Tras despabilarse, y a pesar de querer dormir aun más, este futuro caballero, se arropa con lo necesario para empezar la caceria. No olvida meterse en el zurron, un pan de esos que se le ofrecen, pues cree necesitarlos a media mañana.
- Listo.
Tras desayunar, tomó un trozo de pan medianamente grande. Lo alzó para lo vieran y preguntó: - ¿Puedo? Aclarando breves momentos después: - Para el camino. Lo último sonó humilde y discreto. Era un pan oloroso y fuerte, así que tal vez pudiera apagarles el hambre, pero tal vez pudiera valer para más cosas. Tras el comentario de la pobreza de los labriegos, igual podría ser un pago, un incentivo o incluso, tal vez, un señuelo para el osito.
Una vez todos están listos, me levanto de mi asiento y me dirijo hacia la puerta.
- Vamos. - Digo de manera escueta.
Una vez en la calle me dirijo hacia las cuadras, para que los escuderos pudieran coger sus caballos y yo el mío. Pero antes de eso, atravieso las cuadras en busca de las perreras y suelto a los perros para que nos sigan.
Una vez encima del caballo miro a los escuderos para que me sigan.
El escudero, sin tenerlo demasiado claro, y ya pertrechado, se hace cargo de ayudar al Padre. - Su edad seguro que es un problema, y empiezo a tener dudas de este hombre, más que razonables, y que no es lo que aparenta ... indudablemente.
- Le ayudo Pater.
Dejo que el escudero me ayude en la labor con mi caballo y con los perros. El no dejarle hacer podía dañar su labor de escudero, y por otro lado, a mi me vendría bien. Una vez terminados, dejo que me ayude a subirme a lomos de mi viejo caballo.
- Gracias Sir Rodric.
Permito que Rodric ayude al pater, ambos parecen necesitar aquello. Por mi parte, me subo a mi propia montura. Los perros pueden ser una ayuda, pero también un peligro. Un oso acosado es más peligroso que uno simplemente hambriento.
Sin embargo, de momento, me conformo con seguir al grupo y ver que sucede.
Vamos, pues.
Comencé a mover las riendas de mi caballo para salir a la plaza del pueblo, mis perros, tan obedientes como siempre, se arremolinan en torno a nosotros, olisqueando, mordiendo los cuellos unos a otros, correteando, jugando y disfrutando de la libertad de la cuál ahora eran poseedores. Pronto, comenzamos a cabalgar hacia las afueras del pueblo con el sonido de los ladridos de la rehala y el golpeteo de los cascos de los caballos. Cuando llegamos al inicio del bosque, donde supuestamente se encontraba el oso, me paré un instante, comprobé que todo estaba en orden, y comencé a cabalgar, adentrándome en él, en busca de alguna pista que nos dijera hacia donde se había dirigido últimamente nuestra presa.
Una vez en el lugar, los perros comenzaron su trabajo para oler el rastro del oso. Parecen desordenados y cada uno va hacia un lado para volver moviendo el rabo y comenzar a oler de nuevo, esperando una orden de alguien experto, esperando a un líder de la rehala a que los manejara en la caza. El viejo Garr os mira y se encoge de hombros, era evidente que no tenía ni idea de caza. Había acompañado a algún noble a cazar por estas tierras algunos conejos, pero nada más que eso.
Tímido, y sin saber demasiado propone: - A mi me parece que hacia el noreste.
La verdad no es que fuera ningún genio cazando ni rastreando ... pero era lo único que se le ocurría.
- En mi humilde opinión
Aquel hombre volvía a sorprenderme. ¿Poseía varios perros de caza pero no sabía como usarlos?
Yo tampoco tenía ni idea de caza, pero me parecía que alguien así debía tener alguna.
Rodric sugirió una dirección que podía encajar con las pocas ramas rotas y señales que había visto.
Si, yo estoy con Rodric. dijo en voz alta y luego más baja para dirigirse a él A mi me pareció más bien norte, pero si vos decís noreste, me parece bien.
¿Estaría Mangel de acuerdo con ellos?
- Credo que el camino sensato para el cazamiento sigue aqueste sendero y torna al norte. Seguidme si sos place, pues creo yo que he dado con la vereda buena.
Rodric no pensaba rechistar. Era el líder. Si estaba en lo correcto terminarían pronto la misión. Si estaba errado tendría que rectificar y tardaríamos un poquitín más en cumplir la misión.
- Sea pues. Añadió mientras espoleaba su montura, para tirar hacia donde el líder había ordenado.
No entendía mucho de bosques ni de cacerías. Tampoco era bueno orientándome, por lo que no acababa de ver la diferencia entre ir hacia el norte exacto o el noreste. Prácticamente era la misma dirección y la misma zona, ¿no?
Vamos.
Además, yo ya habia dicho norte inicialmente.
Mangel señala el rastro con las riendas de su caballo y rápidamente la jaulía de perros comienzan a correr por el bosque en esa dirección. Esa era una señal inequívoca de que el oso había pasado por allí recientemente. Rápidamente los escuderos espolean a sus caballos para lanzarse con un estruendo en una persecución a través de la espesura.
Poco a poco los escuderos se van separando.
Vas primero en la carrera, detrás de los perros que ladran y corren entusiasmados por el olor del oso. A lo lejos, ves a la criatura, que evidentemente se ha dado cuenta de tu presencia y emprende la huida.
Corres como alma que lleva el viento detrás de Mangel. Poco a poco ves que tu compañero se aleja de ti, pero no le pierdes de vista. De repente, como venido de la nada, una docena de perdices salen volando debajo de las patas de tu caballo, justo cuando iba a pisar el suelo en la carrera. El caballo comienzo a encabritarse y necesitas controlarlo.
Tirada oculta
Motivo: Obstáculo
Tirada: 1d20
Resultado: 8
Corres como alma que lleva el viento detrás de Mangel. Poco a poco ves que tu compañero se aleja de ti, pero no le pierdes de vista. De repente, como venido de la nada, una docena de perdices salen volando debajo de las patas de tu caballo, justo cuando iba a pisar el suelo en la carrera. El caballo comienzo a encabritarse y necesitas controlarlo.
Tirada oculta
Motivo: Obstáculo
Tirada: 1d20
Resultado: 7
El caballo de Rodric se encabrita mientras unas aves empiezan a revolotear entre sus patas. Las manos del escudero pierden el firme en las riendas y su cuerpo empieza a caer hacia atrás.
Motivo: montar
Tirada: 1d20
Resultado: 20
Apenas había tenido tiempo para argumentar nada cuando los caballeros se habían puesto prestos en la caza, según mi parecer, por el camino correcto. Rápidamente espoleo mi caballo y persigo la jauría de perros en busca de la presa, hombro con hombro con Mangel.
Motivo: Cazar
Tirada: 1d20
Dificultad: 21-
Resultado: 11 (Exito)