Partida Rol por web

Con Bjorn de acuerdo (y por tanto Gunnar) y con Hjálmarr dejando bien en claro lo que pensaba de todo aquel asunto, la comitiva se dirigió hacia un nuevo problema. Y menudo problema, de tal nivel que lo que se encontraron dejó de ser "un pequeño encuentro con viajeros" para convertirse en un nuevo consejo improvisado.

"Dufe. ¿Cuándo me convertí en consejero del Clan?"

La situación era muy difícil: la gente sospechaba de una trampa, la gente sospechaba de la tribu del hacha, la gente sospechaba del Gran J... había muchas sospechas y era difícil disiparlas todas. Por su lado le costaba pensar que pudiera ser una trampa cuando había gente que había sido herida tan gravemente: un par de dedos podía verlo en gente muy muy fanática, perder un brazo por hacer más creíble una trampa requería de demasiada dedicación como para que pudiese creérsela: un hombre manco era un hombre muerto, si no tenía amigos, o quizá hasta con amigos de cara a los crueles inviernos de aquella zona. Y desde luego la piedad de los dioses no estaba muy disponible aquellos días.

-A ver... yo aún no estaba aquí cuando conocisteis al Jeknir, estaba ahí -dijo, señalando a las masas de gente- pero recuerdo todo lo que hizo y todo lo que jugó. Poner esto en las manos de ese hombre es dejar que toda esta gente pierda lo que tiene, y que el varl se haga más gordo y feliz.

Sacudió la cabeza.

-Estoy con Wulfrig: hablemos con los Rotensnö, son amigos nuestros, comerciamos con ellos, nunca nos hicieron mal -bueno, una vez casi nos matamos con ellos, pensó, pero no lo dijo en voz alta- No voy a confiar en la persona que sonríe mientras te dice lo que aquel enorme cabrón dijo.

También estaba el caso de la riqueza de la caravana, riqueza que el clan del Hacha asumiría para sí. Era peligroso, era casi una declaración de guerra si salía mal, pero por otro lado... tal y como les había tratado aquel tipo, ¿era DE VERDAD seguro dejar que tuvieran tal cantidad de recursos y ventaja sobre ellos, y confirmarles que no habría nada que se les opusiera o detuviera llegado el momento?

"Respecto a ellos… estarán más seguros que fuera, y podrían ayudarnos mientras lidiamos con Jeknir y los Økskrig"

-Yea -asintió vigorosamente- Sospechas de trampa o no, no pienso dejar que esta gente acabe fuera hambrienta y sin un techo sobre su cabeza ni hoguera para calentarse sólo porque recelemos. Estaríamos haciendo lo mismo que Jeknir: ofrezcámosles comida y espacio, y unir su bandera a la nuestra si quieren.
 

Cuando el grupo de viajeros empezó su nueva jornada con rumbo al asentamiento del clan Lávidr, para quizá, con algo de suerte iniciar una nueva y mejor vida allí, el viejo y fornido Asbjörn dio un paso al frente, clavando su duro escudo en el suelo a fin de recargarse sobre de él. – No podemos absorberlos a todos y esperar a que el invierno nos devoré. No hay suficiente alimento ni siquiera para nosotros. El creer que podemos conseguirlo solo nos haría más ineptos que un idiota. El invierno se acerca y habrá muchas bocas que alimentar. Hemos construido muchos edificios y hemos afianzando nuestra posición en estas colinas que son nuestro hogar de ahora en adelante. Pero para hacerlo hemos consumido muchos recursos y mucho alimento, y solo hay algo más de 40 días antes del invierno – explicó el varl levantando la voz de forma severa en varios instantes.

– Asbjörn tiene razón. Necesitamos el alimento que trajo esa caravana – sentenció Fridtjof impulsivamente sin prestar atención a un Asbjörn que, sorprendido, negaba haber dicho tal cosa o pensar de esa manera. – Es eso, o tomar todo lo que haya en estás tierras para sobrevivir, sin importar las consecuencias futuras. Y realmente no queda gran cosa –.

Islab por su parte solo movía su Jabalina de un lado a otro, como pensativa. Al igual que muchos, la cazadora no temía a la batalla, pero tampoco le gustaba el suicidio; era valiente, para tampoco tenía prisa por morir. – Conseguir ese alimento será más difícil que rescatar a los miembros de la caravana. Si al clan Økskrig le importasen vivos, no les habrían atacado con tanta brutalidad. No, ellos solo quieren el alimento y los recursos de la caravana. Saben que alimentar a tantas bocas es un error y por ello les han descartado. Si nos llevamos a los aldeanos quizá hasta nos agradezcan, pero si osamos robarles no creo que nos sonrían – .

– No contemos bocas, contemos brazos fuertes para trabajar – exclamó Asbjörn levantando su puño, a lo cual otros varls en la cercanía no tardaron en imitarlo levantando sus gigantesca espadas, mazas y hachas en lo alto para gritar con furia, como si les llamasen a la batalla; Asbjörn por su parte, simplemente les ignoró, seguramente no tenían idea de lo que estaba hablando o creían que una batalla era ya inminente.

El consenso general era que había que rescatar a los otros doce miembros de aquella alianza que aun seguían en el territorio hostil, que bien podrían ya estar muertos o haber sido hechos prisioneros. Y a su vez, con una prioridad un poco por debajo de ello estaba el en general, rescatar a todo aquel miembro de la caravana que fuera posible, pero siempre y cuando no se produjese algún conflicto con el clan Økskrig. Finalmente, había un debate entre si solicitar una audiencia con Jeknir o no, y a su vez el si habrían de intentar robar el alimento y recursos capturados por Økskrig o no; lo cual podría contraponerse a la audiencia con Jeknir si las cosas no salían bien. De momento lo más aceptado era que era preferible robarles a los bandidos que pedirles permiso a ellos mientras estos les robaban.

Entre el tumulto de opiniones, la voz de TAbsjörn se impuso de nuevo, y en un intento por aclarar las ideas, intento fijar las posturas actuales. – Primero lo primero, ya se acerca el medio día, no hay tiempo para largas discusiones si no para acciones rápidas. Si hay miembros de la caravana libres aún, habrá que rescatarlos cuanto antes, ya sean parte de la alianza que estamos adoptando o no. Todo lo demás puede esperar. Enviemos de inmediato a un grupo basto de exploradores que se encargue de realizar el rescate mientras el resto nos preparamos para una tarea mucho más ardua, rescatar a aquellos que estén prisioneros. Con el informe de los exploradores tendremos más claridad sobre nuestras acciones futuras y como rescatar a aquellos doce – dijo el varl quien parecía ya tener una plan trazado en su cabeza, aunque el ex-mender también tenía el suyo y no iba a esperar a que se le adelantase.

-Hay que asaltarles de noche y con rapidez. Que no sepan quien les golpeo y con la mínima posibilidad de derramamiento de sangre. Si lo hacemos bien, salvaremos a muchos y conseguiremos crecer como clan con todo ese alimento y recursos; y a su vez, aún podríamos realizar aquella ocurrente audiencia con Jeknir – remató Fridtjof esperando que todo estuviese sembrado de forma apropiada.

Bjorn se mantuvo en silencio mientras el resto de sus hermanos en el Consejo daban su opinión sobre lo que debían de hacer con lo sucedido. Por desgracia, al parecer no veían como él la necesidad de convocar una asamblea con Jeknir para tratar sobre lo sucedido antes de actuar, y aunque bien podría haber usado su posición para inclinar la decisión en esa dirección, no era partidario de ese tipo de actuaciones, pues no se consideraba superior ni más sabio que el resto. Además, a pesar de haber descartado convocar la asamblea antes que nada, al menos tampoco la habían descartado por completo.

Como bien habéis dicho, si vamos a actuar hay que hacerlo sin demora- dijo tras escuchar a Asbjörn y a Fridtjof -Islab, tú y tus guerreros sois los más veloces de todos nosotros, si lideráis a los exploradores tendremos más oportunidades de encontrar a más supervivientes que hayan podido escapar de los malditos Økskrig- le dijo a Islab -Gunnar, amigo mío, no conozco a nadie más hábil que tú en moverse rápido y en silencio, si tomas a unos cuantos hombres adecuados y acompañáis a Islab y sus guerreros, no dudo que podréis encontrar a los malnacidos de los Økskrig sin que os descubran- le dijo a Gunnar, recibiendo por respuesta un seco gruñido -Hay que encaminar a los supervivientes a nuestro asentamiento y encontrar a los malnacidos de los Økskrig antes de que se alejen demasiado. Si es necesario, adentraos en su territorio, pero no demasiado. Lo principal es que no os descubran, no os arriesguéis y a la mínima sensación de peligro, alejaos- les dijo -También habría que preguntarles si hay algún modo de que los suyos nos reconozcan como amigos para evitar problemas- añadió, señalando con la cabeza a los 12 supervivientes que habían conseguido llegar hasta ellos.

El resto podremos prepararnos y salir hacia allí y reunirnos con los exploradores junto a las Tres Piedras*- dijo -Así podremos actuar en función de lo que averigüen- añadió.

Se sacudió el sudor del pelo de la frente mientras barajaban todos aquellos aspectos: todo se le escapaba de las manos a alguien que hasta hace nada ni siquiera había sido miembro del consejo, su principal mérito ser la persona que combinaba mayor experiencia en su terreno con menor número de enemigos tras que la mayoría de candidatos más capaces hubieran muerto en el viaje.

-¿Quieres que me una a Gunnar, jefe?

El plan le seguía pareciendo un suicidio, pero bien era verdad que no había muchas más opciones (lo que le tranquilizaba menos de lo que parecía) y que él también tenía buen entrenamiento en moverse no llamando la atención de grandes animales hasta que los tenía a cierta distancia, lo que era útil contra las tropas varl. Además... además, puestos a elegir con quién quedarse, mejor tener a una mala bestia y experto en matar como Gunnar de su lado que en otra posición.

También habría que preguntarles si hay algún modo de que los suyos nos reconozcan como amigos para evitar problemas

-Esa es buena idea, seguramente tengan alguna clase de colgante, saludo tradicional o ropas que puedan servir para eso... -asintió- Voy a preguntarles, con permiso.

Mikklas tenía la cualidad de duro liderazgo de una acelga en vinagre, pero hablar con la gente no se le daba mal: había algo en el hombre que resultaba convincente a la gente, aunque sólo fuera que la falta de aristas afiladas en su superficie les resultase agradable y tranquilizadora. Gracias en parte a sus obras la mayoría habían decidido correr y formar parte del clan

Escucho atento toda la votación para definir que hacer y veo que no salió tan diferente de lo que estaba pensando, cada vez son más los que piensan como yo para resolver las cosas y eso demuestra que están ganando sentido común. Lo que me llama la atención es lo serio que se puso mi hermano, se ve que está más serio y no me cierra, ahora parezco el bocazas y él el tipo centrado. Algo debe estar tramando ese truhán y en cuenta me entere le daré su merecido.

Enfilo a mi gente para que me siga y encaro a mi hermano. - ¿Qué harás? ¿Quedarte a proteger el asentamiento o venir con nosotros?. - Mientras espero que el resto del clan se prepare para ir a dar un paseo por la casa del vecino.

Con los planes claros, o al menos lo suficientemente claros, los exploradores del clan partieron hacia la frontera con el territorio del clan Økskrig. Mientras, los lideres del clan preparaban todo para la misión principal. En el trayecto al asentamiento del clan, Asbjörn, uno de los guerreros con mayor tiempo en el consejo planteó sus dudas sobre los eventos a llevar a cabo.

– ¿No deberíamos estudiar el terreno? ¿Analizar las guardias del clan enemigo? ¿Los puntos débiles del perímetro defensivo? ¿Vías de escape? ¿La condición física de los prisioneros? ¿Dónde se encuentra la comida y los recursos guardados? – entre muchas otras cosas que otros también plantearon motivados por las palabras del anciano Varl; aunque, tal como manifestaba Fridtjof, casi nada de eso se podía hacer, si lo imperativo era atacar rápidamente y con contundencia. Si esperaban, probablemente ya no tendría sentido el intentarlo.

No obstante, Islab si comprendió algo importante al instante, necesitaban ubicar el lugar donde el enemigo tenía guardado lo robado o los prisioneros. Sin eso, todo fracasaría. La horseborn por ello propuso estar ella encargada también de aquella tarea, a fin de previamente realizar una exploración del terreno y saber los puntos exactos de asalto; los cuales habrían de transmitir al contingente principal al caer la tarde.

Así, mientras los preparativos avanzaban, las horas transcurrían y las noticias iban llegando poco a poco. Y a su vez, el sol iba avanzando en los cielos.

Las horas avanzaban y las noticias iban llegando poco a poco, a cuenta gotas, pero suficientes como para ir llenando el abismo de incertidumbre. Los exploradores que habían partido hacía ya varias horas rumbo a la frontera del territorio, habían cumplido con éxito su primera tarea, que no era otra más que llegar hasta allí. Desde allí se habían dividido en dos grupos, uno liderado por Gunnar adentrándose en el territorio enemigo y otro liderado por Islab barriendo el territorio hacia el asentamiento. Cada uno encontrando sus propias dificultades. Al mismo tiempo, en el campamento los héroes del clan iban preparándose para la misión principal la cual podría costarles la vida si no se llevaba a cabo con precisión, o si se actuaba sin la previa información necesaria.

Incluso antes de abandonar el territorio de su clan y adentrarse en tierra hostil, Gunnar se había asegurado de que todos y cada uno de los hombres que le acompañaban pusiesen el máximo cuidado en moverse en el más absoluto silencio. Nada de murmullos. Nada de pasos descuidados. Nada de movimientos innecesarios. Cualquier error ahí podía desembocar en un combate… o aun peor, atraer a algún Økskrig que los siguiese cuando se reuniesen con el resto y pudiese avisar a los suyos.

En silencio

Aquella era la única frase que Gunnar había dicho, y no necesitó repetirla… incluso en la oscuridad, su mirada bastaba para dejarles claro a los demás lo que tenían que hacer, y además, él mismo se había asegurado de que ninguno de los que formaban el grupo de los exploradores fuese un estúpido de sangre caliente. Todos sabían lo que había que hacer, y lo hicieron.

Llevaban ya un rato adentrándose en tierras enemigas cuando se escuchó el canto de un pájaro en particular. La señal. Alguna de las parejas de exploradores. En silencio, se acercaron todos hasta ellos.

¿Økskrig?- preguntó Gunnar en un murmullo apenas audible cuando llegó

Supervivientes- le respondió uno de los exploradores en el mismo tono mientras señalaba hacia una pequeña cueva, describiendo en un par de palabras y gestos lo que habían visto.

Asegurémonos- les dijo Gunnar a sus hombres -Con cuidado y en silencio- les ordenó, poniendo rumbo hacia la cueva. Por lo que había explicado el explorador, era muy poco probable que aquellos fuesen Økskrig, o incluso guerreros… pero poco probable no era imposible, y Gunnar no pensaba arriesgarse en lo más mínimo.

La llegada de aquellos cinco guerreros causó un pequeño revuelo en el campamento, pues al fin y al cabo todos allí eran conscientes del peligro que corrían en aquella misión, y si querían tener éxito, no ser descubiertos era fundamental, por lo que la aparición de desconocidos hizo que los nervios y la tensión aumentasen.

Lamento ser quien confirme vuestros temores- dijo Bjorn tras escucharles y ver que eran parte de la caravana atacada pero que al haberse retrasado, desconocían cual había sido el destino de esta -Pero la caravana que acompañabais no solo fue atacada, sino también saqueada y varios de sus miembros tomados prisioneros- les informó -Pero no desfallezcáis, pues no todos cayeron… algunos lograron escapar, llegaron hasta nosotros, y ahora están a salvo- dijo -Ahora mismo estamos de camino a intenta ayudar a quienes no han tenido tanta suerte, y vuestra ayuda podría suponer una gran diferencia- les dijo -Es cierto que no pudisteis ayudar a los vuestros cuando fueron atacados… pero os ofrecemos la oportunidad de redimiros y de recuperar vuestro honor. Uníos a nosotros y ayudadnos- les ofreció.

La noche se aproximaba, el clan estaba listo y los vientos fríos del norte presagiaban una buena noche de cacería, solo esperaban que estuviesen a su favor. A aquellas horas había ya muchas alturas sobre todo lo acontecido con los demás grupos. De los exploradores enviados a la frontera para desde allí, explorar el territorio Lávidr, al tener éstos un basto espacio que cubrir, y tras divisar varios rastros algo recientes en el terreno, decidieron seguir varios rastros que marchaban hacia el norte sin mucha suerte. Al final solo lograron encontrar a un par de pequeños grupos de viajeros de la caravana que habían tomado aquel rumbo. De los exploradores que se internaron en el territorio enemigo, tras dispersarse, encontraron diversos rastros de la batalla, los miembros de la caravana e incluso del propio clan enemigo. Un par de ellos encontraron una hoguera en el valle donde había dos hombres harapientos calentándose. La primera impresión les llevó a pensar que eran miembros de aquella caravana que había sido atacada, pero la extraña situación les invitó a esperar y observar; a no hacer nada hasta que estuvieran seguros de quienes eran aquellos dos hombres. Pronto se hizo notorio que había algo raro, aquellos dos hombres no se movían, simplemente estaban allí quietos, contemplativos junto a la hoguera. Los exploradores estuvieron en ese punto dispuestos a acercarse pero les instinto les obligó de nuevo a esperar y observar; he hicieron bien. Muchos minutos después, un contingente del clan Økskrig compuesto por unos seis guerreros se acercó al lugar contemplando a aquellos hombres inertes y mirando la lejanía, como si estuviesen decepcionados de algo, incluso uno de ellos en su furia pateó a uno de aquellos dos hombres y su cuerpo se estrelló contra el suelo tal cadáver inanimado. Era claro ahora, era solo un señuelo y aquellos dos miembros de la caravana ya estaban muertos y nada se podía hacer por ellos. Esto fue fructífero pues más adelante estos dos exploradores pudieron divisar a varios miembros de la caravana con vida mientras regresaban al territorio Lávidr. Otro par de aquellos exploradores que se habían internado en el territorio del clan Økskrig se encontraron con un grupo de hombres, mujeres y niños que corrían por el valle refugiándose entre las hiervas para no ser vistos, hasta llegar a una cueva en la cual se introdujeron con el mismo fin. Ante ello, aquel par de exploradores decidió aproximarse con cautela y sorprender a aquellas personas para evitar cualquier confusión, solo entonces pudieron presentarse como es debido. El plan tubo éxito, aunque por un momento pareció fracasar pues aquellas personas, aunque no estaban armadas, estaban listas para dar su vida a la más mínima amenaza que se les presentara y al ser sorprendieron tomaron rocas y palos para lanzarse al ataque, pero, ante el comportamiento de los exploradores Lávidr, comprendieron que no eran una amenaza sino más bien un milagro.

Respecto a aquellos cinco guerreros experimentados que llegaron hasta el asentamiento, el clan decidió ofrecerles refugio a cambio de unirse a la próxima batalla como una alianza dentro del clan Lávidr, a lo cual, aquellos cinco hombres aceptaron sin dudarlo asegurandole al consejo del clan que no se arrepentirían y que su honor que daría demostrado en batalla.

Llegada la tarde, la mayor noticia que obtuvo el grupo además de los pequeños rescates realizados, era que el grupo de Gunnar había fallado en su cometido de rescatar a aquellos 12 prisioneros que buscaban. Y si bien había sido el grupo de exploradores que había logrado rescatar a mas miembros de la caravana, realmente no habían conseguido su objetivo principal. Aunque, Gunnar y otro exploradores lograron observar a una docena de guerreros Økskrig que llevaban a una docena de prisioneros harapientos y heridos, justo con una vestimenta con insignias similares a las de aquellos otros doce hombres que habían rescatado en un principio.

Ambos exploradores siguieron sigilosamente a aquella comitiva hasta dar con un pequeño campamento temporal que se había montado sobre una colina, en este, había no solo más prisioneros aparte de aquellos doce, si no que se encontraba reunido todo el alimento y todos los recursos de aquella caravana. Probablemente los habían reunido allí para recopilar todo en aquel día transportándolo hasta ese punto intermedio. De ser así, el clan Økskrig habría de partir al día siguiente con todo lo obtenido hasta su asentamiento. Si habrían de intentar rescatar prisioneros y recuperar lo robado, el momento era aquella noche aprovechando la oscuridad, o bien asaltarlos en el camino ya a plena luz del día. En cualquier caso, si no esperaban a que llevasen todo hasta su asentamiento, nada podrían hacer. La pregunta era entonces ¿que hacer ahora?

Si alguien me tiene que caracterizar es como alguien protector hacia el resto, el que necesita un cobijo lo tendrá conmigo pero hay excepciones y estos cinco sujetos no me despiertan la más mínima confianza. - Gente, estamos dando demasiadas vueltas y todavía hay gente a la que ayudar. Desde mi punto de vista tendríamos que primero dejar desarmados y vigilados a los cinco nuevos. No confío ni un ápice en ellos, cero confianza y me hago cargo de ello si se ofenden. - Lanzo una mirada desdeñosa hacia ellos antes de proseguir con el resto de los líderes. - Lo segundo es que para sacar la gente que quedó tenemos que primero no ser descubiertos como el clan que somos, separarlos para evitar un ataque completo distrayendo su atención. También por otro lado tenemos que ver que van a hacer del otro clan. -

Agarro una rama y aliso el suelo para dibujar lo que pretendo. Sitúo la pequeña lomada donde estás situado el campamento y con todo el detalle que nos brindaron de información restando la falta de habilidad de mi mano. - Nos pondremos símbolos de otros lados para que no sepan quien les atacó. Para mi los de Garra de Oso, son un blanco bueno para sacar un beneficio extra. Usaríamos a los horseborn sin importar si saben atacar, la idea es que disparen y corran alejándose de ellos cuando se les van acercando. Quiero aprovechar la noche para que no distingan que son horseborn y piensen que son jinetes montados. Quizás haciendo un par de piernas falsas a los costados, sin detalles. Sólo que genere una sombre que les haga dudar. Que estén lo más separado posible para que ellos tengan que mandar mucha gente dispersa para cada lado pero siempre en un abanico hacia el otro por el cual vamos a ir nosotros. -

Hice una leve pausa para que lo fueran digiriendo esta idea que me estaba surgiendo en la cabeza. 

- Nosotros por otro lado iríamos todos juntos de manera compacta para empujar lo más rápido posible a los que hayan quedado en el campamento mientras un grupo de gente, no hace falta que sean guerreros, rescatan a los prisioneros. Esto es porque tendrían únicamente que abrir las puertas y sacar a los prisioneros, tenemos que tener algunas carretas listas a cierta distancia para cargar los heridos y todo lo obtenido si se puede. Después debemos dar un gran rodeo para que se pierda el rastro. Si los de Rotensnö nos quieren ayudar, bienvenidos sean. -

Bjorn observó tanto a Wulfig como el esquema que dibujó en el suelo con el ceño fruncido mientras sopesaba la situación.

Es demasiado arriesgado…- dijo tras varios segundos -Entiendo que quieras rescatar a los prisioneros, también yo quisiera librarlos de su cautiverio a manos de los malnacidos de los Økskrig, pero son demasiados- le dijo -Incluso si logramos que la distracción funcione y salgan a perseguir a los horseborn, los exploradores contaron al menos una veintena de guerreros en el campamento, puede que más, y eso sin contar al grupo que siguieron… aunque mandasen a la mitad de ellos a perseguirles, aun quedarían bastantes como para vigilar el campamento y resistir lo suficiente como para que vuelvan los demás cuando den la alarma- argumentó -Y eso contando con esos cinco- añadió, refiriéndose a los guerreros que habían encontrado y dejando claro que si con ellos sería complicado, sin ellos sería casi imposible.

Además, seguramente, mañana partan hacia su asentamiento, no tenemos tiempo de preparar nada, mucho menos de traer carretas o esperar a los Rotensnö…. no, si vamos a actuar, debemos hacerlo esta misma noche- dijo, deteniéndose unos segundos antes de continuar -Y por mucho que lo lamente, no somos suficientes como para poder enfrentarnos a ellos, al menos, no con la seguridad de que ninguno de ellos vaya a poder escapar- sentenció -Sé que hemos venido hasta aquí para ayudar a esa gente… pero no podemos arriesgar la vida de todo el clan. Gunnar y el resto de exploradores ha podido encontrar a varios supervivientes, hemos hecho lo que hemos podido… regresemos al asentamiento junto a ellos- dijo.

Todo aquello era muy difícil, reflexionó Mikklas mientras se rascaba el pelo, meditabundo. Dejar tirada a toda aquella gente era... no era agradable, pero era verdad que no podían hacer mucho más, y que con una persona que escapase de aquel campamento le habrían dado una excusa a aquel monstruo para barrerlos a todos del mapa en segundos. No le gustaba la idea, no le gustaba en absoluto, pero suponía. Suponía que no podían hacer mucho en realidad.

-Crees que es otra trampa -dijo a Wulfrig.

Podía ser. Sumada a la que habían establecido antes, parecía que había mucho interés en aquella gente en descubrir que alguien estaba actuando contra ellos, cuando eran los dueños y señores de lo que les rodeaba poco menos. Aquello al gordazo nórdico no le tranquilizaba lo más mínimo: estaban tratando de buscar excusas para poder quitárselos de enmedio, incluso cuando se habían quedado las peores tierras. Había sido un desafío más del que el "rey" podía soportar, al parecer.

-Si actuamos... actuamos ya, y tendríamos que barrer al campamento: rápido, y no dejar nadie vivo que pueda dar noticia de nosotros por la mañana -dijo, explicando un poco lo que todos sabían- Conseguir que se dispersasen sólo conseguiría que alguno acabase por escaparse. Y son una fuerza lo bastante grande como para que acabemos perdiendo hombres esta noche...

Sacudió la cabeda, resoplando.

-Estoy con nuestro líder. La única opción que tenemos ahora sería enfrentarnos de cara, en la noche, al campamento Økskrig y aun así nuestras pérdidas serían grandes y sangrantes. Si tuviéramos la confirmación y las fuerzas de los Rotensnö para apoyarnos en caso de que escapasen... quizás. Pero no los tenemos. Y no quiero ser el responsable de llevar al Clan a la guerra.

Viendo que la decisión podría ser en contra de mis pensamientos piso con fuerza el piso frustrado. Otra vez harían lo contrario a lo que opino y espero no terminar teniendo la razón de nuevo porque se los haría saber. - Pues enviemos a los horseborn para que los localicen rápidamente y nos den una pronta respuesta. Esperemos hasta el último momento antes de dar por tierra esto. Con ellos haríamos una mayor distracción y sería mucho más sencillo lograr nuestro objetivo. Los forzaríamos a dispersarse aún más y las fuerzas dentro deberían ser un puñado que podríamos barrer fácilmente. - Miro a todos los representantes buscando su aprobación en su rostro. - Esperemos hasta el último momento posible pero no nos vayamos sin saber si es posible encarar esta empresa. -