Partida Rol por web

Barrabás inspeccionó las botellas. Todas. Una a una. Incluso destapó algunas para oler su contenido. La cara de decepción tras terminar con la última no dejaba lugar a dudas. No había encontrado lo que esperaba.

Encogiendose de hombros con resignación se ajustó de nuevo el escudo y se preparó para tomar su lugar en la formación.

Al avanzar por el pasaje llegáis a la que seguramente sea la sala más amplia en la que habéis estado. Junto a la entrada hay un pozo, y se respira más fácil gracias a una chimenea natural por la que se escapa el humo de las fogatas, permitiendo aclarar vuestros pulmones. La habitación es lo suficientemente grande incluso para una especie de pequeño cobertizo frente al pasillo por el que habéis entrado.

Aquí y allá en la sala hay pequeñas matas de hierbajos, telas y pieles que hacen las veces de camastros, así como hogueras que dan luz a la sala. Presidiendo la misma, sobre una pequeña tarima de madera, hay un diván y un sillón, algo gastados por las humedades y el humo, pero sin duda los asientos más cómodos de la sala.

Nada más entrar podéis ver que los trasgos ya estaban alerta, y parecen haberse levantado a toda prisa para combatir. Levantándose del sillón, y portando una armadura tachonada y varias jabalinas además de su espada corta se encuentra un trasgo más grande de lo normal, que por su improvisada corona de hierro reconocéis como el Rey Trasgo... Sin embargo, no cabe duda de que la figura que realmente preside la sala no es este caudillo trasgoide.

Recostada — lenguas más viperinas y sin duda falaces dirían que hundida — cual diosa de la fertilidad — porque otra cosa no, pero caderas le sobran a la muchacha — podéis ver a una joven a la que sus abundantes carnes, piel pálida y caros ropajes identifican como Lady Buñuela. Eso, o una vaca muy extravagante. Con la gracilidad del ñú cojo, la joven se levanta, haciendo crujir el diván, y os señala con un cetro que bien pudiera ser un palo de cabrero, pero que en sus enormes manos parece casi una varita: Os habían dicho que era de buen comer, pero es que la muchacha fácilmente llega a los dos metros de altura... Y aún así saltarla parece más fácil que rodearla.

— ¡Ah! ¡Mi tocinito! — Os parece escuchar una leve risa de uno de los trasgos de las esquinas, rápidamente disimilada con una tos. — ¡Aventureros! ¡Seguro que mi padre les ha contratado para llevarme hasta él y separarnos, pero nuestro amor eterno no puede romperse tan fácilmente! — La voz de la muchacha es estridente, como para hacer estallar una copa de cristal, y el Rey Trasgo mira no muy convencido a la joven. — ¡PERO HAZ ALGO SO CENUTRIO! ¿¡NO IRÁS A DEJAR QUE SE ME LLEVEN, NO!?

Las palabras de Lady Buñuela quedan puntuadas por un golpetazo con su cetro a la cabeza del trasgo, que no le hunde el casco hasta los tobillos sabrán los dioses cómo. Azuzado de esta guisa por su gruesa señora, el Rey Trasgo lanza un grito de guerra en su idioma, y desenfunda su escudo y una jabalina.

Años de entrenamiento, estudio, y pericia mágica, os permiten daros cuenta de que Lady Buñuela posee algún tipo de capacidad mágica innata. Eso, y que notáis que cuando pega sus chillidos, hay pequeñas descargas mágicas en el ambiente. Seguramente no sea capaz de lanzar conjuros, pero parece que cuando grita posee algún tipo de capacidad sobrenatural. Nada muy poderoso, pero seguramente sea peligroso acercarse a ella cuando se pone a chillar.

por el tesoro del gran pirata, eso es una mujer o una trasga?

Bar Cenas tenia que empezar a quitarse los trasgos que atacaran de lejos o estarian todo el combate azotandoles, asi que con el arco en la mano porque no habia sitio donde guardarlo disparo la primera flecha  (6o), por desgracia eramos demasiados, demasiadas piernas que esquivar demasiados empujones....demasiados humanos machos con falda.

Lukas sigue a hurtadilla al grupo de aventureros, estos se detienen repentinamente y se ponen en guardia, lo que hace que el se sobresalte y les copie sacando su espada. 

Se acerca poco a poco tras el grupo, para asomarse desde el desemboque de la cueva y observa el panorama, notando a varios trasgos, al rey de estos y una dama gorda que los acompañaba. En eso a Lukas le brillan los ojos, hace uso de su Kit de disfraz y se presenta a Lady Bañuelo -Mi señora, como una mujer tan hermosa y su amante pueden demostrar su amor sin la compañía de un bardo, poeta y cantante- le dice en voz alta y melodiosa -Permítanme estar junto a ustedes y les cantare sobre el amor y contare historias románticas- camino despacio con gracia.

Al entrar en la sala y ver lo acontecido, las palabras de la sílfide de Lady Buñuela, me deja sorprendida... (mierda con la gorda, aunque es reconocido que los trasgos le gusta la chicha)

"Cuidado con la delgada Lady...parece que tiene algo mágico en su ser...y por lo que parece su malhumor la hace inestable, cuidado arqueros..a por ellos" 

Avanzo hasta la derecha cerca del fuego "Muere maldita criatura (Conjuro) !!!Sangre de dragón de cienaga¡¡¡ "

Lukas parece tratar de probar una solución diplomática o al menos sibilina. Quizás si las suaves palabras del gallardo bardo no se hubiesen visto cortadas por el flechazo lanzado por Bar Cenas contra una pared las cosas hubiesen sido distintas. Sin embargo no lo eran.

En su lugar, la oronda figura se separó de su diván poco a poco, al tiempo que Windelin lanzaba su conjuro contra uno de los trasgos.

— ¡MIRA QUE COMO VEA QUE OS DEJÁIS MATAR POR UN CONJURITO OS METO TAL PALO QUE OS REVIVO!

Sin duda las intimidatorias palabras de ánimo de la nueva señora surtieron efecto, o quizás es que a los trasgos les gusta que les traten así, para gustos los colores. En cualquier caso, el trasgo logró apartarse y salir sin un rasguño, preparado para combatir. Que Windelin hubiese quedado justo frente a dicho trasgo no era ahora el mejor de los posibles escenarios.

Crob mira la zona, mira a su carnosa compañera y suelta un grito de furia e Ira ..., veis como sus ojos se inyectan en sangre y y tomando su arma a dos manos se lanza hacia los enemigos mas cercanos ...

- AAAAAAAAAAAAAA -

Tauria mira pasmada a lady Buñuela. la opción de raptar a Lucera de los establos municipales le parece cada vez más atractiva a la mercenaria. ¿Cómo nos la vamos a llevar de vuelta?. Piensa la joven mirando la orondisima figura de a Lady.

De momento, y calculando los cuerda que tienen entre todos Tauria decide  proteger a alguno de los lanzadores de conjuros con su escudo y su espada. ¡Arnolfo! (tú que estas más cerca). ¡Aprovecha la cobertura de mi escudo para lanzar con más seguridad, grita!

... mientras espero que los demás se muevan y poeda tener ocasión de aportar algo, reflexiono... por un momento, dudo de si estamos aquí para rescatar a Lady Buñuela, o si no sería más piadoso rescatar al Rey Trasgo. El dilema moral anda por ahí dando vueltas, y compadezco a los pobrecillos que están soportando los chillidos de la moza

Con un chillido gutural, el Rey Trasgo se lanza a la carga, golpeando a Grob con su espada corta, y logrando alcanzar con un tajo al forajido. A pesar de su corta estatura, no cabía duda de que el líder era un adversario mucho más temible que los otros hasta ahora.

Azuzados por su nueva ama y por el Rey Trasgo, los pequeños bandidos se adelantan y comienzan con su lluvia de flechas y tajos, que rápidamente se lleva a algunos de los aventureros por delante. La sangre comienza a salpicar las paredes y a los combatientes, transformando el lugar en una pequeña macabra carnicería.

-AAGGGHHH!  Joputa!!!

Diome el felón, así que exalo mi postrer surpiro, y me convierto en compostage para champiñones, que es lo que crece en estas cuevas (Nota: hay un museo de champiñón en Francia, no es coña)

Arnolfo se tambalea, retrocede dando traspíes, brotando sangre del peaso agujero que la flecha le ha ocasionado en el pescuezo. Cae de culo, suelta un pedo, y la diña, sin más, lanzando su postrer pensamiento a la eternidad:

-"puta mierda... tenía que haber seguido de recadero del puticlú"

"Maldito Rey trasgooooo".... la flecha clavada en el corazon era mortal... y solo pudo ver cuando caía al suelo como se reía el trasgo de mierda, alguien vengara mi muerte y la de mi hermano.

El tiempo se detuvo al ver como la flecha voló directamente contra Windelin, sus ojos mostraron esa expresión de shock al revivir todos los traumas que ha llevado a la rastra en sus aventuras y cacerías de trasgos. Viendo como el cuerpo de ella se desploma en una muerte instantánea.

No...Windelin..no no

Piensa y una expresión de rabia se apodera de él, clavando sus ojos directamente en el trasgo que la ha atacado y sin pensarlo dos veces avanza directo contra este dando un primer impacto con su espada larga manteniendo posicionado su escudo.

-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH-.

Gritando de manera frenética, solo pensando en vengar a Windelin y si este era el final por lo menos sería la última venganza que estaría llevando a cabo.

Te vengaré...

Barrabás ya está herido y cansado. En esta cueva mugrienta la magia que le provee su deidad ya no le es util, pero tiene que hacer algo. Sus compañeros caen al suelo, muertos. Se plantea escapar. Quizás pudiera correr más rápido que los trasgos, para llegar a la salida. Podría volver luego a saquear los cadav... el tren de pensamiento del enano se frena. Aspira fuertemente, y entre el aroma de la mugre y el humo, capta algo diferente.

—¿QUÉ ES ESE OLOR?— pregunta ya sabiendo la respuesta. Es licor trasgo. Está ahí, en alguna parte. Lo huele, lo presiente. Lo necesita.

Antes de darse cuenta el enano ya está corriendo hacia la refriega con un ímpetu sin precedentes. Guiado por la furia divina, blande su martillo contra el rey trasgo. Está seguro de que el aroma viene de él. Debe estar en algún pellejo que lleve colgado, o en una petaca en algún bolsillo. No importa. Él beberá ese licor.

—¡LIIIICOOOOOOORRRRR!— exclama en la lengua de los trasgos, como grito de guerra, en el instante en que su martillo conecta con la barriga del rey.

Por su parte Duilfë estaba en estado de Shock, no entendía muy bien qué es lo que estaba pasando pero comprendía a la perfección que lo que estaba a suceder delante de sus ojos no era algo bueno ni agradable y tenía que, de alguna forma, ponerle fin. Una presunción bastante grande, pues con apenas unas piedras y una honda poco podía hacer. Adelantándose en la cueva para tener una visión suficiente del campo de batalla respiró hondo y....

-¡Por Cerecita! -Gritó a la par que lanzaba una piedra al Rey Trasgo.- Oh...