Partida Rol por web

Dentro de la guantera de aquel vehículo, aquel Agente pudo deslumbrar el aspecto característico de una arma de fuego, una pistola, a la par de unos cuantos sobres con aspecto misterioso. Sea lo que sea que esta familia estuviera tramando, no parecía que fuera nada bueno... o sí, a fin de cuentas, las primeras impresiones pueden ser erradas.

Aquella mujer parecía estar bastante contenta con la situación en la que se encontraba, como si considerara a aquellas personas que acababa de conocer como si fueran viejos amigos, eso sí, unos viejos amigos que no tenían ni idea de las cosas que los viejos amigos deberían saber por ser puntos interesantes del pueblo.

-"Tortuga y Serpiente del Norte" es un bar en donde Ray Shugi, el líder de la oposición, dará un pequeño discurso para hacer una marcha pacífica en contra del Régimen de la actual gobernante. -Explicó aquella mujer mientras arropaba un poco al bebé de sus brazos- Si no queréis meteros en problemas, más vale no pasaros por ahí, y si veis por la calle la marcha, cambiar de calle.

En efecto, aquella pareja tan amable parecía querer lo mejor para aquellos tres como si se trataran de viejos amigos, aunque quizás algunos de sus comentarios no fueran los más bonitos del mundo. Pese a que les estaba avisando de un evento que, probablemente fuera inevitable.

-Porque todos sabemos como va a terminar eso. -Comentó el patriarca de aquella familia particular- Las marchas pacifistas serán correctamente represaliadas por medio de la violencia de los cerdos. Así que si no quieres ser suicidado por policía que te grita "deja de resistirte" mientras te golpea o te dispara, mejor será que no vayáis por ahí. Venid a "El Dragón Rojo", tienen helado Kosher y mi mujer trabaja ahí.

—Ah, sí. Las marchas pacíficas que acaban a los tiros. Un clásico. ¿Y ese tal Ray Shugi no aprende? Porque sí, es valioso aquel que está dispuesto a dar su vida por sus ideales... pero es mejor hacer que el enemigo de su vida por los suyos.

A pesar de sus palabras estaba muy satisfecho, que esto estuviera sucediendo era señal de que los que habían venido antes que él hicieron un trabajo decente. ¿El canoso y la chica guapa estarían con este Ray?

—De cualquier modo, esa gente del Tortuga y Serpiente necesitará que alguien vaya a liberarlos de la cárcel más tarde, ¿no les parece?

-Gracias por la advertencia - esta gente era de lo más amable y simpática, colaboradora. Pero estaba claro que había un movimiento en marcha ahí mismo. Lo que podía hacer que se mostrase alguno de aquellos cabecillas que había que investigar. O esa era la misión, que el Negro recordase. Tanteé, sin arriesgar decir mucha información - Y seguramente el jefe de policía sea uno de esos Cerdos Grandes Mayores, no? - a mi me parecía bien ir con ellos a tomar helado y ver de qué se trataba todo aquello.

Menuda paliza iban a recibir todos los de la marcha bajo ése tal Ray. -Eso eso, a veces es mejor pasar desapercibidos... parece que vayan directos a un matadero asegurado. Quizás prefieren no perder la esperanza?

Pero ya estaba hablando demasiado, así que me callé.

Aquel hombre simplemente sonrió ante aquellas preguntas, aquella sonrisa podía significar muchas cosas, pero lo que parecía ser más evidente es que esta era una sonrisa tácita de afirmación a todo aquello que le estaban diciendo; en efecto sí, "Ese tal Ray Shugi no aprede"; en efecto sí, "les parece"; en efecto sí, "El jefe de Policía era uno de los Cerdos Mayores"; y para finalizar en efecto sí, "no iban a perder la esperanza".

-Bueno, nosotros nos vamos ya. -Dijo sin perder aquella sonrisa que significaba tantas cosas como bien no podía significar absolutamente nada- Espero que podamos volver a vernos.

De forma amable pero firme, Sadie Hoffman, la figura materna de aquella familia idílica de habitantes judíos, tuvo que rechazar la propuesta tan amable de guardar silencio de su marido y sus ganas por marchar; a fin de cuentas, aquellos "invitados" se merecían que les respondieran con un poquito más de información, habían compartido un viaje juntos.

-La esperanza es lo último que se pierde, junto con la vida. -Les dijo a aquellos tres- Si no alzáis la cabeza nunca os la cortarán, pero siempre estaréis mirando al suelo.

Con aquello dicho, aquella familia arrancó el vehículo, dejando a los agentes que habían bajado a la acera en la Villa Ganga, en un lugar que era completamente desconocido para ellos y en terreno enemigo, y lo que era aún peor, sin saber exactamente qué hacer o a dónde ir para cumplir con su misión de desquebrajar el sistema de Peggy Tsai.

—Bueno. Veamos. Es bueno, está ciudad está a punto de caramelo, un empujoncito y la tal Peggi perderá control de ella, pero creo que por hoy será estar lejos de los tiros, ¿no?

Miró alrededor, ese lugar era más grande de lo que esperaba

—¿El chisme ese servirá para comunicarse con el canoso y la chica linda? ¿Ya habrán llegado o estarán perdidos en la selva? Yo les dije que nos veríamos en la plaza del centro, pero no sé si me habrán escuchado. ¡Oiga usted! —se dirigió a la persona con más aspecto de mendigo, después del negro, que pudo ver— ¿Dónde está la plaza del centro? Y de paso pregunto también, ¿Tortuga y serpiente del norte sabe dónde queda? Porque oí que allí iban a repartir comida gratis.

Porque iba a ir a la plaza del centro, pero no si eso significaba acercarse al lugar de la segura matanza.

El vagabundo levantó la cabeza para ver a Forbúl Tamejiri, luego de mirarle de arriba a abajo, este ya tenía más o menos claro de que palo iba este hombre, igual al echar un vistazo a aquellos dos que tenía detrás. Al parecer ir de forma tan elegante no ayudaba a que tuviera simpatías por parte del vagabundo.

-¿Tienes fichas?. -Le preguntó sin dar respuesta alguna a todo aquel aluvión de preguntas que el hombre le hizo- Si no tienes fichas, pues puedes irte a tomar por culo.

Tras decir esto, el vagabundo se levantó y esperó a que Forbúl Tamejiri le diera unas fichas, y ante la faltsa de fichas, este simplemente se marchó, probablemente hacia el bar "Tortuga y Serpiente del Norte".

*Nooooo... jodios judíos! - pensé. Justo cuando pensaba que lo mejor era estar con ellos. Pero ni modo ya se habían largado.

-Para una buena gente que encontramos y no vamos con ellos. Por cierto, tenían un arma en la guantera. Hay que andarse con ojo! 

Ante la sugerencia del Vietnamita que hacía ver que era mi jefe, saqué el comunicador para comunicarme con los otros dos miembros perdidos del equipo. -¿Hola? Me recibís? - El Forbúl entretanto se puso a preguntar indicaciones a un mendigo de por la zona, y éste en pocas palabras de lenguaje clásico de la farándula callejil nos mandó a tomar por culo sutilmente. 

Teniendo en cuenta lo brillante que era aquella ciudad, no tardé en fijarme en los carteles y señales brillantes por todas partes. Señalé directamente al cartel.

-Ahí pone "Tortuga y Serpiente del Norte". - Estaba en dirección hacia donde iba el mendigo.

En efecto, allí ponía "Tortuga y Serpiente del Norte", más valía salir de esa calle si no querían verse envueltos en problemas, aunque también podían simplemente echar un vistazo. Eso ya era decisión de cada uno, aunque parecía que Michael Fury no tuviera demasiadas ganas de decidir por sí mismo.

-Sí. Efectivamente allí pone "Tortuga y Serpiente del Norte". Más vale salir de esa calle si no queremos vernos envueltos en problemas, aunque también podríamos simplemente echar un vistazo. ¿Qué opinas jefe?.

Visto que Michael Fury no parecía tener muchas ganas de decidir por sí mismo, quizás por la falta de percepción dada la periferia perceptible de su único ojo, me giré al esclavista asiático y le hice la misma pregunta - ¿y tú que opinas? - y luego cogí el comunicador que tenía probablemente guardado en la mochila y intenté comunicarme de nuevo.

-Hola hola? estáis ahí? Anciano Nº7? pelirroja? -zarandeé el aparato escuchándolo para ver si había algo roto, pero ningún tornillo parecía hacer clinck clinck clinck.

Sea el motivo que fuera, no parecía que ni Kerstin I. Muller ni Von D. fueran a responder; quizás les haya pasado algo, quizás simplemente estaban ocupados, o tenían el aparato sin pilas o directamente desconectado. Sea como fuera, la única respuesta que dieron fue... absolutamente nada.

.  .  .

—Qué extraño. ¿Qué les habrá pasado? Yo digo que si el Tortuga y Serpiente está allí, nosotros vayamos para el otro lado. Si tuviéramos dinero podríamos tomarnos un café en un bar a una distancia segura. ¿Tu sabes usar esos prismáticos? Sería bueno poder ver qué pasa desde una distancia donde no nos alcancen las balas. Por otra parte, ¿oíste que elendigo pidió fichas? ¿usarán fichas e casino por dinero aquí? No me sorprende de una sociedad en descomposición.

Aquel vagabundo entró directamente a uno de aquellos bares, siendo casualmente -bueno, no tan casual pues lo dirigisteis allí- el de "Tortuga y Serpiente del Norte", tal y como lo había indicado "El Negro", por lo que no sería ningún tipo de sorpresa saber su localización exacta, ahora más que nunca este se hubo confirmado.

El lado negativo es que seguían en la misma calle y si ocurría algo, iban a tener problemas si seguían ahí mismo. Sea como sea, no se podía negar que no tuvieran una vista privilegiada de lo que iba a ocurrir eventualmente.

Mientras aquellos tres hombres se encontraban viendo en la distancia aquel bar, una figura femenina les asaltó por detrás, aunque en el mejor sentido de la palabra; con una voz leve y delicada, pero a su vez agradable, una joven mujer vestida con un clásico vestido rojo los llamó.

-Ummm... Disculpen. -Comentó la joven llamando su atención- No he podido evitar ver que estáis mirando hacia ese bar, y mandasteis a ese hombre a entrar ahí. ¿Estáis trabajando para los de "Tortuga y Serpiente del Norte"?. Pues que sepáis que me parece muy mal que enviéis clientes hasta allá justo frente a mi bar. -Comentó cruzándose de brazos e hinchando los mofletes- No tenéis derecho a robarme clientela... Sois tipos malos, parad de hacer eso o llamaré a mi hermano que trabaja para la policía secreta... oh... no tenía que decir eso... -Tras esto se dio a si misma un leve coscorrón- Tonta, tonta, Ai... ¡Ay!. -Ese último golpe parecía que le dolió, o simplemente repetía las cosas dos veces seguidas cuando se auto-castigaba. Tras decir aquello volvió a levantar la mirada hacia los tres- ¿Y bien?. ¿Me vais a compensar por el cliente que he perdido?.