Partida Rol por web

Dolor.

Dolor y oscuridad.

Dolor, oscuridad y arrepentimiento.

Sin el sol para daros el paso de las horas, con una dieta de hambre y castigo, con verdugos que no se cansan, privandoos de descanso, no teneis noción del tiempo que llevais aqui. Pero sabeis algo.

Es mucho.
Y lo es, porque un solo minuto aqui, en manos de los Drow, es suficiente para mil vidas.

Pero el hambre y el sueño, vuestros único indicador del que estais seguros, os deja clara una cosa: Deben haber pasado dias.

El carcelero os ha alimentado este poco tiempo con unas gachas horrendas, y el poco tiempo que os han dejado dormir (Colgados de grilletes de plomo en la pared, por supuesto) Era acabado prematuramente con fuego, látigos y espinas en cuando uno de vosotros hacia el más mínimo movimiento o sonido.

La escasisima luz viene de una antorcha a la que cada vez estais temiendo más: Cada vez que se mueve, revela o los restos de viejos prisioneros, aun colgados de sus cadenas, o nuevos intstrumentos cuya funcion es clara: Romperos. Daros mayor calvario, daros mayor suplicio. Incluso la misma llama de la antorcha ha sido usada para infligiros dolor.

Y sólo habeis podido escuchar dos frases en común, con un pesado acento, por parte de vuestro captor:

"Morireis en esta celda, y no será pronto"

"Desistid"

Intentais mantener la cordura recordando COMO llegasteis hasta aqui... ¿Que os ha pasado? ¿Por que a vosotros?

Habeis pertenecido a una fila de mercenarios, los Filos Salados.

Dahario y Lunasusurro, fugados de vuestras tierras por unos crimenes del pasado. Algo a lo que fuisteis empujados para sobrevivir. Vuestras manos manchadas de sangre fueron bien recibidas por los Filos Salados. "Gente sin patria, sin hogar. Unos soldados para quienes puedan costearselos" decia Jason.

Poco despues se os uniría Maxra. Puede parecer que un Gnomo no tiene su lugar entre unos mercenarios que viven y mueren por las armas, pero el talento de "La Ingeniosa" con la magia es evidente, y todo grupo mercenario valora un empuje a base de hechizos.

No era la mejor vida que podríais pedir. Pero era una vida.

Aquella semana estabais escoltando a unos clérigos que iban a un sínodo, partiendo de Augustana hasta la ciudad de Almas. Todo iba bien, habíais dado cuenta de unos cuantos goblins para demostrar vuestra valía... y entonces, fue cuando todo se fue a la mierda.

Si. A la mierda.

Atardecía, y estabais preparando el campamento antes de que el sol se recostase. Scott, un bárbaro de risa fácil que manejaba un hacha descomunal estaba cortando corteza para una hoguera.
Y entonces su cabeza cayó de sus hombros. Limpiamente.

Jason, vuestro lider, empezó a sangrar desde el corazón, aun llevando orgullosamente su coraza sobre el pecho.
Amiri, la curadora, vio como sus manos caían cuando intentaba conjurar algo.

Todo esto, sin explicación lógica. Las heridas aparecian, como si de una maldición se tratase.

Entonces uno de los sacerdotes, temblorosamente, completó una plegaria "Alvum non appareant". Y les visteis... Eran los elfos negros. Eran Drows.

¿Que les trajo aqui? No lo sabeis, quizá nunca lo sepais

Pero lo que si sabeis es por que os atacaron: CRUELDAD. Algo inherente a ellos. Os estaban asesinando sólo porque podían.
Rápidamente os lanzasteis a por vuestras armas, pero una cosa os distrajo: ¡Los clérigos! ¡Estaban suicidandose!

No entendiais que pasaba, por que sacaron sus dagas y se las clavaron ellos mismos en el corazón. Sin compulsion alguna.

Cuando caisteis bajo sus golpes, no lo entendiais: A vosotros, los más jóvenes de la compañía, no intentaron mataros ¿Era por piedad?

No, no lo era. No en absoluto. Los Drows se recrean con el sufrimiento ajeno.

De todos vosotros, Sólo Daharío les entendía. Sólo el supo lo que decían... Y durante este tiempo, su abriais la boca para algo que no fuese gritar de dolor, esta era cerrada a golpes.

Ahora entendeis por que los clérigos se suicidaron: Antes prefirieron morir, que sufrir lo que estais sufriendo... Y ahora les envidiais.

"¿Eran estos?" escuchaste decir a uno de los asaltantes, en Infracomún por supuesto, mientras te debatías encadenado y tus bienes y propiedades te eran arrebatadas. Sabias que nunca las volverías a ver

"Nah, unos viejos y apestosos frailes. Estos no tienen La Estrella" dijo otro más pequeño, pero no por ello menos mortal.

"¿Algo de interes?"

"Morralla, aunque el que parecia el lider tenia una buena armadura. Creo que me la quedaré"

"Estas cimitarras no valen nada" dice otro con tus armas en la mano, ese recuerdo de tus dias felices en la ciudad "No se si llevarlas a que las fundan, o si dejarlas aqui para que se oxiden aun mas"

"Al menos, estos tres servirán para tener contentos a los verdugos. De hecho, nos pidieron carne joven para sus nuevos suplicios"

"No me gustaría estar en la piel de estos desgraciados..." dijo otro, con voz solemne. "¡Hey! ¡Parece que se está despertando!"

Lo siguente fue una bota en tu cara, y despues la oscuridad...

A lo largo de las últimas horas, Daharius, has estado colgado de grilletes pesados en la pared. Los comentarios airados de los verdugos (Dos hermanos, por lo que has llegado a saber) llegan a ser más hirientes incluso que el calvario. Cuando sus hierros al rojo han estado a punto de desangrarte, te forzaban a beber una apestosa poción, para sanar tus heridas y asi continuar tu calvario. A la pocion le echaron tanta sal como pudieron, para que su sabor fuese repulsivo. Por el momento, te dejan sufrir colgado y no te prestan mucha atencion

Maxra, por tu parte, llevas demasiado tiempo en una rueda. Medio cuerpo esta sumergido, medio esta al aire. Y a velocidades irregulares tu rueda gira, condenandote al ahogamiento, a la axfisia. Sin embargo los verdugos no estan dispuestos a dejarte morir... Todo, acompañado de unos cetros del rayo, que hacen que tus gritos de dolor resuenen en las galerías.

Pero aun asi, Lunasusurro, tu preferirias estar en el sitio de cualquiera de ellos dos. Estas captando casi por completo la atención de los verdugos, quienes te retienen en el potro. Antes te han abierto heridas multiples, y han dejado caer cubos y cubos de insectos y alimañas sobre ti... Todo esto, con carbones encendidos bajo el potro que no deja de estirarte, y de estirar, y de estirar... mientras que tu carne empieza a cocerse en vida. El pánico, el suplicio y el dolor se entremezclan...

Los verdugos hacen algun comentario, y rien animadamente...

"Cuidado, no te pases" dice uno de los verdugos "Se que hacer sufrir a una de esas idiotas Piel-Blancas es un gustazo, pero si la rompes nos quedamos sin diversion."

"Si se rompe, subimos y traemos otra"

"¿No se dará cuenta Lady Hizuramaka de que no es la misma? La verdad, no se como te pusieron a ti en vez de Zikfaren"

"Supongo que si, que Lady se daría cuente. ¿Pero crees que le importará?"

"No"

"Pues vamos a darle caña a la elfa ¡Quiero oirla gritar más!"

Ambos torturadores rien...

Al entrar al mundo por un plano dimensional y encontrarme en otro lugar muy distinto al de mi época, estuve desorientada sin saber presente o futuro. Nada tenía sentido, termine encontrándome con una guardia de forajidos-Filos Salados,importa poco la diferencia entre mercenarios y fugados de la justicia-, entre ellos una drow elfi y un humano. Ya que necesitaba habituarme y conseguir comida no dude mucho en unirme a la búsqueda del supuesto tesoro. 

No había mucha diferencia entre los muertos vivientes, las ciudades encendidas de fuego y estos combatientes oscuros, lo podía decir: me encerraron porque mis poderes apenas estaban despertando, sino con mi hacha y mis vientos les hubiese dado una que no cuentan!.

Solo me quedaba una cosa que hacer, recuperar un poco mis sentidos y resistir las torturas, pues mis opciones habían quedado reducidas. Con un esfuerzo me puse a observar mi alrededor para descubrir cuantos de ellos estaban en la celda y cuantos nos observaban detrás de las mismas-venga sí hay carcelarios con llaves vigilandonos o bien, se pensaron muy astutos- 

"Ighlash! Ahlem ivve Hizurama Vedruk" dice uno de los torturadores, sacando un cuchillo de aspecto cruel, y acercándoselo al indefenso y maltrecho cuerpo de Lunasusurro.

"Nagaarlek, iggied, hahaha.... ¡¡¡eeeeeuuuut!!!"

Mientras que disfrutaban haciendo gritar a Narixa (Y si: si te resistes a cien latigazos, te darán mil mas hasta que grites en agonía) uno de ellos se da cuenta rápidamente de que Maxra ha perdido el aliento en su rueda.

Rápidamente se acerca a ella, y gira la rueda hasta que vuelva a respirar. Luego toma unos cetros de rayo que habia cerca, y la golpea en su menudo abdomen con ella. Estos cetros son un instrumento cruel, destinado a hacer que tu cuerpo entero se convulsione de dolor, y tambien es especialmente efectivo para traerte de vuelta cuando alguien ha cruzado su limite y su cuerpo quiere rendirse.

Pero no os confundais... No se preocupan por tu vida ¡se preocupan porque no sea demasiado breve! La axfisia y la agonía te habian llevado a la inconsciencia, pero vuelves en ti, solo para ser electrocutada durante mas tiempo del que nadie soportaria siquiera ver.

Luego, te abofetea la cara con el cetro, y saca un pequeño martillo

"Iggnopp efeok drurra blicgar unaruth!" El Drow se ensaña con tus manos y pies... "Aalbergothi noduelgo"

"De verdad, vas a matarla y enfadar a la matrona Hizurama. No te pases"

"¿Con una elfa es pasarse? hahaha... ¡Cuidadoooo!" dice al darse cuenta de que la Gnoma empieza a morirse

---

"No se te ocurra morirte tan pronto, enana" y cuando empieza a martillearle las manos "No necesitarás nunca mas ni esas manos ni esos pies"

Recordaba que se había unido, más por necesidad que por otra cosa, a una banda de.... mercenarios, o eso se hacían llamar, despojos de la humanidad, en su mayoría humanos. Humanos.... una raza que no la había tratado muy bien ¿porque? por ser elfa.

¿Y ahora que? solo con los ataques supo donde habían caído, no necesitaba que los clérigos desactivasen la invisibilidad, para saber que los atacaba, los conocía bien, bastante bien, más de lo que le gustaría. Intento al igual que los clérigos quitarse la vida, pero no le dieron tiempo y ya sabía lo que le esperaba, ya que los elfos eran enemigos aferrimos de los drows, por lo que los estudiaban desde pequeños.

Volvió de su temporal inconsciencia, abrió los ojos poco a poco y pestañeo varias veces para acostumbrarlos a la penumbra, quizás era por el reflejo pero sus ambarinos ojos parecían tener pupila vertical. Se dio rápidamente cuenta del dolor, las heridas no eran demasiado dolorosas, si no fuese por los insectos que bebían con voraz apetito de su sangre e inflingian más picaduras y heridas, estas a su vez eran estiradas por el potro y por lo tanto más se abrían. Luego sintió que su carne se secaba y un dolor seco se le pegaba como cocinándola, ¿pretendían comérsela? casi sin fuerzas para gritar y con la boca seca por la deshidratación, echo la cabeza hacía atrás y se dejo herir y cocinar, poco podía hacer.

Vio a los que habían capturado con ellos, una pequeña gnoma, le gustaban los gnomos, eran hospitalarios y divertidos y un humano. Ninguno saldría vivo de allí, pero sin duda podían sentirse afortunados, ellos no eran elfos, no se cebarían tanto con ellos, como lo harían con ella. Escuchaba los gritos de la pequeña gnoma, y pensaba para si, aguanta pequeña, pronto volverán conmigo.

Venga tio, es tu oportunidad ¡Puedes salvar a dos tias buenas! ¡Y tu propio pellejo, debo añadir!

La vida no era del todo mala, la vida de Mercenario, al menos, no tenia demasiados sobresaltos, mas que alguna escaramuza en el camino, pero entonces se desató la Muerte sobre nosotros. En menos de 30 segundos, la mayoria de la Compañía de los Filos Salados estaba agonizando en el suelo, si no muerta. Vi, por el rabillo del ojo que Narixa, la Elfa, sacaba su daga, y rodaba hacia un lado, y Maxra, la gnoma usuaria de la magia trataba de lanzar un conjuro cuando algo invisible la golpeo en la cabeza, y cayó como un fardo. Traté de escabullirme, metiendome tras la rueda de un carromato, y despues... la oscuridad.

"Clank, clank, clank!!! Aaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!" se encendio en mi mente. Alguien gritaba. "No, espera, soy yo!!!" Y entonces llegó el dolor, como un relampago, extendiense por todo mi cuerpo!!! De nuevo la oscuridad...

Poco a poco voy recuperando la consciencia, cuelgo de unas argollas de plomo, en la pared. Respiro varias veces, para mitirgar el dolor, y abro levemente los ojos, para acostumbrarme a la casi oscuridad del lugar. Solo el voraz fuego de una antorcha arde en la habitacion. Los dos hermanos se ensañan con Narixa, "pobre elfa, me cae bien, tiene mas "huevos" que la mitad de la Compañia de majaderos a la que perteneciamos!!". "Dios, la pobre gnoma está a punto de expirar!!. Soy el menos vigilado ahora mismo. O hago algo ya, y salimos de aquí, o en breve estaremos muertos!!, pienso mientras pongo mi cerebro a funcionar, y empiezo a tantear esas argollas, a ver si puedo quitarmelas de encima...

Hablan de una tal Matrona Hizurama, si la temen, igual podemos aprovecharnos de eso, si la escapada "al uso" falla. Bendito sea mi padre, por enseñarme el idioma que se hablaba en "Mota Oscura"!!!

Tus ojos tienen muy serios problemas: Estas en una esquina, y un pequeño y ruinoso tabique, del que cuelgan unos putrefactos brazos que dejaron caer hace tiempo al cadaver de su desventurado dueño.

La luz es de un par de antorchas, pero lo dicho, se usan más como tortura psicológica o física. ¿Espiar? Ciertamente, cada vez que intentas agudizar la vista te hundes un poco más, porque ves los instrumentos que piensan usar: Muchos instrumentos estan oxidados, porque los drows disfrutarán rompiendolos dentro de vuestros cuerpos. Dejando que cada uno de vuestros intentos de liberaros os haga más y más daño.

Inmobilizado donde estas, colgado por tus brazos, y tus pies separados más cargados de pesas, lógicamente no puedes explorar la celda.Sin embargo la puerta de la celda se ve cerrada... más logras ver algo: No tiene ojo de cerradura ¿Acaso hace falta? Cuando terminen de quebraros no os quedará animo. O quizá sus conocidas amputaciones... Las llaves de vuestras ataduras NO estan visibles en ningún sitio.

Pero te das cuenta, con el escapismo, que al menos tus ataduras han sido pensadas para alguien de constitución un poco más fuerte que la tuya. Estas seguro de que podrías haber escapado con facilidad. Pero desgraciadamente tus muñecas estan adormecidas, de soportar el peso de tu cuerpo. Eso por no decir de cada una de tus articulaciones... Será dificil intentarlo en esta situación.

¿Respecto a Hizurama? Eso seguro que es un mote que le estan diciendo, como "La vieja granuda" o algo así.

NOTA: A Lunasusurro (Voy a llamaerte asi, porque Narixa y Marxa suenan demasiado parecido) en ningun momento dejaron de torturarla, simplemente que de estar los dos contigo, uno se separó y se fue a por Marxa.

Daharius, parece que ebn lo que cabe, estas teniendo suerte. Por el momento te estan dejando solo con tus grilletes y tus pesas, adormeciendo tu carne y separando poco a poco tus articulaciones. El dolor va creciendo en tus hombros, en tus caderas, en tus rodillas. Pero sabes que puede... no. Sabes que SERÁ peor cuando los verdugos decidan que ya has descansado demasiado.

Mientras que a ti, Marxa, por lo que sea (Quizá tu expresión resuelta, tu voluntad... lo que sea) ha captado la atención de tu verdugo. Hasta hacia un rato la rueda donde tu menudo cuerpo estaba doloridamente estirado era movida por corrientes subterraneas. Ahora uno de los verdugos ha decidido tomar las cosas por su cuenta: Como si fuera un timon, te hace pasar unos segundos, que en tu angustia se hacen eternos, bajo aguas estancadas y fecales en las que te ahogan. Luego usa los cetros de rayo sobre las plantas desnudas de tus pies para forzarte a gritar. Para que tragues esos repugnantes líquidos y pierdas el aire.
"Gwyendube Soulzen. ¿Nirvash?" te al oido, en una de esas que te levanta para que cojas aire. Sin dejarte descansar siquiera, te propina un fuerte puñetazo en tu pequeño vientre. "¿¿NIRVASH??" dice con su voz, gorgoteante.

No hace falta saber infracomún. Sabes lo que ha dicho: Te acaba de decir que jamás dejarás esta sala con vida. Pero su suplicio, y su mano calculada a la hora de dar los golpes te dejan claro: Es un suplicio que puede durar dias...

Sin de tus ataduras soltarte, el Drow te coge por la barbilla, y deja ver sus dientes en un gesto extraño, los ojos enrojecidos...

Lunasusurro, tu verdugo no se ha olvidado de ti en ningún momento, y no ha dejado de prestarte sus "atenciones". Ha notado tus miradas hacia Marxa, y tambien como el brillo en tus ojos parece desaparecer. Violentamente te lleva la mano al cuello, y con un acento marcado te susurra algo en elfo:
"La Matrona Hizurama quiere a ti con vida" dice despacio, apretandote el cuello de tal manera que empiezas a sentir cada uno de tus huesos, y cada uno de sus huesos "Viva y capaz de sufrir. Pero no dice nada de tuyos amigo" Con fuerza te empuja la cabeza y esta choca contra el potro, dandote un violento chichón.

"Tu sufrirás por siempre, empezando por hoy" continua en un imperfecto élfico. Una vuelta más a las ruedas del potro hace que el dolor te recorra de pies a cabeza. "Y cada dia será a más" dice echando más carbones encendidos en las rejillas bajo tus articulaciones, y deslizando uno sobre tu castigado vientre para quemarte la piel. Puedes ver sus ojos inyectados en sangre refulgiendo con odio hacia tí.

Entonces saca un cuchillo al rojo vivo, y empieza a gorgotear, mostrando su mas cruel sonrisa...

La parte de vuestra mente y alma mas primaria y mas guerrera, solo se hace una pregunta "¿Que puedo hacer para escapar de aqui?"

Asi pues ¿Que haceis?

"Uff, Dahario, o piensas en algo rapidamente, o despues de la elfa, y la gnoma, serás tu el que acabe como un guiñapo en una esquina", pensaba mientras un sudor frio se mezclaba con la sangre y el azmilcle que cubria mi cuerpo desnudo... Sin exito (al parecer)  intenté mover levemente las articulaciones. No se nada de los saberes curadores, pero me gustaría confirmar que cada cosa sigue en su sitio, y que llegado el caso, podria andar, y valerme por mi mismo...

Después de gritar por la vuelta del potro y el carbón encendido en su vientre, que quema fácilmente la delicada piel de la elfa, decidió contraatacar. Sabía que ese cuchillo, al rojo vivo, tarde o temprano caería sobre ella, así que mejor que cayese habiendo hecho algo.

-Sois tan estúpidos que no sabéis ni hablar vuestra lengua materna bien, habéis inventado un dialecto para sentiros superiores y es un dialecto horrible e inexistente que seguramente, os impuso la gorda y vieja araña que os adopto cuando os desterramos- dijo casi escupiéndole las letras a la cara -además ¿deberás crees que me importan un humano y una gnoma? ¡¡entonces eres más estúpido de lo que creía!!- quizás así se olvidaban algo de ellos.

No estaba lista para rendirme aún, mis huesos dolían por el estiramiento, y olía horrible, podía sentir como estaba de podrida. Apretaba los dientes y los escondía bajo mis labios que expresaban un dolor, pero no lo suficiente, mis ojos no parecían afectados. No había derramado lágrima que pudieran observar.

Sin embargo esto parecía el fin, ¿me habrán derrotado estos lacayos infernales?. No iba a dar brazo a torcer... ya estaba suficiente estirada y bañada en olores como para que me importará. Al momento en que toman mi barbilla, le observo desafiante, sí cree que unas cuantas golpes me derribaran, pero... esto sí que me lo van a pagar, lamentarán el día en que se metieron con los gnomos y pensarán en cambiarse a enanos cuando salga!.

Pienso: "Ya están consiguiendo lo que quieren, y si no consigo hacer algo, nuestras escasas opciones de escapar de aquí, se esfumaran", al escuchar a Lunasusurro revelarse contra sus captores. No la culpo, la agonia a la que la están sometiendo ralla lo imposible de resistir, si no se ha superado el limite ya... Maxra parece estar resistiendose tambien, así que supongo que toda la atencion está en ellas dos. Es mi momento: haciendo aopio de toda mi reserva de fuerzas, y del conocimiento adquirido, trato de zafarme de los grilletes (sujetandolos, si logro hacerlo, para que no hagan ruido).

Haciendo acopio de toda la determinación que brinda la ocasión, me dispongo a forzar cada una de mis articulaciones: "tengo que liberar mis manos lo antes posible, o podemos ir despidiendo de esta mierda de mundo!! Y no pienso permitirlo!! Antes tengo unos cuellos que cortar en Calimport...".