Partida Rol por web

El sol no ha salido cuando un adepto os despierta indicando que Aristarchus os espera para desayunar y partir. Efectivamente el vidente está tomando una comida ligera, su expresión es radiante como si se cumpliera el sueño de su vida.

El desayuno es rápido y salís al patio donde el vehículo os espera. Es un viejo y destartalado camión de cuatro ruedas, de caja abierta y preparado para el tránsito campo a través; no tiene cabina, y en lugar de techo tiene una cobertura de lona alquitranada que puede retirarse para utilizarse como tienda de campaña improvisada. Está equipado con una parrilla de faros de alta potencia.

Cargado en la caja del camión hay un suministro de comida, agua potable y combustible suficiente para varios días más de los necesarios para llegar a Desesperanza.

- Bien caballeros, ¿quién será el piloto que nos conduzca a nuestro destino?, pregunta antes de subirse en el asiento al lado del conductor.

Zachariah se despierta diligentemente y almuerza en silencio. El tema del alimento no es algo que le agrade en demasía pero entiende que toda máquina necesita combustible...

En cuanto ve a Aristarchus, lo saluda de forma educada y espera a que sus compañeros más duchos en las artes conductoras den un paso al frente.

Octus se había preparado lo mejor posible para la expedición al aire libre, aunque el viaje por el desierto lo inquietaba. No habó mucho es mañana y cuando ve el vehículo lanza  el petate a la caja y se sube sin mucho ánimo.

Creo que nuestro piloto será Arcturus.

Se acomoda lo mejor posible en la parte de atrás y prepara el rifle de asalto para contingencias posibles.

-Yo seré el chófer.

Me subo en el asiento, piso el embrague y enciendo el motor.

El ruido es ensordecedor, y mas cuando le doy varias manchazos al acelerador, y un humo negro sale por os tubos de escape. Toco el claxon, y les digo:

-Ya os dije que es genial... vayámonos de excursión...

Yuri amaneció temprano, se duchó y vistió tras realizar los ritos de purificación del cuerpo que seguía cada amanecer antes de marchar a llenar el estómago y partir a cazar lo que fuera que les tocara cazar en esta ocasión.-Buenos días.-Fue lo único que dijo mientras dejaba su petate cómodamente en el Jeep y se posicionaba atrás junto a la carga rifle en mano, si aquello era un mundo salvaje tal vez tuviera la oportunidad de cazar algo por el camino.

Asentí a Yuri mientras subía al transporte. Le tendí un cigarrillo mientras yo con uno en la comisura de los labios le comentaba: Un pitillo y un quesito... El desayuno de los campeones. ¿Em? Aquel viaje iba a ser entretenido. Desde luego. Saqué mi pañuelo y me lo anudé en torno a la boca, mientras me ponía las gafas anti arena.

Me coloqué las gafas para la arena y la máscara, cuando arrancamos y comenzamos la "excursión"

Llevaba el vehículo con marchas cortas bastante revolucionado para que no culease al coger las curvas de forma un tanto bruscas para no aburrirnos, y no dormirme. Mientras tanto miraba cada cierto tiempo la aguja de la temperatura.

Demasiado largo y pesado el bicho -pensé.

Al principio del viaje, mientras nos alejábamos de la ciudad, me mantuve en mi sitio. Alguna charla por aquí, unos pitillos por ahí, pocas vistas y mucho calor. Pero conforme nos alejábamos de la ciudad, pasé por encima de los asientos y retrayendo un poco la capota me coloqué con las piernas bien separadas agarrado a las barras donde se sujetaba la capota. De nuestro equipo extraje uno de los auxped y lo até con cinta americana a mi derecha. Luego cogiendo mi rifle automático modificado lo coloqué apoyado sobre la barra que cruzaba horizontalmente y me quedé ahí, a la espera de detectar algo con el escáner. Más vale estar prevenidos... Con las gafas de ventisca y el pañuelo atado cubriéndome la cara y cayendo sobre el pecho, haciendo juego con la boina, parecía más un bandido que otra cosa.

Octus pasaba la mayor parte del tiempo aprovechando la poca cobertura que les brindaba la caja trasera, como si le reconfortara la recia estructura metálica. En ocasiones levantaba la cabeza para echar un vistazo pero para el arbites era siempre lo mismo. Mismos colores y pocos edificios que pudiesen recordar a una ciudad.

¿Queda mucho?

Pregunta con un pitillo de Iho entre los dientes.

Zachariah procura cobijarse bajo su capa y no presta mucha atención al tortuoso camino. Al escuchar el comentario del Vidente, el tecnosacerdote pregunta:

¿Son esos los cuervos de esquisto?

- Me temo solo acabamos de salir, calculo que unos dos días, responde a Octus. Luego mira a donde señala Zachariah: efectivamente, esas alimañas son los cuervos de esquisto

Yuri aceptó de buena gana el cigarro con un asentimiento, se colocó al fondo del vehículo con el pañuelo cubriéndole el cuello y lo ojos entornados mientras lanzaba constantes nubes de nocivo humo de LHO al aire que lo rodeaba, respiraba hondo tras cada calada saboreando los olores de un mundo salvaje, violento y sanguinario mientras su mente danzaba a ratos sobre la nueva tarea a realizar¨un ser maligno esta vez? al igual que la anterior las balas volaran¨

El primer día va pasando y llega la hora de buscar sitio para acampar.

Continuo conduciendo en silencio mirando el horizonte y concentrado mientras la cara se me mancha de negro...

¿Cómo lo vamos a hacer? Pregunté alzando la voz sobre el ruido del motor mientras me apartaba un poco el pañuelo. El viaje estaba siendo largo, y el auxped aun no había detectado nada. Teníamos que pensar como lo haríamos para descansar. ¿Haremos el viaje del tirón en el coche conduciendo también a la noche con relevos de conductores o pararemos a descansar muchachos? Había que organizarlo, quizás el vehículo no aguantara en ese clima dos días ininterrumpidos de machaque, aunque seguro que con Zachariah aquí tampoco es algo muy preocupante.

- Creo que nos vendría bien un descanso a todos, pero si creen que debemos continuar lo entenderé.