Partida Rol por web

El dormitorio tiene una apariencia bastante corriente: se trata de una sala normal, con retratos, jarrones, muebles, etc. Sin embargo, también tiene algunas peculiaridades: los estampados de las paredes cambian según el estado de ánimo de Pepa, pudiendo reflejar gotas de lluvia, soles, etc. Además, dispone de utensilios especiales, como anemómetros, veletas y anemómetros para medir la dirección e intensidad del viento; un dosel impermeable para la cama, para protegerla de posibles lluvias; desagües para evacuar el agua cuando el dormitorio se inunda, etc.

Por otro lado, este dormitorio está rodeado por un entorno siempre cambiante, dependiendo de los estados de ánimo de Pepa. Mientras está tranquila, la habitación puede tomar la forma de un extenso banco de nubes, con el dormitorio flotando en medio de estas.

Cuando está especialmente contenta, el dormitorio es una casita en una playa soleada.

Si se encuentra deprimida, es una cabaña en un monte nevado.

Las veces en que está especialmente alterada, se trata de un barco en medio de una violenta tormenta.

Me parece más que apropiado!!

Está perfecto. Voy a editar tu post para que quede en limpio con la descripción e imágenes, de ese modo cada vez que alguien entre a la habitación de ustedes podrá saber su apariencia.

Cariño mío, no sé quién ha podido hacer esto, pero sí que te puedo asegurar que yo no.

Tienes que creerme. Ya sabes que mis habilidades siempre han tenido más que  ver con tener la capacidad de animar a la gente a hacer cosas buenas y mantenerlas a salvo.

—No puedo creer que nadie de nuestra familia haya podido hacer esto. No, no, no. ¡Es imposible! —exclamó, histérica—. Ni tú, amor mío; ni mi pobre Antonio, mi chiquitín; ni Isabela, mi preciosa sobrina. No puedo creer que ninguno de vosotros haya hecho daño a nadie. Bruno tiene que estar equivocado.

Se abrazó a sí misma, temblando. La nube de su cabeza no paraba de expulsar agua, dejándola completamente empapada.

Félix intentó disipar la nube alejándola con las manos y abrazó a Pepa.

Esto ha sido horrible... algo de lo que no podemos ni hablar.

No se habla de Mariano-no-no-no.

—Seguro que ha interpretado mal su visión. Tiene que ser eso. Ninguno de vosotros sería capaz de hacer nada malo. Tú siempre has sido muy bueno y alegre. Antonio es solo un niño inocente. E Isabela siempre ha sido buena.

» Como bien dices, siempre se te ha dado bien mantener a la gente a salvo. ¿Serías capaz de proteger a los demás? Evitar que les hagan daño…

Podría....

Pareció pensativo

¡seguro que podría! Al menos por una única vez, seguro que sí. Creo que podría incluso convencer a todos de que durante una día y una noche nos relajásemos, disfrutásemos y pensásemos las cosas con calma sin precipitar nada.

¿Es eso lo que quieres? ¡Si es así dímelo y lo haré!

—Si crees que eres capaz de proteger a alguien… Deberías proteger a Bruno. Si de verdad hay alguien entre nosotros capaz de hacernos daño y Bruno es capaz de descubrir quién es… Puede que intenten hacerle algo malo…

»Todo esto es de locos. Siento que ninguno estamos a salvo. Pero no te preocupes. Si alguien viniese a por mí durante la noche, creo que podría lanzarle un rayo para fulminarlo, así que más les vale que se lo piensen dos veces. Además… me costaría mucho, y nunca lo he hecho antes, pero creo que sería capaz de controlar el clima lo bastante como para alargar el día o la noche. Puede que eso sea útil en algún momento.

Pero el modo en que yo puedo proteger es conseguir organizar una fiesta que dure un día y una noche enteras. Nadie saldría votado ni atacaría de noche de ser así.

Lo que sí puedo hacer con Bruno si consigo encontrarle es animarle para que sus profecías sean más poderosas. Creo que si no puedo animar a Bruno debería animar a Dolores, ¿no te parece?

—Lo mejor sería que intentases animar a Bruno. Pero, si no puedes, Dolores es una buena idea, sí. Seguro que es capaz de escuchar lo que ocurre en todas las habitaciones. O quién visita a quién por la noche.

Por seguridad empiezo por animarte a ti. A cualquier otro tengo que ir a su habitación y que me dejen entrar para que funcione

—Muchas gracias por apoyarme anoche, Félix. Me resultará de mucha ayuda —dijo sonriente, sintiéndose mejor.

»Oye... ¿no te parece un poco raro que Antonio y la Abuela puedan hacer lo mismo, y que hayan investigado a la misma persona? No sé... Es raro... —No quería dudar de su hijo, pero le parecía bastante extraño todo.

»No entiendo qué es lo que ha dicho Agustín. ¿Es cierto que podéis hablar en secreto en el jardín? ¿Y qué es eso de que os han picado?

Es bastante cierto. De pronto hoy me empezó a escocer una mano como si hubiese tenido una reacción alérgica y, mientras me rascaba, lo vi claro: ¡¡Agustín!! ¡él atacó a nuestra hijita!

Hola de nuevo, cariño mío.

¡La noche de ayer estuve en la habitación de Bruno y ya te echaba de menos!

—¡¡Félix”!! ¡Me alegro de que hayas vuelto! ¡Yo también te echaba de menos! ¿Cómo estás?

»¿Tienes alguna idea de quién más puede estar detrás de todo esto?

La verdad es que no, Pepa. A partir de aquí no tengo ni la menor idea