Partida Rol por web

 Jack, una persona que no destacaba por su inteligencia pero si por su habilidad perceptiva, analizó los gestos de aquel soldado. Su postura, su tono y cadencia de voz, su mirada, su pose... todo aquello que pudiera ser un indicativo de que Ben estaba nervioso, intimidado o se estaba preparando para mentir. El agente canadiense hizo un estudio rápido de todos aquellos factores y llegó a la conclusión de que...

 Ben Ishimaru estaba sumamente tranquilo. Si bien se notaba una cierta preocupación por el tema de los posibles piratas en el recinto, no había nada de culpa o nerviosismo en él. Y dado que era muy poco probable que el grupo de los piratas tuviese a alguien tan bueno fingiendo que podía pasar el análisis de un agente de la ONU... el agente Jones pudo llegar a la conclusión de que Ben Ishimaru no era un pirata disfrazado. Y que el cardenal Roni le había mentido.

Me cago en el cura, me ha dado gato por liebre. - murmuró. Estaba algo confundido respecto a que hacer ahora, pero lo que si que tenía muy claro es que estaba de muy mala leche e iba a darle una buena al cura en cuanto lo viera, esta vez sin dejarle hablar sin su sibilina lengua. - Hay piratas. - confirmó Jack, como si de una plaga de ratas se tratara.

Nos cruzamos con algunos piratas, pero parecían haber secuestrado a un par de personas, por lo que no pudimos abrir fuego sin correr el riesgo de herirlas., además de que podían haberlos ejecutado delante nuestra. - se rascó la barbilla, pensativo, no se había fijado muy bien en quienes podían ser.

Se giró hacia Zeta. - Cariño ¿te enteraste de quien diantres era la persona que tenían bajo custodia? Parecía importante. - no tenía ganas de pensar excusas, estaba demasiado enfadado para ello.

El hombre de Dios respiró aliviado que todo hubiera salido relativamente bien, no esperaba que la situación se solucionara de forma tan pacífica pero una vez que ocurrió, poco más tenía que hacer para continuar con los preparativos de su plan; ya habían logrado contactar con la mafia y los bajos fondos, habían conseguido la radio, habían conseguido deshacerse del arquitecto deteniendo el Hospital definitivamente... ¿Qué más faltaba?.

-Sí. -Asintió Giuseppe- El plan de la revolución controlada ha ido bastante bien. Ahora tan solo tenemos que reagruparnos y esperar a que la población se levante contra el régimen. Realizar el ataque sorpresa en el Cuartel General de la milicia cuando haya pocos efectivos por estar ocupados lidiando con las protestas de la población civil. Entrar en la armería, desarmarlos, armarnos fuertemente y controlando el Cuartel General de la Milicia acabar con ella desde detrás.

Ivanov se mantuvo en absoluto silencio mientras aquella situación ocurría, sin siquiera atreverse a contestar a su compañero a través del walkie para evitar ser detectado. Prestó atención a todas las palabras, y aún después de ver marcharse a los dos hombres esperó a que el pater y los dos piratas abandonaran la zona. Su intención sería tratar de alcanzar a aquellos dos hombres que habían logrado salvar la vida, y saber más sobre lo ocurrido. Jack tendría que esperar a que Vladimir se sintiera en confianza para volver a intentar hablar con él.

 Las palabras de Jones, confirmando que las sospechas de que había piratas en la zona estaba justificada, alarmó a los dos soldados en la cabina. Toby, que hasta el momento guardó silencio, se acercó a los agentes y contestó la pregunta que Jones le hizo a Zeta antes de que la mujer pudiese responder.

- ¡Deben estar hablando de los guardias que se fueron hace poco! Tres hombres, uno de ellos anciano y los otros dos bronceados y fornidos... se estaban llevando al arquitecto de la obra, Ian Lego, y a su mentor, el Sr. Antonio Cossi... ¿no creen que acaso ellos-

- ¡Mierda!... Disculpen.

 El soldado uniformado soltó un fuerte insulto al aire, llenó de rabia e impotencia. Un sentimiento muy similar al que Jones tenía en aquel momento. Y es que en efecto, aquel hombre había también sufrido al tener que lidiar con la presencia de un cierto "guardia" anciano que merodeó por la zona de construcción hasta hace poco.

- ¡Sabía que había algo extraño en aquel grupo de "guardias del mediodía"! La arrogancia y la prepotencia de ese maldito anciano me porodujo dudas, pero no dude en que alguien con el uniforme de nuestro ejercito pudiese ser capaz de ser un pirata. Ahora veo que eran infiltrados... ¡y se llevaron a la mente maestra detrás de todas estas obras!

 Rápidamente, el soldado se diriguió al teléfono que estaba en aquella cabina y marcó el número del Cuartel de Policía. En cuestión de segundos, el muchacho estaba hablando con el cuartel sobre la desaparición del arquitecto y sobre cómo tenían que despachar a todos sus homrbes para buscarlos. Quizá Jones y Zeta no querían que sucediera eso, pero ya era demasiado tarde.

 La agente india estaba igual de frustrada que Jones, viendo como la única cosa que el cardenal les había ofrecido en todo este tiempo resultaba ser una gran y evidente mentira. No había pirata infiltrado en la cabina, solo otro soldado. Y la revelación de que habían pasado por allí y que tenían a una persona tan importante solo hacía que todo tuviera más sentido e irritara más a Zaheera.

- El plan era llevarse al arquitecto para provocar descontento en la población ante su forzada desaparición... realmente espero que no lo maten.

 La agente toma el walkie y busca comunicarse con Ivanov, pero no tiene éxito. Nadie responde desde el otro lado.

- Vlad no contesta... quiero creer que tiene una buena razón para no hacerlo... ¿nos quedamos aquí con los soldados o comenzamos a buscar al bastardo por la zona?

 Mientras escuchaba las palabras del cardenal, el capitán se permite soltar una risa malévola. El relato del agente respecto a cómo iba a caer la ciudad y cómo ellos iban a tomar el cuartel era un deleite para sus oídos, incluso si todavía faltaba ver la reacción de la gente ante la desaparición de Ian Lego. Luego de aquellos momentos tensos en los que casi matan a dos personas salvadas por las palabras del cardenal, Henry necesitaba distenderse un poco.

- Todo está en marcha, entonces... un par de traspies jamás detendran a los piratas más feroces de esta isla... cuanto mucho, para mañana a la noche ya tendremos el control de la ciudad... ¡ARGH!

 Y luego de un "ARGH" sentido pero no muy fuerte (para no alertar a la gente a lo lejos), el trío se diriguió nuevamente al escondite que dejaron atrás para la misión. Volvían con un éxito agradable para los demás piratas, que necesitaba algo que les subiera la moral y los preparara para el mañana.

- Vámonos de aquí.

 De a poco los dos piratas y "Stromboli" se fueron moviendo por los callejones, evitando las calles pobladas y las patrullas de guardias (si bien ellos estaban vestido de guardias, era mejor no tener más encuentros con gente del régimen).

 El camino fue silencioso, con algún que otro comentario animado del capitán, que prefería pensar en lo bueno de la misión y en lo bueno que se venía. El otro pirata, Kyle, mantuvo silencio en el recorrido. Las limitaciones que el cardenal le había dado le habían sentado mal. Roni tuvo que ponerle límites a aquel tipo, y solo el futuro diría si tendría que establecer más límites.

 Por su parte, Roni estaba... cansado. Como buen anciano que era, tanta actividad física, mental y verbal le pasaban una fuerte factura. Había logrado una gran cantidad de cosas aquel día, desde salvar viejos amigos hasta engañas a sus propios compañeros de la Agencia. Tenía merecida una siesta de mediodía, como esas que toman los viejitos.

 Finalmente llegaron al callejón del escondite. Decidieron ir por la puerta trasera, donde Henry tocó un par de veces en un ritmo particular, en forma de vlase. Rápidamente uno de los piratas le abrió la puerta al trío y los dejó pasar.

 Volvían una vez más a aquel depósito abandonado que les servía como base de operaciones y lugar para descansar. Los piratas se acercaron al grupo para preguntarles cómo les había ido y qué cosas habían pasado. Henry, en su rol de capitán, acercó a todos sus hombres y les comenzó a hablar de todo lo ocurrido en aquel día con lujo de detalle. Aunque Roni pudo notar que el hombre endulzaba y salseaba algunos de los sucesos para crear un relato más apasionante e inspirador. Era lo que necesitaba la tropa, después de todo.

 El cardenal buscó un lugar en el cual sentarse y descansar un poco. Quizá sacarse aquel disfraz de guardia, descalzarse y estirar sus piernas, o quedarse dormido en aquella posición. Aunque antes de eso, se acercó uno de los piratas a hablar con él. En particular, el segundo en mando de la compañía, Josh Hinue.

 El muchacho estaba con un brazo vendado y un par de moretones en su rostro. Roni pudo recordar que sus compañeros de la Agencia, Ivanov y McTaker, le habían propinado una paliza importante a aquel hombre antes de escapar de las garras de los piratas. Todavía se estaba recuperando; quizá para mañana ya estaría en condiciones para luchar. Lo que llamaba la atención era que él se acercara a hablar con el cardenal, dada la animosidad que Josh había presentado contra Roni desde que el cardenal había logrado unirse al grupo e influenciar al capitán.

- Stromboli, hola. La misión, ha salido... bien, según dice el capitán. Tu... ¿tu cómo las has visto? Sé que el capitán suele tomarse licencias cuando cuenta historias, y bueno... tu siempre has parecido más pragmático.

  De a poco, la conversación de aquel trío de hombres llegaba su fin. Con un pequeño monólogo de Roni y un par de palabras de ánimo de parte del capitán, los tres se fueron hacia el depósito en el cual estaban escondidos todos los piratas. Dejando solo a Ivanov en aquel callejón.

Sí. El plan de la revolución controlada ha ido bastante bien. Ahora tan solo tenemos que reagruparnos y esperar a que la población se levante contra el régimen. Realizar el ataque sorpresa en el Cuartel General de la milicia cuando haya pocos efectivos por estar ocupados lidiando con las protestas de la población civil. Entrar en la armería, desarmarlos, armarnos fuertemente y controlando el Cuartel General de la Milicia acabar con ella desde detrás.

 

Todo está en marcha, entonces... un par de traspies jamás detendran a los piratas más feroces de esta isla... cuanto mucho, para mañana a la noche ya tendremos el control de la ciudad... ¡ARGH! Vámonos de aquí.

 

 

 

Era evidente, o al menos ante las pesquisas de Giuseppe, que a lo que venía aquel hombre era para conseguir información que poder usar en su contra, probablemente echándole en cara alguna contradicción al capitán o algo similar. Aún con todo, y guardando bien sus palabras, Giuseppe reafirmó lo dicho por el capitán.

-El Capitán es un gran hombre y un enorme líder, gracias a su visión y a su trabajo todo ha salido tal y como hemos planeado desde el principio, la misión ha salido bastante bien. Pero... -Giuseppe se acercó al sub-capitán y le susurró al oído lo siguiente- Por tu parte no han salido bien las cosas, algo que ya sabes y padeces... pero no te preocupes, que si nos volvemos a encontrar con los que te dieron la paliza, no tendrán tanta suerte. Puedes contar conmigo para ello.

Jack estaba muy cabreado, pero al menos ahora los soldados tenían constancia del secuestro y de la presencia de piratas en la zona. Vlad tampoco contestaba, lo cual hacía que el agente se cabreara más y se pusiera aún más nervioso.

Los guardias no perdieron el tiempo y se lanzaron a buscar a aquellos malditos piratas. Zeta le hizo reaccionar y tener que tomar una decisión. Jack no pensaba con claridad, solo quería darle un guantazo a Roni. - Mientras más abarquemos, antes le encontraremos. - sentenció serio hacia su compañera y sin decir nada más, se encamino en una dirección similar a la que habían ido los guardias, pero con unos cuantos grados de brújula de diferencia.

Había sido una suerte haber podido estar allí en ese momento, poder vislumbrar parte de lo que el Pater planeaba con los piratas. Era, de hecho, un buen plan. Aún a pesar de los piratas y del peligro que estos representaban, que el pueblo se alzara contra el regimen era una buena estrategia para mermar el poder de Peggy.

Cuando estuvo seguro que ni Roni ni sus seguidores le notarían, se puso en camino tras el par que había salvado la vida, sacando el radio para ponerse en contacto con Jack una vez más.

Disculpa la interrupción, Roni estaba cerca. Pude ver como convencía al capitán de liberar a dos hombres; ahora planean asaltar el Cuartel General cuando la mayor parte de los efectivos de Peggy intenten contener la revolución que están provocando. Estoy siguiendo a los ex-prisioneros. ¿O prefieres que nos encontremos en algún sitio?

 De pronto, el walkie de Jack sonaba con la voz del agente soviético. Rápidamente, Zeta y Jones se pusieron a escuchar lo que estaba diciendo Vladimir, al cual no venían desde hacía unas horas.

Ivanov: Disculpa la interrupción, Roni estaba cerca. Pude ver como convencía al capitán de liberar a dos hombres; ahora planean asaltar el Cuartel General cuando la mayor parte de los efectivos de Peggy intenten contener la revolución que están provocando. Estoy siguiendo a los ex-prisioneros. ¿O prefieres que nos encontremos en algún sitio?

 La respuesta del cardenal dejó insatisfecho a Josh, lo cual revelaba que había interés por parte de aquel pirata de obtener respuestas diferentes. Incluso se mostró molesto cuando Roni trajo a la conversación el tema de sus lesiones en la pelea con McTaker, Ivanov y la joven Sam cuando estos se escaparon de las garras de los piratas. Era como un dedo en la llaga de la derrota del segundo al mando de los piratas.

 Por supuesto, no lo iba a dejar así.

- Estoy seguro de que te conv- nos conviene que aquellos sujetos paguen por lo que me hicieron. En especial el tipo de los inventos, que resultó ser un gran traidor. De todas las cosas que has hecho por nuestro grupo, quizá esa sea la que te traiga más peso en la conciencia, ¿no?

 El cardenal sintió aquel flujo de falta de respeto de parte del muchacho. Quizá preparar algún otro comentario picante o meterse en una guerra de insultos endulzados era tentador para el hombre del Vaticano... pero también era cierto que el cansancio le imperaba en el cuerpo y también en la lengua. Sus filosas habilidades en el habla quedarían debilitadas si buscaba batallar intelectualmente en aquel estado.

 Roni se veía obligado a dormir o dormitar un poco para recuperar su vigor. Lo cual era frustrante, pero el curso natural de la edad.

Giuseppe estaba cansado, no es que tuviera veinte años como para andar de un lado a otro del campo de batalla o bajo territorio enemigo sin que esto pasara factura por lo que se despidió del subcapitán no sin antes tratar de apaciguar las aguas entre ambos, aunque tan solo fuera un poco.

-Así es. -Confirmó las palabras del sub-capitán- Es difícil saber con total seguridad las lealtades de cada uno. Pero tras lo que ha pasado con ellos, no me cabe duda alguna que ellos han de pagar con su sangre; y espero poder estar a tu lado para hacerselo pagar. -Con una sonrisa de anciano este trató de finalizar la conversación- Ahora si me disculpas, tengo que ir a echarme un rato, uno no está hecho para tantos trotes... Que alguien vigile...

Con esto, Giuseppe buscó con la mirada un lugar donde poder echarse a descansar, preferiblemente cerca del Capitán si es que lo veía por algún lugar de aquel escondrijo.

 Luego de un extendido silencio, en el cual Ivanov pudo suponer que Jones y Zaheera estaban discutiendo qué hacer ahora que habían recuperado el contacto con el agente soviético, el walkie vuelve a emitir sonido. Siendo Zaheera la que toma la voz principal. Se podía notar en su tono un poco de alivio de escuchar a Vladimir de nuevo.

Zeta: Es bueno escucharte de nuevo, Vlad... con todo lo que esta pasando alrededor, y tu no contestando la llamada... supuse lo peor. Como sea, la prioridad ahora es juntarnos de vuelta, pero no pierdas de vista a aquellos dos sujetos que iban con Roni. Así como tu dijiste, ellos son fundamentales para el plan del cardenal. Si queremos frustrar sus esfuerzos, los necesitamos.

 Antes de que se cortara la llamda, la voz del canadiense se sintió del otro lado del walkie también. Parecía que iba a dejar que Zaheera hiciera toda la charla, dado que lo coloquial no era lo suyo, pero se vio obligado a compartir sus preocupaciones respecto al estado de la misión.

Jack: Pero... queremos frustrar sus esfuerzos, ¿no? Digo, el plan de Roni es peligroso como todo lo que ha hecho hasta ahora, pero... esta más cerca de hacer caer a Donna Wen que cualquiera de nosotros. Cuando lo vea, voy a quebrarle el cuello a ese tipo, pero su plan-

 Zaherra cortó en seco a su compañero, molesta por las implicancias que estaba haciendo su compañero. El agente soviético escuchaba a los dos discutir del otro lado, con ideas diferentes de lo que había que hacer.

Zeta: No me digas que realmente estás considerando eso, Jones... Vlad, dile algo.