Partida Rol por web

- Necesitamos pieles para aguantar el frío que cada vez va en aumento - comentó la líder del clan mientras miraba alto en los cielos, como si oliese el viento - así como carne fresca para alimentarnos - habló frente al grupo que estaba armando Mikklas y ahora Hodur reforzaba.

- Lo ideal sería reforzar la partida de caza con seis guerreros más, es importante que más arcos se sumen al tuyo - le señaló a Mikklas.

- Las tierras disponibles son amplias, sin embargo me ha parecido ver que la fauna del lugar se reune principalmente en los dispersos riachuelos - señaló, aunque no intentaba decirle al cazador como funcionaba su oficio.
- No escatimen esfuerzos - cerró.

Le había alegrado que Islab estuviese dispuesta a recolectar alimentos, aunque todo trajera desesperanza en los últimos tiempos, algo así le iluminaba el espíritu. Aquellos enormes ojos negros lo podían cautivar, y ahora no quería dejar pasar la oportunidad de recorrer aquél territorio y trabajar por los suyos junto a ella.

- No desaprovechemos la oportunidad de tomar lo que la primavera permitido crecer antes de que la escarcha lo cubra todo... vamos, juntos los hermanos horsebor y humanos del clan, no descansemos hasta que llenemos las cestas y los estómagos de los más necesitados - sus palabras parecían elocuentes, pero su entonar era el de un niño con ilusiones. Aunque estuviese hambriento, sabía ocultarlo bien; o era quizá que ir con sus familiares y con su amada a hacer aquello que su propia gente conocía mejor nadie le hacía ignorarlo.

- Tenemos bastos páramos al sur e incluso cerca del clan Rotesnö comienzan algunas llanuras, al ser un territorio ideal para sembrar en primavera, lo es también para que la misma naturaleza nos haya dejado regalos; incluso alrededor de la lagunilla debe de haber abundante vegetación - Extendió los brazos mostrando la bondad de aquél territorio áspero y olvidado, que ahora en su mirada podía ser un campo de delicias.

Embla seguía algo molesta con la terquedad de su compañero, sobre todo porque ahora le había jugado en contra. De todas formas, aquella motivación risueña e infantíl era algo que le gustaba, no podía evitar verlo al joven centauro como si fuese un hijo: un alma alegre e inocente que no ha conocido los males del mundo, la traición o la crueldad de otros.

No pretendía ponerse en contra de él tanto por lo que ya habían acordado como por no apagar esa llama que podía encender a otros y mejorar el ánimo general que se caldeaba en Lávidr.

Mantuvo los ojos entrecerrados y luego los abrió de golpe, mirando a Eindride con una sonrisa; fue sincera.

- Ya te he dado mi confianza, pequeño; ahora no la desperdicies, lleva a tus horseborn, lleva todos los que necesites, trabaja hasta desfallecer. No nos defraudes - terminó tajante. Era claro que le daba todo y esperaba lo mejor de ellos, ni más ni menos.

Ese momento del día, dónde la mayor parte del fuego se apagaba y solo quedaban unas pocas ascuas iluminando a los silenciosos vigías nocturnos, era cuando la líder del clan podía descansar o intentar despejar su mente.
Se encontraba en su tienda con su esposo, con quién se venían dando calor desde hacía una hora ya, y no parecía que la cosa fuese a parar aún por un rato. Embla tomó una de las pieles de oso y se cubrió hasta el cuello, luego apoyó su cabeza sobre el pecho de Bjorn, que no era menos peludo que la piel con la cual se abrigaban.

- Querido mío, gracias por quedarte y ocuparte de los nuestros - expresó, relajada, mientras acariciaba uno de sus fuertes brazos y sentía en detalle los contornos de varias cicatrices, frescas y antiguas, que lo adornaban. Le gustaba el aroma potente de ambos, la relajaba, le daba confianza, le hacía olvidar a aquellos a quienes le había jurado venganza.

- ...no estoy segura de que habrá en aquella laguna, incluso si habrá pesca decente... - murmuró con un tono que era muy distinto al que los demás miembros del clan conocían - ...llevate un puñado de hombres, no creo que hagan falta guerreros, exploren ls costas, pesquen algo... ya sabes - lo abrazó y cerró los ojos, aunque todavía no daba señales de pretender dormirse.

- Cuidalos... - le expresó, juguetona.

Embla observó al grupo reunido allí en pos de darle un buen vistazo al nuevo y poco conocido territorio. Le llamaba la atención que Gunnar estuviese haciendo algo distinto que intentar asesinar a quienes se acercaban a su esposo. Parecía que ahora iba a dar algo para el clan, y esperaba que eso durase aunque sea unas semanas.

- Lo principal, para el asunto que tenemos entre manos, es recorrer los dominios completos - asintió - como la mayoría de la gente de Lávidr estará avocada a intentar sacar provecho y sobre todo vituallas, considero que lo ideal sería ir separados - cruzó los brazos.

- Cada unos de vosotros solo podrá moverse más rápido y pasar desapercibido de otros, bestias y hombres. Gunnar será más apto para las zonas montañosas del norte, Hjálmarr correrá sin problemas por la zonas bajas del sur. No cejen hasta haber cubierto todo el territorio, no pasen nada llamativo sin haberlo explorado - sentenció.

Lo último que faltaba decidir era algo que el consejo había puesto como base de su estrategia de supervivencia, esto era aprovechar el comercio para intercambiar sus recursos por alimentos. Todo lo que se venía discutiendo y planeando era relevante a corto plazo, pero aquí se jugaba que a mediano plazo tuviesen una entrada regular y los ánimos calmos, así como los estómagos llenos.

Embla, que parecía tener un motor de energía inagotable, se irguió ante el resto como al árbol que representaba su nombre.

- Pretendo que partamos cuanto antes, llevando una escolta imponente y fuerte: hay mucho que mover, así como mostrar a nuestros vecinos nuestra fuerza. Cuatro guerreros humanos y otros tantos varls nos serán suficientes. -

Pensó unos momentos y observó el tosco croquis que había dibujado en la tierra usando una varilla, señaló un círculo - Aquí, el poblado tiene un mercado activo, quiero saber cómo se valoran los bienes allí y nos proporcionará un lugar de fácil intercambio de nuestros recursos - movió la varilla más hacia el norte, el territorio que había marcado como lindante con el suyo - Luego quiero visitar a nuestros aliados, dudo que posean mucho excedente para intercambiar, pero me siento obligada a presentarme en persona, le he dado mi palabra a Erik y cumpliré en mantener una relación de amistad con ellos -
- Finalmente, creo que puede ser de nuestro interés acercarnos a la torre de Greyhorn y ver que tienen para intercambiar allí los varls que la habitan -
 

Opino lo mismo que Embla, con unos pocos guerreros que os acompañen, podréis conseguir bastante más que si vais solos…- les dijo Bjorn a los que se encargarían de la partida de caza -Y necesitamos todo lo que podáis conseguir- añadió, mirando con preocupación las duras tierras que eran ahora su hogar.

También concuerdo en que, como lugar donde porder encontrar presas, los riachuelos son una buena elección así como también puede serlo la lagunilla… pero deberíais echar un vistazo también a la frontera con el clan Rotesnö- les dijo -Sus tierras son algo más cálidas, por lo que es posible que alguna manada se dirija hacía ellas huyendo del frío- les explicó.

Iré mejor solo- dijo Gunnar, asintiendo secamente a la palabras de Embla -Y puedo moverme igual de bien por cualquier zona- añadió con el mismo tono y sin cambiar su expresión, por lo que no quedaba claro si estaba conforme con lo que Embla decía, si le molestaba estar de acuerdo con ella o si en realidad no le importaba en lo más mínimo… aunque conociéndole, lo más seguro es que fuese eso último.

Si hay algo que encontrar, lo encontraré- dijo con absoluta seguridad, mirando a Bjorn para ver si tenía algo que decir antes de que diese media vuelta y partiese.

Me parece bien que ambos vayáis cada uno por vuestra cuenta- dijo Bjorn, mirando a Gunnar y a Hjálmarr alternativamente -Y también pienso que es mejor que Gunnar, tú vayas a las zonas más montañosas mientras que tú, Hjálmarr, te encargas de explorar las zonas más bajas…- continuó -Sin embargo, creo que al menos tú deberías llevar a unos cuantos guerreros contigo- añadió mirando a Gunnar.

Así podrías cubrir una zona mucho más amplia que si fueses tú solo- le dijo, ignorando el leve ensombrecimiento de su expresión que tan claro resultaba para Bjorn. “Ni quiero ni necesito su ayuda” era lo que decía su expresión, y aunque tal vez Bjorn estuviese de acuerdo, también era consciente de que Gunnar tenía que empezar a relacionarse y a trabajar con los otros miembros del clan.

Apenas empezó la última charla antes de salir a explorar ya estaba casi definido, dieron su punto de vista con excepción de Mikklas que permanecía algo callado. Si bien la idea de ir por separado abarca más territorio también dos pares de ojos ven más que uno. - De acuerdo. - Digo a pesar de que no lo estaba, hubiera preferido llevar a mis compañeros dado que ya estamos acostumbrados a explorar pero se ve que son más necesarios en otros lados.

Gunnar era fiero, leal y eficiente, de eso no había duda, pero tratar con él era casi como querer sacarse una astilla del dedo; molesto por donde se lo mirase.

- Si Gunnar va a ocuparse de las zonas altas del norte, creo que la zona de la lagunilla quedaría bajo su responsabilidad - le comentó al horseborn que parecía querer hacerse cargo de esa zona - Además, confío en que estará cerca de Bjorn por lo que haga falta -

- Por otro lado, no creo que podamos disponer de hombres de armas para la exploración: ya tenemos un grupo dedicado a la cacería y otros tantos vendrán conmigo a comerciar - le replicó a su esposo