Partida Rol por web

Thorom, un consejito de alguien que también dirige una partida con el mismo sistema: Para simplificar la cantidad de tiradas que se hacen, yo siempre aclaro que todo ataque con un resultado menor a 11 es un fallo ya que 10 es el DO para impactar en alguien que no se puede defender. Además, también hago lo mismo con las defensas de los jugadores y si los enemigos no superan el 10 pues no le tengo en cuenta la tirada de defensa (a menos, claro está, que la acción tenga una ventaja adicional como es Desviar).
Y en cuanto a ese daño adicional que tienen algunos, debe ser por el bonificador al daño que da la puntuación de Tipo Corporal.

En cuanto a Dannar, no tengo idea de donde proviene ese +6 que tienes apuntado. Probablemente sea una errata.

Nop, ya sé de donde es. Es por mi TCO, hago +6 de daño adicional con armas cuerpo a cuerpo. Es decir, al primer lobo le habría hecho 28x3=84 de daño. Y al segundo 22/2=11 de daño. Y luego la magnífica pifia al reposicionarme...

Y en cuanto a ese daño adicional que tienen algunos, debe ser por el bonificador al daño que da la puntuación de Tipo Corporal.

Exacto, eso era jeje. 

Bueno, pues por fin me ha llamado la doctora. Por lo que parece tengo una pequeña neumonía unilateral (en uno de los pulmones, vaya) y por eso no se me va la fiebre. Dentro de un rato me llevarán en ambulancia al hospital a hacerme una analítica. Pero no os preocupéis, que mi estado general es bueno y no tendré que quedarme ingresado ni nada. ¡A seguir luchando!

Mi TCO 8 me da un +2 adicional al daño. Por eso con el estilete también me he puesto 1d6+2, no 1d6 a secas.

Fíjate que había pasado esa regla completamente por alto.

Thorom, un consejito de alguien que también dirige una partida con el mismo sistema: Para simplificar la cantidad de tiradas que se hacen, yo siempre aclaro que todo ataque con un resultado menor a 11 es un fallo ya que 10 es el DO para impactar en alguien que no se puede defender. Además, también hago lo mismo con las defensas de los jugadores y si los enemigos no superan el 10 pues no le tengo en cuenta la tirada de defensa (a menos, claro está, que la acción tenga una ventaja adicional como es Desviar).

Pero puede darse el caso de que el defensor pifie, como le ha ocurrido a Dannar. Si ahora el lobo saca un 10 en su ataque, o incluso con un par de puntos menos, puede darle igualmente.

Agradezco el consejo, pero no tengo problema con la cantidad de tiradas. Creo que lo más difícil de llevar es el orden, pero como en cualquier otro sistema cuando se juega en Umbría, que por no dejar a los demás esperando es mejor que todos tiren e ir resolviendo al final del turno.

Jezal, todo bien, solo que en el daño tendrías un +4 por lo del TCO.

Muchachos, ya estoy en casa. Al final me tuve que quedar a pasar la noche por precaución. Todo bien, pero el trato y la experiencia dignos de denuncia. Ahora estoy hechísimo polvo, así que me permitiréis que me ahorre los detalles. Pero bueno, ya en casa descansando. Mañana si me encuentro mejor ya os lo contaré.

Abrazooos.

Bueno, en cualquier caso, me alegro que estés bien y haya quedado en un mal trago. Es genial tenerte de nuevo por aquí.

Muchas gracias a todos por vuestros ánimos y por estar ahí. De verdad, no me imaginaba que esto iba a ser tan cansado y tan pesado.

Dicho lo cual, ahora que he descansado y me he levantado con ganas, contaré cómo me fue mi estancia en el hospital. Intentaré no ponerme excesivamente melodramático ni alargarme demasiado, porque si no, podría escribir una biblia XD.

Pues nada; un poco antes de las 17:00 del jueves, llegué al hospital (recordemos que NO ERA UN INGRESO; según me había dicho mi doctora por teléfono, iba a ser hacerme una analítica y volver a casa). Pues ya nada más llegar, el médico de urgencias va y me dice: «¿Y solo por una neumonía unilateral LEVE, y por una fiebre que no remite, te han hecho venir aquí? Pobre, eso sí que es hacerte perder el tiempo». Pero bueno, yo lo achaqué a un dudoso sentido del humor y ya está. Me tomó la temperatura y la tensión y me llevaron a una sala de espera donde, de momento, había otras dos personas. «Ahora venimos», nos dijo el enfermero.

Estuvimos allí vegetando TRES HORAS sin que nadie nos hiciera puñetero caso. En serio, nadie. Una vez pasó alguien a hacer un poco el paripé, le pedimos agua (porque ni agua había), nos dijo que ahora nos la traía… Nunca más se supo. Además, de las dos personas que había conmigo, una de ellas era una señora de casi setenta años que llevaba allí desde las once de la mañana y no había comido nada (aún estaba esperando a que le llevasen la comida). Y para colmo, NO HABÍA COBERTURA NI CONEXIÓN A INTERNET, así que cualquier plan de avisar a tu familia de que aquello iba para largo, olvídate. Un horror.

Total, que a eso de las ocho de la tarde, ¡por fin!, vienen los enfermeros a hacernos caso, que «por fin tenían algo de tiempo y así nos sacaban de encima». Tal cual, así lo dijeron. Que oye, no soy ingenuo, si estás sobrepasado de curro o lo que sea, en un momento dado lo puedes pensar, pero decirlo en voz alta para que te oigan los pacientes… En fin. Nos pinchan a los tres para sacarnos sangre y nos dejan puesta la típica vía «por si luego tenemos que inyectarte medicación». Y luego, para una gasometría (medición de oxígeno en sangre) nos tenían que sacar sangre arterial, es decir, pinchando en arteria (en la muñeca). Nos avisaron, y yo ya lo sabía por experiencia propia, de que el pinchazo dolía. Aun así, yo no sé si es que el tío no acertaba, que empezó ahí a hurgar, a clavar, a desclavar, que empecé a tener mareos y arcadas del dolor y tuvo que parar. Cuando me recompuse, ¡vuelta a empezar, esta vez en la otra muñeca! Esta vez me pinchó una chica que, os lo juro, me hizo el daño más atroz que he sentido en mi vida. De pegar gritos. Y ella: «Ay, perdona, te debo de haber pillado el nervio». HORRIBLE, en serio. Pero no sé cómo, conseguí aguantar hasta que me sacó la sangre que me tenía que sacar. ¡Victoria! Ahora solo hacía falta esperar como mínimo un par de horas más a que saliesen los resultados de las pruebas.

En esto, nos trajeron a dos nuevos compañeros de fatigas, una mujer de unos cuarenta años y otra señora mayor. Los enfermeros se van con la promesa de que nos traerían la cena y agua. Pero adivinad: nada de nada. Allí seguimos, una hora, otra hora… Yo, iluso de mí, pensando que a ese paso me iban a dar el alta antes que la cena. Y a decir verdad lo prefería, de lo que más ganas tenía era de largarme de allí.

Ya era casi medianoche cuando apareció un enfermero al que no habíamos visto hasta entonces, que nos dijo que nos traería algo de cenar. Ahí hubo un cabreo general, y nos quejamos de que ni agua nos habían dado. Él se disculpó diciendo que él era del turno de noche y que acababa de llegar, que la cena nos la tenía que haber dado el turno de tarde y que cuando él había llegado se había encontrado con que no nos habían dado nada. Total, que se va a buscarnos comida y al rato vuelve… con galletas y zumo. Que a ver, a esas horas ya, lo que fuera estaba bien, pero claro, es que la cocina ya estaba cerrada y eso era todo lo que nos podía dar. Y bienvenido fue. También nos dejó varias botellas de agua… Por fin alguien que nos hacía caso. Además, yo había descubierto que una de las poltronas de la sala era reclinable, me había puesto cómodo y ya me podían echar lo que fuese.

Fast forward a las dos de la madrugada. A uno de los pacientes le dicen que todo bien y que ya se puede ir para casa (otra señora ya se había ido hacía rato, y las otras dos estaban esperando ingreso). Yo pregunto que si de mí se sabía algo, porque no me habían dicho nada en todo el día. Y entonces me dijeron que, en mi caso concreto, como soy asmático y tenía el problema de la fiebre que no se iba, a pesar de que todas las pruebas habían salido bien, me tenía que quedar a pasar la noche. Yo flipando. Y cuando me pregunta la médica que si había algún problema, le dije: «Problema ninguno, pero no sé, no venía yo hecho a la idea de quedarme a pasar la noche aquí. Pensaba que ya me faltaba poco para volver a casa. Y ahora, a las DOS DE LA MAÑANA, me entero de que me tengo que quedar. Pues OK». Pero nada, me dieron un antifaz (porque las luces encendidas todo el rato) y a mi poltrona a dormir lo que pudiese. Eso, recordemos, estando enfermo, con fiebre, sin mantas…

Fui durmiendo a ratos esporádicos hasta las siete de la mañana, que me despertó la de la limpieza. Ahí ya me levanté y empecé a dar vueltas por la sala (ya estaba solo), ansioso por largarme de una vez. Me vino a ver una enfermera, me dijo que estaban tramitando lo de la «hospitalización en casa», que es un formato que tiene que ser aprobado, que lo lleva una sobcontrata y tiene no sé qué requisitos, y que cuando acaben con el papeleo y la burocracia, ya me puedo ir. Perfecto. Me dan el desayuno (ya a eso de las diez de la mañana). Un rato más tarde me dan una TERRIBLE noticia: me tienen que repetir la gasometría. Al parecer, la de la noche anterior no salió bien porque, como me hicieron tanto daño, hiperventilé, y salió mi sangre con alcalosis respiratoria (sin apenas dióxido de carbono). Como ya tenía las dos muñecas machacadas, me propuso la enfermera intentar hacérmelo en la flexura del codo, que era más difícil pero dolía un poco menos. Así que lo hicimos, salió bien la cosa, y hala, a seguir esperando.

Después de un rato ya, me harté. Llamé a la enfermera y les dije que no sabía ya por qué seguía allí. Que supuestamente no me tenían que ingresar, que ayer llegué pensando que sería una prueba y de vuelta a casa, que las pruebas habían salido bien, que habían visto que saturaba bien, que llevaba toda la mañana sin fiebre y que quería volver a casa a descansar. Ojo, lo dije de muy buenas maneras, yo no soy de perder nunca las formas. Ella me dijo que lo entendía y que a ver qué podían hacer, que mientras tanto me llevarían la comida.

¡Y qué comida! Igual como digo todo lo malo, lo bueno también hay que decirlo: una sopa calentita de fideos con garbanzos y morcilla riquísima, unas croquetas con ensalada, un pan recién hecho muy bueno… Las mandarinas del postre meh, estaban secas, así que me las dejé XD. Y ya mientras estaba comiendo vinieron a decirme que me harían una última prueba de constantes vitales y que si todo estaba bien, me podría ir. Di fantástico en todo (la tensión bastante baja, eso sí: 96 sistólica y 54 diastólica), y para las tres y media de la tarde, me quitaron la vía, me dieron las instrucciones oportunas y me dejaron LIBREEEEEE.

Eeeen fin. Ahora sigo con esto de la «hospitalización en casa», que me llamarán cada día para preguntarme cómo voy, yo también los puedo molestar para preguntarles y demás. Ahora mismo no me encuentro muy mal, pero ayer desbloqueé un nuevo nivel de poder y me puse en 40 de fiebre DESPUÉS de tomarme un paracetamol. Por suerte, conseguí bajármela a 37,8 con una ducha larga de agua fresquita, y pude dormir muy bien, ¡y en mi casa!

Y así sigo. Hoy de momento no he tenido fiebre, aunque me duele todo, estoy perpetuamente agotado y tengo un poco de tos.

Y ná, eso es todo. Perdonad la chapa, pero necesitaba hacer catarsis :).

Pasaba por aquí para añadir mi aporte y me encuentro esto…

Sinceramente me da vergüenza lo que estas diciendo Belgeval. Como futuro enfermero, no entiendo estas cosas. Puedo comprender que en general la gente que allí trabaja esta hasta arriba, pero vamos, no comprendo como pueden dejaros sin comer ni beber tantas horas. Vamos nunca he trabajado en urgencias ni nada, pero no lo veo normal…

Por otra parte el tema de pinchazos lo siento mucho, se supone que duele un poco mas (en mi caso es que me pincharon y no me dolió), pero vamos yo he pinchado varias veces y aun siendo estudiante de practicas rara vez fallaba. No creo que sea tan dificil...en fin...te toco lo malo. 

Pero bueno, me alegro que este todo mejor y hayas dejado atrás ese mal trago.

A mí, sinceramente, no me sorprende. No me ha pasado tan hardcore, con una cagada así tras otra, pero si he sufrido Urgencias en varias ocasiones (como ir con apendicitis y que me tuvieran allí mil horas y al final me operaran cuando estaba casi a reventar ya). "Menos mal que no has tardado un poco más" me dijeron... Qué me dieron ganas de darles una ostia. Qué pierdan el informe en un cambio de turno, que te tengan que repetir pruebas, etc., son el pan de cada día.

Como digo, no me sorprende. Me lo espero incluso. Y es que bueno, yo conozco a varios/varias, tanto enfermeros de Urgencias como algún médico que ha pasado por ahí, y lo que me cuentan es de coña. Cosas como que sean (por ejemplo) 10 en turno, la mitad estén durmiendo, y de la otra mitad se cojan y se vayan a cenar 4 a la vez, y tienes de 10 a 1 atendiendo. Un cachondeo. O que esté todo hasta arriba, y ves a 3-4 fumando cada dos por tres y tomándose ahí su tiempo, hablando y de relax. En fin. Qué cuanto menos pises eso, mejor que mejor, sobre todo en según qué hospital.

Oraltor, no te desanimes. La gente con vocación es muy importante, precisamente para compensar a todos esos que no hacen las cosas como deberían. ¿Qué habría sido de nosotros si no hubiese aparecido ese ángel salvador a medianoche XD? Si acaso, estas cosas te tienen que motivar aún más a ser un buen profesional de la salud, que son importantísimos.

Y respecto a lo del pinchazo: sí, yo ya me había hecho una gasometría con anterioridad (soy asmático, y tuvieron que hacérmela durante una crisis en la que me tuvieron que ingresar) y no recordaba que me hubiese dolido tanto. A ver, doler, duele, porque es la pared de la arteria que es más gruesa y está mucho más inervada. Pero una cosa es que duela pero te aguantes y punto, al desastre tras desastre que me hicieron el otro día, especialmente la segunda enfermera, que pareció que me hubiese dado con un taladro en el hueso o algo XDDD.

R.XIII, ¡qué horror lo de tu apendicitis! Lo que cuentas explicaría muy bien esas situaciones que se viven. Yo mismo tengo experiencia como auxiliar en una residencia geriátrica, y aunque no es ni de lejos lo mismo que la unidad de urgencias de un hospital, también se aprecia claramente esa afición al escaqueo y esos descuidos que acaban en la necesidad de repetición de pruebas, etcétera. Un cachondeo. Por eso me reafirmo en lo que le he dicho a Oraltor, que no pierda su ilusión y se convierta en un enfermero de los de verdad, que buena falta hacen.

Pues yo tengo que decir que ayer pasé un día bastante bueno, sin fiebre ni nada, y hoy de momento voy por el mismo camino, así que puede que ya esté llegando al final del camino. Crucemos los dedos…

En general tenemos un buen sistema sanitario, pero tenemos dos cosas grandes problemas: Gente sin vocación que se libra en cuanto puede y hacen falta mas recursos/personal. Luego también el propio paciente tiene la culpa. La gente acude a urgencias en lugar de a centro de salud para evitar esperar, haciendo que todo vaya mas lento y perjudicando a las personas que si lo necesitan (como es vuestro caso). Luego también esta el caso de que la gente pide cita en centro de salud o especialistas y no va (por lo que sea), haciendo que la lista de espera aumente y ese puesto lo pierda otra persona que si lo necesita.

Por mi parte yo al menos ese tipo de conducta de dejadez y demás no puedo. Yo siempre he sido muy cumplido en eso y masaun cuando la gente depende de mi o me esta esperando. La verdad que agradezco mucho que sepas ver también la parte buena jeje. No todos los sanitarios somos así, pero vamos en esto te incluyo también, eres de la casa jeje.

En general me da rabia, me da rabia porque estas cosas pasan por lo digo...recortes en sanidad, personas sin vocación, pacientes egoístas….

Por ultimo decir que me alegro que estés cada vez mejor ^^

R.XIII flipo con lo tuyo. Para darles un guantazo si...vaya tela 

Buenas master

Tengo una duda. Una piedra cuanto daño hace? xD

Bueno, pues hoy he hablado con la médica: Foster (cortisona) para combatir la neumonía y ocho días más encerrado en casa TT__TT. Porque, aunque ya me encuentro razonablemente bien, mientras no me cure la neumonía, voy a seguir expulsando covid con la tos. Sinceramente se me está haciendo ya MUY pesao, pero no me quejo, que hay personas que lo están pasando mucho peor…

Quería aprovechar para enviaros una de las últimas cosas que hice con mi coro, antes de la pandemia. Se trata de una versión de She Walks in Beauty, de lord Byron. Hoy me la he encontrado de casualidad y me ha emocionado un montón. Aquí la lleváis:

Y de regalo, pa que me veáis cantar :P. En esta obra, hice mi primer solo en público (bueno, en realidad son tres solos muuuy cortitos XD), en el Auditori de Barcelona. Yo soy el segundo solista, el de la derecha (aunque tengo que decir que he perdido treinta kilos desde entonces XDDD).

Aquí va.

¡Espero que os guste ^^!

Leí todas las aventuras que contaste el otro día pero no he tenido tiempo de contestarte. La verdad que una auténtica pena que hayas recibido ese trato, y mucho más estando enfermo. Que a veces los hospitales te quitan las ganas de vivir más que curarte. De todos modos me alegra que vayas mejorando, y oye, genial el vídeo, podrías hacerle sombra a nuestro querido bardo. ;)

Entrando al debate sobre la atención en los hospitales, yo creo que la culpa está bastante repartida entre quienes trabajan sin vocación (aunque de estos te los puedes encontrar en cualquier profesión) los pacientes que acuden por una minucia y los recortes de sanidad que llevamos experimentando sistemáticamente desde hace años. Y probablemente sean estos últimos los que más culpa tienen de que ir a un hospital sea más una experiencia sufrida que otra cosa. Especialmente en los últimos años en los que quieren privatizar este derecho, ya que estas experiencias negativas no dejan de ser una manera premeditada para que pensemos "pues la próxima vez me voy a la privada".

También te digo, que el hecho de que muchas veces acudan pacientes con minucias que podían ser atendidas en los centros de salud es culpa de los propios médicos de los centros de salud. Yo hace un par de años, cuando vivía en Santiago, me golpeé el dedo meñique con el sofá al punto de que no podía ni andar y se me puso morado e hinchado como una pelota de fútbol y fui al centro de salud, donde me dijeron que me fuera al hospital porque ellos no tenían máquina de rayos. Lo cual entiendo, pero siendo que hay otros centros de salud bastante cerca que sí tienen, no entiendo la parte burocrática del sistema que no me deja ir a esos centros y me deriven al hospital directamente. En fin, ese día me pegué desde las 5 de la tarde hasta las 12 de la noche en la sala de espera del hospital esperando a que me atendieran y al final me fui sin que me hicieran los rayos porque estaba ya harto de esperar, mis perros llevaban en casa solos todo el día y necesitaban salir a la calle, yo necesitaba cenar... Así que me fui cojeando sin saber lo que tenía y terminó curándose solo. Para más inri, cuando llegué al hospital con el volante de la médica del centro de salud, la tía de recepción no se creía que eso me lo había dado un médico, se pensó que me lo había inventado yo.

Otra experiencia muy negativa que tuve con los hospitales fue hace tres veranos cuando fui coordinador de unos campamentos para personas con discapacidad en Pontevedra. Llevé dos campamentos sin problemas, pero el tercero y último me tocaron todas las desgracias juntas y estuve más en el hospital que en los propios campamentos. Hubo un día que solo dormí una hora, y al día siguiente me pegué la noche en vela en la sala de espera del hospital. E imaginaros yendo con personas con discapacidad bastante mayores que en muchos casos tienen una salud ya de por sí bastante delicada. A uno lo llevé porque se le puso el ojo fatal, y claro, al ser un ojo, en el triaje nos pusieron la pegatina azul, que viene a ser que te pueden salir telarañas esperando, pero mientras estábamos ahí descubrimos que al ir al baño el pobre hombre orinaba sangre. Su orina era del color de la Coca-Cola, así que imaginad que clase de infección tenía (esto el segundo día de campamentos, que no entiendo tampoco como en la residencia donde vivía no se dieron cuenta de esto antes). En fin, el caso fue que me tocó discutir con la del triaje porque se pensaba que me estaba inventando lo de la sangre en la orina para que nos atendieran antes (que también es cierto que mucha gente hace eso, pero en este caso era verdad), así que le dije que mira, que hiciera lo que tuviera que hacer, que yo solo se lo decía para que hiciera bien su trabajo. Estuvimos ahí hasta las 5 de la mañana y al final vi que le habían puesto pegatina amarilla. Algo es algo. Por cierto, que a este le llevamos al hospital porque fue la única opción que nos dieron. Al ser de otra provincia y estar ahí de campamentos no nos quisieron atender en los centros de salud de urgencia y para colmo el hombre tenía un seguro privado, pero en la clínica privada que le correspondía no tenían oftalmólogo. Así que lo que yo pensaba que iba a ser tocar chufa y a casa, terminó siendo una acampada en el hospital.

Al día siguiente también tuve que ir al hospital de madrugada, con la otra coordinadora del campamento en esta ocasión, que se puso con una fiebre galopante de más de 40 grados por culpa de otra infección de orina. Y ahí estuve con ella hasta las 8 de la mañana, que vino una de las monitoras a relevarme porque yo tenia que dirigir el campamento. Ese fue el día que no dormí nada. Cuando nos atendieron finalmente, nos tuvieron en un pasillo sentados en unas sillas incomodísimas tipo escuela de la EGB esperando los resultados de la analítica. Y esto era en la época pre-COVID, así que no me quiero ni imaginar como estará ese hospital ahora. Lo más gracioso fue que, claro, estando tantas horas al final coincidía con los mismos enfermeros y una enfermera me dijo los dos días: "Uy, es que habéis tenido mala suerte que hoy hay mucha gente, si hubierais venido ayer os hubieran atendido rápido". Que yo creo que esa es la respuesta estándar porque me la han dado siempre. XD Pero claro, yo sí había ido el día anterior y de rápido nada.

Mi última experiencia fue el año pasado, de vuelta en Zaragoza esta vez, y en medio del confinamiento. Y me pasó lo contrario que a Belgeval. Tuve la gastroenteritis más fuerte de mi vida, al punto de que tenía sangre en las heces y en el vómito, vomitando incluso me lastimé la garganta y apenas podía hablar y tragar saliva era un suplicio infernal. Esto fue de madrugada, así que llamé al 061 y me dijeron que con ese cuadro clínico me tenían que ingresar. Así que mandaron una ambulancia a buscarme a casa. Al llegar al hospital, en el triaje, les expliqué lo que me pasaba: no tenía fiebre, no tenía tos, no me dolía el pecho, ni tenía perdida de olfato o de gusto. Les conté lo del vómito, la diarrea y la sangre y que claro me dolía la garganta por vomitar (hablando a duras penas con la voz como Miguel Bosé) y no sé porque extraña razón decidieron enviarme a respiratorios siendo que lo que tenía mal eran las tripas. Allí me hicieron una placa que me salió perfecta, me hicieron un análisis de sangre que me salió genial y me atendieron súper rápido, la verdad. Para estar tan saturados, que se veía que estaban saturadísimos, me atendieron más rápido que en otras ocasiones. La cosa es que yo había ido preparado para que me ingresaran, que fue lo que me dijo la médica del 061 por el teléfono, y me mandaron de vuelta a casa. Me diagnosticaron con coronavirus pero no me hicieron PCR porque era la época en la que no había apenas, y cuando le dije a la médica que me dio el alta que qué pasaba con la diarrea con sangre su respuesta fue "¿qué diarrea? ¿qué sangre?" Pero finalmente lo achacaron a que podía ser un síntoma del coronavirus también y me mandaron a casa. Que yo me fui bastante acojonado, pero por fortuna todo fue bien. Eso sí, nunca supe si tuve el coronavirus o no. Tuve que estar dos semanas aislado en mi habitación, y me subía por las paredes al final. En eso te entiendo, Belgeval.

Al final me he alargado más de la cuenta contando batallitas de hospital. XD No son tan graves como lo de Belgeval, que francamente me parece denunciable, pero sí que evidencia que todos tenemos experiencias de este tipo y que hay algo que está fallando. Tenemos, o teníamos, una sanidad maravillosa, pero se la están cargando. Y no puede ser que cuando uno va al hospital esté sufriendo. Porque es que vas sin nada y acabas mal solo de estar ahí. Espero, de verdad que los futuros profesionales como Oraltor vayáis con verdadera vocación y que esta situación que estamos viviendo al menos sirva para que la gente exija a los políticos que se invierta más en sanidad. Aunque no sé si esperar eso último de la gente es mucho pedir... XD

Thorom, pues las experiencias que tú cuentas tampoco se quedan nada cortas. Está claro que hoy día, ir al hospital es una ruleta rusa en la que te puede tocar de todo. Y ya sin entrar en las infecciones nosocomiales, que son las que pillas estando en el medio hospitalario: vengo por una cosa y salgo con otra. En fin.

Pues nada, espero que no acabemos ahora todos en el hospital con mordeduras de lobo, que a este paso nos atenderán tres días después XDDD.

Tengo una duda. Una piedra cuanto daño hace? xD

1d6. Es poco pero, oye, menos da una piedra... Una más pequeña. XDDD

Bueno, no os preocupéis, que en ese caso cortamos por lo sano. Garrotazo en la cabeza y uno menos. XD

Por cierto, espero a Morkam para actualizar el turno y resolver el combate.

Si, hoy mismo posteo que estaba esperando cuando puedo apretar de una pedradada xD

Yo, sinceramente, no creo que sea cuestión de inversión en Sanidad. Si, ha habido recortes (aunque no esa privatización con la que tanto se amenaza), pero sinceramente creo que es más tema de la voluntad de los trabajadores y lo poco encima que se está, en lo público, de todos los que se escaquean y hacen mal su trabajo.

Vamos a lo más básico: las ventanillas de los centros de salud. Yo llamo, para que me den cita, y no me cogen ni a la primera, ni a la segunda ni a la décima. Me he llegado a tirar 48 minutos (calculados) llamando sin parar hasta que al fin me han atendido. Y puedo pensar qué tal vez estén saturados, pero también he llamado desde dentro del centro de salud, a ver qué coño pasa, y he visto los teléfonos sonando y a los/as cuatro o cinco que hay, charlando tranquilamente sin atender las llamadas. Si a eso le sumamos lo que tengo constancia de cuando salen a fumar, de cuando se duermen la mitad de los que se supone que están en turno de noche, etc., pues...

Yo por ejemplo trabajé en el 12 de Octubre de Madrid, de informático, pero veía por ahí a los médicos y enfermeros. Y veía a pacientes ahí, esperando, cuando me daba mis paseos para estirar las piernas; puedo decir que no iría jamás a ese hospital a que me atiendan. En mi caso, tampoco voy al que me toca por zona, porque es donde la apendicitis (y otras cuántas cosas), y la verdad es que son suficientes cagadas. En cambio, me voy al Jiménez Díaz (hospital concertado de Madrid, % de dinero público, gestión privada, atención pública) y con mucha, muchísima diferencia, es dónde mejor me han atendido nunca. Hay esperas, claro, pero luego los médicos, los enfermeros, todo el mundo, atento, trabajando de verdad, no les veo perdiendo el tiempo ni nada así. Claro, si allí pierden el tiempo como en otros, les mandan a la calle posiblemente.

Sinceramente creo que la protección a los funcionarios y otros trabajadores públicos, que se ven intocables en sus puestos (en este sector, y en muchos otros ojo), es el verdadero problema. Luego, por supuesto, hay otros, que no niego, pero no me parecen tan graves en comparación.