Partida Rol por web

"¡Cierto, Su Excelencia! ¡¡¡Que se nos escapa!!!"

Se que si este pirata logra darse el piro, Henry puede hacer cualquier cosa contra los niños. Lo mejor que puedo hacer es tratar de atraparlo, inmobilizarlo, tratar de atarlo con cualquier cosa que improvise, y... en fin.

Y recordando al bueno de Carl Lewis (Que en los 80 era Lewis, no Usain Bolt) me echo a correr.
Tratando de mantenerlo atrapado e incapacitado para que Vlad pueda venir y chuparle la sangre, o lo que sea que hagan los vampiros.

McTaker había alcanzado al pirata, por lo que Vladimir pudo centrar su atención en la pelea que ocurría cerca de él. Jack había empezado bien, pero parecía que no iba a tener mucha suerte.

El agente ruso se movió con rapidez. Tomó el arma que el canadiense había dejado en el suelo y poniendo una rodilla en el suelo disparó hacia el pirata...

 La agente no se echa para atrás y se bate en duelo con el hombre misterioso, que también se lanza contra ella. Casi parecía que los dos estaban ansiosos de pelear; como si aquella descarga de adrenalina fuese bienvenida. Sin embargo, la que mostró más ímpetu y fuerza fue Zeta, que logró dar un fuerte primer golpe.

 Justo cuando el hombre iba a propinarle un puñetazo en la cara a la agente, ella fue lo suficientemente ágil como para agacharse en el momento indicado y posicionarse debajo de él. Desde esa posición, se apoyó contra el suelo y con sus fornidas piernas mandó al hombre a volar con dos fuertes patadas. Haciendo que aterrizara a unos pasos, con el pecho dolorido.

- ¡Ugh, mierda! A ti no te entrenó el régimen, ¿verdad?... la gente de Peggy es lenta y débil. Y tu... tu si que no lo eres...

 El hombre se vuelve a la posición de pelea, limpiándose un poco de sangre que le surgía de la nariz. Esta vez con una sonrisa semejante a la de Zaheera.

 Los dos hombres descamisados se batieron en un duelo potente, al más puro estilo lucha profesional. Los puños de Jack y Herman volaban por los aires y provocaban moretones y hematomas. Fue quizá el primer golpe que dio Jack el más potente de todos, que le sacudió la cabeza a Herman e hizo que el casco de aquel hombre volara por los aires. Pero eso no evitó que el pirata devolviera la agresión, dándole un gancho en la mandíbula al agente Jones que le hizo retroceder un par de pasos.

 Luego de aquellos golpes tan espectaculares, sin embargo, la pelea se volvió un poco más aburrida. Los hombres siguieron dándose puñetazos y patadas, pero habían quedado atontados por los imperiales golpes del principio de la batalla. Finalmente Jack, que conservaba un poco más de fuerza y energía que su adversario, logra darle otro gancho en la quijada a su oponente, que le deja completamente debilitado y listo para caer al suelo.

 El pirata se arrodilla, evidentemente agotado e imposibilitado de seguir peleando, y baja la mirada en completa deshonra y humillación.

Hasta aquí... he llegado. Termina conmigo.

La agente se sentía pletórica con la pelea y, si no fuera porque el hombre posiblemente aprovechara cualquier distracción para matarla o entregarla al régimen, hasta le gustaría reclutarlo para la Agencia. Gente con garra y que supiera defenderse había poca, nunca venía mal tener refuerzos.

Sin embargo podía leer sus movimientos, sólo necesitaba prestar atención a los pequeños detalles como sobre qué pierna cargaba el peso para saber la dirección del golpe, pudiendo esquivarlo y contra atacar en consonancia. Sin embargo hubo algo en sus palabras que captó el interés de Zeta.

Tu gente, querrás decir.- Para ella, ese hombre formaba parte del régimen de Peggy, ¿qué otra opción habría? Era imposible que también fuera de la Agencia ya no sólo porque les habrían informado, sino porque no se delataría de esa forma.

Aun así tenía que asegurarse. Se preparó de nuevo con la intención de inmovilizarlo o mandarle a dormir con un golpe certero, queriendo despejar las dudas que le estaban surgiendo. ¿Sus compañeros? No escuchaba ruido, así que suponía que estarían bien.

 Mientras aquellos dos hombres se batían en duelo, los otros dos agentes intentaban lidiar con la situación del segundo pirata que se quería dar a la fuga. Fue McTaker el que tuvo mayor suerte con aquella tarea, pudiendo en una sorprendente esprintada alcanzar a aquel sujeto y tirarlo al suelo.

 Ivanov, que había tropezado antes de poder alcanzarle pero que pudo ver como su compañero había logrado cumplir el detenimiento, decidió ayudar a Jack; temiendo que aquel hombre perdiese la pelea frente al musculoso y resentido pirata. Por lo que tomó el arma que el agente Jones había dejado en el suelo antes del enfrentamiento y, con una buena puntería, atinó a darle al pirata el el pecho.

 Ejecutándolo en un solo acto, y cumpliendo los deseos de aquel, irónicamente, honorable pirata.

 Parecía que todo había quedado controlado por los agente. El pirata violento muerto, y el pirata escapista inmovilizado. Sin embargo, hubo un pequeño elemento que se les escapó de las manos: o mejor dicho, un pequeño animal. Puesto que el monito que se encontraba en el hombre del pirata que se quería escapar, al ver que este había sido reducido por McTaker, decidió abandonar a su dueño y darse a la fuga por cuenta propia.

¡Hee hee! ¡Hee hee!

 Debido a lo pequeño y escurridizo que era el animal y a que los agentes estaban demasiado lejos de él, el mamífero chiquilín se dio a la fuga sin mayores inconvenientes. Aunque no era tan preocupante debido a que... bueno, los monitos no hablaban.

 El otro pirata estaba completamente histérico. Su compañero había muerto, su mono había escapado dejándolo atrás y ahora se encontraba aprisionado por un grupo de desconocidos que se suponía él debía atrapar. Se sacudía intensamente, pero el agarre de McTaker era superior. Sin embargo, logró darle uno o dos codazos al americano en la cara, haciendo que el labio de Angus sangrase ligeramente.

- ¡ARGH, mono hijo de puta! ¡¿Para qué te di de comer todos estos estos años, alimaña traicionera?! ¡Y tú, Herman, idiota ímbecil tarado! ¡BIEN MUERTO ESTÁS! ¡AHHH! ¡Déjenme ir! ¡DÉJENME IRRRRRR!

 Zeta veía que tenías las de ganar en aquella pelea, por lo que se decidió a dar el golpe (o patada) de gracia y dejar K.O. a aquel sujeto. Sin embargo, de alguna forma aquel hombre encontró la fuerza y la rapidez para reincorporarse y redireccionar la patada final que la agente iba a darle. Manteniendo un par de metros de distancia con la agente, el hombre comenzó a cuestionarse si estaba peleando con alguien que pertenecía al régimen o no.

- Espera, tu no... cómo...

 No le hizo falta mucho tiempo para llegar a la conclusión que estaba buscando. Y cuando se sintió seguro de que no estaba frente a alguien del régimen de Tsai, se relajó y se sentó sobre el escritorio.

- Por supuesto que no. Tu no perteneces al régimen. Tu perteneces a la gente que viene de afuera, ¿verdad? ¿Alguna división de la ONU, supongo? Ya iba siendo hora.

 El sujeto, frente a la mirada perpleja de la agente, le dedica una sonrisa (una sonrisa cándida, diferente a la sonrisa burlona del enfrentamiento) y le extiende la mano para estrecharsela.

- Soy Aaron Kokoro, guardaespaldas, y no tengo nada que ver con los cerdos que dirigen este país... ¿tú eres?

Estaba todavía con todos sus sentidos en alerta, dispuesta a un nuevo y último ataque tras que esquivara el suyo cuando el tipo se dispuso a hablar, terminando de confundirla por completo. A diferencia de Aaron ella no se relajó, aunque vigilaba sus movimientos con detenimiento, sobre todo cuando se sentó en el escritorio pensando que podría tener allí un arma escondida.

¿Y se supone que debo creerte? – Ni régimen de Peggy ni ONU, ¿quiénes más estaban involucrados en esa isla? La desconfianza era clara, apartando de un manotazo la mano que le tendía sin presentarse. Teniendo en cuenta que había leído los informes de la misión cientos de veces, incluso en el trayecto naval que les llevó a la isla, odiaba desconocer información que supuestamente debían saber.- No tienes pinta de pirata, tampoco de un civil corriente.- Le echó un rápido vistazo de arriba abajo ahora que tenían unos segundos de descanso, aprovechando también para tomar aire. Aquella pelea, aunque breve, había cansado un mínimo a la agente.- ¿Quién necesita protección en este lugar como para tener un guarda espalda entrenado? – Mantuvo las distancias, caminando unos pasos rodeando al tipo para colocar la espalda al lado de la ventana, pudiendo ojear así lo que pasaba en la entrada si lograba tener perspectiva.

 Con un solo disparo en la frente, un "¡BANG!" contundente que sacudió todo el departamente, el cardenal Roni acabó con la vida de aquella mujer que imploraba que les dejasen de lado y se fueran. La necesidad de acallar a aquella gente llevó al cardenal a tomar una decisión fría, pero una decisión que no le era desconocida al cardenal. Después de todo, matar era un pecado con el que el hombre de Dios estaba afianzado. La cabeza de la mujer se fue para atrás y quedó reposada en el sofá. Con un rojo rastro de sangre mostrando su recorrido. Estaba muerta.

 El hombre, impactado con aquella escena, parecía tener en la mirada el miedo de una persona que sabía que iba a morir. Después de todo, la motivación del asesinato de su compañera era bastante evidente. Pero en vez de implorar por su vida o intentar defenderse de aquellos piratas, decidió utilizar el único arma que tenía para hacer algo útil antes de ser sentenciado por los piratas: la radio.

 Aprovechándose que el golpe de la culta de la pistola distrajo por un segundo al cardenal, Roger se avalanzó contra el hombre de fe y apretó un botón en la radio. Automáticamente comenzó a gritar de forma voraz a la misma.

- ¡LOS PIRATAS NOS HAN ENCONTRADO! ¡SE HAN HECHO CON LA RADIO! ¡LA QUIEREN UTIL-

 Pero con la misma rapidez con la que Roger se avalanzó sobre la radio, el Capitán Dojo empujó a aquel hombre contra el sillón nuevamente y lo alejó de la misma. Y sacando su espada, le rebanó el cuello en cuestión de segundos, dándole a Roger apenas tiempo para reaccionar. Sus últimos segundos de vida fueron una mezcla de espanto al darse cuenta de que tenía la garganta cortada y desazón al saber que la radio tan preciada para la Resistencia quedaba en las manos más viles y sanguinarias de la isla. Incluso más sanguinarias que las del propio régimen, por lo que hasta el momento sabía Roni.

 Y aquel fue el fin de aquellas dos personas, habitantes clandestinos de la isla que luchaban contra una fuerza peligrosa y fueron asesinados por otra distinta. Todo por una radio, que probaría ser la herramienta principal para el plan de los piratas.

 De repente, los walkies de los tres agentes se encienden y trasmiten el mensaje de un hombre. Como si alguien estuviese realizando una comunicación general a aquellos tres hombres. El hombre estaba gritando y hablando apresuradamente.

 Roger: ¡LOS PIRATAS NOS HAN ENCONTRADO! ¡SE HAN HECHO CON LA RADIO! ¡LA QUIEREN UTIL-

 Y antes de que el hombre dijera algo más, simplemente se escucha un "¡SLASH!". Y luego nada más. Un profundo silencio que indica que nadie más iba a hablar por la radio.

 De repente, el walkie-talkie de Zaheera se enciende y trasmite el mensaje de un hombre. El hombre estaba gritando y hablando apresuradamente. Y el mensaje que transmitía justificaba aquella actitud:

 Roger: ¡LOS PIRATAS NOS HAN ENCONTRADO! ¡SE HAN HECHO CON LA RADIO! ¡LA QUIEREN UTIL-

 Y antes de que el hombre dijera algo más, simplemente se escucha un "¡SLASH!". Y luego nada más. Un profundo silencio que indica que nadie más iba a hablar por la radio.

 El hombre se ríe, entretenido por las preguntas de Zaheera. Ahora que no estaban peleando, comenzaba a tomar una actitud más distendida y tranquila. Se cruza de brazos y mira a Zeta.

- Hablas como si no conocieras la isla. Aquí hay mucha gente que busca evitar caer bajo las garras del régimen. Políticos, celebridades... yo tengo mi cliente al cual protejo. Y creeme que no es trabajo fac-

 Antes de poder seguir, el mensaje en el walkie se escucha; revelando que un grupo de personas había sido encontrado por los piratas y que tenían una radio en su posesión. Aaron borra la sonrisa de su rostro, pero no parece preocuparse mucho más. Por el momento, no parecía un asunto que le fuera a impactar a él o a su "cliente".

- ¿Ese es amigo tuyo? Parece que está en peligro... o estaba.

 De repente, el walkie-talkie de Giuseppe se enciende y trasmite el mensaje que Roger había mandado, de forma identica. El hombre estaba gritando y hablando apresuradamente. Y el mensaje que transmitía justificaba aquella actitud:

 Roger: ¡LOS PIRATAS NOS HAN ENCONTRADO! ¡SE HAN HECHO CON LA RADIO! ¡LA QUIEREN UTIL-

 Y antes de que el hombre dijera algo más, simplemente se escucha un "¡SLASH!". Y luego nada más. Un profundo silencio que indica que nadie más iba a hablar por la radio. Pero un silencio que indicaba algo más: aquel mensaje había sido trasmitido al aparato de Roni... ¿y quién sabe al de quién más?

 En cuanto a Kyle, este se queda en shock durante unos segundos al ver la masacre que "Stromboli" y el Capitán realizaron en dueto; dejándolo como un espectador privilegiado en primera fila. Incluso cuando la radio sonó para reproducir el mensaje transmitido por el asesinado Roger, la actitud de éxtasis que tenía el pirata desfigurado no paraba. Comenzó a gritar de la adrenalina que le daba ver aquella matanza, contento de que el grupo pirata estuviese siguiendo la dirección que él buscaba.

- ¡ARGHHHH! ¡Que dicha, camaradas! ¡QUE PUTA DICHA! ¡Este tiene que ser nuestro camino, esta tiene que ser nuestra ley! ¡ARGHHH!

 Henry se queda en silencio, pero con una sonrisa en su rostro. Quizá no era tan efusivo como el pirata desfigurado, pero era evidente que a él aquella línea de trabajo violenta también le gustaba.

- Será mejor que nos vayamos de aquí... el gordo bastardo ha trasmitido una señal a todos los aparatos de este lugar.

 Antes de irse, sin embargo, se gira hacia el cardenal y mira su cintura. En la cual se encontraba el walkie que había retransmitido el mensaje de Roger. A diferencia de Kyle, él si había tomado eso en cuenta. Sin embargo, era tal la confianza que aquel agente le provocaba, que ni siquiera tuvo segundos miramientos sobre el hecho de que "Stromboli" tuviera un objeto del que él no tenía conocimiento.

- No sabía que tenían un walkie... cool...