Partida Rol por web

La desaparición de Alexander junto con Romano había quedado atrás...
Un aura amarilla recorre a Lobatto justo cuando Anauel comienza a correr desesperadamente en tu encuentro.

Sus caras agitadas demostraban la presión del ambiente.
Justo cuando todo parecía que iba de mal en peor, lo inesperado pero muy bien recibido OCURRIÓ.

El aeropuerto se congeló nuevamente, esto no solía ocurrir con tanta frecuencia, pero aparentemente la locura se acrecentaba y eras parte de todo aquello.

Anauel quedó suspendida en el aire mientras corría como si alguien hubiera dado PAUSA a un video.

Lobatto estaba casi transparente, no cabía la menor duda de que iba a hacer lo mismo que Alexander: Desaparecer de allí como un mago.

Violet estaba transpirada y muy agitada, pero seguía siendo el único objeto vivo que podía realizar algún movimiento.
De todos modos sabía que en cuanto todo aquello terminara, ellos volverían a moverse y todo el horror continuaría. No tenía mucho tiempo, y tampoco sabía muy bien cómo aprovecharlo, pero de alguna manera... esos períodos de parálisis fantásticos la ayudarían de algo.

No me detengo para volver a quitarles el arma, la vez anterior no me sirvió de nada, así que aprovecho este pequeño instante para salir corriendo.

Violet corrió en dirección opuesta a la que se había dirigido en su momento Romano, antes de desaparecer bajo las garras de aquél pordiosero.

El tiempo en que todo se freezó le dio a Violet la oportunidad de ver que unos cuantos guardias estaban dirigiéndose hacia la sala de "los problemas". Ellos estaban paralizados también.

Violet siguió corriendo, pero por lo menos en la sala contigua no había otra salida hacia el exterior. Eran pocas las cosas que podía hacer más que correr y correr.

Anauel y Lobatto quedaron atrás en modo "Pausa" mientras Violet se iba agitada. Ellos la perseguirían en cuanto todo volviera a la normalidad.

- ¿Qué soy?... soy un monstruo, soy una especie de cosa rara que tiene alucinaciones y al que le pasan cosas que no entiende, eso es lo que soy. Un Freak.
Me aparto cuando intenta tocarme.

- Supongo que me querrán para meterme en algún laboratorio y estudiar mi ADN, o algo así. No quiero resignarme, pero hace mucho que me persiguen y estoy cansado, muy cansado.
- Si hay alguien que me quiere ver muerto, por favor dígale que aquí estoy y que se puede dar el gusto en cuanto quiera.

Escucho, aparentando cordura y maxima atencion. Y aunque oigo, mil pensamientos incongruentes se mezclan en mi mente. Por que reacciona asi? Se supone que es un monstruo... pero no lo parece. Hector lo dijo. Y es un angel. Dios lo envio, Dios guia nuestras vidas, Dios...

Empiezo a balbucear palabras ininteligibles, caminando de un lado a otro. Poco a poco se nota como me pongo nervioso, parece como si estuviera manteniendo una conversacion conmigo mismo... un discusion en toda regla. Niego con la cabeza, sin dejar de pensar casi en alto, aunque no se entiende nada. Empiezo a agitar los brazos, los balbuceos van en aumento, ...NO!, NO PUEDE SER!, PERO TENGO QUE HACERLO! SI! O NO?! NO PUEDO!... . Dudo de lo que esta pasando. Si permanecemos aqui, no habra marcha atras. Tengo que sacarlo de aqui, pero a donde?.... Si! De alli no podra escapar... Con la misma violencia con la que discutia, rapido, con un gesto brusco me acerco a Romano y le agarro de un brazo con fuerza

De repente me doy cuenta que estoy haciendo una estupidez saliendo de esta manera, ya que no conseguiré nada, así que miro rápidamente a mi alrededor...
Veo un carrito así que hago que ruede para ponerse en medio del camino, a ver si esto funciona, y cuando me sigan les intercepta el paso haciendo que se retrasen un poco...

Violet toma un carrito que se encuentra en el camino e intercepta con éste a Anauel que se dirigía directo hacia ella. Lobatto seguía desintegrándose en el aire mientras todo continuaba paralizado.

Todo estaba listo para que la pesadilla continúe, y así pasó.

Los brazos de de Anauel cobraron vida y comenzaron a agitarse mientras corría hacia Violet, Lobatto desapareció en el aire, seguramente hacia el sitio en el que ahora se encontraba Romano y Alexander.

La sirena siguió sonando y un guardia de seguridad gritó en voz alta: ¡¡Alto ahí!!

Todos los presentes se vieron obligados a prestar atención al guardia que, resguardado por un escudo y un chaleco antibalas, ahora gritaba a las dos únicas personas que quedaban en pie en aquél lugar.

El arma de Anauel estaba a la vista, el pánico de Violet también.

En el simple instante en que todo volvió a la vida, algo inesperado (como casi todo), ocurrió para Violet: El carrito que había dispuesto para interceptar a Anauel no estaba donde lo había dejado, sino en el mismo lugar de donde lo había regogido. Es decir, Violet nunca había movido el carrito de lugar... ¿Cómo era posible que todo lo que hiciera en los lapsus de inmovilidad desapareciera o se deshiciera cuando todo cobraba vida nuevamente?...

Lo irreal continuó en el momento en que Anauel continuó corriendo sin dar atención al guardia o sin importarle las consecuiencias. Quizá pretendía tomar a Violet y hacerla desaparecer como su compañero había hecho desaparecer a Romano, en ese caso no tendria que preocuparse por las consecuencias. Y así sucedió todo:

El guardia corrió a la par de Anauel, distando unos siete metros de ambos... mientras Violet aterrorizada seguía en el mismo lugar.

A segundos de comenzada la carrera, el guarda se topa con el carrito que habría agarrado Violet y lo empuja con todas sus fuerzas contra la agresora "Anauel".

Certeramente, y antes de que ésta última de alcance a Violet, el carrito choca con un estrepitoso ruido a la rubia desconocida haciénd que ésta caiga por segunda vez al piso y desarmandola, naturalmente.

- Levante las manos, y usted tampoco se mueva. Dice a Violet finalmente luego de lograr desarmar a Anauel.

Antes de que Romano termine su última frase, le interrumpo, hablando fuerte, aunque no demasiado al principio, aumentando poco a poco el tono, hasta acabar gritando

-Deja de hablar, asqueroso engendro!! Algo habrás hecho para que los designios del Señor te lleven a la muerte. Yo no soy quien para juzgarte, pero soy parte de la mano de Dios en la tierra, y cumpliré sus deseos, aunque sea lo ultimo que haga!

Cierro los ojos por un segundo, concentrandome

¿Qué es lo que me estaba pasando?, ¿Por qué sentía que el mundo me daba vueltas una y otra vez mientras las cosas más alocadas pasaban frente a mis ojos?.
Jamás había sido muy religioso, pero tampoco era el hijo de Satán. ¿Por qué querría ese loco hacerme daño?¿Por qué querría hacérmelo Dios?.

Las nauseas hicieron que me doblara sobre mis rodillas a la vez que oigo sus amenazas. Miro hacia ambos lados pero no hay ningún elemento cortante o punzante con el que hacerle daño, ni siquiera sabría si me animaría a usarlo.

Pierdo el aliento y la respiración se acelera tanto como mis pulmones me lo permiten. No puedo evitar bajar la cabeza para ocultar una triste lágrima que corría por mi mejilla.

Por favor... os lo ruego.

Todo volvió a moverse, el piso, las paredes, Alexander y yo mismo. ¿Es que me volvería a teletransportar? si es que eso era lo que hacía...

La desaparición de Romano fue tan inesperada como la aparición de Lobatto en su lugar.
La habitación quedó en silencio mientras ambos hombres se miraban con desconfianza.

De alguna forma había llegado al cuarto aquél. Un cuarto de la iglesia que yo no conocía... pero que sabía bien el camino de llegada. ¿Por qué me encontraba allí si yo quería estar del otro lado de la misma puerta? Esas no eran respuestas que fuera a obtener mucho más rápidamente que las que realmente me interesaban: ¿Dónde está Romano?

¿Dónde dejaste al muchacho? Debo reportar todo lo que sepa con Victoria Cuando recordaba a esa mujer todo el cuerpo se me estremecía: La categoría más alta, el rango más elevado conocido y a quien no podía cuestionar. Luis ya la había sufrido y no quería correr el mismo riesgo.

Sin estar completamente seguro de lo que estaba pasando, ignorando a Lobatto, me giré hacia la puerta, abriendo los cerrojos y saliendo de la habitación. Tiene que estar aqui...

En el momento en que Alexander abre la puerta, nota cómo, desconcertado, Romano miraba para arriba y para abajo desde el otro lado.

El muchacho estaba detrás de la puerta.

Me quedo helada, mirando hacia el guardia...

Yo no tengo nada que esconder, solo iba a coger un avión cuando una gente loca nos ha agredido, así que me quedo parada en el mismo lugar donde me hallo, esperando que venga el guardia y poder darle las explicaciones pertinentes.

Me...Menos mal que ha aparecido... Yo... Esta mujer intentó secuestrarme... No... No se que quiere... Gr... gracias...

Unas lágrimas empiezan a surcar mis mejillas, lágrimas de agradecimiento, ahora que veo como a la chica rubia la están deteniendo, me siento más segura y los nervios que llevaba dentro empiezan a surgir, dificultándome un poco el habla...

Se... Se han llevado a mi com...

No puedo terminar de hablar, la experiencia sufrida me deja en un pequeño estado de shock... Donde se habrán llevado a Romano? esta pregunta no para de darme vueltas por la cabeza...

Al ver que el policía me tiene acorralada recuerdo las reglas de ser lo que soy. "Nada de andar haciendo pública tu habilidad" me habían dicho varias veces...

¿Dentro de todo, cuál sería mi habilidad?

Desde el piso en donde me encuentro, puedo alzar los ojos y mirar directo a Violet, luego observo al policía y con lágrimas en los ojos digo:

Esta mujer me ha golpeado sin razó, todo el mundo ha corrido... tiene un arma. Levanto mi mano para poder apuntar al arma que se encontraba tendida en el suelo.

No sé qué le pasa, estoy segura de que me confundió con alguien más. Mi sollozo se hace cada vez más intenso pero no lo podía mantener, no lograba que las lágrimas salieran realmente de los ojos.