Partida Rol por web

Félix apagó mi humor como cuando le ponen a uno un cubo de agua congelada en la cabeza. ¿por qué todos insistían tanto en quitarme el gozo de expulsar a ese crío engreído? Si hubiese sido cualquier otro le hubiera ignorado, pero Félix mismo me dio el poder para mi profesía extra, por lo que su palabra para mí valía mucho.

Hablando de lo cual, me acababa de dar cuenta de que Félix había estado bastante callado por mucho tiempo. Casi me había olvidado que estaba ahí.

- ... - estaba muy confuso. Mucho. De semejante intervención por su parte - ... y... porqué, exactamente?... - estaba bastante irritado, enfadado. 

- Me alegro que confirmes lo que acabo de deciros a todos sobre Pepa, pero vaya, señalar a Agustín y decirle que miente, sin más... explícate?...

Entonces intervino Agustín, y menos mal que lo hizo rápido. Y su nueva revelación fue de lo más interesante - Puedes sacar a alguien del encierro? - mi boca abierta colgaba bajo la capucha que me cubría el rostro. Oh, eso era interesante, y nuevo, y diferente a lo de sus abejas. Aunque era similar a la habilidad que trajo a Dolores de vuelta con nosotros. Miré a Félix, a ver que tenía que responder ante eso. Y también a Julieta - Tú lo sabías, Julieta? te lo había dicho?.

Las cartas poco a poco se estaban poniendo sobre la mesa. —Llamadme paranoica, pero creo que deberíamos votar por Antonio y zanjar ese tema antes de abrir otro. Insisto en que ser salvado por Parce no le hace inocente. Todos tenemos habilidades y él se lleva bien con los animales. De modo que tenía ese as bajo la manga.

Lo miro con seriedad. —Vas siempre con retraso, ¿ahora Pico te dice que Camilo es inocente? A buenas horas. — Miro a su primo como queriendo disculparse, pero sin salirle las palabras adecuadas, cambio de tema. —Esta noche deberías de copiarme a mí o a tu padre, Felix. Una noche más sin muertes puede ser la clave.

Bruno, solo puedo decir que alguien me ha confiado cierta información que choca frontalmente con lo que expresa Agustín y que en ese otro alguien tengo más confianza.

Aunque sería de agradecer que ese alguien se explicase en público, porque aquí hay bastante información sobre la mesa y algunas cosas empiezan a descuadrar.

Esta vez mi boca abierta de par en par iba hacia Félix.  Había entendido perfectamente lo que quería decir.

Miré entonces a Dolores y le pregunté sin más - Dolores. Vas a votar a Agustín? - su respuesta sería lo más importante para que todos lo entendiesen - Luisa , os recomiendo a todos que votéis a la misma persona que diga Dolores. Haced caso a Félix, sólo si Dolores dice que le votará a él. Está relacionado con nuestros Dones y el de Dolores, y me fio exageradamente de lo que haga y diga Dolores.

-Sé que no puedes decirlo todo en voz alta Dolores, basta con que afirmes o niegues con la cabeza si piensas o no que Agustín debería ser votado - la miré atentamente, esperando un gesto, o lo que fuese.

Si Agustín había estado mintiendo, o diciendo verdades a medias como Mirabel, entonces me tenía que repensar bien todas las cosas que habían sucedido - Es posible que las abejas fuesen lo que me picó en el jardín? y que nos haya estado dando información falsa para desviarnos del tema principal? - lo de que la abuela hubiese entrado en bucle me parecía repetitivo, a decir verdad, pero hasta ahora nada lo había señalado directamente.

-Julieta? sabes algo crucial que los demás no sepamos?

Luisa pereció disgustada con el nuevo aporte de Felix. —¿Porque lo dejáis todo para el último momento?
—Miro a su prima, también confiaba en su criterio. Como ella había sido atacada.
—Si, no os dais prisa en explicaros no servira de nada. Seguro que muchos ya votaron siguiendo su criterio.
Aquello era de traca, nadie parecía tener nada que decir hasta que veían que la noche se les echaba encima, quizá solo lo hacían para generar dudas y cambio de votos sin aportar nada. De momento ella continuaría con su idea.

Perdona Luisa, estuve muy distraído en el día de hoy.

-Gracias hermanito. -Respondió al apoyo de Antonio mientras le daba un abrazo, echaba de menos el poder confiar unos en otros sin ningún reparo.

En cualquier caso solo fue un momento pues las acusaciones volvieron a volar de un lado a otro y era un lío saber en quien se podía confiar y en quien no. Se limitó a asentir a las palabras de su prima Luisa.

-Creo que tienes razón, esta noche copiaré a mi padre e impediré que haya más asesinatos. Creo que todos nos merecemos poder dormir a pierna suelta y aclarar las cosas. -Sabía que su padre había podido hacerlo, aunque no sabía lo que hacía Luisa exactamente y por eso se había decidido por su progenitor. Esperaba que esa noticia alegrara a todos y pudieran relajarse.- ¿No estáis más aliviados ahora? ¿Abrazo familiar? -Camilo abrió al máximo sus brazos para recibir a todos los que quisieran unirse.

—¡Bruno! —exclamó con las manos sobre la cintura, indignada porque su hermano la acusara de forma tan descarada. La nube sobre su cabeza soltó una pequeña chispa.

Una vez la ratita de Bruno trajo la veleta, se quedó mirándolo perpleja mientras explicaba, parpadeando varias veces. Cuando acabó, sonrió.

—Gracias, Bruno, por confirmar mi inocencia. —De pronto, su sonrisa se esfumó y frunció un poco el ceño—. Aunque ahora ya nadie caerá en la trampa de atacarme.

A continuación, Félix hizo una afirmación extraña y sorprendente. Pepa lo miró con expresión confusa.

—¿Por qué dices eso, Félix? ¿Qué ha pasado? Agustín ha estado todo el rato ayudándonos y haciendo muy buenas reflexiones. Incluso se ha incluido a sí mismo varias veces como sospechoso. Y ha acusado a su propia hija, por mucho que le doliera. —Luego miró a Bruno—. ¿Y tú por qué dices eso de Dolores? ¿Nos estamos perdiendo algo?

Comenzaba a caer la tarde, pero aún faltaba un poco para que sonaran las campanadas, cuando una figura se unió a la reunión de los Madrigal en la sala principal.

La Abuela Alma volvía a estar entre ellos.

-Félix, no tiene sentido que digas que miento cuando he sido claro sobre cuál era una de mis habilidades desde que he tenido la oportunidad de ayudar -Agustín se encogió de hombros. Sabía que su habilidad como carcelero no era fácilmente demostrable y era algo que había tenido siempre en cuenta, no sacándose de entre el listado de sospechosos por eso mismo-. Y la otra habilidad, que también es fácil de intuir, no me sirve de nada... aún. Partamos de esto. Todos tenemos unas dos habilidades. La mía no sirve para investigar ni obtener ningún tipo de información. Ahora bien, sirve para poder hablar con los detenidos. Lo que me digan nuestros familiares NO tiene que ser verdad ni yo estar creyendo lo que me dicen, como he dejado claro desde el principio. Y lo que han dicho es:

Mirabel: Bruno es inosente

Isabela: Antonio es culpable seguro y puedo proteger

Abuela Alma: Antonio y Bruno están compinchados y son culpables

-¿Cómo puedo estar mintiendo sobre algo que NO he planteado yo? -Miró a Bruno cuando planteó que pudieran ser las abejas las que les picaron a él y a Antonio en el jardín-. A Félix y a mí nos pinchó una drosera, también conocida como Rocío del Sol. Si yo soy el de las picaduras, ¿por qué hacer que una abeja nos picara a Félix y a mí casi al inicio, justo después de plantear que me fiaba de él? ¿No es demasiado rebuscado?

Agustín dirigió una sonrisa a su hija Luisa y a Pepa, agradeciendo que alguien intentase poner un poco de cordura a la situación.

-Veo un patrón con el día de ayer -reconoció, y le resultaba curioso que nadie sospechara por ello-. Todo el día se estuvo acusando a Antonio, pero a última hora la atención se desvía a Mirabel. Resultado: Mirabel es detenida y Antonio se queda con nosotros. Al día siguiente, volvemos a acusar a Antonio, pero a última hora buscamos a otro culpable para continuar con la riña de Antonio y Bruno un día más. ¿A quién beneficia esto?

El hombre dirigió una mirada a la recién llegada Abuela. No sabía si el vínculo con Isabela había cambiado sus lealtades, pero si quería demostrar su inocencia, la Abuela Alma era la mejor baza con la que alguien podía contar. Y si terminaban ese día con el enfrentamiento Antonio vs Bruno, al menos avanzarían algo.

-Ahora sigan diciendo que miento y que no soy el carcelero -les retó, un poco molesto, ajustándose bien las gafas-. Bienvenida, Abuelita. Espero pueda poner orden.

—¿Abuela?Luisa no daba crédito, pero eso significaba que su padre decía la verdad y por consiguiente su tío Feliz ¿Mentía?
Miró a su tío con una mueca de desagrado, sin saber muy bien porque había tratado de desviar la atención. Algo olía a podrido y no era su quemadura, seguiría con su voto, Antonio ya sobraba.
—Bien dicho Papá.

La confusión parecía reinar en aquel salón, mientras nuevas palabras y revelaciones se hacían. Los dedos señalaban de un lado a otro, y ni siquiera la aparición de la Abuela Alma pareció terminar de dar seguridad a la decisión que habían de tomar.

Antes de que se dijera la última palabra, fueron interrumpidos por el sonido de las campanas de la iglesia de Encanto. La hora había llegado.