Partida Rol por web

Contrarias risas las de los perversos,

que ante la muerte sonrien sin afán y miedo,

pues no es su pellejo el que se juega,

sino el de otro, que inocente mira

la oscuridad de sus almas.

Tras la muerte del general, la noche cae, y los muertos se entierran, cada vez son menos.

Esta noche sin embargo no es clara, las nubes se arremolinan  y la lluvia cae a cantaros. Pareciera como si el cielo se fuera a caer, pues el techo de  varias casas no ha  soportado el temporal, hay goteras y  olor a pantano.

Los pasos de los que caminan dejan una huella en la tierra.

Se preguntan si quienes los vigilan también sufren del frío de la noche y el agua.

Y ahora pues, solo queda esperar, pues la tormenta es fuerte y el agua hace desastres.

En la lluvia aparece uno que creian muerto: Nikolai Vasilev regresa a la vida.

Me sentí dolido y aterrorizado, las palabras de ningún hombre o mujer me habían tocado hasta ahora, como soldado había tomado cada palabra de los caídos como patadas de ahogado que chapotean sobre las aguas, pero que se ahogan con el peso de sus propios pecados, sin embargo la voz de este hombre retumbo en mi corazón, como si su vida hubiera estado solo pendiendo en mis manos, pues mi voto sin contar muchos otros le habían señalado, seguir ordenes no por primera vez se habían convertido en mi condena, camino lento y algo desalentado dejando mi puesto de guardia permanente, el único sitio donde me siento cómodo entre tanto prejuicio y acusación de un pueblo que sacia su sed de sangre en los cuerpos de inocentes. A mis oídos logro llegar la voz de aquellos que me acusaron vivamente, ingratos que no más que exponer mi vida a diario entre guardias nocturnas y diurnas incesantes y sin relevo alguno, encima me acusan de lo que muy probablemente ellos si sean. Malagradecidos, es lo único que se me pasa por la mente mientras mi voz calla y paso frente a sus casas en plena borrasca, esquivando tejas y restos de arboles que casi me golpean, me dirijo a paso firme a un sitio que han marcado como punto de encuentro, la taberna de Gonzalo un sitio que por decoro y amor a mi labor no frecuento, entro de golpe y sin avisar, suelto mi rifle sobre la mesa envuelto en un paño húmedo que evita que la pólvora quede inútil – aquí estoy me han reclamado hoy, sacándome de mi guardia, ¿qué es lo que quieren? ¿Acaso sangre de otro inocente, entre sus manos? – me miro las manos y recuerdo el nudo de la horca que yo mismo prepare para la muerte de El General, y me parecen verse teñir de sangre escurriendo, pero luego aclaro los ojos de un parpadeo y solo veo el fango de la borrasca pasando entre mis dedos – traicionan a su propio pueblo, y se quedan tan campantes, ni el temor a dios, ni la culpa, ni el asombro ensombrecen sus corazones, me avergüenza su actitud, pero más me avergüenzo de la propia, que a falta de autoridad no puede acabar con esta charada.

Las palabras del "General" habían sido amargas. Si una farsa o no para salvarse del cadalso eso ya no lo podía saber ni lo aventuraba adivinar. Había dicho un par de cosas que podían tener doble interpretación. Jack solo podía acogerse a Dios y rezar por no haberse equivocado, al menos no había votado a ciegas, así que esperaba que su voto hubiese sido guiado al igual que notó que lo habían sido sus palabras. Si aquél hombre era inocente después de todo esperaba que lo acogieran en el cielo y obtuviera la recompensa eterna lo cual para él era infinitamente más preciado en ese momento. El resucitado Galeno ahora sabía que habían peores destinos que la muerte. Había luchado por lo correcto, si bien había errado o no aún no podía saberlo, pero al menos no se culpaba por ello.

Tras aquélla otra oscura escena siguió a Gonzalo hasta su taberna, que como hemos dicho, cuya propia casa estaba anexada y separada por un par de paredes de madera. El inglés buscó la compañía del tabernero aunque no su alcohol, una vez devuelto a esa burla de vida no le apetecía.

La lluvia repiqueteaba con ruido sobre los charcos de la calle y en el tejado de madera. Mientras de vez en cuando un trueno que otro interrumpía y ensombrecía sus pensamientos. De pronto, sin esperarlo, el narrador de cuentos apareció junto un destello de rayo que perfiló su figura en la puerta. -¡Válgame!- Se levantó decidido, no temía a los muertos y menos con los que se le habrían labrado confianza incuestionable en aquél purgatorio. -Benditos los ojos que te ven, en tierra. Jajajajajaja. ¡Ven aquí!- Sin embargo fue él quién se acostó. Cuando estuvo a su altura se le perfiló una ancha sonrisa y elevó una plegaría de agradecimiento justo antes de darle un fuerte abrazo como se darían dos hermanos, pues tenían un vinculo forjado a partir de una experiencia que salvo ellos dos, nadie más podía comprender. En todo momento "Ocho dedos" había deseado que aquél ángel hubiese resucitado al Sr. Vasilev en vez de él pues su Don para observar era mil veces más preciado que cualquier cosa que hubiera podido hacer por si mismo. En su interior se renovaba la esperanza. -Bienregresado seas, tu persona y tus dones nos son muy necesarias aquí, amigo mío.- Luego, bajó un poco la voz y quiso saber una pregunta que le retumbaba a cada instante. -Dime, ¿qué notícias traes de Eleanor?-

La lluvia caía pesada, casi no se podían abrir los ojos. Un mal presagio... No era sólo agua lo que corría. La meurte acampaba a sus anchas por San Palquiano. La mentira corría desnuda por sus calles... la confusión era cotidiana. "Serían verdad las palabras del General? Eso a nadie le importaba en este pueblo".

-Ni los muertos están tranquilos en este pueblo. No se podía creer que fuese a preguntar eso, pero..-Nikolai, ¿que nuevas traes del más allá? ¿Puedes arrojar luz sobre los acontecimientos?

No se lo podía creer. Juraría que estaba muerto, y ahora, PUF, otra vez en el mundo real. Sin embargo, no iba a quejarse, se alegró de volver a estar allí.

-Me temo que Eleanor no ha dicho nada desde que volviste aquí- le dijo apesadumbrado y en voz baja, pues sabía que él la quería, aunque para Nikolai fuera persona non grata. Y alzó la voz para comunicar sus nuevas- En cuanto al resto, hay noticias buenas y malas. La mala es que había alguien que intentaba ayudarnos a acabar con el mal, atacando por su cuenta y riesgo. Esa persona era el "general" Antonio el Grande. Que Dios lo tenga en su gloria.

Pero no todo era malo en la villa del señor.

-Por otro lado, ha caído otro traidor inquisidor, Alejandro Zabala, uno menos por el que preocuparnos. Y finalmente, Eduardo Toñin parece que colaboraba con los masones, aunque creo que aún no era uno de ellos. Pero por algo se empieza, con suerte hoy cae alguno.

Ya se había reportado, pero había estado un tiempo ausente, él también quería oír cosas.

-¿Ha pasado algo importante mientras no estaba aquí?- tras el eufemismo, volvió a preguntar- ¿se sospecha de alguien?

Las palabras del Sr. Vasiliev fueron como cuchillos en su alma. -Así que el General había dicho la verdad entre tanto resentimiento...- El galeno dejó caer la cabeza completamente apesumbrado. -Y fui yo quién señaló en su dirección, me devolvieron aquí y no he hecho más que fallar. Debiste volver vos en vez de este torpe patán.- Obviamente se culpaba.

No había tiempo para regodearse en lamentos aún, pues era momento de responder. -Utilicé las herramientas y la información que me habías dado. No era mucha, pero si creí pensar que era un punto de inicio. Sabiendo que el señor Osterback pertenecía a los falsos profetas y emisarios de Dios pensé... basé el inicio de mi criterio que a quién hubiese votado en la primera noche no podía serlo. ¿Cómo iría a votar un compañero de credo? Así que recordé que votó a Don Christopher Elias. Lo que a mi parecer descartaba a este como inquisidor (aunque no como mason). Como al mismo le habían votado dos más señalé el hecho y esperé que sus argumentos demostrasen culpabilidad o inocencia. Don Grande atacó, o pareció atacar a diestro y siniestro y señaló a algunos de los aquí presentes y respondió por algunos otros. Ahora me pregunto...si...- Jack miró a su entorno. Había furia en su mirada, de haber sabido de algún culpable más allá de cualquier duda lo habría matado ipso facto, incluso de valerse solo de sus manos, además que haber dejado atrás a Eléanor seguía ensombreciendo su humor.

-Sin embargo amigo mío, vuestro regreso y toda esa información que traéis con vos... nos da mucho más con qué trabajar de lo que disponíamos esta mañana. No creo que un servidor vaya a ver una nueva luz de día pero válgame Dios sino consigo hacer algo útil antes que eso y daros la dirección correcta.-

Dorian veía signos confusos, no terminaba de entender nada de lo que estaba pasando.

-Estoy muy confuso sr. Galeno. Al principio pensé que la acusación de Unaoreja era infundada y que usted no le señalaba como culpable, al ver su voto, vi que usted, persona de mi entera confianza le había votado. Lo que me hizo creer  culpable al General. Las últimas palabras del Sr. Grande fueron como un dardo venenoso, una dentellada de rabia... Más confusos que aclaradoras. La entrada de Vasiliev en escena está llena de misterio y sus palabras sólo me hacen preguntarme. ¿Para que demonios salió usted de la tumba Sr Galeno? ¿Para estirar su mano huesuda y llevarse el corazón del único que hacía bien a este pueblo? Estoy muy disgustado con su actuación! Es difícil ver culpables en este pueblo y su inocencia Sr Galeno se ha quedado muy en entredicho. Siento mucho decirlo, pero quiero explicaciones! No quiero excusas como las que ha soltado. Quiero que me diga quienes piensa que son masones e inquisidores, pues somos su pueblo... y pese a su error... no creo que sea masón, ni inquisidor. ¿Me equivoco?

"Aunque por otro lado...en este pueblo no era nada blanco o negro. ¿Estaría mintiendo Vasiliev y el General no ser el justiciero? Demasiada casualidad. El último en irse y el primero en llegar comparten información muy difícil de obtener. Ambos coinciden en que Zabala es inquisidor y que Grande es justiciero... demasiada confusión... Además de decir que Toñín era Masón..."

Ignoraba si le creían a él o no, pero decidió hablar igualmente.

-Según pude comprobar cuando el galeno murió, era inocente e incluso útil para la causa. Su amada era la que intimaba con inquisidores, y se hubiera convertido en una de ellos si éstos le hubieran atacado. Pero no, el galeno de lo único que es culpable es de estar equivocado.

-No dudo de su palabra Sr.Vasiliev. Por favor...se lo ruego. Dígame de quien sospecha usted. Tanto como masón como inquisidor... es tiempo lo que no nos sobra...

Miró a Dorian. No sabía bien qué responderle.

-Por desgracia, no tengo las cosas muy claras, morí sin saber demasiado. Aunque quizá podéis ayudarme vosotros, ¿alguien parecía unido a Alejandro Zabala, ya sea defendiéndole o estando completamente de acuerdo con él en sus acusaciones?

El Galeno inglés se levantó bruscamente del asiento donde se había dejado caer con desaliento. Golpeó con frustración en la mesa con el puño. -¡¿Y se cree usted que ME SIENTO ORGULLOSO DE HABERME EQUIVOCADO?! ¿De HABER MANDADO A LA HORCA A UN HOMBRE INOCENTE?- Por un instante el guerrero que, como un poderoso y feroz dragón dormitaba en el fondo de su ser, se despertó, sus ojos relampaguearon y su voz retumbó. No costaba imaginarle bañado de sangre, con su espada en la mano y embestiendo enemigos a diestro y siniestro en una gran batalla naval.

Luego, volvió en sus cabales, pues no dejaba de ser verdad, se había equivocado a lo grande y era momento de poner remedio a ello. -Tiene usted razón señor Dorian, ¿Por qué me devolvieron? ¿Por qué me arrastró el Ángel de vuelta a la vida como puede atestiguar nuestro buen Don Vasiliev? ¿Usted está disgustado? Huh, y sin embargo no fue usted quién perdió el alma con ello. Ahora, si no quiere ser parte de mi error siéntase conmigo sr. Dorian y se lo suplico, dígame que sacó en claro, o al menos quienes votaron a quienes. Y mucho tengo que equivocarme otra vez, antes que me maten, si no consigo dar con algún nombre.- Jack sabía que se le terminaba el tiempo antes de que fueran a por él, y quería legarles algo que les ayudara en vez de sentenciarles como lo había hecho.

-¡¡GONZALO!! Prestadme pluma y papel.- era hora de analizar los votos con la nueva información, y todo lo que sabían junto con las acusaciones y las palabras del "General".

Por desgracia con todo aquello se le pasó por alto las palabras del estudiante de folklore que habían quedado solapadas con su reacción. Sin embargo no era muy tarde, cuando estas alcanzaron a su cerebro. -Dejadme un momento, Don Vasiliev es justo esto con otras cosas las que quiero someter a estudio. También necesito que alguien me cuente al detalle como murieron cada uno de los que fueron ejecutados por la noche, pues yo no estaba ahí para verlo.- El corsario tenía mucha sangre fría al decir aquello, pero no hay que olvidar que sus manos también eran las de un cirurjano y ver sangre y visceras, sobretodo tras un combate era algo, por desgracia, ordinario.

Las palabras del Galeno sin duda le conmovieron... aunque necio, sólo miraba por el bien del pueblo. Recordó unas palabras que su padre le solía decir: "Sólo quien elige...". Palabras duras, pero justas.

-Sabe sr.Galeno, soy un hombre de los bosques. Ver la furia de un animal y a la vez el respeto me hace recordar de donde vengo. En los bosques el hombre está a merced de lo salvaje, solo se vale de sí mismo... Mi padre solía decir... "Sólo quien elige tiene derecho ha equivocarse". Es usted muy noble al aceptar su responsabilidad, con gusto me sentaré con usted. Ya le dije que goza de mi confianza.

"Era hora de estudiar las votaciones y de buscar indicios, como bien señalaba el Galeno"

-Jack, antes de la muerte del General, se me ocurrió una teoría que voy a exponerle. "Los enemigos están organizados". Esto es una clave muy importante. Mientras el pueblo ataca sin control. Los masones y los inquisidores soberbios de su poder atacan de manera organizada. Estudiemos las muertes pensando en eso.

Y tras estas palabras el enemigo sería más precavido en sus votaciones...

Dorian se puso ha hacer memoria...

-Bien, si no recuerdo mal, doctor... La segunda mañana Juan Barbas fue quemado con hierro hirviendo... Iñigo González le cortaron la garganta y la lengua salía por la herida, lo recuerdo porque esa imagen aún me tortura por las noches, Olwyn no sufrió, fue una muerte limpia. La tercera mañana Leovigildio fue ...fue descuartizado... otra imagen aterradora.  Nicolai apareció de forma macabra, con el cuello roto amarrado en una silla sin ojos...los encontraron dentro de su boca. No me acerqué mucho para ver eso, pero si se rumoreaba...La cuarta mañana la rubita, pobre ángel, amaneció con el pecho escrito "pecadora"... Y finalmente Zabala recibió un golpe limpio... Y creo que ahí están todos... No sé si dejo alguno en el tintero. Haciendo memoria continúo. No sé que aldeano dijo que las muertes estaban relacionadas con los distintos grupos que existen. Hay algo que no entiendo porque el primer día se dieron tres muertes. El resto de los días vienen siendo dos.

-Fuimos Don Álvarez Gamboa y un servidor quién lo dijimos. Me resulta que la información ya no nos es tan útil ahora que disponemos de las magnificas habilidades de observación del Maese Vasiliev.- El galeno habló en voz baja y entrecortadamente pues estaba concentrado tomando apuntes en unas hojas de papel sobre cuanto le iba diciendo Dorian, añadiendo a su vez sus propios apuntes. Con tal prisa garabateaba que de vez en cuando alguna mancha negra de tinta estropeaba su trabajo que por natural le salia impoluto.

Al ver lo que iba resultando se frustraba visiblemente, puesto que había esperado resultados más palpables. Aquéllos seres pérfidos actuaban con mayor astucia o mayor estupidez de la deseada.

Las hojas se llenaban rápidamente...

-Agradecería cualquier ayuda.- Añadió mojando la pluma de nuevo en el tintero. -A ello debemos añadir las sospechas y las palabras del "General" ni que sea para tenerlas en cuenta.-

El General fue finalmente condenado. Obvio, no hizo otra cosa que cavar su propia tumba. pensó Gonzalo para si de camino a la Taberna. Aunque él no pensaba que fuese un inquisidor, ni mucho menos. Por eso no lo había votado. A pesar de la arrogancia que desprendía, incluso con la soga en el cuello.

Aunque él había señalado a su amigo. A Francisco. Y después de lo que había dicho en la horca, algo le decía que era a él al que había nombrado como su ayudante...

Preparó todo en la Taberna y fueron apareciendo los clientes, entre ellos uno muy inesperado: Nikolai.
Cómo sigan resucitando muertos me arruinaréis, jajaja bromeó sirviéndole una cerveza, sin que la pidiera.

Gonzalo escuchó muy atento todo lo que decían y preguntó:

Pero no sería posible, que tanto un bando como otro, se acusaran falsamente a uno de si mismos, ¿para no levantar sospechas? dijo mirando la lista que había escrito Jack. Lo que quiero decir, es que, para evitar levantar sospechas, no es posible que los inquisidores o masones coincidieran en que unos y otros se acusasen entre sí ¿para disimular? ¿Pueden llegar a estar tan coordinados?

Se callo y se mordió el labio inferior, había una duda que le reconcomía. Se decidió a hacerla en voz alta:
¿Es posible que alguno de los vecinos que haya dicho "No, yo soy inocente". ¿Esté mintiendo? Quiero decir... No será posible que la arrogancia, arrogancia necesaria para pertenecer a cualquiera de estos dos malditos bandos, les impida decir abiertamente "yo no soy de esos"