Partida Rol por web

Cuando se hubo alejado prudentemente de aquellos dos y antes de ingresar de nuevo a la ciudad, buscó un lugar apartado e intentó ponerse en contacto con la Jefa de Comunicaciones sin que le escuchara el resto. Una vez lograra contactar con ella, le explicaría la situación que se estaba creando con respecto a Giuseppe, y qué medidas deberían tomar en tal caso.

 Cuando se aleja de la reunión, dejando solos a McTaker y Giuseppe, Vladimir busca comunicarse nuevamente con la base para hablar con la Jefa de Comunicaciones, Nyala. Si bien se había presentado como una mujer excéntrica, aparentemente el agente veía en ella una figura razonable para debatir el camino a seguir.

Nyala: Te escucho fuerte y claro, querido... personalmente, creo que es una pena. En mi pasado como agente, tenía como primera regla agotar todas las opciones pacíficas antes de atentar contra la paz. Aunque debo decir que no siempre ha sido una opción que evitara la violencia: si uno se queda mucho tiempo sin hacer nada, el mal avanza. Y consume... y corrompe...

 Hubo un breve silencio en la línea de comunicación, como si Nyala estuviese pensando en alguna situación particular de su pasado. Pero retomó la conversación rápidamente.

Nyala: Pero Maverick ha establecido que ustedes tienen la total libertad de elegir las vías que consideren convenientes para llevar a cabo la misión. Y eso incluye, de ser necesario... ir en contra de los planes de tus compañeros agentes. Ojala nunca tengan que llegar a eso; son profesionales después de todo. Les deseo la mejor de las suertes, queridos.

 Con una despedida casi melancólica, la Jefa de Comunicaciones corta la transmisión. Se notaba que, aunque no quisiera violencia, la aceptaba si los agentes creían que era lo necesario.

 La cuestión era, que no todos los agentes estaban de acuerdo.

Me quedo a solas con el Páter

"Las almas de los piratas irán al.infierno, pero me preocupa que puedan causar daño colateral. Eso, o que Peggy intente compralos"

"Revisemos el plan hasta su perfección. Y que sepa que no he desechado mi idea de crear un ídolo de la rebelión, nuestro hombre de paja, para que los refugiados vayan a buscarle"

Por su parte el Padre, resopló. Pues pese a que otros de sus compañeros decidieran que no era una buena idea contar con los piratas, tampoco pusieron ninguna otra ruta alternativa para tomar. ¿Los niños comprados?. Si ya están comprados, el que fuera que contactó con ellos, estará ya quemado, pues ya se lo habrán contado a Peggy. ¿Gente encerrada?. Enhorabuena, ratones en una jaula perfectamente protegida y vigilada que NO podemos acceder. ¿Que más opciones había?.

-Es difícil que Peggy los vaya a comprar si directamente ellos lo que buscan es ir contra Peggy. -Comentó el Padre- A fin de cuentas, la esencia de los Piratas es la aventura... y saquear a quien lo tenga, no ser mercenarios a secas. Creo que eso lo harían los corsarios, no los piratas.

Volviendo con la idea de poner de Hombre de Paja a un hombre inútil, que, al parecer no sabe del todo bien cómo manejaría el poder. O al menos como se comportaría este; el Padre no pudo hacer otra cosa que ceder. A fin de cuentas, era una minucia si iba a actuar como ellos desearan...

-Sí, al que tu quieras... tanto me da...

"Páter, precisamente porque es un inútil, un buenazo sin más ambición que sacar fotos y recuperar a su esposa"
"Hay gente fuerte, pero malvada. Este hombre sería tan sólo una sonrisita en una portada de revista ¡Si fuesemos un país rico, lo mismo ni siquiera tendría que existir!"

"La idea de "Liberados los de un campo de concentración" y "Unios al Johan Smith" de turno para alcanzar la libertad. Ni más, ni menos."

El Padre se encogió de hombros, iba a ser un día interesante el de mañana. Lleno de piratas, la menos. Por lo que todo lo demás pudiera esperar. Si su compañero no iba a decirle nada más al respecto de que su plan de piratas iba a ser una mala idea, actuaría, a fin de cuentas, nadie le dijo que no lo hiciera y diera una alternativa a ello.

"Me haría el favor de presentarme a sus... Amigos?"

Efectivamente, no me quiero perder la fiesta

-No.

Fue una respuesta corta mientras el Padre huía por la arena. Pero debido a que era de noche, el era un anciano, y había arena apenas dio unos cuantos pasos cuando se detuvo a descansar encima de una roca, resoplando por el esfuerzo causado en sus santos tobillos.

-Bueno... vale... -dijo mientras resoplaba- pero vas demasiado vestido... ¿Te puedes poner algo más acorde?.

Algo así?

​​

Una vez regresó al pueblo, el ruso volvió a colocarse las gafas. Fue repasando rápidamente las calles para ubicar los hoteles, y seleccionó uno que tuviera poca vigilancia, y que pareciera uno de los más concurridos. Entró y estudió rápidamente la cartelera de la cual colgaban las llaves, tratando de descubrir cuales de esas habiaciones estaban vacías. Una vez estuvo seguro, se acercó al mostrador. -Ah, veo que cambiarron de rrecepcionista. Esperro que sea más útil.- Comentó, acentuando su acento para parecer más extranjero y despistado de ser posible. -¿Puede darrme la llave de mi habitación? Trres A. Esa de allí.- Dijo, señalando la llave. -Alexanderr Sokolov.-

En el momento que la persona comenzara a decirle que estaba equivocado, comenzaría a tambolirear la mesa, con la mirada fija en el recepcionista. -¿Me está diciendo que no me anotarron? ¿Otrra vez? Voy a tenerr que quejarrme con su superrvisorr...- Aunque su voz era calma, el frío de su mirada y su porte daba a entender que no era alguien a quién convenía contradecir.

Una vez tuvo la llave, fue a "su" habitación, y se refrescó un poco. Dejó la chaqueta, medio acomodó la cama, y se dedicó a estudiar los rincones del lugar hasta memorizarlos. Luego guardó el pasaporte en su pantalón y se preparó para salir de nuevo. Bajó hasta el bar junto al hotel y una vez allí buscó algún punto donde pudiera sentarse. Estudió a los que estaban allí hasta ver a alguien que estaba un poco bebido, y se le acercó muy animado. -¡Camarrada, que gusto verrte de nuevo!- Comenzó, y de esta manera inició una larga conversación con el pobre hombre donde insistió varias veces en que se habían visto dos días atrás en el mismo bar, hasta escuchar al tipo repetirlo también. Bebió sólo una cerveza, pero hizo parecer que se trataba de una distinta varias veces, y pretendió así tener tragos de más encima, pudiendo observar alrededor qué personas habían dentro del bar, evaluando quienes de ellos pudieran ser útiles en el futuro no muy lejano.

 Ya con el nuevo atuendo de Angus, más acorde a una presentación frente a un grupo de piratas, los dos agentes se dirigen hacía el encuentro con el contacto de Giuseppe. Se encontraban caminando en la oscuridad y sintiéndose sus pies hundiéndose en la arena de la playa. La sensación era de escalofríos, puesto que la arena ya empezaba a ser más fría al tacto.

 Al llegar al pequeño puerto en el cual se encontraban los piratas, se podía ver una tenue luz de lampara iluminar a un grupo de cuatro o cinco hombres; charlando de forma amena. Uno de ellos, visiblemente el líder de los piratas, se percata rápidamente de la presencia de los dos agentes y se levanta para dirigirse a ellos. El resto de los hombres se queda atrás, como si confiaran sin dudar en el criterio de su capitán.

 El hombre, de nombre Henry Dojo, se acerca y saluda con energía y una sonrisa a Giuseppe, aunque su cara muestra desconfianza inmediata al reposar su mirada en McTaker. 

- ¡Stromboli! ¡Viejo lobo! Pensé que te iba a volver a ver mañana a la mañana, pero se ve que estás ansioso. Sin embargo, mis hombres necesitan descansar y- ¿Quién es este muchacho? Parece un bucanero de poca monta...

 Vladimir (o Alex, como se estaba haciendo conocer en el pueblo), había logrado con éxito hacerse una historia de pertenencia al Puerto Obikanui. Tanto en el hotel en el que se hospedaba como en un bar en el que estuvo tomando, simpatizó fuertemente con los dueños y ahora lo tienen en buen estima. Ambos están dispuestos a decir que Alex es un hombre de antigüedad en esos negocios.

Miro al pirata. Y le digo la frase que calmaría a cualquier pirata del mundo.

"Arrr!!!

A buen entendedor, MUY pocas palabras bastan

Por su parte, Giuseppe le devolvió la sonrisa al líder de la banda, mientras este se acercaba al pirata, haciéndole señas para que Angus no les escuchara hablar, lo que quizás podría ser una muy mala idea, teniendo en cuenta que parte de su grupo directamente no le alegrara la idea de los piratas, crear más desconfianza hacia él por el que sí la había aceptado, no parecía ser la mejor opción... pero sería la más divertida.

-Es un "fan", por así decirlo. -Comentó Giuseppe- Quiere ayudaros para lo de mañana y... sinceramente, creo que no tiene ni idea de qué es ser un Pirata... ¿Le podéis formar en el noble arte del pillaje y los insultos creativos?.

 Henry se queda asombrado ante semejante expresión de piratería que acaba de dar McTaker. No era común escuchar un "ARGH!!!" tan fuerte y claro como ese, imponente de respeto y autoridad. Rápidamente, el pirata se ríe fuertemente y devuelve el favor con su propio característico sonido.

- ¡ARGHHH!

 Por supuesto, el hombre tenía su "ARGH!!!" mucho más elaborado. La A del principio era ni muy grave ni muy aguda, y la extensión de la G hasta el final del "ARGH!!!" era de la medida justa. Henry estaba impresionado con la habilidad del agente, pero obviamente no debía temer que Angus lo superase en el futuro cercano.

- Jaja, viejo lobo, has traído a un pirata de corazón. Solo hace falta que se convierta en un pirata de acción. Por supuesto que puede participar del motín. Vengan, quédense a tomar algo y mañana los convertiremos en auténticos perros del mar. Haremos historia en la Isla Shuriken.

Una de las normas es estar donde ocurra la acción. 

¡Pero no "endrogarse"! Así que voy con los.piratas, a reír con ellos, a planear con ellos, a aprender de ellos y compartir historias con ellos.

Aunque intento mantenerme como soy en la.medida de lo posible, pero la confianza de los piratas es lo primero

"Arrr ¡Qué yo soy el que arregla las máquinas, hombre!"