Partida Rol por web

Llegais al puente de los Franceses, la zona esta llena de Barricadas y gente apostada en ellas...

Una mujer se os acerca al veros, con una sonrisa en sus labios....

-Sois los de Refuerzo? Genial! Podeis hacer una barricada en esa zona...- Os comenta con alegria, luego se fija en José.

-Anda!  "Camarada Romeo"- José pone los ojos en blanco.

-Joder Paloma, aún te acuerdas?-

Con una sonrisa contesta la mujer...

-Cómo me iba a olvidar? Te quedaban genial los leotardos, además, fuiste el primer Romeo en la historia que muere con el puño levantado...- Dice riendose y levantando el puño.

-Que dias en la universidad, eh?- Comenta con una sonrisa melancolica.

-Y vosotros? Bienvenidos camaradas...- Os dice mientras os acompaña a la zona.

Observaba todo, a la gente, el espiritu, las pancartas, las barricadas ... José hablaba con una mujer, al parecer se conocian, yo seguia observando todo subiendome los pantalones del mono de vez en cuando, ya no habia vuelta atrás

En cuanto llegan Fernando ayuda a los demás a bajar del tiznao, agarra el fusil y lo carga. En cuanto ve a Paloma la saluda levantando el puño izquierdo.

-Salud, ¿Como va la cosa?¿Han intentado avanzar algo los fascistas?-se situa bien la boina y se ajusta el pañuelo y mira en dirección hacia el enemigo.

-Salud compañero.- Dice levantando el puño izquierdo. -Bien, de momento hemos tenido un par de encontronazos, pero no han sido aqui, fué más atras, hemos adelantado la barricada, comiendoles terreno, aunque ahora esta tranquila la cosa.....- Comenta respondiendo a Fernando, y os conduce hasta una barricada a medio terminar. Hay sacos de tela y una carretilla con tierra y un par de palas.

-Nosotros hemos utilizado escombros de aqui al lado también. Éstas barricadas están hechas con la piel y el alma de Madrid. No pasarán!- añade cogiendo un pequeño escombro del suelo y lo pone donde la carretilla...

¿Habian dicho algo de hacer barricadas? bueno no debia ser muy dificil llenar sacos de cosas y apilarlos, eso podia hacerlo, al menos intentarlo - Yo quiero ayudar - dije a la mujer que le estaba hablando a Fernando, almenos intentaria ser util en eso, me veia capacitada

A pesar de la situación, las palabras de Paloma hacia José hacen que le mire con una divertida sonrisa:

- ¿Universitario, y por clásicos? No lo hubiera dicho.

Ana María ya ofrece su ayuda, y yo asiento con la cabeza mirando a Paloma y a José:

- Todos hemos venido a ayudar: ¿nos ponemos a reforzar las barricadas, o hay algo que sea más urgente?

La chica sonrie a Ana. -Muy bien pequeña camarada. Hay que reforzar ésta barricada llenando y poniendo sacos de tierra. Eso nos protegerá de las balas enemigas.... No hay ningún hombre íberico y castizo que la ayude?-

Elena me mira con una divertida sonrisa y comenta que no me imaginaba universitario y haciendo obras clasicas de teatro...

-Pues si, soy universitario. Pedagogia, e hice la obra que tanto recuerda aqui la camarada Paloma de Romeo y Julieta...-

Comento mirando de reojo a Paloma por recordarlo, pero no me puedo enfadar con ella, es una buena amiga y camarada...

-Si, pongamonos a ello. Ya va el macho, castizo, íberico y republicano a ayudar...- Comento siguiendo la broma de Paloma, quitandome la camiseta para no mancharla, me la cuelgo en el pantalón.

Cojo uno de los sacos y lo llevo a la barricada.

-Podeis ir llenando los sacos con tierra, yo y quién me ayude los pondremos en la barricada.-

Fernando se acerca a inspeccionar la barricada, a lo largo de su vida había levantado mas de una y sabía como iba el tema. Luego se volvió hacia Jose.

-Yo te ayudo a cargar los sacos y a disponerlos en la barricada. ¿No contamos con algún material aparte pa reforzar algunas zonas?

Glup ...

Trague saliva y mis mejillas se sonrojaron, era una chiquilla sin ningun tipo de experiencia respecto a hombres, pero era la primera vez que veia a uno quitarse la camiseta. Mis hermanos se habian bañado sin camiseta muchas veces en verano, en el rio del pueblo, pero nunca me habia llamado la atencion de la misma manera que me habia llamado José, ¿seria porque no le conocia? si que debia ser liberal y todo eso para semi-desnudarse asi sin mas.

Baje la cabeza intentando no mirarle y camine con cierta torpeza para coger una pala y empezar a llenar los sacos con arena. Al coger la pala observe las cicatrices de mis nudillos, cerre los ojos un par de segundos y comence a llenar los sacos tratando de dejar mi mente en blanco y mis ojos lejos de José

Me dirijo a tomar una pala para ayudar a Ana María, aún sonriendo ante la idea de un Romeo que muere con el puño en alto... cuando veo la desazón de la muchacha.

La miro con media sonrisa mientras me pongo a su lado con otra pala a ayudarla a llenar los sacos.

- ¿De dónde eres Ana? ¿No tienes familia?

Mi corazón se paro durante un par de segundos cuando Elena pregunto por mi familia, nege con la cabeza - Soy de aqui de Madrid - le conteste con suavidad - Pero no tengo familia - aprete el mango de la pala y las cicatrices de mis nudillos se marcaron mas. Siempre intentaba eludir el tema de mi familia y mi pasado hasta conmigo misma, comence a llenar el saco con algo mas de energia como si de ese modo pudiera alejar mis pensamientos

Mientras llenamos los sacos, veo que la respuesta que me da oculta algo. Y su azoramiento al mirar a José también... Me acerco para susurrarle al oido:

- Ana, cariño... ¿cuántos años tienes? No te asustes que nadie te va a abandonar.

Es tan evidente su juventud...

Elena me pregunto por su edad, ¿debia mentir? desvie la mirada, estaba cansada de mentir, de huir y de llorar en silencio - casi 16 - susurre de forma confidente mirando que nadie nos escuchara - pero soy completamente valida y capaz para estar aqui y ayudar - me apresure a decir por si habia algun tipo de duda - nadie me va a avandonar porque ya lo hizo, ella me dejo sola y nunca se lo perdonare - un pequeño escozor lleno la punta de mi nariz y una incomoda sensacion nacio en mis ojos - maldito polvo - murmure como escusa enjugando una lagrima que casi cae

La miro con ojos comprensivos:

- Nadie duda de tu valía, Ana. No has flaqueado en el sótano, no te has separado de Luisín, has venido de cabeza a las barricadas, y estás usando la pala con empeño... Todos hemos perdido gente aquí.

Señalo con la cabeza a los demás, aunque continúo hablando en susurros con ella:

- Míralos... mírame... ¿Por qué crees que estamos aquí, Ana? A todos nos han quitado un trozo de nuestras vidas... o nuestras vidas enteras. ¿Quién es ella, la que te abandonó según dices?

Podría, podría acercarme y abrazarla, y si no estuviésemos delante de tanta gente, lo haría. Pero su empeño en hacerse valer, su forma de disimular, me convencen de que no es buena idea, que se sentirá humillada.

Mierda de fascismo...¿qué te habrán quitado, aparte de tu ilusión?

Deje de llenar el saco y mire a Elena, quizas contarlo me vendria bien ... ¿y si no? bueno, ya sabia que llorar cada noche no era la solucion - Los fascistas mataron a mi padre, mis hermanos se lo encontraron en el taller, era carpintero - mi nariz me pico aun mas - Ellos, mis hermanos ... gritaron que nadie cambiaria su forma de pensar aun habiendo matado a aquel hombre que nos enseño una forma de ver las cosas, se los llevon y los fusilaron - baje la mirada y tarde unos segundos en continuar - mi madre penso que la mejor forma de ... solucionar las cosas era quitandose la vida - trage saliva y cerre los ojos, no iba a llorar, no ahora, no aqui ... pero la garganta me ardia y el llanto queria salir - me dejo sola -  conclui abriendo los ojos nuevamente y conteniendo las lagrimas, llenando nuevamente el saco

Guardando sentimientos, haciéndose la fuerte... ¿y quién no? ¿Qué no hubiera dado yo por recobrar a mis padres, por saludar a mi hermano cada mañana?

Estiré una mano hacia ella, apretando la suya que empuñaba la pala como si le fuera la vida en ello... ¿Cicatrices? No, no podía forzarla a hablar más o se derrumbaría aquí y luego me odiaría por ello.

- La mayoría hemos pasado por cosas parecidas... No sé dónde están mis padres, aunque lo más probable es que fusilados. Mi hermano en la sierra... buscado. Pero si algo he aprendido de mi hermano, es que esta gente- señalo a nuestros compañeros- serán tu familia. Venga, arriba compañera, que has llegado hasta aquí... Eres más fuerte que muchos.

Sonrio tratando de infundirle ánimos. Malos tiempos realmente cuando una chiquilla se ve asi.

Pase mi antebrazo por mis ojos para secar esas lagrimas que querian salir. Sabia que haber contado eso, no iba a traer de vuelta a mi padre y a mis hermanos, pero si era cierto que sentia un pequeño hueco ligero en mi pecho, algo me decia que Elena iba a ser un apoyo muy grande para mi, pero tenia miedo, ¿y si le pillaba cariño y se acababa marchando? lucharia para que no fuera asi.

Una triste sonrisa perfilo mis labios - Cuando todo esto acabe, te ayudare a buscar a tu hermano - mi voz sono ligeramente temblorosa, trage saliva - no podran con nosotro - mire a Elena a los ojos, estaba dispuesta a darlo todo porque no tenia nada mas que perder