Partida Rol por web

La muchacha echó un vistazo a El Negro, para luego girar su rostro hacia Michael Fury, no quedándose ahí por más de un mero instante, pues Forbúl Tamejiri hubo hablado, centrándose en este hombre en vez de en el silencioso, tan solo para volver a centrarse en Michael Fury una vez más siendo redirigida hacia este.

-Todos podéis tomarlo, -comentó con voz pausada y calmada- hice suficiente para los tres. Pero los efectos los notará mejor el que más estresado y el que más movimiento haya hecho o vaya a hacer. Por lo que no os cortéis y disfrutad de la taza. -Indicó con una sonrisa acercando nuevamente la taza de té de El Negro a El Negro.

Aquel hombre fornido no dudaría ni un segundo en acercarse la taza a los labios y beberlo todo a sorbo, quemándose los labios, la lengua, la boca y la garganta con aquel líquido que, no se podía describir de otra forma que "agua caliente con cosas", de hecho, hizo un comentario al respecto.

-Esto es como una sopa. ¿Verdad?. Agua con sabor. -Comentó encogiéndose de hombros- Aunque quiero decir que me gustan más las que tienen letras. -Era impasible al dolor.

El comentario de Michael Fury molestó un poco -demasiado- a Ai Fang, al punto que aprovechó aquella apreciación acerca de su té junto con la duda que Forbúl Tamejiri había planteado previamente para poder explicar un poco del té que les había servido a aquellos tres agentes.

-Sí, es una mezcla especial solo de Isla Shuriken. -Explicó con una sonrisa orgullosa- Yo lo llamo "Té Ergía" por sus propiedades casi mágicas y sanadoras. Yo misma la preparo en la cocina y todos quedan muy satisfechos, en especial la gente con mil cosas en la cabeza que no pueden descansar en paz. -Tras esto miró desafiante a Michael Fury- Y no es una sopa.

- ah-JAJAJAJAH -  risa escandalosa fingida tras la metedura de pata de Michael Furry. - Has querido ponerla a prueba, eh? grandullón? Siempre hace lo mismo, intenta descolocar a las preparadoras de té y a las camareras de todos los lugares donde vamos, para valorar el servicio y la paciencia - parecía que había herido el orgullo de la chica - pero su respuesta ha sido espectacular. Aprobada. Es evidente que se esmera mucho en hacer sus tés - volví a coger mi taza y la olisqueé. No quería beberla, no paraba de mirar a Michael Furry para ver si le pasaba algo o nada - y qué ingredientes usa? ¿has podido captar todas las sutilezas de las hierbas, grandullón? - le miraba MUY atentamente.

En circunstancias normales el rostro de Michael Fury, firme como el marmol, no revelaría absolutamente nada, pero aquella estoica mirada, poco a poco se sentía cansada, atrapada, e incluso somnolienta. Sea como sea, este hombretón trataba de resistirse a los efectos de aquel té pero hacían mella en el.

De hecho parecía estar a punto de bostezar o desplomarse sobre la mesa para echarse una siestecita.

NOPE, definitivamente no iba a beberme ese té. Miré a Forbúl, con esa falsa expresión de sonrisa estirada y ojos bien abiertos. Casi sin abrir los dientes - Y tú que opinas? hay algo que quieras añadir?

Si Michael quedaba KO nos tocaba a nosotros encargarnos de la tipeja ésta cotilla y con total intención de envenenarnos. 

—Que no quiero que mi experiencia sea menos sólo por ser un hombre serio y sedentario, compañero negro. A ver, permiso. Movamos estos músculos un poco para ayudar a disfrutar la experiencia.

Forbúl se aproximó por detrás a la muchacha que intentaba forzar al negro a beber. Se apoyó en sus hombros para ayudarse a hacer una sentadilla, abriendo las rodillas para evitar que se trabajan en las ropas de la dueña del local.

—Aah! Cuánto hacía que me ejercitaba así.Hay que estresarse un poco para disfrutar mejor de tu té ¿no es cierto? —Llefando abajo en su movimiento se aferró a la cintura de la señora para no perder el equilibrio. Cuánto hacía que no tocaba a una mujer joven, sin contar a su nieta. Aunque a su nieta hacia tres años que no la veía, desde que su hija se volvió a Japón.

—Uff... Y dígame... arf.. una cos... fff. ¿Siempre stá vacía la calle? ... Cof, cof. Ayúdeme a subir —Cada vez abrazaba con más fuerza a la mujer, un poco para no caerse, un poco para no desaprovechar la oportunidad— Que los inver... fff.. fff... inversores querrán saber...  del público potencial.

Era evidente que Forbúl estaba intentando hacer algo con esa mujer. Pero no entendía exactamente que "algo". Quizás le estaba dando un calentón, o pensaba en tocar un cuerpo femenino de su raza antes de caer. 

O quizás estaba intentando inmovilizarla!!! - ah OH, sí, claro, tienes razón. Adelante adelante, nunca te ejercitas es evidente así que te hará falta un poco de acción antes de tomarte el té. Cuidado no te caigas! tu cadera está muy mal! - me acerqué con la taza en mano simulando que iba a bebérmela, esperando el momento más oportuno para aprovechar cualquier acción de Forbúl para agarrar a esa señorita y intentar meterle su té por la garganta. *Vamos Forbúl!!! sujétala bien!!! 

Me acercaba discretamente cada vez más, lo cual parecía una escena digna de dos pervertidos en un maid-café acercándose demasiado a una única dependienta que además estaba sola. Si lo hubiese hecho yo sólo probablemente habrían ya aparecido cientos de policías a meterme una bala entre pecho y espalda, pero como empezó Forbúl, pensé que igual no pasaba nada. 

*Venga china loca, abre la boca!! - en cualquier momento se quejaría y yo aprobecharía para intentar metérsela por el gaznate. La taza de té.

Aquella muchacha de manera recatada trató de alejarse como pudo de Forbul Tamejiri, pero cuando se le unió a El Negro, esta no pudo evitar demostrar estar completamente aterrada por lo que aquellos dos hombres querían hacerle, a fin de cuentas, esto era de todo menos lo que uno se hubiera imaginado que pasaría.

-¿Pero que hacéis?. -Exclamó sorprendida y aterrorizada- ¡SOLTADME!. ¡AAAAAAAAH-!

Y sin esperar más, esta muchacha le dio un codazo directamente en la nariz a Forbul Tamejiri, rompiéndole las gafas en el proceso para luego girarse hacia El Negro y darle un fuerte rodillazo en la entrepierna, para luego empujarlo, tirándolo directamente contra la mesa del té.

Viendo que sus compañeros estaban siendo asaltados, Michael Fury se levantaría, tan solo para ser víctima de la taza de té que aquella mujer les había dado, por lo que, al levantarse tan rápidamente, este hombre empezó a marearse, perder el equilibrio y terminar encima de la mesa, en concreto encima de El Negro, y con el peso de ambos, aquella mesa cedió, rompiéndose las patas.

-No me encuentro... muy... -Trató de decir, siendo estas sus últimas palabras antes de quedar profundamente dormido, encima de El Negro- ZzzZZzzzZZZZZzzzZZZZzzz...

Tras aquel "asalto" por parte de los dos, al menos según la perspectiva de aquella mujer, esta no tuvo más remedio que tratar de huir mientras podía; a fin de cuentas, estar contra tres hombres que le superaban en fuerza era algo que, claramente, no podía permitirse, pues no solo estaba en desventaja numérica, sino que cualquiera de ellos era más fuerte que ella.

-¡HERMANO!. -Gritaba mientras iba directamente hacia la cocina del local- ¡AYUDAAAAA!.

Claramente no era el mejor momento para quedarse en el lugar, aunque teniendo en cuenta el estado de Michael Fury, y el hecho de que El Negro estaba siendo aplastado por este grandullón, tampoco parecía que esto fuera a mejorar mucho.

—Ey, espabila! —El peruano/japonés le dio un par de bofetones a Fury, para luego revisar sus bolsillos a ver si tenía algo comprometedor que quitarle antes de dejarlo abandonado.

—Qué hacemos, Negro. ¿Nos vamos antes de que llegue el hermano de esa loca? ¿O lo esperamos a ver qué opina del té superrelajante?

La china sabía karate, y el ostión que me dio me dejó adolorido y con los kintamas más negros que antes. Desplomado sobre la mesa no pude apartarme cuando otra cosa se me cayó encima, y otra cosa se vino abajo rompiéndose -la mesa- y desplomándonos contra el suelo. 

-QUE ... mal...!! ...servicio!!!.... - articulé las palabras aún sufriendo del dolor en los bajos.

El de origen indeterminado por suerte apartó a Fury y empezó a propinarle bofetones y luego me preguntó que hacer.

-Y me lo preguntas a mí?? que no eras tú el jefe??? - me incorporé agarrándome a la pared como pude. - No deberíamos ir tras ella? encerrarla en el almacén o algo?? como su hermano ese se entere nos meten en prisión a la mínima que nos vean!! no es fácil pasar de camuflaje en una isla racista de chinos, sabes?!

No tenía ninguna idea ni plan alternativo. Y me dolían las partes.

Aquellos dos tenían bastante claro que tener a Michael Fury inconsciente era un problema bastante grande, de hecho casi enorme, y esto era algo que El Negro podía sentir en sus propias carnes, pues por mucho que lo intentara, este había quedado atrapado debajo del grandullón y no podía liberarse tan facilmente cómo le hubiera gustado.

Lo que Michael Fury tenía era lo mismo que a todos les habían dado para cumplir aquella misión, y al parecer no tenía ningún tipo de arma consigo, probablemente porque este consideraba sus propios puños como su mejor arma, una de características legendarias, pero sin los emotes de llamas ni calaveras.

El hecho de que nadie siguiera y detuviera a aquella mujer antes de que llegar a la cocina quizás fuera un pequeño error de cálculo por parte de aquellos agentes, a fin de cuentas, desde la lejanía se podían escuchar sonidos metálicos provenientes de la cocina, por lo que lo más probable sería que, quien fuera que estuviera allá, había decidido armarse para venir a saludar a aquellos agentes que hicieron, a saber qué le habrá contado, con la muchacha.

Apenas tendrían una oportunidad de escapar, pues como se quedaran más tiempo ahí esta persona llegaría al lugar.

El hecho de que nadie siguiera y detuviera a aquella mujer antes de que llegar a la cocina quizás fuera un pequeño error de cálculo por parte de aquellos agentes, a fin de cuentas, desde la lejanía se podían escuchar sonidos metálicos provenientes de la cocina, por lo que lo más probable sería que, quien fuera que estuviera allá, había decidido armarse para venir a saludar a aquellos agentes que hicieron, a saber qué le habrá contado, con la muchacha.

Apenas tendrían una oportunidad de escapar, pues como se quedaran más tiempo ahí esta persona llegaría al lugar.