Partida Rol por web

Por un momento me veo realmente sorprendido, pues más de los que pensaba parecen añorar algo de su vida pasada en la tierra. Mi idea de levantarme para reconfortarles parece que se va a ir al traste, pues mientras que siempre podía hacer eso con uno o dos compañeros, cuando la mayoría se sienten así de desgraciados, podía ser casi un insulto que uno que no llora se mostrata tan condescendiente. Aunque fuera un amigo.

Pero lo cierto es que el corazón se me encogía al escuchar sus lamentos. Pensaba en como me había sentido yo la primera vez que estuve en soledad lejos de mis padres y la amargura del recuerdo era horrible. Hasta los que no me caían muy bien me inspiraban compasión en aquel momento de debilidad. No insultaría a su orgullo ni siquiera en ese momento de dificultad. Aunque tuviera ventaja. Por poco bien que me cayeran, y a pesar de mi caracter competitivo, en el fondo sabía que no eran enemigos, si no aliados aun por moldear.

Pero no podía dejarles así. Solos con la amargura de su soledad en mitad de la noche...

Casi sin pensar, sin saber el efecto que consegiría, mis labios comenzaron a actuar por cuenta propia. Había recordado una canción que mi padre cantaba cada vez que quería levantarme el ánimo. Era una canción en español, idioma que entonces no entendía. Pero él la cantaba, tal como su abuelo se la cantaba a él, pues era antigua tal como supe después, y el sentimiento de la misma lograba siempre calmarme. En su momento no sabía ni que significaba, pero daba igual. Inspiraba calma y quizás algo de... esperanza...

http://video.nationalgeographic.com/video/player/music/genre-wm/world-fusion/al-otro-lado-rio-dro-wm.html

No la había repetido desde que era muy pequeño, pero siempre me venía a la mente cuando me deprimía. No se porque lo hice. Supongo que por lo mismo que mi padre me la cantaba a mi con una sonrisa.

Porque una suave voz anónima en mitad de los llantos de la noche, penetraría en el miedo y la confusión, y las lágrimas de frustración y desaliento se volverían una medicina liberadora que nos ayudaría para lo que vendría.

Me puse a cantar suavemente en mitad de la noche, en medio del espacio, en una habitación oscura llena de niños solitarios y superdotados, todos con la pesadísima carga sobre sus hombros de prepararse para dar la talla y salvar el mundo...

Y si alguien estaba vigilando nuestro dormitorio y me querían castigar por romper la disciplina del silencio nocturno... Pues que demonios... valía la pena por ellos...

Mientras la melódica voz de Inari Cid Tanaka, o mejor dicho, Zorro; sonaba entre los llantos de los niños, la mayor parte de estos se iban calmando. Solo unos pocos de los presentes entendían las palabras que surcaban el aire, pero la entonación decía más que sus frases, la simple melodía cantada a capella narraba esperanza, ánimo y apoyo. La simple melodía levantaba el espíritu de todos que, tras derramar aún más lágrimas, se iban calmando.

Algunos aun así siguieron siendo reticentes a abandonar su tristeza en la orilla mientras reman hacia el otro lado del río para, junto a sus compañeros; superar ese momento.

Cuando las últimas notas de tu garganta se pierden en el aire, escuchas como has conseguido que muchos dejen de llorar. Al parecer Dylan sigue llorando encima tuya, y tanto Gousuke como Norman siguen haciéndolo.

Pero lo más sorprendente es que el imponente Santiago está llorando todavía más, quizás la letra le haya conmovido.

En un momento en que giras la cabeza hacia la puerta te parece distinguir una figura en el umbral, jurarías que es Adama, pero no estás del todo seguro.

Pasan minutos, quizás hora, y lentamente los nuevos reclutas van cayendo presa del cansancio, pero los más afectados por la soledad son incapaces.

Algunos otros quizás continúen despiertos por el único motivo de respeto a sus compañeros afectados, pero es difícil saber quienes hasta que ellos mismos se hagan notar.

Una sombra oscura atraviesa la habitación y se va deteniendo en las camas con afectados, solo unos segundos.

Ando de cama en cama de los más afectados por este cambio en sus vidas, lo cierto es que me apiado de ellos, tan jóvenes y tanta responsabilidad sobre sus hombros... tan jóvenes y no volverán a ver a sus familias en años...

Me limito a poner mi mano en los hombros de los necesitados y decirles unas palabras: "ánimo", "se fuerte", "los volverás a ver", "aquí tienes gente a la que también le importas"...

Una vez he hecho mi recorrido, procedo a abandonar la habitación.

Me detengo un instante frente a Inari y coloco discretamente mi mano en su cabeza para proceder a agitarla ligeramente revolviéndole el pelo. Ha hecho una buena labor.

Archival se encontraba cruzado de brazos mirando hacia el techo, con los ojos abiertos. Los llantos adornaban la habitación cada pocos instantes. De pronto, alguien comenzó a cantar en Español. A Archie le resultó extraño y a la par estúpido. No entendia que necesidad habia de provocar aun mas lagrimas. Se giró y se tapó la cabeza con la almohada. Nadie le echaria de menos en su casa, ni él añoraria a su fria familia.

No tardó en dormirse, con el semblante serio y algo enfadado.