Partida Rol por web

Salté a la balsa con miedo, pero la verdad es que era bastante más estable de lo que parecía desde fuera. Todos fuimos haciéndolo, pero le eché una mano a Jack con Carter, que seguía bastante dolorida, y la tumbamos en el suelo.

-Tranquila. Tú no te muevas. Tenemos hombres de sobra para que remen por ti -le dije, lanzándole una sonrisa amable. Miré a la Hermana Claire, que se había puesto al timón... y entonces, otra vez más bichos.

-¡Pero de dónde sale tanto bicho! ¡Es que los cultivan o qué! -exclamé, retrocediendo hasta estar a punto de caer. Los escorpiones se movían por la orilla, pero afortunadamente, Zenji fue rápido y nos alejó de allí. Me había dado cuenta de que no dejaba de mirarme, cosa que entendía porque después de estar tanto tiempo allí, y del accidente, además de sudorosa mis ropas estaban hechas jirones. Si no se veía nada era por pura suerte.

 ¡Lo logré! ¡Remad, remad con lo que sea! ¡No quiero averiguar hoy si esas cosas saben nadar!

Asentí y me uní a los remos, que pesaban como un demonio.

-Pesan... demasiado.... -dije, apenas levantándolo.

Y entonces, uno de aquellos bichos saltó a la balsa, la Hermana cayó al agua y yo... me quedé petrificada.

Voy a morir.

Todos subimos a la balsa y a ultima hora e incluso antes de que los ultimos hubieran subido unos bichos, que aparentaban ser escorpiones se lanzaron a por nosotros, el amarillo consiguio desatarnos y alejarnos algo de la orilla pero uno de aquellos bichos consiguio subir a la vez que la monja se caia de la balsa.

No podia estarme quieta y era la que peor estaba asi que mi instinto de supervivencia fue mas fuerte, asi que a duras penas me levante y cogiendo toda la fuerza y embestida que pude me lance hacia aquel insecto para empujarlo fuera de la balsa; a muy malas si me pinchaba ya no podria joderme mas de lo que ya lo estaba.

Zenji suspiró aliviado al ver como lograba cortar la cuerda y se alejaba de la orilla. Lo que no esperaba es que de entre esas cinco criaturas  letales, dos saltaran tanto como para acceder a la balsa y complicarles aún más las cosas. Entre el salto de los escorpiones gigantes y el movimiento de la mayoría para hacerse a un lado e intentar hacerles frente, provocó que la embarcación se zarandease de lado a lado, con tal mala fortuna que la monja se fue a nadar con las pirañas del río, pero por fortuna, también cayó una de aquellas bestias acorazadas.

El nipón se posicionó frente a Diana para tratar de protegerla y combatir, pero antes incluso de que pudiese tratar de atacarle con su madero afilado, la pelinegra que hasta entonces había permanecido tumbada casi convaleciente, se abalanzó contra el escorpión para hacerle trastabillar y caer al río junto a su compañero.

Esta mujer está loca... Está a punto de morir desangrada y con heridas realmente fatales, ¿Y aún hace locuras cómo estás?

A pocos metros, la monja no lograba mantenerse a flote y se estaba literalmente ahogando, por lo que Zenji decidió intentar ayudarla o definitivamente acabar con su vida. Tomó uno de los remos y con fuerza lo acercó a su posición, aunque con el balanceo de la balsa, en vez de tenderle la salvación ¿Puede que hubiesen acabado con su vida de la forma más terrible y absurda?

Con la balsa en movimiento, Vance paralizado por el miedo y la Hermana Claire ahogándose, las cosas se desmadraron. Carter se puso en pie, quitándose de encima al pegajoso de Jack, agarró uno de los remos y se lanzó sobre el bicho hasta empujarlo al agua. 

Fue una acción heroica, pero puede que fuese la última. Después de aquello. Carter sintió que las fuerzas le abandonaban.

Por su parte, Zenji se decidió a ayudar a la monja, solo que en lugar de echarle una mano, la golpeó en la cabeza con él. La pobre Hermana Claire sintió como si un jeep le hubiese caído sobre la cabeza y perdió la consciencia, empezando a ahogarse sin remedio en las frías aguas del río, mientras la balsa se alejaba poco a poco de ella... y de los bicharracos aquellos.

Viendo como se desarrollaban las cosas, Vance hizo lo único que un piloto estúpido podía hacer.

Lanzarse a rescatar a la monja.

-¡Apartaos, qué voy! -exclamó, mientras se arrojaba con energía a las aguas. Tras salir a la superficie, echó un vistazo para ver en dónde se encontraba la monja. Apenas la hubo localizado, se fue hacia ella y la agarró, sacándole la cabeza antes de que se hundiese del todo.

-Todavía no, hermana. No en mi guardia.

El piloto empezó a nadar hacia la balsa, pero esta iba cada vez a mayor velocidad, empujada por la creciente corriente, con lo que resultaba más y más difícil alcanzarla.

-¡Joder, ayudadme! -gritó.

Lo último que vio la hermana antes de cerrar los ojos fue como un puto amarillo le golpeaba con rabia, con un remo en la cabeza. A partir de ese momento todo fue oscuridad. Oscuridad y una sensación de ingravidez total.

Allí estaba un hombre no muy alto, vestido con un uniforme militar y que lucía un bigotito al último grito de la moda en la Alemania nazi. Ante ella tenía al kaiser, ante ella estaba el Fhürer. Se encontraba en lo alto de un edificio, había salido a un balcón y estaba dando un discurso a la población. Todo estaba lleno de banderas que mostraban la cruz gamada y un sinfín de militares acompañaban al líder alemán. 

"Desde hace años estamos sufriendo bajo la presión de un problema que nos planteó el Dictado de Versalles, y que con su degeneración y sus consecuencias, ha llegado a sernos insoportable.  Danzig ha sido y es una ciudad alemana.  El Corredor ha sido y es alemán.  Danzig fue separada de nosotros.  Los polacos se anexionaron el Corredor.  Como en todas las regiones alemanas del Este, los habitantes del Corredor han sido maltratados de manera intolerable.  En 1919 y 1920, más de un millón de hombres con sangre alemana tuvieron que abandonar su patria.  Como siempre, intenté obtener una modificación de este intolerable estado de cosas por medio de proposiciones de revisión pacífica.  Es una mentira, cuando en el extranjero se declara que nosotros nos servimos sólo de presiones para obtener nuestras reivindicaciones.  En los quince años que precedieron al advenimiento del Nacionalsocialismo al Poder, se habría tenido ocasión de provocar revisiones por procedimientos de libre conciliación.  Pero, no se hizo nada."

Y entonces aquella mujer abrió los ojos y vio como estaba siendo remolcada de nuevo a la balsa por... ¡El jodido borracho! ¿Por qué cojones tenía que haber sido él? 

- Mierda puta... - Dijo la hermana en un tono casi inaudible. Aunque estaba tan mareada y tan debilitada que poco o nada podía hacer por si misma por tratar de subir de nuevo a la barca.

Todo se jodió en un instante, parecía que la cosa pintaba bien, estabamos en la balsa a salvo, podía tomar camino para buscar un barco y así escapar de la isla, pero entonces aparecieron esos escorpiones enormes-¿Pero qué mierda es ésta?-pregunté incorporándome mirando estupefacto las as asquerosas criaturas. Todos nos pusimos en movimiento, el japo soltando las cuerdas sorprendentemente rápido pero aquellas alimañas gigantes se lanzaron hacia nosotros como si nada llegando a la balsa con demasiada facilidad.

Yo había perdido toda arma disponible, los remos ocupados, uno para intentar salvar a la monja, cuyo intento salió rana y el piloto tuvo que ir a salvarla tras caer al agua y la empecinada de Carter quería hacerse la heroína de nuevo ¿es que no tenía bastante? si se movía así terminaría desangrada, se lanzo a por uno de los escorpiones logrando echarlo al agua, pero Carter parecía perder las pocas fuerzas que le quedaban, parecía casi perder el sentido así que me lancé hacia ella antes de que cayese al agua inconsciente y muriese ahogada.

-¡Eh, amarillo, échale una mano al piloto!-grité señalándole a él y a la monja que estaban en el agua mientras yo cogía a Carter casi en volandas, apartándola de la acción-¡Maldita sea, estese quieta joder! lo único que va a conseguir es matarse ¿Es que tiene alma de kamikaze o qué?-recriminé mientras cogía el remo que ella había dejado caer, intentando defender a los demás del resto de bichos.

Mientras cogia sin ningun pensamiento en mi cabeza el remo y me lanzaba a aquel insecto, la adrenalina ocupaba todo mi corriente sanguinea y solo pensaba en volver a reunirme con mis padres, donde quiera que estuvieran o quienes quiera que fueran. Al ver como aquel bicho caia ya podia relajarme.. ya podia caer feliz y eso es lo que hice

Pero en el momento en el que me dajaba caer para ser arrastrada por la corriente, note como alguien me agarraba.
-Gracias! fue lo ultimo que consegui balbucear antes de perder el conocimiento en brazos del medico

El nipón se puso más pálido, si eso era posible dada su colocación innata, al ver como la monja se hundía en el agua después de haberle dado duro con el remo al intentar, irónicamente, todo lo contrario, salvarla. Fue entonces que el piloto inepto, que hasta entonces no había hecho nada, se lanzó al agua para tratar de salvarla, y tras unos segundos en los que no les vió aparecer y la balsa ya iba adquiriendo velocidad río abajo, logró ver qué qué aparecian unos metros más allá, la monja semi-inconsciente siendo arrastrada por el piloto como si fuese un guardacostas profesional. Aunque lo intentó con ahínco, y en un inicio ambos se aproximaron a la balsa,  poco a poco iban alejándose, y Zenji supo que debía intentar salvarles la vida o terminar de hundirles sin piedad. 

Esta vez Zenji decidió ser más prudente y no lanzar un remanso al aire, si no que lo hizo descender con más cuidado y lo depositó muy cerca de su posición, para que tratasen de sujetarse, y una vez logrado, empezó a tirar con fuerza de ambos. El esfuerzo estaba resultando colosal, pero solo por ver la cara de Diana infundiéndole ánimos, sintió que era capaz de lograr cualquier cosa.

- Diana, si tú pedir... Yo lograr por ti... - le susurró a Diana con una sonrisa arrebatadora, mientras tiraba de épica para salvarles. Y una vez les ayudó a subir a la embarcación, no tardó en lanzarse y besar a la joven rubia de forma apasionada, ante la vista de todos, y al separar sus lenguas húmedas, finalizó con un...  I love you, baby.

Carter había aguantado, a pesar del sobreesfuerzo, y aunque se dejó caer sobre Jack, lo hizo sonriente, sabiendo que había hecho algo bien y que podía contarlo. Por su parte, Zenji había conseguido no rematar a la moja y ayudar a Vance y a Claire a regresar a la balsa. Ambos estaban agotados.

La balsa marchaba cada vez a mayor velocidad, aunque al amarillo poco le importante, ya que en ese momento, le metía la lengua hasta la campanilla de Diana, y fue entonces cuando escuchasteis unos tambores en la jungla, por toda la jungla, y unos gritos que no acertasteis a entender bien.

Yo me meto donde se meta el medico
XDD

Intentaré postear hoy para seguir sobreviviendo y salvándole el culo a Carter xD