Partida Rol por web

– Estoy de acuerdo en retroceder – declaró Asbjörn al contemplar la situación que se presentaba ante ellos. – No hay nada que podamos hacer aquí, casi sería declararle la guerra a los dos clanes predominantes del valle, y solo un imbécil creería que junto a los Rotensnö podríamos obtener la victoria, y eso considerando que nuestros aliados estén tan locos como nosotros – puntualizó el Varl al tiempo que indicaba a los otros Varl que retrocedieran.

El contingente completo había detenido su avance ante la negativa de una parte del consejo a continuar, no había más que hacer y muchos de los guerreros del clan estaban de acuerdo con ello. Pocos fueron los que no se pronunciaron al respecto, incluidos aquellos cinco nuevos acompañantes. Por su parte, prácticamente nadie, salvo Wulfrig y algunos pocos más estaban de acuerdo en un ataque bajo aquellas circunstancias.

– Sin embargo – interrumpió Asbjörn el inicio de la acción de retirada. - Haríamos bien en mandar a los horseborn a explorar la zona, algunos de los miembros de la caravana podrían haberse escondido durante el día, y ahora en la oscuridad de la noche podríamos intentar rescatarlos –.

La respuesta de Wulfrig no le hacía sentirse más tranquilo. Ni menos culpable. Quizá por eso cuando se ofreció la oportunidad de que algunos hombre se quedaran de reconocimiento para recoger a aquellos que pudieran haberse escondido se lanzó sobre ella: puede que no pudieran enfrentarse a los grandes señores de aquella zona, pero si no se les enfrentaban al menos podrían hacer eso.

-Estoy de acuerdo conque enviemos a los exploradores, ya sean horseborn o nosotros. Qué demonios, iré yo mismo si hace falta algo más de cobertura aparte de nuestros compañeros cuatro-patas.

Con la aprobación del consejo, hubo un cambio de planes de último momento ante la gran amenaza que implicaba el atacar a todos aquellos enemigos allí reunidos. No habría oportunidad de robar todos esos recursos y alimentos, ni de rescatar a los prisioneros que allí se encontraban, pero al menos podrían intentar encontrar y rescatar a todos aquellos otros miembros de la caravana que aun estuviesen en territorio enemigo.

Con eso en mente, dos grupos de exploradores se formaron por toda la zona. El primero conformado por los cinco horseborn, quienes barrerían una gran parte del terreno adentrándose lo más que pudieran en territorio enemigo. Amparados por la oscuridad, seguramente no serían detectados.

Un segundo grupo liderado por Mikklas estaría encargado de recorrer durante la noche los territorios fronterizos con el clan Økskrig, manteniendo siempre todo el sigilo posible y retrocediendo rápidamente ante la mínima amenaza.

A la mañana siguiente ambos grupos habían logrado dar con más miembros de la caravana, lo cual ayudó a sentir que la decisión era la correcta.

Llegado el nuevo día, el clan se dedico a atender a los heridos y alimentar a todo aquel recién llegado que les acompañaban. Muchos ya habían solicitado unirse al clan y muchos otros, aunque no lo hicieran de momento, tarde o temprano habrían de hacerlo.

Las tareas eran de momento rutinarias y la única nueva complejidad era como reorganizar a los trabajadores y como alimentarlos en el duro invierno que se aproximaba. Y las cosas habrían quedado allí de no ser por que de nuevo sonó con fuerza el cuerno de guerra anunciando que se acercaban exploradores con noticias.

Esta vez no se trataba de personas heridas deambulando por sus territorios, si no de algo quizá no tan inesperado. Un heraldo y sus dos escoltas se aproximaban al asentamiento del clan Lávidr solicitando audiencia con los líderes del clan. Y además, estos eran acompañados por un solitario heraldo del clan Økskrig.

A pesar de que por desgracia tuvieron que retirarse sin poder rescatar a los cautivos de los Økskrig, ni recuperar los suministros que habían robado a la caravana, al menos sí pudieron encontrar y llevar a la seguridad de sus tierras a varias personas más, civiles en su mayoría, muchos de ellos en un lamentable estado de salud, pero al menos, estaban vivos. Así pues, dejaron atrás las tierras de los Økskrig y volvieron a su asentamiento, donde, ahora tenían la difícil tarea de buscar un lugar para todos ellos.

Muchos están incluso demasiado heridos como para trabajar… y el invierno se acerca- pensaba Bjorn, preguntándose como harían para poder alimentar a todos… pero negándose a pensar que el salvar a aquella gente había sido una mala idea. Si los hubiesen abandonado a su suerte, no habrían sido mejores que los Økskrig. Pensando en ello estaba cuando el cuerno de guerra sonó anunciando la llegada de varios heraldos.

Lo que nos faltaba- pensó Bjorn al ver que los recién llegados eran un heraldo de Jeknir y otro de los Økskrig, así como varios escoltas.

Sed bienvenidos al hogar de los Lávidr- les dijo a los recién llegados -Por supuesto, os concederemos una audiencia… pero deberás esperar un poco, algunos miembros del consejo se encuentran ausentes- dijo -Tus hombres pueden ir a calentarse con nuestros guerreros si lo desean- añadió, para que entendiese que no necesitaba una escolta en nuestro campamento, tras lo cual se giró hacia el emisario de los Økskrig.

¿También los Økskrig desean solicitar una audiencia?- le preguntó.

No terminamos de acomodar a los heridos y ya recibimos visitas de parte de los clanes dominantes. ¿Habrán recibido también nuestros aliados éstas visitas?. Me dirijo donde nos vamos a reunirnos meditando sobre que motivo aparte de lo reciente podría ser.

El heraldo de Jerknir asintió y dejó que le guiasen al lugar donde habría de esperar, mientras que el heraldo del clan Økskrig se mostró algo osco con la pregunta, dando a entender con la mirada que era algo obvio.

– El señor del clan Økskrig desea haceros una pregunta antes de que la clan asamblea del otoño se lleve a cabo – exclamó el heraldo. – Aunque supongo también tendré que esperar a que su gente esté reunida, esperemos que no sea demasiado tiempo – sentenció.

El consejo del clan se reunió en el gran salón del clan, listos para atender al embajador enviado por Jerknir el regente de aquella pequeña región en las montañas. No sabían el motivo, y esperaban que no tuviese nada que ver con los recientes acontecimientos. Lo mismo pasaba con el embajador del clan Økskrig, quienes seguramente eran más hostiles que el mismo Jeknir y que hasta ahora no habían tenido ningún interés en dialogar con el clan Lávidr.

Así, ya con todos reunidos, el embajador de Jerknir fue hecho pasar y fue presentado ante todos. Este empezó por presentar sus saludos por parte de Jerknir al consejo y sus buenos deseos respecto al invierno que se acercaba. Seguido de ello, informó que Jerknir solicitaba que los líderes del clan se presentarán en el poblado del valle, donde se había de realizar la gran asamblea de invierno, que reuniría a todos los clanes del valle previo al duro invierno que se acercaba.

Eso dependerá de lo lejos que se encuentren- le respondió Bjorn al heraldo de los Økskrig -Y de cuanto nos demoremos con el asunto del que Jeknir y su heraldo quieren hablar- añadí antes de marcharme, puesto que al fin y al cabo, ellas habían pedido antes una audiencia.

Menos de una hora después, aunque tampoco mucho menos, el Consejo se encontraba ya reunido en el Gran Salón, haciendo pasar al heraldo de Jeknir para escuchar lo que tenía que decirles.

Llevadle también a Jeknir nuestros saludos y buenos deseos de cara al invierno que se aproxima- le respondió Bjorn al heraldo. Sentado en su asiento, justo a la derecha de su esposa y líder del clan, Embla, quien se encontraba justo en el centro del semicírculo que formaba el Consejo -Agradecemos la invitación a la Gran Asamblea de Invierno, es bueno que todos los clanes del valle podamos reunirnos- le dijo -Desde luego, estudiaremos si nos es posible asistir, aunque nos gustaría saber más de la Asamblea…- dijo -Como por ejemplo, cuando se celebrará, si se aprovechará para montar un mercado mientras se realiza, o cuantos de los nuestros pueden acudir- le preguntó, mirando al resto de sus hermanos por si tenían también algo que decir.

Sentado también en el Gran Salón, con Bjorn a su izquierda, Gunnar observó con intensidad los movimientos del heraldo de Jeknir, casi como si pensase que fuese a saltar sobre Bjorn al menor descuido… es decir, más o menos de la misma forma en la que solía mirar a casi todo el mundo.

Cuando el heraldo les hizo la invitación, Gunnar asintió casi imperceptiblemente, aunque el gesto serio de su rostro se agravó. Al fin y al cabo, aunque conocer al resto de clanes de la zona era algo bueno, pues le permitiría estudiar a los posibles enemigos, eso también significaba que Bjorn estaría justo en medio de todos ellos, lo cual no le gustaba en absoluto.

Tras un tiempo nos terminamos reuniendo en el gran salón. Con buen tino Björn y Embla dejan pasar primero al enviado de Jerknir que inicia su presentacion y los saludos se reciben y devuelven con toda esa cordialidad habitual que dan el resto. Por mi parte un seco movimiento de cabeza.

Cuando da su mensaje me relajo al saber que su motivo era una reunión anual. Aceptamos la misma y quedamos a la espera de su respuesta de las preguntas formuladas por Björn.

– La asamblea se realizará en siete días, iniciando por la noche de ese mismo día y concluirá en la noche del siguiente día. Justamente la asamblea tiene como fin cerrar tratos antes de que llegue el invierno, habrá un gran mercado como cada año, habrá festejos, reclamaciones y juicios, etc. La gran asamblea del invierno se ha celebrado cada año, antes con muy pocos clanes, la mayoría de estos muy pequeños, pero este año el valle se ha poblado y la gran asamblea realmente será grande. Se espera por tanto, que todo el consejo su clan se presente, y a su vez que cualquiera de sus pobladores que deseen asistir lo hagan para participar en el comercio y los festejos –.

El embajador daba detalles de aquella asamblea, que claramente sería muy grande y a la que asistirían técnicamente todos los clanes, por tanto, sería un insulto el no asistir y podría acarrear serios problemas. El grupo deliberaba al respecto cuando fueron interrumpidos por uno de los guardias del gran salón que indicaba que el heraldo del clan Økskrig exigía tener participación en la asamblea que ahora se llevaba a cabo.

Sin duda, será una gran oportunidad para estrechar lazos con el resto de clanes del Valle- le dijo Bjorn al heraldo de Jeknir, asintiendo a sus palabras -No garantizo que estas duras tierras permitan que todo el Consejo nos ausentemos para la Asamblea, pero sin duda, los Lávidr acudiremos a esta- empezó a decirle cuando, de pronto, fue interrumpido por uno de los guardias del gran salón.

¿Dices que está exigiendo?- preguntó al guardia, quien asintió ante la pregunta -Parece que el clan Økskrig cree estar por encima de la educación, de nuestro clan en nuestra propia tierra… e incluso de vuestro señor Jeknir- le dijo al heraldo. Tras el ataque a la caravana, estaba claro que los Økskrig no buscaban coexistir con los demás, por lo que logran un entendimiento con ellos era tan difícil como poco deseable. Y Jeknir tampoco les miraba con buenos ojos, eso había quedado claro desde el primero momento… pero si al menos conseguían que ambos recelasen el uno del otro, las cosas serían más sencillas para los Lávidr -Decidle que este no es lugar para sus exigencias y que empiece a mostrar respeto si no quiere que le deneguemos nuestra hospitalidad- empezó a decir -Y respecto a su petición… deberíamos hacerle esperar hasta que aprenda algo de respeto y educación, pero sois quien ha solicitado una audiencia con el Consejo, así que si lo veis conveniente, le permitiremos pasar- le dijo Bjorn al heraldo de Jeknir, de forma que quedase clara su postura, pero al mismo tiempo, dejaba en sus manos la decisión… y la posible ofensa a los Økskrig.

Después de las palabras del representante del clan Jeknir pronuncia el mensaje que me deja más tranquilo porque no es sobre lo que hicimos recientemente. Aunque bien podría ser que sea una invitación para el desastre y terminemos todos en una gran lucha donde estaremos mal parados y preparados. Nos deberíamos fijar si los anfitriones están con armaduras puestas y camufladas o si bien hay gente lista para que cuando las copas se hayan levantado demasiadas veces entren y den por terminada la fiesta. Y en medio de todos esos pensamientos me doy cuenta de que no presté atención a las palabras que reproducía uno de los nuestros de parte del representante de los Økskrig. Si logro parar la oreja a las palabras de Bjorn y me parecieron acertadas sin importarme todo lo que haya llegado a exclamar el visitante.

– Las grandes asambleas del valle se realizan bajo un pacto de paz entre todos los clanes, sea cual sea el conflicto que exista entre ellos. Por tanto, no tienen nada que temer, si alguien actuase en su contra, definitivamente todo el valle se vería comprometido a apoyarles e incluso vengarles. No obstante, la decisión es suya – exclamó el heraldo sin dar importancia a las palabras del enviado del clan Økskrig, ni a las respuestas de Bjorn; de cualquier modo era solo un heraldo de Jerknir y como tal no tenía la libertad de opinar respecto a nada, salvo que se le hubiese instruido al respecto.

El heraldo continúo hablando un poco más, dando más detalles sobre el evento que se iba a realizar, sobre el hecho de que habrían de reunirse varios clanes, pues más de un clan habían llegado casi al tiempo que llegarán los Økskrig, y todo ello estaba poblando y animando el valle de gran manera.

Aunque el heraldo les informó también que en la asamblea del invierno solía haber grandes pactos, juicios sobre reclamaciones o crímenes, o incluso competencias y desafíos. Aunque probablemente hablaba más sobre las asambleas en otros territorios, por que cierto era que hasta antes de la llegada de los clanes Lávidr y Rotensnö, el valle estaba muy vació.

– ¿Hay algo más de lo que pueda informaros antes de partir con su respuesta ante mi señor Jerknir, regente del valle? – preguntó el heraldo al tiempo que uno de los guardias del gran salón del clan se acercaba a Bjorn para darle información al oído, la cual este compartió con otros miembros.

Al parecer, el heraldo de los Økskrig se había marchado pero no sin antes escupir al suelo insultando y maldiciendo al clan Lávidr. Y a su vez señalando que su osadía de insultarles y burlarse de ellos la noche anterior no sería olvidada.

Al final la reunión podría ser un buen lugar para terminar marcando nuestra posición. La parte de las competencias y juicios me interesó. Al fin algo de justicia pública y si habría más clanes que los dos que no quiero mucho mejor porque podrian presionar.

El heraldo nos pregunta si queremos agregar algo más y me entero que el otro enviado se fue protestando. Frunso la frente pensando sobre ello y sabiendo que quizás haya muchos desafíos en está asamblea o combates por juicios.

Aprieto las manos pensando en separar la cabeza de alguno de esos sujetos que habían masacrado casi todo un clan sólo por gustó. Para tentarnos y caer en su juego. Todo había sido una estrategia para terminar haciéndonos pisar la trampa y tranquilo voy a ir a la Asamblea a combatir al que hablara de ellos.

No, yo diría que nos has informado ya de todo lo necesario, tienes nuestro agradecimiento- le dijo Bjorn al heraldo -Transmite a tu señor nuestro agradecimiento por la invitación y la nuestra promesa de asistir…- dijo, interrumpiéndose cuando uno de los guardias del salón volvió a entrar y se acercó para comunicarme la “respuesta” del heraldo de los Økskrig.

Al parecer, el representante del clan Økskrig se considera demasiado importante como para esperar a que acabases de informarnos, a pesar de saber bien a quien representas, pues se ha marchado escupiendo no pocas maldiciones y acusaciones- le dijo al heraldo, sin entrar en a quien iban dirigidas dichas acusaciones -Deberías de informar también de eso a tu señor, a buen seguro le interesará saber la actitud de los Økskrig su actitud frente a uno sus heraldos- añadió, despidiéndole para permitir que se retirase.

Una vez el heraldo de Jerknir se hubo marchado, Bjorn se quedó en silencio durante unos segundos, mirando a sus hermanos.

Por lo que ha dicho el guardia… está claro que los Økskrig saben que anoche nos adentramos en su territorio- les dijo -Lo cual, teniendo en cuenta que evitamos todo enfrentamiento, resulta extraño…- añadió, pidiendo la opinión de los demás.

Gunnar, que había permanecido sin decir una sola palabra durante toda la reunión con el heraldo de Jerknir, rompió su silencio cuando Bjorn habló de lo sucedido con el Økskrig.

Fue una trampa para que actuásemos- dijo, respondiendo a las palabras de su líder -Hasta los que rescatamos podrían estar implicados…- sugirió -Hay que vigilarlos de cerca y no dejarles salir- añadió, mostrando su habitual desconfianza con cualquiera que con fuese Bjorn.

- Principalmente a esos supuestos guardias que nadie reconoció hasta ahora. Masacraron un clan para hacernos caer en su trampa y así arrebatarnos nuestras tierras. Nos harán un juicio por combate y quiero estar ahí para romperles la cabeza. -