Partida Rol por web

Tras pasaros casi 24 horas durmiendo, os levantáis a tiempo para un buen desayuno con el que calmar esos ruidos de estómago que os aquejan a casi todos. Una vez sentados en una amplia mesa de un desierto comedor y con platos abundantes de tortitas, bacon, salchichas y huevos, es el momento de las preguntas... y las respuestas.

Bueno, creo que deberíamos ponernos al día, aprovechando que estamos sólos y podemos hablar con libertad. Decidme, ¿por qué hemos huido en mitad de la noche, que ha pasado?

Las mejoras que el descanso y la comida habían provocado en el ánimo de Joseph desaparecieron cuando vio las caras de las personas con las que había compartido los últimos días. Lo irritaban, quizás Mike un poco menos que el resto. Y ni hablar de Isaac, que pedía respuestas cuando en realidad era él quien debía proporcionarlas. De todos modos Joseph no habló más que para decir:

_Sí, dennos una explicación, luego que se explique Isaac, y luego vayamos a la policía. Aún tenemos un cuerpo en el maletero del auto...

Se notaba francamente cansado, ahora en aquel lugar que parecía seguro podía sentir toda la energía abandonarle tras todo lo sucedido. La adrenalina tomaba otro camino lejos de su cuerpo. El profesor parecía más menudo de lo que era en realidad, como si estuviera consumido por las circunstancias.

- Es largo y complejo, quizás me deje algún detalle, pero esto es tal como lo recuerdo. - Con aquellas palabras comenzó su relato. - Al salir de la mansión para dar una vuelta por la finca, observamos a la prima de Isaac y decidimos seguirla en la noche. Ella nos llevó hasta un mausoleo familiar en el que entramos. Al hacerlo la sorprendimos haciendo un... extraño ritual, creo que ninguno entendíamos bien que estaba pasando. El hecho cierto es que unos cuerpos muertos se levantaron e intentaron atacarnos, mientras la prima de Isaac continuaba pronunciando extrañas palabras. Salvo los dos detectives el resto estábamos desarmados y... asustados, al menos yo. Por ese mismo motivo acordé con Emily el marcharme de aquel lugar e ir a la mansión a por ayuda. Al salir corriendo del mausoleo vi... algo. No sabría explicarlo, no se parecía a ningún animal, era una masa sin forma y aberrante que me persiguió. Salí corriendo todo lo que pude hasta llegar a la mansión y el resto... ya lo sabéis. -

_No comprendo. ¿Por qué no se fueron todos? ¿O al menos Emily, que también estaba desarmada?

O´Sullivan se encogió de hombros ante las preguntas de su amigo, no podía responderlas a ciencia cierta, pero se esforzó por intentarlo. - Supongo que pensaron que al estar los dos detectives armados con pistolas podrían enfrentarse a los enemigos o quizás al ver a unos cuerpos muertos levantándose de la tumba no pensaron con toda la claridad posible. La verdad no lo sé, en mi cabeza hubiera podido traer la ayuda mucho antes. -

24 horas de sueño era una de las cosas que más necesitaba Nathan, sin peligros, sin persecuciones. Al menos no en la vida real, porque durante sus sueños el parapsicólogo corrió millas y millas huyendo de sombras informes. Luego de levantarse no pudo sino reírse de sí mismo al recordar el último de sus sueños: estaba en el aula de anatomía del profesor Butler, cuando de repente el esqueleto de exposición mataba al maestro para perseguir a continuación a Nathan.

Una vez levantado y aseado, se presenta al comedor a paso renqueante.

Efectivamente, debo corroborar todo lo que ha dicho el Sr. O’Sullivan. Su prima, profesor Butler, realizó un ritual mágico delante de nuestros ojos.

Si usted me llamó desde tantos miles de millas, era porque sabía de mi interés por el contacto con los espíritus de los muertos y las ciencias ocultas –Nathan miró ligerísimamente de reojo a los demás compañeros de mesa, ya que lo normal cuando hablaba de sus intereses era que alguien se mofara de él-. Así que espero que tenga en cuenta mis palabras: su prima realizó la necromancia, la ciencia de reanimar a los muertos –apostilló el joven- con sus antepasados.

Tres o cuatro de los cadáveres que reposaban en ese mausoleo se levantaron ante las órdenes de Alexandra y luego nos atacaron. Mis heridas quedan como testimonio.

Nathan hizo una pequeña pausa para pensar. Apartó suavemente el plato de bacon y salchichas porque le pareció que no acompañaba bien su exposición.

Profesor Butler. Es muy habitual presenciar la aparición de espíritus en el lugar donde estas personas fallecieron. Usted vio el fantasma de su tío alertándole de lo que había en su finca. Creo que tiene cierto sentido. Si su abuelo practicaba la magia, es probable que su tío también lo hiciera, y que este le enseñara sus secretos a su hija Alexandra.

Por favor, cuéntenos todo lo que sabe de sus antepasados, y creo que usted solo resolverá irá resolviendo sus preguntas a medida que recuerde más cosas.

La conversación prosigue y Sinclair se pregunta razonablemente porque no huimos todos enseguida si de verdad la escena era tan horrible.

Es verdad, los dos detectives parecían insensibles al miedo. Yo no cabía en mi asombro de que ellos quisieran luchar. Yo... – se encoje de hombros- no lo sé. Estuve luchando por mi vida. Recuerdo unos segundos durante los que conseguí apresar a ese cadáver. Era tan surrealista… pero al menos así no podía hacerme daño.

El parapsicólogo parece un poco ido cuando recuerda el trauma.

Al final cuando mataron de esa forma tan violenta a Alexandra huí como alma que lleva el Diablo.

Esperad un momento, ¿me estáis diciendo que mi prima ha muerto? - interrumpe el doctor Butler - ¿Como?¿Quien...?

No puede continuar, a la par que unos sollozos femeninos acompañan sus preguntas, procedentes de Isabella.

Sabía que la revelación de la muerte de Alexandra taparía cualquier otra explicación, pero aun así estaba claro que debíamos explicárselo al matrimonio.

Dejé pasar unos segundos para que el matrimonio asimilara un poco la noticia.

Lo siento. Sé que ahora mismo no tiene ningún sentido, pero le aseguro que en ese momento era una cuestión de vida o muerte. Alexandra no daba ninguna señal de querer parar la lucha, y esos monstruos que la obedecían nos estaban a punto de matar a todos. Richard tuvo que disparar sí o sí.

Nathan exagera un poco el relato, pero siente la necesidad de justificar lo mejor que pueda la muerte de Alexandra.

El relato del Sr. Rush le habría valido una humillación en otro momento, pero en ése, Joseph no tenía ni siquiera ganas de discutir, ni bromear, ni nada con nadie, solo terminar ese asunto e intentar recomponer su vida sin algunos de sus mayores amigos, no solo Emily.

Ni siquiera le causaba gracia la idea de Alexandra, la prima de Isaac, como la responsable de todo lo ocurrido esa noche, como si fuera la líder de un grupo mafioso al que insistían en describir como muertos que se levantaban de las tumbas. La idea más razonable para Joseph era que simplemente los pueblerinos quisieran asustarlos para que se fueran lo antes posible, y quizás la broma se les fue de las manos. Y si no era esa, podría haber sido otra explicación. La de los muertos resucitados no era una opción. Siguió en silencio mientras el resto hablaba.

- Mucha gente ha muerto esta noche... - Fue lo único que dijo Mike en referencia a las palabras de Isaac. Su prima no era la única, Emily había muerto, no sabía como pero estaba muerta. Además Richard el investigador privado, estaría posiblemente muerto también, ni su pistola le aseguraba la supervivencia.

Muerta... - susurra aún incrédulo el doctor Butler, mientras su mujer mantiene un rostro desencajado e Isabella continúa derramando lágrimas, ahora de una manera silenciosa.

Y dice usted, señor Rush que la vió realizar un ritual de necromancia ¿fue ella la que levantó a los monstruos a los que se refiere?

Sentados todos en el bar del hotel, lejos del peligro y con un cuotidiano almuerzo americano delante, a Nathan su historia le parece cada vez más surrealista.

Con Richard probablemente muerto y Sheila muda por el trauma, la historia de Nathan no se sostiene prácticamente en nada. ¿Y si los Butler lo acusan de asesinato? Sin duda buscarán una razón mucho más coherente para la muerte de su sobrina que la que él les ofrece. Todos lo hacemos cuando se nos muere alguien querido, nos preguntamos “porqué” una y otra vez hasta que se nos pasa el duelo. Nathan tiembla. En un juicio contra esa rica familia él no tendría ninguna posibilidad, se siente en la cuerda floja hasta que…

¿Eh? Ah sí. Seguro profesor Butler. Su sobrina hizo un paseo nocturno hasta las lápidas de su familia que se encuentran a la intemperie. Las que solo guardan a las mujeres de la familia. Allí les dejó flores.

El interés de Isaac en el ritual de Alexandra aleja los peores temores de Nathan.

Luego entró en el mausoleo. Cuando nosotros entramos, Alexandra estaba en el pentáculo central. Nada más vernos nos dijo que ya era tarde para huir, y acto seguido los cuerpos que había en 3 o 4 de esos sarcófagos empezaron a moverse y a… levantarse por su propio pie.

El parapsicólogo se tapa compungido la cara con las manos, después de haber tenido que recordar los detalles de la escena.

Señores –dice en referencia al matrimonio-, creo que su vida allá corría un grave peligro. Algún secreto terrible ha estado anidando en tus antepasados, Isaac, y no tengo ninguna duda de que pronto os iba a ser legados a vosotros, para bien o para mal.

El profesor O´Sullivan se mantuvo en silencio dejando al "experto" que hablara sobre lo que había visto en el interior de aquel mausoleo del terror. Él había estado allí, pero con todo lo que había transcurrido en la noche le costaba fijar según que hechos y especificar los detalles. Había sido una situación demasiado extrema. Mientras recordaba, se pasaba la mano por la cara, como si con ese gesto pudiera borrar todo lo que había sucedido en el interior de aquel lugar.

- Soy consciente de que parece una historia de locos, pero creo que incluso los que no habéis estado en el mausoleo podéis comprobar que no ha sido una simple historia y que nosotros no estamos locos. -

Con un profundo aunque silencioso suspiro y sin levantar la vista del suelo, el doctor Butler comienza a hablar con voz monótona y suave. Apenas se le escucha e instintivamente todos guardáis silencio y os inclináis para oirle mejor:

Esta noche, tras recibiros me metí en el estudio. Allí, revolviendo en los estantes, encontré un diaro que perteneció a mi tío Aaron. En él se decía que nuestra familia tenía un acuerdo con lo que él denominaba un dios llamado Nebhroth por el que nos hacía inmortales.

El doctor os mira de soslayo para comprobar las reacciones que os provocan sus palabras.

Inmortales a los varones, pero a cambio debíamos proporcionarle nuestras mujeres para que su semilla fecundase en ellas. Al parecer, mi tío tuvo éxito y la simiente de ese dios fructificó, o por lo menos eso dice él en su diario.

Una vez hecha esta confesión, levanta la cabeza y os mira de frente. Parece esperar vuestras reacciones.
 

Joseph había quedado en silencio todo ese tiempo, pero eso fue demasiado.

_¿Qué tiene que ver todo eso que dices con lo ocurrido esta noche? ¿Cuando vayamos a la policía diremos que a Emily la mató el Dios Nebhroth? ¿A tu sobrina? Esto es una burla.

Habría golpeado la mesa de no ser por su entrenamiento, que le permitía mantener la compostura ante algunas situaciones complejas. Era realmente un buen profesional.

_Si quieres decirnos las cosas, comienza por el principio. Dices que esto lo viste tras recibirnos. Bueno, ya para el momento de recibirnos te mostrabas raro, y decías que no entendías por qué habías escrito la carta que nos trajo hasta aquí. Puedes comenzar contando por qué escribiste la carta.

Mike escuchó en silencio a su amigo Isaac hablar, escuchó aquella loca teoría de un dios extraño. Un mito pagano y carente de sentido, que sin embargo le resultaba extrañamente familiar. El profesor entrecerró los ojos, mientras se esforzaba por tratar de hacer memoria. En ese momento se mente hizo conexión entre las piezas indicadas y dijo.

- ¡Joder! Ya me acuerdo, cuando Joseph fue a atender a Isaac, yo estuve rebuscando en la biblioteca y di con un libro que hablaba de ese dios Nebhroth. No pude profundizar en la lectura porque hubiera necesitado mucho más tiempo. Pero sabía que no era la primera vez que oía hablar de eso. -

Apoyando las palabras de Joseph dijo - ¿Qué sabías de tu prima antes de que nosotros llegáramos? ¿Cómo se comportaba ella? ¿Alguna vez actuó de forma rara? -