Partida Rol por web

Eón

ERIK

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09/01/2019, 23:12
Director

I N T R O D U C C I Ó N

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13/01/2019, 23:33
Shen Warren

Había habido un incidente y la casa entera olía a quemado. Kiara había vuelto a “jugar” con los mandos del horno y había carbonizado el plato estrella de la noche: las berenjenas al curry.

Shen se había contenido in extremis pero el blanco de sus ojos tenía venillas rojas y aunque con el resto de comida habría sido suficiente y no estaba en condiciones de ponerse a improvisar, se encerró para ponerse manos a la obra. Erik sabía que estaba molesto por dos cosas, la primera porque su hija hubiera estado cerca de provocar un conato de incendio, con la rabia que le daban ese tipo de irresponsabilidades. La segunda porque sus padres no le habían llamado al teléfono para desearle un feliz Nuevo Ciclo.

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13/01/2019, 23:34
Kiara Du Mont Warren

A petición de Shen habían pactado evitar a toda costa enfados esa noche tan señalada: la niña la recordaría toda la vida y tenía que ser una cena íntima, en familia. Y al día siguiente: jugar con los regalos que los padres regalaban a sus hijos con el nuevo año y que esperaban envueltos debajo de la cama.

Por esa razón la bronca a Kiara se había pospuesto automáticamente para pasado mañana. Pero a pesar de eso la niña se había alejado tratando de hacerse invisible en alguna esquina de la casa, cosa sin duda imposible porque su vestido estaba decorado con lentejuelas plateadas que sobre el fondo morado brillaban como “escamas de dragón”.

Madeleine había anunciado que vendría a cenar con un amigo y aunque ella siempre llegaba casi con la mesa puesta -según ella para dejar a Shen cocinar tranquilo- esa noche apareció a las ocho. Todavía no había pasado el caos generado por la travesura de Kiara cuando el timbre sonó.

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16/01/2019, 12:31
Erik Du Mont

Erik detuvo la mano a centímetros de llamar a la puerta de la cocina. Ya le había dicho que no era necesario que hiciese nada más, pero conociéndole, sabía que lo mejor era dejarle tranquilo un momento, más después del peligro que había corrido Kiara por jugar en la cocina. "Lo mejor será que la vigile por el momento." pensó, dándose la vuelta para buscar a su niña. Le apenaba que se hubiese echado a perder el plato que tantas ganas tenía de probar; sin embargo, Erik estaba más bien aliviado de que no hubiera pasado nada grave en una fecha tan importante. 

El timbre sonó, indicándole al doctor que sus preocupaciones todavía no habían terminado. En ese momento se había olvidado por completo de que su madre iba a traer un acompañante, como bien había previsto, aunque no esperaba que llegasen tan pronto. "Espero que Shen no se agobie mucho por esto..." observó de reojo la puerta de la cocina, casi esperando oír algún grito de frustración saliendo de ella. 

- ¡Ya voy yo! - anunció, haciéndole un gesto a la todavía arrepentida Kiara para que se acercase - ¡Kiara! Ven a saludar, que será la abuelita Mady.

Antes de abrir, se recolocó un momento la pajarita granate sobre su chaleco de cuadros marrones e hizo un breve intento de meter barriga, sin mucho éxito. Todavía se le hacía extraño pensar en su madre saliendo con otro hombre, con un nuevo padre para él, pero no por ello iba a comenzar con un mal pie. "Al fin y al cabo es un invitado... y con suerte será sólo un amigo." Ya dudando de su suerte ese mismo día, Erik abrió la puerta con la mejor de sus sonrisas.

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17/01/2019, 13:49
Madeleine Herrman

Bajo un abrigo de pieles sintéticas Madeleine llevaba un vestido de tirantes verde y negro. A Erik no se le escapó la sutil sonrisa pícara que le hizo a su acompañante-un hombre que más o menos tendría su edad y que vestía una camisa blanca con corbata, americana y pantalones grises- cuando la llamó “abuelita Mady”.

—He aquí mi pequeño y mi nietecita. Ven Kiara. Erik, te presento a Ciro...

Se inclinó para tomar en brazos a su nietecita pero la niña se negó a acercarse tanto a su ella, tan cerca que estaba de un viejo extraño.

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17/01/2019, 13:51
Ciro Rosagro

Ciro tenía la traza de los que han llevado traje toda su vida. Sus ojos eran de un azul grisáceo sutilmente a tono con su pelo. Llevaba una caja bajo un brazo que seguro era el envoltorio de alguna botella. Saludó sonriente a Erik y miró a la niña buscando su complicidad. En respuesta ella se escondió tras las piernas de su padre. Él rió.

—Hola, gracias por invitarme, Erik.

Fingió ponerse serio y miró teatralmente a los lados.

—Había una niña por aquí... ¿No? Una con el pelo así como... bufado. ¿O era una ratita?

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18/01/2019, 03:17
Erik Du Mont

"No, no parece sólo un amigo." fue lo primero que no pudo evitar pensar Erik al observar la mirada de su madre. Por suerte, allí estaba Kiara, dispuesta a ocupar sus pensamientos con su presencia y su timidez, esta vez. El hombre esbozó una sonrisa cariñosa al ver cómo la pequeña se escondía detrás de él y sacudió la cabeza, estando ya acostumbrado, antes de devolverle el saludo a Ciro. 

- Oh, no hay de qué, faltaría más. No es un día para pasar solo y si mi madre quería que vinieses, no voy a ser yo quien le diga que no. De hecho, es imposible decirle que no a algo. - sonrió bromeando, dirigiendo la sonrisa también a Madeleine. Al ver que no parecía tomarse a malas que Kiara no quisiera saludarle, Erik fingió también ponerse serio, girándose un poco hacia donde estaba la niña - Pues espero que no sea una ratita de las que hace estropicios en la cocina, porque si no tendríamos un problema... - comentó levantando las cejas al mirar a Kiara, como una pequeña advertencia, pero no le quiso dar más importancia - Pero bueno, pasad, pasad. Con suerte, a lo mejor la encontráis en el salón... Ah, dejadme los abrigos, que los guardo ahora para que no estorben... - tras esperar a que ambos pasasen y cerrar la puerta, ayudó a su madre a quitarse el abrigo y esperó por si Ciro quería dejar su chaqueta también en el perchero - La cena todavía no está, ¿queréis algo de beber mientras tanto?

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18/01/2019, 23:13
Madeleine Herrman

Nada más entrar Madeleine arrugó la nariz, miró a Erik, luego a la puerta cerrada de la cocina y sonrió. No preguntó por Shen.

Se lanzó a atrapar a la ratilla, que no opuso resistencia, y le dió un beso.

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18/01/2019, 23:16
Ciro Rosagro

Ciro se quedó mirando una estantería con libros, ensimismado, sin darse cuenta de que Kiara, abrazada ahora a su abuelita, le vigilaba con desconfianza.

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18/01/2019, 23:17
Director

Cuando Erik fue a colgar la chaqueta de su madre notó en el bolsillo del la sudadera de Shen su busca vibrando iluminado. Su marido se había olvidado de llevarlo encima y le estaban llamando, lo que sin duda significaba que debería acudir a cubrir algún servicio.

Los finales de año la actividad de los bomberos era frenética y no era extraño que a Shen, a pesar de no estar de guardia, acabaran solicitándolo, pero le había dicho a Erik que era muy improbable que fuera al principio de la noche. Eran horas extra, voluntarias, pero conociendo a su marido seguro que no se negaría a ir.

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21/01/2019, 10:56
Erik Du Mont

El doctor, al notar el gesto de su madre, cabeceó y chasqueó la lengua, esbozando luego una sonrisa incómoda. Sabía que su madre era lo suficientemente avispada para entender la situación sin que le dijera nada más. Al dejar el abrigo, Erik tomó rápidamente el busca y suspiró. "Lo que faltaba..." pensó, observando a la pequeña Kiara que había estado a punto de provocar un incendio con sus juegos. No dudaba en que muchas de esas emergencias serían accidentes domésticos, pero no por ello eran menos peligrosas. Con otro suspiro, Erik llamó suavemente a la puerta de la cocina, entró y cerró tras de sí, evitando que el olor a quemado saliese de nuevo.

- Shen, cariño... El busca. - lo agitó en su mano, mostrándoselo. Acto seguido, y conociendo casi su respuesta, se arremangó y buscó un delantal para no manchar su chaleco - Dime qué estás haciendo y lo termino yo, no pasa nada.

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23/01/2019, 09:28
Shen Warren

El olor a quemado seguía siendo penetrante. La campana extractora zumbaba a su máxima potencia. Shen tomó el busca con las dos manos y miró la pantalla con incredulidad.

—¡Anda ya!

Por un momento hizo ademán de encestar el cacharro en una bandeja llena de agua y ceniza que había en la bancada, junto a la pila, pero miró a Erik con los ojos vidriosos y un poco enrojecidos y se contuvo.

—¡Me habían asegurado que si acaso me llamarían bien entrada la noche, mucho después de las doce! ¡Mierda ya!

El siguiente arrebato de ira fue más débil, se cruzó de brazos y dió un pisotón mientras Erick encontraba el delantal en su cajón.

—Anda, ven yo te lo pongo.

Se colocó detrás y se lo anudó con delicadeza.

—No te manches. Es una kisch de espinacas, ya está en el horno, veinte minutos y listo.

Suspiró.

—¿Han venido? ¿Cómo es el novio de tu madre?

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26/01/2019, 19:45
Erik Du Mont

Ante el grito de Shen, Erik levantó las manos para tomar el busca por si lo lanzaba. Sabía lo mal que se sentiría cuando terminaba rompiendo algo sin querer durante sus arrebatos, pero por suerte, esta vez se controló.

- No se puede controlar cuándo aparecerán las emergencias... Y si te han llamado ahora es porque no tienen más remedio. Te necesitan. - suspiró él con una sonrisa dulce, acariciándole la mejilla un momento, en gesto conciliador. 

"Aunque tampoco sé qué haría aquí sin ti..." añadió en su mente, pensando que ya se sentiría demasiado culpable por tener que irse esa noche, aunque fuese por deber. Erik dejó que le colocara el delantal, echando un vistazo al desastre en el que se había convertido su cocina, y soltó una risa suave al oír que ya lo había dejado todo listo.

- Bueno, pues tendré que limpiar al menos para que parezca que hago algo. - comentó mirando el reloj de la cocina para calcular el tiempo. La siguiente pregunta hizo que Erik se riese de nuevo, esta vez algo más incómodo - Sí, ya han venido, están en el salón con Kiara... Parece un buen tipo, formal e incluso amable... Creo que han traído vino. - se encogió de hombros, girándose para quedar frente a Shen, con una sonrisa entre divertida y algo triste - La situación va a seguir siendo extraña para mí, pero de momento no puedo quejarme... ¡Ah, sí! - se interrumpió de pronto, mientras buscaba alguna fiambrera en los armarios - ¿Te quieres llevar algo para cenar ahora, al menos? No estaría bien que además te vayas sin comer nada...

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28/01/2019, 09:39
Kiara Du Mont Warren

Aunque el cabreo le había quitado el hambre Shen transigió en llevarse algo para cenar.

Después se pudo despedir de los invitados y de la nena. Fue un momento muy emotivo, como un adelanto de lo que podría haber sido vivir el Cambio de Ciclo todos juntos.

Cuando su padre se marchó Kiara se puso a llorar. Erik tuvo que empeñarse a fondo para consolarla, y la abuela.

Se sentaron a cenar y primero hablaron de recuerdos de otras noches de fin de año. Ciro contó lo mucho que adoraba recibir regalos a la mañana siguiente.  

Aunque a esas horas ya estaba agotada y se frotaba los ojos de vez en cuando, Kiara, sentada a la mesa sobre las rodillas de su abuela, quería estar en las conversaciones de los mayores y además, su intención era esperar despierta a que volviera Shen.

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Si en algún momento prefieres que la cosa fluya más rápido en lugar de interactuar, dímelo y continúo sin problemas. Prefiero pecar de lento que arriesgarme a meterte en una inercia sin dar ocasión para que tu personaje interactúe.

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30/01/2019, 13:51
Erik Du Mont

Erik había mantenido la sonrisa todo el tiempo, para que Shen no se sintiera peor de lo que ya lo hacía por marcharse, y luego para que Kiara dejase de llorar. A diferencia de otros días, incluso le dejó traer algunos de sus juguetes a la mesa, con el fin de que se tranquilizase un poco. 

- Papá Shen está ayudando a los demás, y cuando el resto de familias estén bien y a salvo, volverá, para que nosotros también estemos bien. ¿Vale, Kiara? - le explicó tras abrazarla con fuerza como solía hacer y darle un beso en la frente. 

La charla sobre los años anteriores llenó a Erik de buenos recuerdos. Recordaba su primera bicicleta, sin envolver, aparecer en el salón en uno de esos cambios de año. Muchos de sus libros de aventuras, conseguidos en esas fiestas, todavía seguían perfectamente cuidados y conservados en las estanterías de la casa. Durante la conversación, Erik se mantuvo atento a los gestos de Ciro, analizándole casi sin darse cuenta, como le pasaba bastante a menudo. "Bueno, pues tocará preguntar directamente." pensó finalmente, tras haber intentado desviarse del tema, insistiendo a Kiara en que se fuese a dormir.

- Bueno, ¿y desde hace cuánto os conocéis? - preguntó, dirigiéndose primero a su madre y luego a Ciro - ¿Del trabajo o...?

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Para nada, yo también soy de desarrollar bastante y prefiero esto antes que ser arrastrada por la historia sin poder reaccionar a gusto.

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31/01/2019, 22:58
Ciro Rosagro

Kiara se había quedado dormida en los brazos de su abuela. Como había que esperar a que alcanzara un sueño más profundo para trasladarla sin despertarla continuaron la charla hablando bajito.

Ciro había dejado la iniciativa a Madeleine y había sacado temas agradables. Se notaba que quería agradar y sabía escuchar. Tenía una especie de aura de distinción.

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31/01/2019, 22:58
Madeleine Herrman

Madeleine sonrió, levantó las cejas -como diciendo ahí va esa- y respondió.

—Erik, cariño. Nunca hablamos de eso pero ya sabes que no he superado la muerte de tu padre. Y hace ya ocho años. Desde entonces he estado en varios grupos de terapia. Cinco veces.

Se encogió de hombros, como si lo difícil ya lo hubiera dicho y ahora ya pudiera tomárselo en broma.

—Ciro es mi terapeuta número cinco.

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04/02/2019, 12:44
Erik Du Mont

Erik esbozó una pequeña sonrisa dulce al ver que Kiara finalmente había caído, presa del sueño. "Pero será cabezona..." La conversación con Ciro le resultaba agradable, más aún cuando Erik notaba que no lo hacía simplemente por quedar bien; parecía un hombre correcto de por sí. 

Ante el gesto de su madre, Erik le respondió también levantando las cejas, de forma más tranquila. "Alguna vez tenía que tomar la iniciativa." Sin embargo, la respuesta le hizo cambiar un poco su humor. Sabía que su madre se sentía sola, aunque no había dicho nada al respecto. Erik le había repetido varias veces que podía hablar con él lo que quisiese, pero sabía que aquella era una batalla perdida para cualquier psicólogo, el hecho de ayudar a la gente más cercana. El exceso de confianza hacía que mucha gente se sintiese cohibida al expresarse, por miedo a lo que pudiera pensar la otra persona. Y aunque al doctor le gustaría ayudar en todo lo posible, sabía que había "fronteras" que no podía forzar. 

- Vaya, eso ha sido... diferente de lo que esperaba, mis disculpas. - sonrió a ambos, algo avergonzado tras conocer la identidad de Ciro. Al menos, se alegraba de que su madre no tuviera problemas en hablar de ello. Le sonrió a ella, esta vez más tranquilo y de forma incluso dulce - Pero bueno, si hay suficiente confianza como para traerle, imagino que el cinco será tu número de la suerte. - echó un rápido vistazo al reloj, comprobando la hora y calculando el tiempo desde que Shen se había marchado - ¿Queréis que vaya abriendo algún vino para celebrar o esperamos a Shen? Creo que ya podría ir llevando a Kiara a la cama... - ladeó un poco la cabeza para comprobar que la pequeña seguía durmiendo.

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05/02/2019, 14:09
Kiara Du Mont Warren

Erik se llevó a su hija en brazos y cuando la posó en la cama Kiara abrió los ojos como movida por un resorte, amenazando con despertarse.

No estaba totalmente despierta y Erik sabía que con que la niña lo sintiera cerca unos minutos más volvería al sueño profundo. En unos segundos sus ojos se cerraron, su boca sonrió apaciblemente y su respiración volvió a ser pausada.

Mientras la vista de Erik, en lugar de acostumbrarse a la oscuridad de la habitación se fue nublando y cada vez los contornos se fueron haciendo más difíciles de intuir, hasta que todo se puso negro.

Incluso dejó de sentir el espacio en el que estaba, como si un inmenso vacío se lo hubiera tragado. Sólo que sabía que Kiara seguía allí.

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Continúa en:

https://www.comunidadumbria.com/partida/eon/kardas...

 

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23/09/2019, 16:42
Kiara

Tras unos segundos de silencio sonó la voz de Kiara hablando con tanta soltura como lo hacía ella pero con mucha más precisión y un poco menos aguda.

—¡Papaaá! ¡Hay que ver! ¡Otra vez!

Eran las dos de la tarde. Había días -según el colegio- que las clases terminaban a esa hora.

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Nota al lector: este post ocurre más de un año y medio después del anterior de esta escena.