Partida Rol por web

No parecía que aquello fuera a dar resultado, a pesar de que esta llamaba a Von por ayuda; el hombre se había asustado por aquel disparo, al punto en el que este no era más que un amasijo asustado de un anciano que, se movía por la habitación, huyendo de todo y todos...

-¡Ah!. -Gritó antes de finalmente chocar contra el interruptor de la luz, dejandolos a todos a ciegas.

Los únicos momentos de luz que se pudieron ver fueron de cuando la pistola de Jack Jones se disparó, unas cuantas veces en donde toda la estancia se iluminó tan solo por unos instantes dejando ver lo que ocurría en toda aquella oscuridad, mientras el ruido de pasos, golpes y cosas rompiéndose se alargaba a la par que se ocultaba por la falta de luz en aquel lugar.

Unos intensos segundos, casi minutos, en donde El Negro se veía expuesto a lo que probablemente sería la ejecución más bizarra de todas, aunque no probablemente la más injusta.

- Esto es suficiente, Aaron. -La voz de aquel hombre de negocios se pudo escuchar en la oscuridad, al parecer estaba bastante molesto por la actitud de aquellos agentes- ¿Aaron?.

Los ruidos se siguieron sucediendo, mientras este hombre trataba de recordar y alcanzar por su propia cuenta el interruptor de la luz; toda aquella escena dantesca y peor aún, oscura, lo estaba sacando de sus casillas, a pesar de que se estaba conteniendo por respeto y por un futuro negocio próspero que era el como lo tenía... o incluso mejor, ahora que ya no había competencia.

Las luces se volvieron a encender para ver un espectáculo un tanto extraño de cómo se encontraba todo la última vez que las luces se habían apagado. Lo primero que había que destacar era el hecho de que la silla y las mesas estaban todas tiradas por el suelo, e incluso rotas. Lo segundo que había que destacar era la presencia de Jack Jones, desarmado, colgando del ventilador de la sala mientras giraba, inconsciente. Lo tercero que habría que destacar era a Aaron Jones descamisado con Zaheera encima. Y lo cuarto que había que destacar es que, por algún motivo, Von D. no tenía pantalones y estaba malamente escondido detrás de un ficus sin ninguna sola hoja.

-¿Ah?. -Exclamó al notar las luces encenderse- ¿Ya es la hora del desayuno?.

La quinta cosa a destacar era el hecho que, por algún motivo, Kerstin I. Müller también se encontraba en una posición precaria, colgada boca abajo de la pernera de su pantalón de un cuadro que, justo en ese momento se descolgó haciendo que la muchacha cayera de cara contra el suelo.

-¡Ugh!. -Se quejó mientras se levantaba, con ambas armas en manos- Odio cuando usas tu habilidad... pero no había otra forma de poner un poco de sentido a todo esto... -Siendo la única armada del grupo, ahora esta dio las órdenes- No vamos a ejecutar a El Negro, vamos a encerrarlo, tendremos una reunión con la agencia y si ellos dicen de ejecutarlo, perdonarle o encerrarle y devolverle, haremos eso. ¿Ha quedado claro?.

Era evidente que ni la propia Zaheera Rajah, ni absolutamente nadie en aquel lugar sabía qué era lo que había pasado en esos segundos y casi minutos en donde las luces se habían apagado pero, aún así, nadie parecía querer profundizar más en aquel tema, probablemente por temor a quedar mal parados por ello.

-¡Vale!. -Dijo, derrotada- Aaron, querido, sal de encima mía, ahora no es el momento. Enciérra a "El Negro" junto al cura de los huevos.

Antes de alargar más aquella vergonzosa escena, Ko Taba dio permiso a Aaron a cumplir con aquellas órdenes que le daba Zaheera, a fin de cuentas, no quería seguir teniendo que contemplar aquello y ya estaba lo suficientemente cansado como para preguntar nada.

-Aaron, hazlo. -Le dijo mientras se llevaba una mano a la frente y se la masajeaba lentamente, aquello le había afectado más de lo que debería- Y respecto al resto, haced la llamada cuanto antes. No quiero que El "Persona de Color" sea un punto de inflexión o peleas entre vosotros.

Debía admitir que los calores subieron en la sala cuando las dos chicas empezaron a pelearse con movimientos atléticos de porrista y a ponerse una sobre la otra. Pero se me helaba la sangre cada vez que me apuntaba con la pistola el tío loco éste, así que frio y calor se compensaron equitativamente... hasta que se apagó la luz. 

Tras unos momentos de trasbombo y absurditeces, golpes y manoseos, y otras inexactitudes por la falta visual y el estrés de los balazos... la luz retornó y yo tenía la parte superior del traje repentinamente puesta del revés... y estaba cara a la pared.- Ah! - me asusto y me giro para ver a los demás en situaciones similares.

-Gracias Kerstin! éstos agentes llevan tanto tiempo aquí que sólo piensan en matar! - seguro que la agencia tenía dos dedos de frente y entendería que todo fueron resultados inesperados y totalmente fuera de mi control. Pero me di cuenta que era mejor callarme y no decir nada más. Esa loca de Zaheera estaba borracha de poder! También me di cuenta que me encerrarían con el cura, lo cual no sabía si era aún peor...

Y hablando del cura ¿Dónde estaba ese viejo? Su momento absurdo no había sido representado a simple vista. Miré alrededor.

Viendo que aquello iba a ser lo que fuera a pasar, Aaron Kokoro tomó del hombro a El Negro y lo llevó consigo hacia el ascensor, esperando a que este volviera a bajar para poder usarlo para subir hacia la zona de las habitaciones. Quizás no fuera una celda, pero iba a estar encerrado igualmente.

-Eres igual que el Cura. -Comentó con cierto malestar en su voz- Solo te diferencias de él en que no te conozco tanto, que no te pareces fisicamente en nada a él, tu forma de hablar es distinta, la forma en la que actúas y en la que te mueves tampoco concuerda y que probablemente no hayas cometido tantos delitos... Pero sin contar eso, sois como dos gotas de agua... y si Zeta y el jefe dijeron que es mejor detenerte porque eres un peligro, detenido te quedarás. No hagas ninguna tontería.

Una vez que salieron del ascensor estos llegaron al último piso de la torre, la "Penthouse" propiamente dicha; era evidente que aquellas habitaciones no iban a ser, ni de lejos, las estancias normales que este agente estaba acostumbrado, sino la "crem de la crem" el lujo más lujoso del hotel y, con razón, que el ascensor hubiera tardado tanto en bajar.

En aquella "Penthouse" había unicamente dos puertas, una blanca con un punto negro y una negra con un punto blanco, formando ambas el símbolo del Yin y el Yang, cada una de las puertas daba a su "penthouse" particular.

Echando un vistazo a ambas puertas, y luego un vistazo a El Negro, este hombre decidió qué puerta era la mejor para encerrar a aquel prisionero, sin usar ningún tipo de motivo previo o racial para escogerle meter en la puerta particular en la que este fue finalmente encerrado.

-Te vas al Yin. -Dijo abriendo la puerta negra con punto blanco, para empujar al interior a El Negro- Y no es por ningún motivo en particular por el cual he escogido esta puerta. Fue una tirada de azar en mi cabeza.

En efecto, la tirada al azar había dado que Yin era la puerta correcta. (No, la primera tirada no era de prueba).

Una vez abierta la puerta; este pudo ver como la estética del "Yin" se manifiesta en cada rincón de la habitación, donde el color negro predomina con elegancia y serenidad.

Aquel agente fue recibido por una tenue iluminación que resalta la sofisticada paleta de colores oscuros. El piso de madera pulida está cubierto por una alfombra negra de textura suave que se extiende hasta la base de la cama. Las paredes están revestidas con paneles de madera lacada en negro, con detalles en dorado que añaden un toque de elegancia.

La cama, que es el punto central de la habitación, cuenta con una estructura de madera negra con detalles dorados intrincados. Las sábanas y las cortinas están hechas de suave satén blanco, proporcionando un ambiente acogedor y relajante para un descanso inigualable. Grandes cojines blancos adornan la cabecera, invitándote a relajarte y sumergirte en un sueño reparador.

El baño, separado del área principal por paneles corredizos de madera negra, mantiene la misma estética elegante. Los azulejos oscuros brillantes en las paredes reflejan la luz suavemente, creando un ambiente íntimo. La bañera japonesa de madera negra es lo suficientemente amplia como para sumergirse y disfrutar de un relajante baño. El lavabo y el inodoro están elegantemente integrados en un rincón, con grifos de color negro y detalles en dorado. Artículos de tocador de alta calidad están dispuestos ordenadamente, listos para usar y complementar tu experiencia de baño.

En un rincón de la habitación, encontrarás una tradicional mesa de escritura con papel y pinceles para aquellos que buscan inspiración o simplemente desean expresar sus pensamientos en un ambiente tranquilo. Así como una tradicional mesa baja de té japonesa, también en negro con adornos dorados, rodeada por cómodos cojines negros para sentarte y disfrutar de una taza de té verde.

-Al parecer he acertado. -Comentó con cierta satisfacción al abrir la puerta y encontrarse con que nadie más se encontraba en el interior- Vuelvo a decir, que fue por el azar, y total, si aquí hubiera estado tu "compañero amante de los piratas", te habría llevado a la habitación gemela, Yin; donde el está ahora. Así que... ¡Ni se te ocurra sugerirlo!. ¡Que a mi me gusta la gente con un color de piel más oscuro!. Por ejemplo, tu ex-Compañera Zeta me parece sexy, así que no me puedes acusar de nada.

Tras dejar bien claro que el problema no era el color de piel de El Negro, sino todo su aspecto físico y probablemente presencia de una "extremidad" extra. El hombre cerró la puerta, dejando a El Negro en el interior de aquella lujosa habitación, en solitario. Al parecer tenía mucho en lo que pensar antes de ser castigado, expulsado, ejecutado o algo así...

Iba a decirle que esa Zeta estaba bien loca. Las más guapas solían ser las más locas. Pero mejor no decir nada, mi costumbre de no hablar de más en compañía de otros blancuchos siempre me había ayudado... excepto cuando conté todo lo que pasé en la isla!!

Miro entorno a mi habitación una vez me quedo solo. 

...

- Estos chinos son privilegiados hasta para ser encerrados. - menudos lujazos se metían! - Espero que el agua sea de color normal... - osease, transparente. Y no sucia y negra llena de mugre. Aunque recién me acababa de duchar, no es que tuviera necesidad de bañarme en esos momentos...

Entre mi traje y el entorno y la situación... El camuflaje perfecto. Estaba todo tan negro que no me veía ni la sombra. Menos mal de los detalles dorados que si no... Me da por reírme con la ocurrencia en frente del espejo del baño y casi me da un infarto del susto.

*Bueno, como sea... quizás deba pensar en si hay un modo de salir de aquí. No vaya a ser que la loca esa y su guardaespaldas y su chino amoroso consigan convencer al resto de que me tienen que matar!

Y me puse a buscar en los negros rincones y sombras del lugar. Con lo lujoso que era todo esto seguro que encontraba algo que pudiera serme de utilidad.

La única ventana de la habitación era lo suficientemente amplia como para que El Negro pudiera salir por ella; por desgracia si hiciera esto, se arriesgaría a despeñarse hacia su muerte desde el veintitantos pisos que tenía aquel edificio, realmente no parecía que aquello fuera a ser una buena ruta, pues ni ornamentos tenía aquella fachada por la que este pudiera bajar.

Por otro lado, lo que El Negro sí que pudo encontar era que en aquella negruzca perfección del suelo, parecía haber un rasguño de madera que se abría en semicírculo justo donde se encontraba la tradicional mesa de escritura. Como si alguien la hubiera movido.