Partida Rol por web

 Jordan estaba con un papel en la mano, mirándolo fijamente. La taza de café en su otra mano estaba vacía, pero el hombre la seguía sujetando con firmeza. Sus ojos estaban claramente cansados, pero abiertos como los de un búho leyendo aquel documento. La llegada de Bennet lo sacó de aquel trance, tirándose para atrás en su pequeña silla e intentando recuperar algo de normalidad. Hacía tiempo que no dormía.

- Algo me decía que no ibas a tener mucha suerte de tu lado, dado lo que... anduvo haciendo nuestra compañera por el condado. Debo decir que estoy sorprendido por la actitud de Greenwrim. Aunque por lo poco que la conozco, tiene sentido. Cuando fuimos juntos a ese restaurante y se relacionó con esos paletos mugrosos, me di cuenta de que estaba dispuesta a... tomar riesgos.

 El detective no dijo más, como si no quisiera hacer demasiados comentarios sobre la compañera. Ni siquiera se podía decir si estaba apreciando o criticando el accionar de Greenwrim. No era propio de él andar comentando el desempeño de los otros. Aunque había algunas cosas en el desempeño de Moira que podía entender:

- Y ahora mismo, creo que también tengo algo de ese espíritu aventurero dentro de mi. Encontramos seis cuerpos más, lo que nos da 7 víctimas recuperadas hasta el momento. Y hemos localizado algunas ubicaciones inhabitadas donde se pueden encontrar la base de operaciones de esta gente. Yo me quedé investigando un poco y... esta pequeña cabaña de aquí. Una cabañita de caza al lado de este complejo militar abandonada... creo que aquí esta todo lo que nos falta.

 Jordan hablaba con emoción creciente, revelando los gratos avances en la investigación y lo que parecía ser la última pieza del rompecabezas que era la búsqueda de Benjamin McKnight. Aunque en aquel momento de frenesí, el propi detective freno la marcha para recordar que había algunos impedimentos en el camino. Impedimentos los cuales... quería intentar transitar lo más rápido posible.

- El tema es el siguiente: necesitamos permiso para ingresar a ese lugar... "propiedades privadas con dueños ausentes"; así me la describió el muchacho que me trajo los documentos. Pero... ¿qué quieres que te diga? Obtener un permiso nos va a tomar más horas y... Dios, creo que estamos tan cerca. Sería solamente tomarnos un bote y dirigirnos allá. Y si tengo razón y esta cabaña es la base... bueno, ¿quién nos va a preguntar por el permiso, Bennet?

¿Qué coño estás haciendo Moira?

La Ranger se encontraba estacionada en el parking de la gasolinera más cercana a la vivienda de McKnight con el motor y luces apagadas. Su frente descansaba en el volante, habiéndose dado anteriormente un par de flojos golpes como autocastigo, siendo insuficiente para todo lo que provocó. ¿En qué coño estabas pensando? ¿En Ben? ¿En su familia? ¿En el caso? ¿En ella misma? Había perdido la razón, cegada por completo por una mezcla de rabia por ese intento de asesinato, de la adrenalina y el creer poder resolver el caso ella sola con la declaración de Seymour, dándose al final con un canto contra los dientes.

En esos momentos de soledad y desesperación, cuando por fin era dueña de sus actos y estaba apartada de la sociedad, lloró. Necesitaba desahogarse de todo lo vivido, soltar la tensión que había acumulado en su interior, explotando en el interior del vehículo con largos sollozos. Ni siquiera cuando descubrió que estaba embarazada de ese capullo estaba tan asustada.

Miró su móvil, comprobando las llamadas perdidas. Tenía algunas de Lewis, otra de sus padres sin saber si era una llamada cotidiana por las horas o que se habían enterado de todo lo que había provocado. Joder, joder…- Se llevó las manos al rostro, como si quisiera esconderse durante unos segundos. Necesitaba respirar, necesitaba calmarse y pensar, arreglar y seguir con el caso.

Abrió la ventanilla para que la brisa entrara, sin importarle ya si era cálida o fría, mientras buscaba videos de Kurt en su móvil. Verle tan inocente, tan pequeño, escuchar su hipnótica risa o simplemente recordar cómo le decía “mami” era suficiente para evadirse, siendo la mejor droga que una madre pudiera consumir. Todo esto lo hacía por él, para que pudiera estar orgulloso de su madre cuando creciera.

Ya está. Ya.- Dijo en voz alta a modo de orden para parar de llorar, como si fuera capaz de controlar sus propias emociones. Aun así necesitó cerrar los ojos, tomar aire y centrarse en esa figura de Kurt correteando por el salón con un avión de juguete en las manos para tranquilizar sus nervios y evitar que las lágrimas salieran, apartando con un pañuelo las que ya habían caído.

Bajó el espejo del piloto para observarse en el reflejo. Evidentemente tenía los ojos vidriosos y la nariz algo enrojecida, pellizcándose los mofletes para que ese rubor se expandiera y pareciera cosa del calor. Al fin y al cabo no podía mostrar esa cara débil al público, queriendo mantener continuamente una imagen dura, imponente.

Después observó el móvil por tercera vez, dudando de si llamar o mandar un mensaje, aunque optó al final por lo segundo al no querer siquiera que su voz se mostrara rota y llorosa. Marcó el número de Bennet, su compañero, y fingiendo una ligera normalidad le escribió:

Tengo uno de esos colgantes. Nos vemos en el hotel.

Aunque no quisiera reconocerlo, había ocasiones donde debía dejar su orgullo de lado y pedir ayuda, aunque fuera de manera indirecta. En este caso ya había dado un gran paso al retroceder, pero todavía quedaba ver si realmente estaba preparada para pedirlo.

-Puede que este caso para ella esté siendo demasiado personal -expresó Bennet, refiriéndose a su compañera Greenwrim-. Es madre de un niño pequeño. Madre soltera, si no me equivoco. Sabiendo que las víctimas son niños de corta edad... -Dejó el final de la frase en el aire, mientras se reflejaba en su rostro una mueca amarga, como si de alguna forma no pudiera culpar a Moira de sus acciones. Al fin y al cabo, ¿no había hecho él lo mismo?-. Algo me dice que ella tomará los riesgos que sean necesarios para cerrar este caso y encontrar a los responsables.

El ranger escuchó lo que DeFuss le decía, poniéndole al día sobre sus descubrimientos. El equipo del FBI había encontrado nada menos que seis cuerpos. No eran muchos, pues aún faltaban por aparecer cerca de la mitad, aunque al menos aquel descubrimiento serviría para que seis familias más pudieran descansar en paz sabiendo que podían darle un entierro digno a los pequeños.

Sin embargo, lo que verdaderamente llamó su atención fue la mención de DeFuss sobre la cabaña de caza. ¿Podía ser aquel el lugar en el que mantenían retenidos a los niños, previo al momento en el que llevasen a cabo la ceremonia ritual? O quizá fuese solo un lugar intermedio de traslado, que podía servirles de utilidad para saber donde se efectuaban las ceremonias.

-A estas alturas, después de las trabas de Smith, los errores en los datos del sheriff Taylor y las irregularidades que se han cometido durante el caso, creo que merece la pena arriesgarnos a registrar esa cabaña sin necesidad de solicitar permisos. Puede que incluso tengan allí al chico, DeFuss -coincidió con el agente federal en que no debían perder el tiempo en obtener el permiso. No cuando estaban tan cerca de cerrar el caso y tal vez encontrar al chico McKnight con vida-. Cuanto antes tomemos ese bote y revisemos la cabaña, mejor -aseguró Bennet, convencido.

En ese momento, recibió un mensaje de Moira. El ranger se dispuso a responder al mensaje de su compañera con rapidez:

Estamos en Uncertain. Hay nuevo cuartel general.

Tras esto, le transmitió a la que debía dirigirse. Con suerte, no tardarían en tener a Greenwrim allí y podrían ponerla al día de los últimos avances del caso.

 La charla entre Jordan y Scott iba encaminada en ir a hacer la inspección de la cabaña cuanto antes, a pesar de todavía no contar con todos los permisos debidos para hacerlos. El mismo detective no esperaba que el ranger accediera tan rápidamente, pero evidentemente la burocracia o incompetencia que había en el condado había llevado al hombre a desconfiar de que pedir un permiso iba a ser un proceso fácil.

- Entonces lo mejor va a ser dirigirnos a la cabaña en bote cuanto an-

 Fue durante esa última explicación en la cual llegó Moira, la ranger de la cual se habían separado al principio del día y de la cual no habían escuchado otra cosa más que sus alocadas acciones. Jordan se frenó en el medio de la oración, mirando a la muchacha con intriga. Después de todo, no esperaba que apareciera en la base de operaciones de un momento a otro. Aún así, aquello no cambiaba los planes. Incluso los hacía más viables.

- Cuanto antes, tenemos que dirigirnos a la cabaña de caza al lado del complejo militar abandonado. Vamos a tener que ir en bote y, obviamente, ser extremádamente cuidadosos. Es posible que nos encontremos con gente armadas e incluso una potencial situación de rehenes, si es que esos maniáticos usan a Benjamin en nuestra contra... ¿quieren que pensemos en alguna estrategia?

Bennet vio llegar a Moira y, aunque fácilmente podía reprocharle por sus acciones, no era momento para enfrentamientos. La prioridad era que ellos permanecieran juntos para examinar la cabaña donde existía la posibilidad de que estuviera Benjamin McKnight.

-¿Cree que podríamos organizar un pequeño operativo con ayuda de sus agentes? -le preguntó a DeFuss, intrigado-. Tal y como veo la situación, deberíamos rodear esa cabaña con todos los efectivos posibles. Aunque eso puede alertar a quienes estén en la cabaña y, desde luego, no llegaríamos a tomarlos por sorpresa... Un solo bote, intentando ser lo más silenciosos posible, para mí es la mejor idea. Si el hijo de los McKnight está allí, creo que debemos intentar tomar a sus captores por sorpresa -lanzó el ranger la idea, sabiendo que una situación con rehenes podía ser lo que menos les conviniera.

Para bien o para mal sus compañeros no dijeron nada, aunque la comodidad del ambiente era tan evidente que casi parecía que podía verla. Aun así Moira intentó disimular, o más bien intentar que nada hubiera ocurrido para volver a una relativa normalidad.

¿Me ponéis al día? – Era una pregunta sencilla, un resumen también para saber en qué podía ayudar o la información que tenía.

 DeFuss le hizo un gesto a Bennet para que le diera el expediente que le había dado a Greenwrim, así la ranegr podía ponerse al día con el lugar al que había que ir.

- La investigación en el bayou de Uncertain nos condujo a seis cuerpos más, lo que nos da 7 víctimas recuperadas hasta ahora. Y localizamos propiedades inhabitadas donde se puede encontrar Benjamin. Creo que... esta pequeña cabaña de aquí. Una cabañita de caza al lado de este complejo militar abandonada... ahí esta él. Pero necesitamos un condenado permiso para investigar allí.

 Luego de explicar nuevamente la situación, el detective se quedó pensando en lo que decía Scott. Había muchos factores a tener en cuenta: la cantidad de gente que iba a ir, si iban a entrar silenciósamente o a la fuerza... pero lo único que tenía claro Jordan eran que todos los chicos del FBI que le habían mandado no podían incorporarse a esa misión no-oficial.

- Veo muy difícil agregar más agentes a esta operación. Confió en ustedes dos para esto porque estuvieron más tiempo en la investigación y... son capaces de saltarse algunas reglas. No sé si lo sabían, pero yo corro más riesgo de perder mi trabajo que ustedes con esto. El FBI es jodido es ese sentido. Los agentes que me mandaron son jóvenes y modosos, no creo... no van a estar de acuerdo con hacer esta inspección sin un permiso del condado. Nos van a atrasar y... saben que estamos con el tiempo muy contado.

No pudo evitar soltar una media sonrisa cuando DeFuss mencionó lo de “saltarse las reglas”, creyendo que era una evidente pulla hacia ella. En cualquier caso era cierto, era capaz de saltárselas si creía que con ello salvaría al niño, era algo que había demostrado.

Si tenéis pistas que conducen a ese lugar, nos darán una orden.- Dudaba que sus superiores se negaran cuando tenían tantas pruebas. Los cuerpos son nuestra baza.- No necesitamos a más gente, sino darnos más prisa. Han pasado más de 24 horas desde que Benjamín McKnight desapareció y no sabemos siquiera si estará vivo.- Y si lo estaba, dudaba que fuera en condiciones óptimas. Tal vez le hubieran dejado sin comer ni beber en ese tiempo.

Moira dejó el colgante con el símbolo extraño y repetido sobre la mesa, a la vista del resto. Era el mismo que recogió del suelo tras soltarlo en el calabozo la mujer Manson.

Esto lo llevaban los Manson, ¿os suena? - Preguntó en voz alta, mirando a ambos.- No es el mismo pero se parece demasiado a los que encontramos en el embarcadero, está claro que tiene relación.- No era algo que no supieran, pero al menos ahora podían confirmarlo con pruebas.- Acercarnos al lugar, tomar huellas y corroborarlas con las que tenemos de los Manson. El resto vendrá solo.- Y por supuesto se iba a adentrar si estaban ahí.

Bennet le pasó a Greenwrim el expediente que le había pasado DeFuss. No obstante, hizo un gesto de negación cuando Moira indicó que si tenían pistas, sus superiores les darían una orden de registro.

-Nos la darán, sí, pero para entonces puede que Benjamin McKnight ya esté muerto y esa cabaña desalojada -razonó el ranger, adoptando un tono más frío-. Tenemos que ir a ese lugar y registrarlo cuanto antes. Si podemos, lo mejor es que saliéramos directamente al amanecer, con las primeras horas del día. Cuanto menos tiempo dejemos pasar, más posibilidades hay de que encontremos al chico vivo.

La barca se deslizaba por la lámina de agua, iluminada por un foco, rodeada de la oscuridad más absoluta, preñada del croar de cientos de ranas que compiten con el rugir del motor fueraborda y plagada de nubes de implacables mosquitos que los tres agentes deben apartar continuamente del rostro.

La cabaña que señaló DeFuss no estaba muy lejos, apenas algo más de dos kilómetros de distancia desde el embarcadero de Uncertain; pero primero debía recorrer el sinuoso bayou antes de llegar a las aguas más abiertas del Big Lake para, finalmente, virar de nuevo al oeste, hacia otro bayou y un lugar marcado en el mapa como Rag Island.

La edificación se levantaba al borde mismo del agua, al igual que los dos escondites que descubrieron en Uncertain y en el Big Cypress Bayou. Sin embargo, atendiendo a los mapas, esta parecía ser algo más grande de tamaño y aparecía registrada como vivienda en el catastro del condado.

Una vez que se adentraron en el último tramo del recorrido, la oscuridad pareció hacerse mucho más densa, tal vez por la renovada presencia de los árboles del pantano. Pero, al mismo tiempo, notaron que un pesado y extraño silencio había caído sobre ellos, aumentando la sensación de bochorno del ambiente. Las densas nubes de mosquitos formaban una cortina que iban atravesando en su avance hacia el objetivo.

 El avance de la lancha por las pantanosas aguas del bayou era lento pero seguro, reduciendo la distancia entre los agentes y la cabaña en poco tiempo. El ambiente era pesado y desagradable al tacto, siendo la humedad y los mosquitos la peor combinación que Jordan había visto en su trabajo. Definitivamente el veterano prefería el frío seco cien veces antes que este clima, pero era difícil conseguir eso en el sur del país.

- Dios, parece que hay una pared de mosquitos cada diez centímetros. Y pensar que una vez me mandaron a una misión a Illinois en invierno. Que bien la pas-

 Jordan se cortó a si mismo, viendo a la distancia la cabaña de caza que estaban buscando. No se había percatado antes, pero ahora estaba todo mucho más oscuro y silencioso. Los mosquitos seguían siendo igual de insufribles, pero había algo diferente en el ambiente. Algo extraño. Al detective, que usualmente poco le inmutaba, le recorrió toda la espalda un leve escalofrío.

 El hombre apagó el motor de la lancha, buscando los remos que la embarcación poseía para seguir el último tramo en silencio.

- Bennet, toma este remo... vamos a acercarnos despacio y tranquilo. Si hay gente, no queremos alarmarla sin razón. Y dejaremos la lancha a unos metros de la cabaña. No seamos tan idiotas de dejarla en frente...

Silencio.

Moira callaba, los grillos callaban y hasta parecía que el mundo lo hacía, siendo eso siempre una mala señal estuviera donde estuviera. El silencio era sinónimo de muerte, y la muerte del fin. Muy tranquilo. Escuchaba romperlo por boca de DeFuss pero reconocía no prestarle demasiada atención al querer enfocar todos y cada uno de sus sentidos a los alrededores, ¿los estarían esperando? ¿Había alguien escondido entre las sombras? Achicó los ojos intentando acostumbrarlos a la escasa luz para distinguir figuras o formas, dándole luego un nombre en su cabeza real.

Únicamente pareció relacionarse con el resto cuando mencionaron de ir despacio, asintiendo a medida que apagaba el motor. Sí, era lo mejor, ir precavidos hasta saber a qué se enfrentaban.

Bennet perdió la cuenta de cuántos grupos mosquitos apartó de un manotazo a medida que avanzaban. Aquel lugar estaba bien plagado de ellos. Durante el trayecto, el ranger apenas habló, envuelto en sus pensamientos y pensando en si no llegarían demasiado tarde para salvar al crío. Cruzaba los dedos para que aún estuviese vivo.

Al escuchar que DeFuss se dirigía a él, Scott le dirigió una mirada y luego tomó el remo. Era mejor que siguieran aproximándose sin hacer el menor ruido, por lo que empezó a remar con cuidado, de forma lenta para asegurarse de que el sonido del remo contra el agua no hacía el menor ruido.