Partida Rol por web

Eso no lo sabemos ni Luis ni Yo, supongo que menos lo sabrás tú... pero si El creador nos ha mandado a buscarte es porque eres tú uno de sus elegidos.

Héctor tiende la copa con agua a Alexander para que éste la tome.

Necesito que te concentres en esta copa de agua. Necesito que sientas lo mismo que sentiste anoche cuando pasó lo que pasó con el agua. Necesito que canalices los mismos sentimientos hacia esta copa. Anula el resto, olvida que nosotros dos existimos y piensa en el agua flotando.
Intenta que pase lo mismo que pasó ayer con estas pocas gotas de agua.

Confio ciegamente en el angel que me tiende la copa, aunque sigo pensando que aquello no fue obra mia. Cojo la copa torpemente, con la mano temblorosa, y la sujeto con las dos. El tembleque es continuo, y hace que el agua no pare de moverse. Hago lo que puedo, pero a estas alturas de mi vida, la concentración no es uno de mis mayores atributos, y menos en este momento, pero lo intento, fijo mi mirada en la copa y trato de perderme en su interior, pensando en hacerme dueño de sus movimientos...

La copa se mantiene temblorosa pero nada pasa de un momento a otro.
Los ángeles miran a Alexander y algo no les cierra en todo lo que están viendo.

Alexander comienza a sentir convulsiones, su pecho se oprime, siente nauseas y se marea... Ve ciertos puntos negros en su campo de visión. Parece que tuviera un velo de funeral frente a su rostro ya que poco es lo que consigue ver mientras ese líquido negro va tapando sus ojos...

Sus tripas se encuentran revueltas...

En un primer momento el miedo se apodera de mi, pero mi fe puede con el enseguida, ahora reforzada con esta prueba... algo esta pasando. Consigo centrarme mas y mas, poniendo todo mi empeño en seguir adelante

Alexander no consigue ver nada, siente como le baja la presión... no sabe donde se encuentra.

Mareo...

Luz...

Luis... Hector... sus caras...
El agua...

El agua...

Todo era borroso y por flashes...

Por fin Alexander logra volver a ver...

¿Pero qué...? DIOS MIO

El Padre Juan se encuentra muy cerca de Alexander...

¿Qué haces aquí?

Alexander nota que se encuentra nuevamente en la sala de ceremonias de la iglesia, donde anteriormente los ángeles habían saludado al cura.

No ves a Luis ni a Héctor cerca

¿Cómo has llegado hasta allí?

Me incorporo, aun mareado, viendo algo borroso. Cuando consigo centrar la vista, me asusto al ver al cura. Miro a mi alrededor, nervioso, balbuceando algo initeligible para el hombre. Poco a poco recuerdo lo que paso, los angeles, los poderes divinos... oh, no! todo era un sueño... no puede ser!. Miro al cura, desconcertado, pero no alcanzo a articular palabra

Habla hombre... ¿Dónde están Luis y Hector? ¿Qué les has hecho?
El cura parecía muy preocupado... por lo menos por su cara se notaba.
Miraba hacia todos lados.

Menos mal que no hay nadie aquí.

Vale, vale, es real... Lo que al principio parecia tranquilidad por tener los pies en la tierra, se torna rapidamente preocupación, y le explico al cura como puedo: ...n...no se... estabamos... yo estaba.. la copa... veia negro.. el agua... se moveria el agua..?... o... tal vez se equivocaban... oh, señor, no se que ha pasado... les habre hecho daño? Me acerco al cura. Oiga, no se que ha pasado... pero estaran bien, no? Solo trataba de hacer lo que me pedian...

Sigo mirando a mi alrededor, nervioso, hasta que me doy cuenta de que no estaba con los angeles en esta sala. Donde estaba? omo he llegado hasta aqui?... Disculpe, padre. Me santiguo torpemente y corro hacia la primera puerta que hay a mi derecha. Al asomarme levemente y no ver a Hector y a Luis dentro, sigo hacia la siguiente puerta, y entro en la habitación, cono una pregunta muy clara en mente: Que ha pasado?

Alexander se encamina hacia la primera puerta, ésta estaba sorprendentemente abierta.

El padre Juan intenta detenerlo en su camino hacia la sala redonda.

¡¿Dónde vas Alexander?! Le grita sin poder correrlo antes de que entre debido a su edad y estado corporal.

¡Luis! Aclama en voz alta.

Al entrar en la habitación redonda, lo primero con lo que te encuentras es un pasillo o Hall de entrada.

El mismo tiene forma curva y se extiende hacia la derecha y hacia la izquierda. Delante de él y un poco hacia la derecha, una puerta de vidrio que mostraba la oscuridad de la sala siguiente.

Por lo poco que podía observar a lo lejos, la sala siguiente también era circular, varios rayos de luz entraban por alguna ventanita en el techo o pared.

Parecía deshabitada.

Al escuchar al cura en mi carrera, me giro de repente

-Luis! Eso es, donde estan, padre? DONDE ESTAAAN!!! El nerviosismo y la desesperación me vencen y rompo a llorar, cayendo sobre mis rodillas, mientras me tapo los ojos con las dos manos

Una luz azulada ilumina a Alexander desde la izquierda.

El servidor de dios se encontraba llorando en el piso de la sala redonda, justo antes de la puerta.
Al girar la vista, Alexander logra ver a Luis detrás del vidrio de la puerta y dentro de la sala redonda.