Partida Rol por web

Olaf mira al animal detenidamente, le mira las pezuñas, mira debajo del rabo, en los dientes (a una prudencial distancia) y a los ojos. Parpadea, se rasca bajo el escuálido mentón.

-Pues no tengo ni idea, la verdad. Aunque a decir verdad no se mucho de estas cosas.

Luego nubla la mirada como tantas otras veces y mira como de lado, indirectamente, mientras murmura para si frases ininteligibles.

-Mira, cuervo, mira y dime qué ves.

-¿Qué voy a ver, sino un puñetero engendro del infierno? Graaak, ya se, ya seee, quieres que te diga si está poseído ¿no es eso?

Con el ceño fruncido y la frente perlada de sudor por el esfuerzo realizado, miro a Baraka Tú, ven. Coge la cuerda y no dejes que la bestia se mueva. una vez que Baraka coge la cuerda y me aseguro que la tiene bien cogida, me dispongo a abandonar el establo Voy a avisar al Jarl de este contratiempo.

Olaf, espero que tengas alguna respuesta para cuando llegue el Jarl.

Olaf mira a la princesa con un tantico de respeto por la forma terminante de dirigirse a él...

-Mierda, se me ha olvidado que ahora estamos en el puñetero ejército.

-Si nenito. Parece que la niña pide soluciones prontas. Dale algo que no le haga mucho daño y que lo tranquilice.

-¿Cerveza?

-Bueno, nos tendrá bastante entretenidos y cuando llegue el Jarl andaremos ocupados en algo, por lo menos. Oye, por cierto, que no veo nada, he aqui: esos Vikingotes de ahí contaminan el eter con sus auras apestosas.

Olaf asume un talante tan doctoral como puede.

-¡No veo nada! Me estais tapando con esos corpachones. Lo primero atadlo para que pueda examinarlo mejor sin tener que abrirme paso entre vuestros brazos (musculosos) y vuestras piernas (membrudas) Lo segundo: ¡traed cerveza! ¡Mucha cerveza, y de la buena!

Haciendo caso a Olaf trato de moverlo para atarlo y que asi sea mas facil que Olaf nos diga que tiene.

Brunhild está apoyada contra el muro, mirando al animal.

Esto es muy preocupante... Sibadarnan es un animal sagrado... jamás ha conocido el dolor, la enfermedad o el miedo... ha crecido mimado por todos, y es tan manso como un gatito...

Murmura

¿Qué puede ser lo que le asusta?

Veamos a ver si tiene alguna señal...

Se acerca todo lo que puede y aconseja la prudencia, mirando con atención al caballo y los alrededores, buscando cualquier signo sospechoso, marca, heridilla, dibujo sospechoso...

Será mejor que le calmemos... Sibadarnan debe llegar de buen grado y en armonía al altar, sin temer... no somos inhumanos.
Ya es bastante mal augurio el que haya llegado a este estado justo hoy...

Sveim se sacude unas pajitas que se habían prendido en su camisola, se atusa su perfectamente recortada barbita y comienza a hablar con los compañeros que se han quedado en el establo.

Si no conseguimos tranquilizarlo siempre podemos recurrir a meterle entre grupa y panza un barril de cerveza, seguro que eso le deja aturdido hasta el momento del sacrificio.

-Precisamente, encant... eem, compañero. Eso mismo es en lo que estaba pensando al pediros que trajerais cerveza, porque no querréis que intentemos aplicarle cualquier otro tratamiento si no está debidamente anestesiado. ¿Qué estais haciendo que no vais raudos y veloces? ¿Eh? Vamos, el Jarl quiere actividad, por Odín. Pues menudos ayudantes...

-Brunhild, por cierto, he estado al otro lado y he visto a tu padre. ¡Alegrate! han llegado las Walkirias, yo las he visto, yo las he oido, yo soy testigo de que tu padre murió dignamente y ha subido al Valhala. No me pudo decir nada, sin embargo, lo cual es una pena. ¡Pero tú, ahora, alégrate!

Kirk, confuso, mira escena tras escena sin mover un solo músculo. Finalmente, arquea una ceja estupefacto... no tiene ni idea de lo que le ocurre al grandioso semental