Partida Rol por web

Por el amor de Desna, quieres hacer el favor de morite!!! exclamó la muchacha infernal con un tono más que iracundo mientras un disparo certero alcanzaba de nuevo la cabeza del demonio.

La criatura, sumida en un estado de furia, volteó a un lado y a otro mientras azuzaba con sus dolorosas garras. En uno de sus giros, Chaffeaux disparó su pistola con una sonora deflagración. Parecía como si la mestiza fuera la participante de un duelo, pues su postura, manteniendo el brazo izquierdo apostado en sus lumbares, destacaban una suerte engalanada de majestuosidad y técnica depurada.

El esférico proyectil, se alojó entre ojo y ojo del informe ser, que de golpe y porrazo dejó de mugir. Aunque el disparo estaba dotado de una gran precisión, apenas había logrado profundizar en la legamosa piel de aquel ser informe, mostrando parte de la bala como una excrecencia metálica.

Tras unos interminables segundos en los cuales, la aberración permaneció inmóvil, se derrumbó hundiéndose en aquel agua fétida e insalubre. El combate había finalizado. Un suspiro resonó en la sala, pues los Rebeldes lo habían pasado mal. Sin embargo, su tranquilidad no duró mucho, pues los sonidos de tintineos y una lejana flauta los seguía acompañando...

Ufff. Mick salió corriendo del pozo de porquería y se intentó limpiar las botas arrastrandolas por el suelo, pero fué inutil, el olor les acompañaría durante horas. Maldición... Se acercó al lobo que a duras penas se tenía en pie y con una bendición conjuró la perfección de Korada para sanar al animal. Después lanzó el mismo conjuro sobre la ninja, pero sin la bendición de su diós. Mientras los demás descansaban y Rex ofrecía sus pociones Tanner empezó a buscar flechas que hubieran quedado sanas por las pasarelas. 

Con las dos pociones de Rexus y esta creo que tenemos para todos los heridos. 

Él mismo tenía un golpe, pero era una herida menor comparado con los demás.

El noble se acercó hasta el espadachín. Ambos estaban realmente maltrechos, pero un gesto realmente honorable, Victocora tendió la poción al espadachín.

- Tú la necesitarás más que yo.- dijo con una sonrisa - Intentaré no estar en primera fila la próxima vez...- 

Tanner realizó un hechizo de curación sobre el pobre lobo que permanecía malherido en el frió suelo del lugar. Tras reestableces las fuerzas del animal, llegó su turno. El arquero, compañero de penurias de la ninja, realizó el mismo gesto y mismo hechizo sobre la ninja, sanando sus heridas que comenzaron a cerrarse, al tiempo que Saeko sentía esa sensación de alivio y fuerzas renovadas.

- Gracias, arquero. La verdad que estaba bastante malherida después del combate. Estas bestias eran formidables. Es un alivio que hayamos acabado con ellas. Ahora, deberíamos seguir adelante y ver si acabamos cuanto antes. No quiere permanencer más tiempo del necesario aquí abajo... - Tras sus palabras, se ajustó la capucha nuevamente y agitó sus wakizashis al aire para sacudir el cieno del que habían quedado manchadas.

El gesto del arquero, Mick, desata el nudo de nervios que atenazaba a Nath. El vagabundo casi abraza al hombre, pero se mira sus manos ennegrecidas y decide guardarlo para otra ocasión. En su lugar, le da las gracias. Tu gesto te honra, Mick Tanner. Val y yo lo recordaremos, te debemos una. Sonríe. Después, asiste a los demás, cansados y heridos. Todos, de alguna manera, han participado en la victoria y en que Val haya sobrevivido a pesar de todo.

Finalmente, asiente a las palabras de Saeko. Sí, sigamos. No sé si quedan Cuervos Plateados por aquí, pero defensas, tenían bastantes.

Con la frustración reflejada en el rostro, Eklerion aceptó la poción que le tendía Rexus y se la bebió de un trago. A pesar de que su estoque había conseguido impactar, apenas había infligido daño... Era un tema que tendría que solucionar cuanto antes para poder enfrentarse a enemigos con aquella envergadura.

Prosigamos

Tras el final del combate con un tempo ligeramente dramático, la pistolera mestiza sostuvo con ambas manos la pistola como si esta le pesara tanto que no pudiera ni levantarla así, sus rodillas se tocaron mientras sus pies se mantenían separados en una pose que demostraba la fatiga de la muchacha. Estaba cansada, herida y agobiada... suspiró fuertemente para recuperar su temple fuera del combate y enterrar la fogosidad con la que peleaba. Revisó su arma dañada antes de cargarla... debía repararla, sin duda, pero este no era el lugar y su querida pistola aun tenía trabajo por delante en el día de hoy.

Los Rebeldes de la Plaza Aria, restañaron sus múltiples heridas de la mejor forma que pudieron. Rexus aun poseía una poción de curación, pero decidió guardarla ante posibles contingencias. Una vez estuvieron preparados, decidieron proseguir su exploración. Necesitaba salir de aquel lugar que casi les cuesta la vida. 

Caminaron por anchos pasillos cuyas paredes estaban agujereadas y reparadas mediante emplastes de yeso y arcilla. Los restos de mobiliario como mesas, arcones, sillas e incluso una despensa, yacían por el suelo completamente pulverizados. E incluso las puertas, se sostenían a duras penas sobre sus goznes. La tensión se respiraba a cada paso que daban, y curiosamente, la lejana flauta que hasta el momento creían oír, se desvaneció como si todo hubiera sido producto de sus mentes estresadas.

Anduvieron con cautela entre aquel lugar abandonado años ha, mientras intentaban hallar una pista de los Cuervos Plateados. Entonces llegaron a lo que parecía la última cámara del complejo. En ella, se apilaban varias cajas de madera sobre el suelo polvoriento...

Nath y Val se hacen fiestas mutuamente antes de proseguir, aliviados tras el mal rato pasado. Después ya se van fijando en el camino, y en cualquier detalle relevante o sospechoso.

Aquello le parecía un buen escondite a la intrépida ninja. Si bien no era el lugar más elegante, cumplía su función y alejaría a los visitantes de aquel lugar con sus trampas y peligros.

Mientras continuaban avanzando, llegaron a un lugar repleto de cajas de madera polvorienta. La joven Saeko, que iba en cabeza, hizo un gesto con la mano para que todos parasen y empezó a fijarse en los alrededores por si veía cualquier tipo de trampa o algo parecido.

- Con cuidado, poría ser una trampa... - Espetó a sus acompañantes.
 

Flecha de nuevo en el arco medio tensado tanner se mueve con cuidado de no tocar nada con los ojos abiertos, en busca de la misteriosa flauta.

Cuando la mestiza infernal estaba lejos de la tensión del combate no solo era una dulce y amable muchacha, también erqa observadora y poseía una cualidad enorme para ver más allá... el callejón sin salida en el que se habían metido no lo era a ciencia cierta, debía haber una puerta oculta en algún lugar, fuese ahí mismo o en salas anteriores... también podría tratarse de una estancia trampa, así que se ajustó las gafas y de reojo confirmó que su arma estuviese lista para la acción... ella lo estaba.

Tras pasar un buen rato en aquella sala sin salida y registrarlo todo, no encontraron puertas secretas o muros giratorios. Por unos segundos, una desazón inundó el alma de aquellos aventureros que habían descendido allí en busca de pistas que los pusiera sobre el rastro de los Cuervos Plateados, pero cuando entre las cajas descubrieron varios cofres de diferentes materiales dicha sensación se desvaneció. Saeko y Tanner fueron los que tuvieron suficiente ojo como para descubrir tales receptáculos entre las múltiples cajas de la cámara, pero la que mostró tener grandes dotes perceptivas fue Chaffeaux. La mestiza infernal halló un pequeño catre situado en la esquina noroeste de la abandonada estancia. Chaffeaux pensó que era muy similar a los catres que poseían las criaturas rátidas con las que habían combatido anteriormente, pero a diferencia de estos, no había restos de pelo en él...

Saeko y Tanner decidieron abrir un pequeño arcón de madera húmeda. En principio no esperaban encontrar muchas cosas, pues aquel recinto fue dejado por sus ocupantes décadas atrás, pero para sorpresa de los que se reunían allí encontraron: una armadura de cuero muy bien conservada de tono rojizo mate, un arco corto compuesto de labra perfecta, una capa de tonalidad verdosa, un lucero del alba de trabajo exquisito al igual que una pequeña ballesta de mano. Junto a estos objetos, descansaba una bolsa de terciopelo azul con una docena de perlas brillantes. Todos sonrieron ante la suerte de encontrar cosas útiles para el comercio o para mejorar los equipos que poseían. Cogieron una pequeña caja de hierro y después de abrirla, toparon con varios rollos de pergamino que contenían diferentes conjuros. Junto a estos, un carpesano acumulaba cientos de documentos escritos con una mezcla de varios idiomas. Tanner averiguó que uno de ellos era élfico, pero le resultó incapaz de averiguar gran parte de las palabras que allí se usaban. Rexus, pidió permiso para ojearlos y rápidamente afirmó que se trataba de un idioma compuesto con palabras élficas, celestiales y Strix. El noble decidió guardar tales documentos para descifrarlos, si nadie se oponía a ello.

Finalmente, en la tercera caja sólo encontraron paños de ropa harapienta, pero tras un examen más detallado, descubrieron seis figuritas envueltas en las carcomidas telas...

Se trataba de seis cuervos de plata.

Todos aquellos objetos no revelaban mucho sobre el paradero de los llamados cuervos plateados. Los objetos encontrados y su utilidad, sin contar que alguno de ellos tuviese algún tipo de capacidad mágica, tendrían que ser tasados o valorados por los que conocieran algo lo arcano, al igual que los pergaminos. Así, Saeko dejó todo eso en manos de Rexus y Nat, aunque tenía bien seguro que Tanner haría buen uso del arco encontrado. Por otro lado, la ninja agarró las seis figurillas que representaban cuervos plateados y sopesó como deberían continuar. Extendió las manos con las figuras a sus camaradas, anunciándoles lo que ella creía que estaba pasando.

- Una para cada uno de nosotros. Cogedlas. Parece que los cuervos de plata nos acaban de reclutar...

Tanner cogió dubitativo el cuervo. Se lo guardó en la mochila, pues en la bolsa del cinturón podía ser robada facilmente. Probó el arco. Lastima, demasiado pequeño... aunque tal vez lo pueda cambiar por uno largo más adelante. Con curiosidad miró la armadura, al fin y al cabo el apellido que se puso venía del trabajo del cuero.

Tendremos que ver si algo de esto es magico y para que sirve.

La muchacha infernal recogió su figurilla de cuervo y pistola en mano se sentó un instante en el catre que había encontrado a reposar y observar el pequeño tótem. Lo observaba y sonreía infantiloide, era como si siempre hubiese querido uno como éste para jugar en su niñez... niñez de trabajos duros sin tiempo para juguetes.

Tal vez deberíamos inspeccionar los objetos en un lugar menos propenso a sacudirnos. Mis huesos me piden descanso

No podría estar más de acuerdo contigo, Chaffeaux, apoya Nath, sonriendo. Rexus, qué hay de tu casa? Es un buen lugar? O a lo mejor este mismo, si antaño fue refugio de los Cuervos Plateados? Mientras habla, recoge con respeto la insigna de las manos de Saeko. Si la guardia no ha sido capaz de encontrar este lugar hasta ahora, quizá indica que es un buen escondite.