Partida Rol por web

Odiaba sus poderes. Pero si había alguno que odiaba especialmente, si había alguno que odiaba intensamente, era el de ilusión. Cada vez que lo utilizaba, el recuerdo le venía como una maldita bocanada de aire pestilente, llenando sus pulmones y sofocándolo de puro dolor y remordimiento.

Pero allí estaba Gwen, y Selina, gente que le importaba, que le había tratado bien. Allí estaba también Keyla, y Caroline. Y Cisco. Y era mucho más parecido a un hogar que el puto manicomio donde había pasado buena parte de su adolescencia.

- A la mierda- dijo mientras trataba de confundir a ese ser que fingía ser uno de los suyos, creando la ilusión de una mano enorme que salía de la tierra y le aprisionaba, aplastándolo.

Y es verdad: lo intentó. Pero las cosas no eran de una manera porque uno las quisiera. La rabia, y la necesidad, no eran buenas consejeras. Notó como el poder se sobrecargaba y...

Las palabras de Vincent y el modo de parar de Gwen hicieron que me quedara donde estaba en absoluto silencio. Mis ojos recorrían el lugar mirándolo todo, buscaba algo, y al no encontrarlo mi mente siguió pensando, catorce alumnos y una buena cantidad de profesores que por ahora seguían como de espectadores lo que me hizo pensar en que quizás aquello era una especie de prueba, yo si quería podía transformarme en ese bicho en un visto y no visto.

Pero aun así había cosas que no me estaban gustando, que me estaban poniendo tensa y no, yo no era una persona de ataque y realmente seguía sin pesar que hubiera que atacar, había llegado, había soltado la típica frase de malo de película pero no había atacado a nadie, fuimos nosotros los primeros en hacerlo ¿Estábamos haciendolo por decir que nos iban a esclavizar? Por lo que parecía si, pero en mi mente seguía habiendo algo que no cuadraba, si estuviera yo sola seguramente lo hubiera mirado con una ceja alzada y soltado algo como "pues ya cuando llegue tu reina le dices que mis grilletes de plata que tengo alergia a la chatarra" 

Así que las opciones eran sencillas, o seguir allí mirando el espectáculo o intervenir, estaba claro que no iba a llegar en modo peli de John Wood con patada voladora y palomas, el fuego la lo había puesto Vinny, así que solo había dos opciones. Sacar a todos de allí lo cual me llevaría mucho tiempo o... como se suele decir, si Mahoma no va a la montaña la montaña ira a Mahoma, lo que viene siendo sacar al Rey Goblin de allí.

Noah no estaba allí, y necesitaba la llave así que... Fausto, el no tenia el don de la rapidez pero si del tiempo y eso te hacia el mas rápido del universo, o mas lento... según se necesitara, ademas era el subdirector así que, era mi Robin.

- Fausto, calabozos - Fue lo que dije al hombre antes de desaparecer de allí para aparecerme detrás del Rey Goblin.

Se preguntaba si aquel ser tendría un plan de escape, si esperaba ayuda o si sería abandonado por su reina en caso de ser descubierto. Tal vez, como ocurría en las películas, el villano tenía planeado desaparecer tras lanzar su amenaza, pero ahora la situación era distinta.

Sabía que el intruso era peligroso pero por alguna razón o tal vez por ausencia de la misma, en esos momentos no estaba especialmente asustada. Confiaba en sus compañeros y aunque había escuchado que debían irse, la intensa curiosidad que sentía se lo impedía, impulsándola a hacer justamente lo contrario. ¿Cuántas oportunidades tendría de encontrar a alguien con ese tipo de poder? Y no, no se veía reflejada en él ni en sus actos pero no podía ignorar cierta empatía o compasión por el desconocido. ¿Y si era un pobre diablo al que habían engañado u obligado? Para Selina todavía era pronto para juzgarle.

Lo mata! Se cubrió la boca con ambas manos conteniendo la respiración cuando vio el terrible puñetazo que la mole lanzó contra Connor. Afortunadamente el chico lo encajó sin inmutarse pero tal vez la próxima vez no tuviesen tanta suerte.

No había pensado intervenir, hasta ahora. Observaba la lucha y el rostro del verde constantemente interrumpido por las llamas azules mientras se acercaba caminando incapaz de apartar la mirada. Al pasar junto a una mesa cogió un candelabro y siguió su camino acelerando sus pasos cada vez más. Entonces sobrepasó a Tormenta y corrió hacia el grupo lo más rápido que pudo, acercándose por la izquierda con determinación. Al llegar a su altura se dejó ir doblando las rodillas hasta que rozaron el suelo e inclinó su cuerpo hacia atrás, casi a ras de suelo pero sin tocarlo, mientras resbalaba por la hierba. Al pasar deslizándose junto al verde le golpeó con el candelabro detrás de la rodilla derecha con la intención de hacerle perder el equilibrio y facilitar que pudiesen dejarlo inconsciente tal como había sugerido Vincent. Sería el modo más rápido para evitar que nadie, incluido el extraño, saliese dañado.

Si todo iba bien su avance se detendría unos metros detrás del verde y podría observar el desarrollo de la situación. No se sentía bien por haber actuado así, pero tampoco se habría perdonado ver un compañero herido sin haber hecho nada por evitarlo. Solo deseaba con todas sus fuerzas que pudiesen controlar al intruso, porque realmente odiaría tener que ser ella quien se le acercase por la espalda para intentar dejarle ko de un candelabrazo en la cabeza.

Los ataques de Cisco, Connor y Adrastos, golpearon lo suficientemente fuerte como para que el Skrull acabase en el suelo. Pero lamentablemente el combate no acabó ahí y se levantó más rabioso que nunca, haciéndose notar la vena de su sien. El golpe de Kurt fue detenido y toda la decoración que había sobre el skrull no le hizo daño alguno. Solo prestó atención a Caroline que comenzó a congelarle desde los pies subiendo por sus piernas el hielo. Hizo que la gravedad aplastase a la chica con el intento de que dejase de usar su poder sobre él. 

El poder de Renzo no afectó de ninguna manera sobre el ser y para mala suerte de Keyla, no consiguió sorprenderle apareciendo a su espalda. Cuando Selina le atacó, el skrull no sintió nada, era como si le hubiese atacado un gatito. 

Fue entonces cuando dibujó una sonrisa sádica y llena de rabia. Una que no auguraba nada bueno. Pero antes de que pudiera usar sus poderes sobre vosotros, se quedó quieto, perdiendo toda esa rabia que tenía hace segundos. 

Nora hizo aparición con su expresión gélida como siempre. -Todos los tutores llévense a los alumnos a sus hermandades y les recomiendo que no salgan de ellas- habló sin dirigir la mirada especialmente a nadie, solo al skrull que se hacía pasar por el director. Con un gesto indicó a Ororo y los otros profesores que se quedaran con ella. -Y llevaos a Ethan- señaló debajo de una mesa donde estaba el muchacho.

La pelea había sido demasiado rápida, y después apenas sería capaz de recordar lo que había sucedido, pero sin duda el entrenamiento de la escuela había mostrado ser de lo más eficaz, aunque en su vida había pensado que lo usaría para enfrentar a un bicho como aquel. Sonrió satisfecho cuando consiguió lanzar al suelo al ser con rasgos de director.
Aunque se preocupó cuando lo vio reincorporarse furioso e ignorar la mayoría de los ataques, igual si que lo habían cabreado más de la cuenta. Se preparó para cualquier nueva acometida, temiendo no ser lo suficientemente fuerte, pero esta vez no lo atacó a él, sino a su compañera de hermandad, pero gracias a dios no parecía que el ataque no parecía haber sido grave.

Selina y Keyla atacaron sin ningún éxito, y la expresión del ser cambió, y no precisamente para bien. Connor dio un paso hacia adelante, temiendo que esta vez aquel bicho verde atacara a alguna de sus amigas. Pero entonces apareció la directora, y dejó claro que estaba a años luz del resto. En un solo momento logró ganarse todo el respeto del muchacho, pues no solo había vencido en un momento a aquel ser de pesadilla, los había salvado a todos.

El muchacho se sentía un poco desorientado a causa del enfrentamiento, pero por fin podía permitirse un momento de relax, fue en aquel momento en el que saboreó algo de tierra en la boca, probablemente obtenida en mitad de la carrera, o que había perdido la sudadera.
El chico clavó su mirada en Gwen, preguntándose si estaría bien, no andaba lejos de Steven, por lo que dudó si debía acercarse a ellos o no, y aunque quería hacerlo finalmente no lo hizo. Seguramente sería más una molestia que otra cosa, además no había caído en que Ethan estaba inconsciente hasta que la directora lo dijo.
Se acercó a Ethan mientras echaba una mirada a Keyla, ¿como de enfadada seguiría con él?, y se arrodilló junto a su amigo, no parecía que aquel bicho le hubiera atacado, así que no sabía que narices le habría pasado, pero fuera como fuese le palmeo varias veces la cara esperando que se despertara.

-Despierta Ethan...- Se limito a decirle mientras seguía contemplando disimuladamente a Gwen.

Mientras el resto le daba una golpiza a Shrek pareciendo que estaban a punto de derrotarle, la peliazul no había tardado demasiado en usar su poder para intentar congelar el cuerpo de la criatura, algo que al principio había tenido éxito y provocado una sonrisa en su rostro que no tardó en esfumarse en el momento en el que la criatura decidió incapacitarla con su poder de gravedad, tal como había hecho anteriormente el director con todos en el anfiteatro. Estaba claro que tenía la capacidad de robar los poderes de otros, eso... o había sido siempre el director, aunque aquello era algo que Caroline prefería no creer. De cualquier modo, allí estaba en el suelo, siendo aplastada por aquel poder mientras veía cómo sus compañeros fracasaban también en detener al extraño.

- Mi-mierda... Ve...Vera, huye... - Le pidió a su novia mientras intentaba resistirse al poder del ser que había comenzado a reír de una forma bastante siniestra que no auguraba nada bueno para ellos. No quería que su conejita saliera herida durante aquel encuentro. La anarquista podría soportar cualquier cosa, sólo sentiría dolor pero... ¿su novia? No quería que nada le sucediera a ella. No soportaría la idea de perderla, más cuando no había sido capaz de protegerla y ahora se encontraba incapacitada sin poder hacer nada al respecto.

Se suponía que esa noche tendría que haber sido especial, que podría pasar un buen momento con su chica, bailar, reírse, y besar sus preciosos labios, para incluso luego enseñarle a patinar sobre hielo. No obstante, todo se había ido a la basura por culpa de ese bastardo. Estaba tan enojada. Lo había arruinado todo y lo peor era que no podía hacer nada al respecto para liberar aquella ira sobre la criatura.

Sin embargo, cuando el destino de todos parecía oscuro, Shrek simplemente permaneció quieto y sin duda más tranquilo, algo que la peliazul pudo comprender al instante cuando apareció la Directora en el lugar. Les había salvado, justo a tiempo.  Caroline jamás habría imaginado que pensaría algo como eso... pero se alegró mucho al verla en ese momento. Tal vez, había sido demasiado dura con la mujer. Después de todo, ésta no sólo la había salvado a ella y a sus compañeros, sino que había salvado a su novia. No era tan mala como ella la había clasificado anteriormente.

- Te... veo luego, Vera. - Dijo la peliazul, en el momento en el que se vio liberada del poder de la criatura y la directora encargó a los tutores que llevaran a cada uno a sus respectivas hermandades. Su tono de voz parecía demostrar que estaba mal por algo. ¿Cómo no podía estarlo cuando no había podido proteger a su chica? Había dicho que sería su protectora y en cambio había sido incapacitada como si nada por el Skrull. No podía ni siquiera mirarla a los ojos en aquel momento. Una fracasada, sin lugar a dudas, o al menos eso pensó en ese instante. Sin demorarse demasiado, comenzó a caminar hacia su hermandad un tanto entristecida por lo que ocurrido y su fracaso al intentar proteger a su novia. Estaba claro que tenía que ser más fuerte por el bien de su conejita.

Aunque hasta entonces había seguido aferrada a su cintura temblando de miedo, escondida tras el cuerpo de Caroline, al sentir que algo la empujaba hacia el suelo Vera la soltó dando un salto hacia atrás. Los ojos se le abrieron como platos y palideció al encontrarse de frente a la horrible criatura verde que había echado abajo a su invencible protectora, y sintiendo como las piernas le fallaban y un nudo se formaba en su garganta, se dejó caer de rodillas al lado de la peliazul. Le tomó la mano, como si pensara ilusamente que aquello le daría las fuerzas para levantarse, y apretó los labios mirando nerviosa a quien se había enmascarado como el director. 

Escuchó las instrucciones de la rebelde, y aquello le hizo bajar la mirada confundida, frunciendo el ceño ligeramente. Negó con la cabeza. No, no podía dejarla. No ahí, no sola. Estaba demasiado aterrada para usar sus dones, pero no iba a dejar que ese bicho se le acercara a la anarquista así tuviera que cubrirla con su propio cuerpo. Quizás, si realmente se concentraba, si no dejaba que el miedo la paralizara e hiciera latir su corazón casi hasta un punto de infarto, podría hacer algo más que patalear para evitar que se llevara a su peliazul. Y si no era así... si no era así, y los profesores no hacían nada para evitar las cosas horribles que la criatura decía, Vera iría con ella. Ya sabía lo que era vivir con cadenas y lo detestaba con todas sus fuerzas, pero no tenía ni que pensarlo dos veces para saber que se entregaría voluntariamente solo por la posibilidad de acompañar a Caroline y así poder evitar que se metiera en problemas enseñándole los trucos que había aprendido en sus largos años en cautiverio. 

De pronto todo se calmó, y la directora hizo acto de presencia. Se alivió al ver que Caroline volvía a ponerse de pie e incluso sonrió un poco con la comisura de los labios, tiritando aún y buscando su mano para calmarse, pero verla tan apurada por irse le golpeó con la fuerza de un bate en el pecho y sus ojos adquirieron una expresión triste y confundida. ¿La había decepcionado? ¿Avergonzado? ¿Era porque no había hecho nada? Bajó la mirada y separándose de la peliazul cuando esta se despedía, entrelazó los dedos de ambas de sus manos, una sobre otra apoyadas sobre su abdomen. Asintió enérgicamente acordando verse luego, con una sonrisa alegre que contrastaba con su mirada de cachorro deprimido, y la vio marchar. Inmediatamente después, buscó a Steven con la mirada, pero al recordar que estaba con Gwen sacudió la cabeza y buscó a Fausto como le habían dicho que hiciera. 

Se había mantenido al margen durante toda la pelea, y lo que en un principio había sido una espectador calmo acabó apretando la mandíbula con cada fibra de su cuerpo tensa ante los ataques fallidos de los alumnos. A ratos quería intervenir, o como poco detener el tiempo y sacarlos a todos de ahí, pero sabía que aquello no ayudaría a nada más que a su consciencia. Se dio cuenta, con cierta extrañeza aunque no sorpresa, de que se había encariñado con más de alguno de los presentes, y sin duda notó que aquel era el momento más inapropiado para llegar a esas conclusiones. Habiendo estado en innumerables guerras, no era momento para recordar cuanto querías a los soldados a menos que estuvieras en el campo de batalla luchando junto a ellos por su supervivencia. No, la pasividad que necesitaba en ese momento requería una visión de general que Fausto, no entrenado en táctica sino que en armas, jamás había conseguido a pesar de su larga experiencia vital. 

Asintió sin dudar una fracción de segundo a Keyla, ansioso por hacer algo ya, pero esperó a tener confirmación visual de que lo agarraba y transportaba antes de hacer nada. Y fue bueno que lo hiciera, porque la peliazul no logró su objetivo. Miró a Nora, inquieto ya cuando menos, y fue entonces cuando vio que la directora se acercaba a la criatura. Aliviado, respiró profundo y tan pronto la directora dio las órdenes, Fausto aparecía al lado de Ethan para cargarlo sobre el hombro cual cordero, sin siquiera notar si había despertado ya o no. De todas maneras suponía que estaría algo débil, así que no quería tardarse más de lo necesario - Si quieres vente con nosotros, pero sal de aquí ya - le dijo a Connor. En realidad, si era por él, le daba igual si toda la isla se iba a meter a su hermandad mientras todos salieran de ahí lo antes posible antes de que el don de Nora fallara. 

Se encontró con la mirada de Vera y le señalizó para que se acercara, haciendo lo mismo con cada uno de los miembros de la hermandad, deteniéndose un momento en Keyla para señalarle con la mirada que le ayudara a transportar a la gente. Por un segundo su mirada se desvió a Vincent también, y pensando en lo jodido que sería para él y Gwen, decidió quedarse hasta verlos salir a ambos en el camino que fuera. Al menos para la chica podía contar con que Steven la sacaría de ahí, pero al mayor de los hermanos probablemente no sería tan fácil si le daba por resistirse. 

Steven se había convertido en un espectador incapaz de encarar lo que allí ocurrí. Había intentado usar sus poderes con el bicho verde pero éste había demostrado tener los mismos poderes que Bran - Los mismos poderes que Bran - Desechó inmediatamente la idea que se esforzaba por asomar a su cabeza. Ahora no. Nunca a ser posible, pero especialmente ahora no. Había intentado ganar tiempo para todos enredando a aquel ser con cables, pero el no poder poner a los cables a orbitar a su alrededor enroscándose sobre él, porque este era capaz de anular la gravedad si la detectaba, hacía aquel intento bastante pobre y totalmente infructuoso. Solo había conseguido destrozar un poco la decoración del lugar.

Miró a Gwen. Seguía allí petrificada y sin moverse. Iba a tener que sacarla él mismo si hacía falta.

Estaba intentando decidir qué hacer mientras sus compañeros seguían estampándose como moscas ante la inacción y la mirada de los adultos experimentados. - ¿A qué narices esperan? ¿Por qué no hacen nada? Ni los profesores, ni tormenta, ni los tutores... - ningún adulto movía un músculo. - Pero esto es absurdo. Ano ser que... - Por segunda vez en el día reprimió un pensamiento que le atenazaba. Había demasiadas cosas que no encajaban allí, desde la misma declaración del ser verde: "Hola, que tal, vengo a esclavizaros. Bueno, no exactamente, a avisaros de que vais a ser esclavizados. Cierto que podía seguir oculto y revelarme cuando no pudierais hacer nada, pero he decidido mostrarme ahora solo por el placer de fastidiaros el baile." Volvió a apartar aquellos pensamientos mezquinos - ¡He dicho que ahora no! - Reprendió a su cerebro consciente de su proximidad a Gwen. Ella era su única prioridad.

La cosa se complicó para todos y, salida de la nada, apareció la directora para detener a aquel ser, como si de una representación teatral se tratase. Una fuerte sensación de irrealidad que había estado buscando hacerse un lugar en su cerebro inundó todo como el agua contenida por una presa que, repentinamente, encuentra una fisura y brota libremente y con furia. Steven sintió algo parecido al vértigo. Todo el escenario le pareció forzado, como si muros, paredes, mesas, árboles... no fuesen más que un dibujo en el telón de fondo de un teatro. La realidad adquirió tintes de ficción. No sabía qué estbaa ocurriendo allí: si una prueba fallida, un experimento sociológico, un entretenimiento audiovisual, una representación... No podía saberlo, pero sí tenía la firme convicción de que le habían aislado del mundo real.

Miró a los profesores que, por fin, reaccionaban y le parecieron actores. Miró al ser verde que había sido Bran y ahora se apagaba débilmente como si alguien hubiese desconectado la corriente y le parecía un autómata, miraba a sus compañeros que se arremolinaban obedientemente en torno a sus tutores (¡incluso la rebelde enamorada Caroline parecía simplemente estar de acuerdo con dejar que la separaran de Vera!) y le pareció escuchar risas quedas. Nada de aquello era real.

Entonces la vio a ella. Su mirada de repente se encontró de frente con Gwen y todo lo demás dejó de ser irreal. Dejó de ser real. Simplmente todo lo que no era Gwen dejó de ser. Su mezquindad se batió en retirada despejando el campo yermo de su cerebro al encontrarse frente a frente con una idea. Algo que era real de verdad más allá de toda duda. El mundo podía ser fruto del genio maligno de Descartes, pero el miedo y la desorientación en los ojos de Gwen era real como el acero de u cuchillo, y ese cuchillo le desgarraba el alma. - Diligunt ergo sum

Steven se acercó a ella y la abrazó. Probablemente ella se desembarazara de él, pero sintió que era lo que debía hacer.

Vámonos. Te llevaré a tu habitación

No eran las órdenes, pero esas órdenes habían dejado de existir. Steve no la iba a dejar sola. No hoy. Nunca en realidad. No hasta que ella se lo pidiera.

Todo había pasado y se acabó antes de que el bicho llegara a usar sus poderes realmente cabreado. El muchacho con la vista en el ser, lo miraba como si fuese una cosa simple y sin importancia. Mientras miraba al skrull, sacó un cigarro para después encenderlo y dar una larga calada.

Soltando el humo poco a poco, desviando ahora la mirada del invasor. Por un momento miró a Gwen que estaba siendo abrazada por Steven y, volviéndose a poner el cigarro en la boca, salió de allí sin dedicar una mirada a nadie más.

¿De dónde había salido Nora? Ni idea. Steven había intentado comprar tiempo y por un momento pensó que había tenido éxito cuando todo se puso en el peor momento... solo que la paralización de lo que había sido Bran no era cosa de la presión del poder de su amigo sino de la directora Xavier. 

Quería preguntarle a Nora dónde estaba su padre o su primo, dónde se había metido ella hasta aquel momento. Quería quedarse donde estaba pero la mujer tenía razón. Era como si todo aquello le sucediese a alguien más no a ella, ella en realidad estaba en las nubes que se disipaban presenciando aquello desde un lugar seguro. No se dio cuenta hasta que Steven la rodeó con los brazos y su cuerpo se volvió pesado. Los pies volvieron a tocar el suelo y todo se volvió real gracias al anclaje de Steven. Por encima del hombro de su amigo sus ojos se encontraron con los de Connor, cerca del skrul, e hizo ademán de decirle algo pero el chico fue hacia las mesas donde, al parecer, estaba Ethan inconsciente.

-Eh-debería regañarle o al menos detenerle y decirle que debía haberse quedado a salvo tal y como le pidió pero su voz fue demasiado queda y su cuerpo reaccionó tarde así que se limitó a seguirle con la mirada hasta las mesas. Entonces miró hacia el lugar donde se había encontrado Vincent y al no encontrar a su hermano sintió frío pero también comprendió que tampoco podían quedarse ahí remoloneando.-claro, vamos todos-accedió ignorando las palabras exactas de Nora-Adrastos-se puso de puntillas al decir su nombre e hizo un gesto con la cabeza en plan "síguenos", sujetó a Steven por la muñeca y se alejó de los profesores y del skrull. 

-Feliz navidad, jobar con la navidad.-se detuvo para que Adrastos les alcanzase y se llevó a los dos chicos a su hermandad. Tendría que recoger todo lo de la cena del falso Bran con Tormenta y preparar la sala común para pasar la noche. ¿Dónde se había metido su padre? ¿Y su primo? ¿Y a dónde había ido su hermano? Reunir a los Peverell era algo absurdamente imposible. Había gente que ponía excusas tontas para juntarse en navidad o en los momentos difíciles, en su familia se desaparecía o les dejaban la identidad a seres esclavizadores de risa cruel y voz estridente.-Tendríamos que habernos ido a Roma.

Este hombre verde era duro de roer, por mucho que intentaban encontrar un hueco en su defensa apenas lograban superarla. Estaba concentrado en el combate aunque la aparición de Selina por detrás moviéndose con esa velocidad le sorprendió. Le hizo sentir que tenía que acercarse a ella para protegerla de ser necesario. De repente le cambiaron las prioridades aunque si ella notaba sus intenciones quizá hasta heriría su orgullo y eso tampoco estaba en sus planes. Cisco ya comenzaba a sudar y estaba al máximo de adrenalina cuando sucedió que el skrull se quedó congelado de inmediato. Abrió los ojos y en cuanto pudo sumar dos y dos, escuchando además la voz de la directora, sintió un gran alivio.

El problema fueron sus palabras de después, ordenando que volvieran a sus hermandades y eso daba por finalizado el baile. Lo finalizaba todo. Cerró los ojos y se llevó una mano a la sien. Tuvo entonces que acercarse a Selina para poder hablar un poco con ella.

- Ójala el baile pudiera continuar.

Trataría de compensar el desastre que había causado este enemigo... Se suponía que iba a ser una gran noche y ahora todo quedó en nada.

- Te invitaré otro día. No voy a dejar que esto quede así.

Quería que supiera que haría lo posible por continuar con la velada. Miró a la joven para transmitirle su convicción. No tenía ahora ganas de marcharse así que dilataría el tiempo en la medida de lo posible.

Adrastos estaba contento consigo mismo. Fuera lo que fuera ese ser que tenía delante, no solo había aguantado el tipo ante él, sino que le había endosado dos buenos golpes de los que duelen, aunque no parecía que le hubieran dolido todo lo que le hubiera gustado. Al final tendría que agradecer a esos malditos bastardos de los que huyó todo el entrenamiento que le dieron.

Iba a continuar luchando contra el ser cuando la directora decidió que era el momento de aparecer. ¿Ahora? Claro, el trabajo ya estaba casi hecho. "Claro directora, ya se lo he dejado blando", pensó mientras daba un paso atrás y se volvía todo lo insustancial que podía.

-Perfecto -contestó el griego a las palabras de Nora, pero se notaba que estaba bastante molesto en ese aspecto, aunque los que le conocían sabían que estaba del mismo humor y disposición que cuando robaron el quinjet. Caminó atravesando a la directora como si no estuviera allí siguiendo el gesto de Gwen para salir con ellos.

Tenía un cóctel de emociones difíciles de separar, pero sí tenía claro que debían obedecer a Nora y no demorarse en absoluto porque podría pagarlo la propia directora. Sonrió con tristeza a Cisco y después se dirigió a su hermandad junto al resto de compañeros.

Al fin uno de los profesores decisiones hacer algo con todo aquello, mas bien la directora así que sin mediar palabra me desaparecí y aparecí a un lado.

No me pasaron por alto varias miradas, la primera fue la de Connor, había evitado centrarme en el desde que había llegado pues había cosas mas importantes, pero ahora al cruzarse sus ojos con los míos se me hizo un nudo en el vientre, estaba enfadada con el por como se había ido de la hermandad pero ver su rostro me recordó el resto de la tarde y baje la mirada en un gesto triste.

Cuando volví a elevarla fue a Fausto al que vi y asentí sabiendo lo que quería decirme.

Me fije en mis compañeros, parecía que todos iban marchándose así que no tendría que hacer de servicio de taxis, pero claro, hubo uno que tambien puso pies en polvorosa sin hablar ni decir nada.

Aquel día había sido jodidamente difícil para mi, pero para Vincent muchísimo mas y aquel suceso podía ser la guinda de su pastel en un día de suma mierda. No iba a dejar que se quedara solo. Viéndolo ya alejarse del resto me aparecí delante de el y le puse un dedo en los labios para que no hablara comentándole algo en voz baja antes de desaparecernos.

Al aparecerme delante le puse un dedo en los labios para que no abriera esa bocaza que tenia - Hoy ha sido un dia difícil para todos, pero para ti en especial, y no pienso dejar que te aíslese - Comencé a comentar de forma tranquila clavando mis ojos azules en sus ojos negros - Si quieres quedarte tranquilo puedes subir a mi habitación, es la secunda puerta a la derecha - Ahora que lo pensaba el nunca había estado en mi habitación, aunque yo en las suya si.

- Si te ves con animo de socializar puedes quedarte a la sala común - Termine por decir acercándome y dandole un beso en la punta de la nariz arrugando la mía de forma burlona desapareciendo de allí con el.

No había funcionado. Era de esperar: ese maldito poder suyo solo funcionaba cuando servía para matar a los que quería. Nunca para otra cosa. El pensamiento le dejó anonadado unos instantes, aunque, para ser sinceros, tampoco importó. Finalmente la directora había decidido tomar cartas en el asunto, y tras su intervención, todos empezaron a desaparecer. Miró preocupado a algunos de sus amigos, comprobando que se iban. Comprobando que, al menos físicamente, estaban bien. Sólo cuando todos a los que se sentía más cercano se marcharon, se permitió, también, salir. Marcharse hacia la hermandad en un hosco silencio preocupado.

Pero si lo-que-sea-esta-cosa está parado es la hora de engatillarle con todo lo que tengamos. Era el pensamiento básico que tuvo Kurt. El ser verde paralizado, todos allí y plantearse una retirada cuando, claramente, se ganaba era muy frustrante. Pero si la directora así se pronunciaba, con tal contundencia, habría que hacerle caso. Seguramente, querría que el verdoso suplantador no tuviese demasiados daños cerebrales para interrogarle. Por otro lado, también era cierto que la criatura solo había llegado, soltado un discurso que buscaba asustar y poco más. Todo el mundo se había puesto a zurrarle y él no había hecho ademanes de ser agresivo, solo se había defendido.

Kurt miró al ser una vez más antes de salir de la piscina. Al final, después de todo, la fiesta había resultado bastnate emocionante y todo.