, pulsasteis el botón de apertura de la puerta.

El lugar parece vacío, pero las luces crean un ambiente de semi oscuridad que no proporciona confianza. Cuando dais un paso adelante...

Manchas de sangre sacuden toda la pared, incluyendo techo y paredes, y varios charcos se extienden por todas partes. Las camillas están también manchadas, pero sorprendentemente, no hay ningún cuerpo a la vista. Sin embargo, eso no quita el horror de aquella visión, que aumenta vuestras pulsaciones y amenaza con haceros perder el control.

Ver aquel espectáculo de luces me recordó a la Greta, que tenía la mitad de ellas fundidas. La sangre era otra cosa, aunque no me acojoné. Entré y evité pisar los charcos de sangre que había por doquier. Miré alrededor para cerciorarme de que no había nadie por allí o ver si podía saber qué había pasado. ¿Habría signos de lucha?

-"¿Qué salvaje habrá hecho esto? Algo muy grave pasó aquí..."

Había algo terriblemente perturbador en aquella escena. Algo que hizo despertar en John otra escena del pasado en la que también había mucha sangre. Una en la que había sido el único sobreviviente, y había visto cosas que habían abierto heridas profundas. Esto volvía a abrirlas. Empezó a respirar agitado, le faltaba el aire...

No podía creer lo que estaba pasando,¿qué estaba haciendo McFadden? uno de esos bichos estaba intentando derretirle el cráneo y aunque se resistía con todas sus fuerzas, le estaba ganando la batalla. Tenía que hacer algo rápido o terminaría peor que Tristan. Por ahora la tapadera lo estaba protegiendo, pero no sabía cuanto tiempo iba a aguantar así que con la poca fuerza que le quedaba tomó impulso e intentó golpearlo contra la pared del hangar, esperando que el golpe le hiciera el suficiente daño para que lo soltara por unos segundos.

Y fue cuando el bicho, al golpear contra la pared, se soltó de cayó al suelo, casi al mismo momento que una bala procedente del arma de McFadden lo atravesaba acabando con él como con los dos primeros. 

- ¡Oh yeah! - Exclamó feliz por su impresionante puntería. - ¿Quién es el puto llanero solitario? - Preguntó retóricamente con media sonrisa en el rostro.

Por fin, lograsteis deshaceros de aquel maldito bicho, y con él hacían tres. Parecía que de cada huevo salían al menos esa cantidad, así que al ver la cantidad de contenedores que llevabais, no pudisteis evitar temblar y preguntaros para qué los llevaban.

Pero mientras respirabais tranquilos, McFadden tenía otras preocupaciones. En su intento por quitarle de encima al bicho, se había hecho bastante daño en la muñeca y apenas la podía mover. O bien se la había torcido... o incluso se la había roto.

El doctor lo sabría, pero todo apuntaba a lo segundo.

Finalmente, la operación fue un éxito. Doc suturó la herida y comenzó a despertar lentamente a Tristán, ante la mirada contemplativa y curiosa de Gemma, que permanecía en silencio sin decir nada.

A pesar de todo, oísteis un par de disparos procedentes del hangar, pero claro, no podíais perder de vista la urgencia del ingeniero y cualquier movimiento podía ser vital para él. Ahora, una vez acabada la operación, solo quedaba descansar, esperar a que se despertara... y ver qué demonios estaba sucediendo en la nave.

- ¡Mierda, me he hecho daño en la mano! - Exclamó doliéndose de la muñeca.

Por suerte, al menos había sido la zurda, pues en la derecha portaba su arma. 

- Vamos a la enfermería... - Dicho aquello de dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la enfermería mientras se agarraba la muñeca dañada tratando de inmovilizarla.

—No es un buen momento para tener una lesión —miro a Roge y lo acompañó a la enfermería — estarás expuesto si aparece otro bicho. Será mejor no volver al hangar hasta que no tengamos un arma efectiva contra esas cosas. —no podía olvidar el ataque de aquella criatura, Rook se aseguró que la puerta se cerrara para bloquearla. Sabía que no era ese su único problema, la Greta estaba a punto de convertirse en un ataúd y todavía no tenían noticias del Capitán y del ingeniero Stamets.

Tristán. Tristán. Tío. Venga Tristán despierta.- El tiempo de duración de la anestesia ya había pasado y el ingeniero debería volver en sí.

Oír disparos en una nave ocupada solo por 4 personas no era nada que invitase al optimismo, y menos después de ver las cosas esas tipo araña con sangre ácida, pero por el momento Doc tenía que centrase en su paciente. Tristan dime ¿Puedes mover las piernas?

Había estado ayudando a Doc con Tristan y afortunadamente, todo había, o parecía haber, salido bien. No había dispuesto de muchas ocasiones para poder observar la habilidad del doctor, pero en aquella ocasión, me había demostrado que era muy superior a lo que esperaba.

-Lo ha hecho muy bien, doc. Es usted un gran médico -le dije, alabando su acción.

Pero ni él ni yo podíamos obviar lo evidente. Además de Tristán, había otras cosas en la nave que podían suponer problemas para todos.

-Doc, ¿qué piensa que ocurre? ¿Desea que vaya a ver?

En ese momento, las luces sufrieron un nuevo parpadeo y se apagaron, dejando completamente a oscuras a toda la nave. Al igual que había sucedido antes, los motores habían decidido decir "basta" y la energía parecía haber caído hasta el punto de que ni tan siquiera, podían alimentar las cosas más elementales.

Por si todavía quedaba alguna duda, la temperatura general comenzó a descender y todos notasteis como el frío se extendía por todas partes.

La enfermería daba muestras de haber sido, más que el lugar de un ataque, el cruel desenlace para alguien, pero la ausencia de cuerpos no dejaba de llamar vuestra atención. Una vez conseguisteis tranquilizaros, sobre todo Smith, comenzasteis a mirar por todas partes, en busca de cualquier cosa que pudiese llevaros a entender un poco mejor lo que allí había sucedido.

A pesar de todo, no parecía haber nada.

Las luces fluctuaron varias veces. Aquella nave tampoco parecía estar en las mejores condiciones, por lo que quizás fuese buena idea no entretenerse demasiado.

- ¿Y ahora qué? - Chasqueó la lengua contrariado. - ¡Menuda mierda! 

No le quedó más remedio que acelerar el paso, todavía más, tenían que reunirse con el resto y averiguar qué estaba pasando con Smith. Aún era pronto para su regreso, pero al final tiempo era lo que no tenían, pues la nave estaba a punto de colapsar. 

- ¡Corre Hate! - Le dijo indicando la carrera.