Partida Rol por web

Antes de salir tras el acólito, fulmino con la mirada a Caín. Si por mí fuera ya tendría dibujada una diana en el pecho y estaría haciendo pruebas de puntería, pero estamos juntos en esto, para bien o para mal, y todavía me tocará aguantar sus ironías.

Sin tiempo para intercambiar cuatro palabras con el infame asesino, sigo al acólito mientras en mi cabeza daba vueltas lo sucedido

El abad Skae ha sido herido. ¿Por quién? y ahora vamos a ver a Aristarchus. Quizás podamos averiguar algo de todo esto

¿Por qué todo el mundo está emperrado en decir que están malditos?

Allí plantados no haciamos nada. La situación se complicaba por momentos, no había forma de controlar este desastre. O quizá alguien lo tuviese muy controaldito... Había que averiguar qué narices pasaba. Esperemos que el abad Sake no estuviera muerto, parecía que solo herido, pero bueno... ¿Quizá Aristarchus se ha asustado porque nos estamos acercando y ha querido eliminar un cabo suelto? Conspiraciones, conspiranoias... ¡La cabeza me iba a estallar! Hasta en la nave, cuando estuve yo solo en aquella cárcel de metal a la deriva, la vida era más sencilla. ¡Maldición!

Me encamino a grandes zancadas hacia la catedral, sin mirar atrás. Suponía que mis compañeros vendrían conmigo, pero tampoco me importaba.

Hoy van a rodar cabezas, y no será la mía.

Cuando llegáis el abad está pálido y respira con dificultad; tiene la casulla enrojecida con su propia sangre. Tirada en las escaleras de entrada a la catedral. Un acólito le sostiene la cabeza mientras Aristarchus se arrodilla a su lado. 

Skae habla con voz débil y apagada:

- No vi lo que era; parecía una mujer, o al menos una silueta oscura con forma de mujer. Luché, que el Emperador me proteja, luché y recé cuanto pude, pero ... jamás la hubiera creído capaz de ....

El vidente tiembla de ira.

- Esha Raine vive en una granja, en un paso de montaña al oeste. Id allí y arrestadla. Traedla aquí y la interrogaremos. Si esto es obra suya, al Dios Emperador pongo por testigo que arderá por bruja. Y si se resiste, matadla a ella y a todos los que la acompañen. Id solos; no confío en ninguno de estos nativos. Acólitos, ha llegado el momento de que demostréis vuestra valía a los sagrados ordos.

Olía mal. Muy mal. Como las cloacas del distrito Koscarla. Aquello seguro que era una jugada del vidente. El abad no parece implicado, parece que dice la verdad... ¿Será el complot más grande de lo que parece, o solo es una locura de un hombre con demasiado poder que quería aún más?

Miro con gesto ceñudo a Aristarchus.

Cuéntenos más de la tal Esha. Quién es y porqué es tan peligrosa. Además, si eso acaba de ocurrir, no estará donde decis que está, estará todavía en la ciudad. Así que de poco nos servirá ir hasta allí para acabar a tiros con quien sea que esté en esa granja. Mejor será quedarnos aqui, pues puede que intente de nuevo atentar contra la vida del Abad o boicotear de otra forma el ritual.

- Parece que no me ha entendido, me da igual lo que piensen: traigan a Esha Raine o mátenla si se niega. Supongo que no tengo que recordarles la jerarquía inquisitorial, termina diciendo bastante enfadado.

Preocupado por la palabras de Aristarchus, miro al resto un tanto incómodo. Está claro que debemos obeceder, pero el hecho de abandonar aquí a los dos, justo antes del ritual, no me gusta en absoluto, y más sabiendo que están tramando algo.

¿A cuánto está esa granja? digo preguntando a Aristarchus mientras con la mirada busco al Abad, intentando ver más allá de su casaca, buscando la herida sufrida.

- Coged el camión y no tardaréis más de una hora.

Miro fijamente al vidente ante su amenaza. Intento no transmitir nada con la mirada, solo frialdad. No iba a consentir que me hablase así nadie, por muy inquisidor que fuese.

Mantengo una mirada retadora unos segundos más, y finalmente me dirijo a los demás, pero sin apartar la vista.

Vamos chicos, cojamos a esa puta.

Aristarchus no nos quiere aqui. Seguro que porque nos estamos acercando a él, y podemos fastidiarle los planes. Nos manda lejos, y quizá con un poco de suerte nos liquiden y dejemos de interponernos en su camino. Así sea. Me importan tres cojones él, este plante y el puto demonio que los engendró a todos. Cumpliré órdenes, y sobreviviré. Y que el futuro se encargue de poner las cosas en su sitio. Eso sí, como tenga la oportunidad y sepa que Aristarchus nos ha utilizado, el primer cargador será para él solito, para volarle la puta cabeza.

Subo a a parte del conductor del camion y me preparo para empezar la marcha. Ponemos banderas bancas colgando del camion? creo que los locos que no consiguieron asaltar la ciudad estaran por ahi fuera acechando. Este puto vidente quiere que nos ejecuten....

Nada como salir fuera de la muralla despues de un combate en el que no se esta claro si somos los vencedores, pero todo el enemigo esta al otro lado.

Me aposento en la parte de atras del camion, dejando las labores de conducir para quien sepa hacerlo.

Siguiendo a Atellus, me monto en el camión.

Vayamos cuanto antes. No me gustaría perderme el ritual.

Cuando os vais a alejar de la zona Aristarchus vuelve a llamar vuestra atención: Busquen a alguien que les remiende antes de partir, no van a aguantar ni los rigores del viaje en esas condiciones.

Además de vidente, sois perspicaz, Aristarchus. Seguiremos su consejo. Decidme, ahora que el abada está en ese estado, ¿quién liderará a esta pobre gente por el valle de los justos?

Me quedo sentado en la zona del conductor, pero nos vamos o no?? viendo que el asunto iba para rato me bajo del camion y me enciendo la ultima varilla de ihlo que me queda en el paquete, no fumaba demasiado, pero cuando estaba intranquilo era una forma de pasar el rato. 

- No creo que la herida sea mortal, además yo puedo recurrir a mis poderes para ayudar en su sanación.