Partida Rol por web

Camina dando leves tumbos por el mareo cigarro y botella en mano dando la sensación de ser un alcohólico que acaba de encontrar su límite por lo que a juzgar por sus ropas puede verse.

Smyk asiente y se da la vuelta hacia las oficinas, los dos matones le siguen.

Caminaba entre el gentío evitando a la gente como ellos hacían al moverse entre la muchedumbre. Había que intentar seguir la corriente a aquella gente. Pese a la pobreza del lugar me gustó lo que veía. Era un lugar simple, tranquilo, con gentes acostumbradas al esfuerzo y al trabajo. Era algo que de normal no solíamos ver en nuestros viajes, plagados de grandes colmenas, burocracia y demás cosas. Miré de reojo a nuestro compañero Zachariah, pues sabía que la ausencia de tecnología sería algo que no vería con buenos ojos, y que probablemente le haría sentir incomodo. Con calma seguí a aquel servidor que a veces se volvía para ver donde estábamos.

Octus se mueve como pez en el agua entre las multitudes, emplea los hombros  para meterse entre la gente y usa los brazos para desviar la trayectoria de los viandantes con un leve empujón. Al fin y al cabo no es mayor la multitud que durante el cambio de turno de los obreros de su Colmena natal. Está tan concnetrado en avanzar que no quita los ojos del querubín.

Yuri que hacía rato que había guardado la botella era reconocible por caminar a la par de Tarkov además de por la nube de humo de LHO que lo acompañaba en su caminar.-Eh, servidor de mierda...no corras tanto.-Maldecía cada vez que aquella cosa los adelantaba en su caminar ajetreado entre la multitud que se hacinaba en molestarles en su sagrada tarea o lo que coño hicieran ahora.-Que cojones pasa ahora?.-Maldijo mientras su mirada escrutaba la zona.

Zachariah no parecía que fuese a ser de mucha ayuda hasta que se le pasasen los efectos del tranquilizante...

Voy caminando muy atento a todo lo que pasa a mi alrededor, y empujando a mis compañeros para mostrarles cosas señalando con movimientos de cejas con todo el disimulo que puedo...

-Pst... mirad eso...

Seguís caminando entre la gente e intentando no perder de vista al querubín que revolotea como si tuviera mucha prisa. De pronto al entrar en un callejón sois abordados por un extraño medio desnudo y quemado por el sol, con el pelo enmarañado y apelmazado por el polvo, y numerosas llamas blancas tatuadas en el rostro. Comienza a soltar improperios y obscenidades mientras pasa de uno a otro zarandeándoos, cogiéndoos de las solapas, ...

Octus saca la maza electrica y la levanta.

¡Apártate maldito lunático! vigilad vuestros bolsillos, es un viejo truco de ratero.

Advierte Octus mientras con su mano libre palpa sus pertenencias.

Cubro mis pertenencias como puedo mientras vigilo al tipo sucio.

Eh eh eh... Calma amigo. Comento con mucha tranquilidad manteniendolo a distancia que me permitía mi brazo extendido. Eso no me gustaba nada, estaba soltando semejante cascada de palabrerío y no lograba captar que decía.

Zachariah mira al hombre mientras trata no perder ripio de lo que dice o hace...

Yuri posó suavemente uno de sus guanteletes en el pecho del sujeto.-Cuidado anciano, es de mala educación empujar a la gente.-Le advirtió.

¡Está aquí, está aquí otra vez!¡El Padre Cuervo ha venido para ahogarnos con sus mentiras!

¡Falsas, falsas, las dos caras que tiene!¡El primero de tres tiene dos!

¡La sangre correrá por toda la colina!

¡Han abierto su corazón a una serpiente, los muy necios!¡Pena me dan esos condenados locos!

Cuando Octus amenaza al hombre un grupo de personas tatuadas comienza a increparos echando mano a garrotes y palos: ¡Marchaos intrusos! ¡Aquí no queremos a los de vuestra calaña!

Lleváis razón anciano.-Dijo Yuri esbozando una taimada sonrisa al anciano.-Eh.-Dijo bajando la mano de Octus y señalando a los sujetos con la otra.-Todos tranquilos, nadie quiere morir hoy.-Dijo a todos en general.-Marchémonos...no queremos problemas.-Le recordó a Octus a escasa distancia.

Octus hace un mueca y mira a Yuri. Sabe que el asesino es probablemente el más belicoso de todo el grupo y en vez de cargar con su arsenal de cuchillos esta tratando de calmarle. Evidentementa hay algo que se le escapa al arbites.

Esta bien... vámonos.

Dice bajando la maza mientras observa a los presentes y memoriza sus rostros.