Partida Rol por web

-Ya, podríamos hacer mucho, pero poco cambiaría la realidad.- La gente estaba acostumbrada a vivir así y la verdad, el solo pensar en intentar cambiar todo el reino de esa manera sonaba agotador, por no decir imposible. -Suena muy bonito, pero también suena a utopía.-

-Tal vez tengas razón y sea algo irrealizable... pero, ¿qué sucedería si no fuera así y te equivocaras? ¿No valdría la pena intentarlo?

En el fondo sabía que era una tarea hercúlea, pero no por eso cejaría en mis intentos.

"Humildad... Me gusta..."

-Lo siento. He oído de ti más con ese nombre que con el tuyo- reconoció Arnald-. Eres conocido dentro y fuera de la arena de juegos, Rarkan. -Miró el hacha y le dijo: -Dicen que tienes talento...

Muestro una mueca de gracia al escuchar lo que dijo el corrector, -Uno forja el talento a la hora de querer seguir respirando señor Arnald. Y más si implica tener que seguir haciéndolo-

Miro a los ojos al agente, -Si me permite la osadía de preguntar ¿qué lo trae a ésta partida señor?, no creo que el pago sea de su mayor interés-   

Arnald estaba realmente sorprendido. Rarkan, que se había mostrado reservado y hosco en la reunión con Armind, ahora continuaba con la conversación. Y el agente amaba las conversaciones...

-¡Jajaja!¡Dices bien Rarkan!-exclamó entre risas-. La paga no es el motor de mi viaje. Yo asistí a la casa de Armind porque fui llamado a ello. Es que la voluntad de Soid es insondable...

Arnald estaba realmente sorprendido. Rarkan, que se había mostrado reservado y hosco en la reunión con Armind, ahora continuaba con la conversación. Y el agente amaba las conversaciones...

"...incluso las charlas forzadas..."

-¡Jajaja!¡Dices bien Rarkan!-exclamó entre risas-. La paga no es el motor de mi viaje. Yo asistí a la casa de Armind porque fui llamado a ello. Es que la voluntad de Soid es insondable...

"Así que esa es la motivación del gladiador. Está comprando su libertad, si es que no lo ha hecho aún. Anton es un poco más altruista; sin embargo deberé seguirlo de cerca. Y Eduard es peligroso. Grind solo está desesperado por algo que hacer para aplacar el horror de la guerra. Ahora, tendré que empezar a decidir cómo neutralizar a los sospechosos..."

Lo que Grind le decía a Arnald era cierto. Los nobles mandaban a los hombres a morir y a matar, y luego de hacerlo eran muertos en vida buscando cómo no volverse locos o morir, de hambre, de pena o de aburrimiento.

"Quizás le interese algún que otro trabajo..."

-Si te interesa, hay algunas congregaciones a las que no les vendría mal tener a un hombre experimentado en sus filas. Eso, si no te preocupa la religión...- dijo levantando los hombros, pero con un tono serio.

Hubo un gesto de aprobación. Arnald solía actuar con frialdad porque así se protegía a sí mismo de la gente con la que se las veía a veces. Pero el gesto de Anton y su sonrisa complacedora lograron conmover al agente.

-Prometo que en cuanto volvamos buscaré la forma de ayudarlos.- dijo muy seriamente.

Fijo la mirada al horizonte,-tiene gran admiración por ese nombre, ¿Tus principios se basan en lo que él dice?-  

Sonaba bonito, y exactamente por eso era peligroso... lo bonito casi nunca tenía cabida en este mundo más alla de una buena cerveza o una linda moza predispuesta.

-Ya, te aseguro que podrías desperdiciar tu vida con sueños como ese o aún mejores, pero las ideas no cambian a las personas o al mundo, lo cambian los mismos hombres... algo así necesitaría el mayor y más grande héroe que jamas se haya visto solo para tener una mínima chance de éxito... Y ni asi diría yo.-

No pude evitar encarar una ceja, pues cuando una persona con su trabajo siquiera nombraba algo como la religión, había que andarse con pies de plomo.

-Yo soy un soidita tan bueno como cualquiera, pero no creo que vaya a encontrar mucho refugio sin importar donde busque.- Yo también me encogí de hombros, pues ya a esta altura, mientras hubiera vino y monedas, al menos podía dormir bien estando borracho... sin sueños.

-Si vieras las cosas que he logrado sin ser un héroe... y las cosas que se logran teniendo unido al pueblo y bien defendido con hombres veteranos, querrías formar parte.

Yo sabía que Grind aceptaría, pero tenía que estar seguro y ahora había mucho por delante.

-Si quieres probarlo o verlo por ti mismo, podrías acompañarme algún día... tal vez cuando salgamos de ésta, y verás que cosas pequeñas pueden obrar grandes cambios.

"Debe ser una broma... aunque si ha estado rodeado de tanta muerte no me sorprendería que no conozca el nombre de Soid..."

-Bueno, la verdad es que sí. Su vida ha sido un gran ejemplo para mí y para muchos. Si te interesa, podría contarte un poco acerca de él y Su vida...

Arnald no quería darle una idea equivocada ni asustarlo, ya que sabía que quienes no habían conocido a Soid solían temer su poder y gloria...

-Conozco a personas que aprecian las dotes que debes tener por tu experiencia en la Legión del Sur. Si en algún momento deseas algún trabajo, no dudes en buscarme.

Arnald conocía a muchos sacerdotes, y también sabía que los legionarios eran expertos en muchos conociemientos de batalla e infiltración. 

"Supongo que en alguna otra orden lo apreciarán. Sobre todo si es como dice..."

-Por cierto, veo que te gusta beber casi tanto como a mí. Aunque no creo poder beber tan endemoniadamente como tú...- dijo con una sonrisa cómplice, devolviéndole la odre e invitándolo a seguir bebiendo...

Arnald conocía a muchos sacerdotes, y también sabía que los legionarios eran expertos en muchos conociemintos de batalla e infiltración. 

"Por supuesto que lo quería en la Corrección; pero no creo que le interese este tipo de trabajo... no quiero sumarle a este hombre más horrores de los que ya tiene... Pero supongo que en alguna otra orden lo apreciarán. Sobre todo si es <un buen soidista como cualquiera> como dice..."

Apreció a Grind con toda su talla: era un hombre con muchos años de experiencia, con un físico que aún le permitiría seguir trabajando de lo que mejor sabía hacer, y reconoció ser un soidiano (aunque no demasiado fervoroso quizás)...

"Tu fuerza sí que podría aprovecharse para la Misión Divina, Grind..."

"Tonto Rarkan, a ver si te concentras.. hay que hablar bien! " Con gestos de fastidio ante su equivocación, Rarkan pregunta con tosquedad al corrector. 

-Me temo que me expresé mal señor Arnald, mi interés tiene que ver ¿Por qué usted decidió tomar el mismo camino de Soid? - 

Eso era una contradicción. Las cosas pequeñas solo obraban cambios pequeños y solo miles de cosas pequeñas podían obrar cambios grandes... pero me guarde el cinismo de mi respuesta para mi mismo y solo asentí algo ausente mientras daba un trago a uno de los odres que colgaba de mi mochila.

-Tal vez, quien te dice. Aunque primero debemos volver vivos de esto.-

No sabía aún por que le había dicho que si, aunque en mi interior, creo que debajo del vaho del alcohol algo en mi clamaba por un trabajo que derramara menos sangre; algo que apartara las pesadillas.

-Ya, si me consigues trabajo bienvenido. Hoy en día cuesta encontrar a alguien con bolsa necesaria y que necesite mis servicios.-

"...te gusta beber..." Supongo que podría decirse, pero la verdad era que el alcohol era lo único que calmaba esa oscuridad. Pero saque eso de mi mente, ahora no era momento de pensar esas cosas; ya aparecerían solas por la noche.

-No creo que debas intentarlo tampoco. Este de aquí- dije señalando al odre -Es tan fuerte como para matar a un toro y la resaca que te deja patea aún peor que cualquier toro.-

Podía ver como el miedo se había apoderado del legionario. ¿Es que nadie veía más allá de su propia seguridad? Seguramente habría pensado en que estaría bien en una granjita a las afueras de Ávanil y punto, que todo lo demás se fuera al diablo.

-Esperemos que salgamos vivos...

Mi tono también había sido ausente, pero más por el leve sentimiento de ser una causa perdida.

-Todos somos esclavos, sirvientes o mercenarios... tienes razón, aunque yo prefiero serlo voluntariamente. Por ejemplo, elijo ser esclavo de una misión, servir a esa misma misión haciendo lo que tenga que hacer y ser mercenario para poder llevarla a cabo a través de la paga. ¿Tú lo eres voluntariamente?

Le preguntaría directamente después de todo era un gladiador, y dudaba que le interesara dar rodeos...