Partida Rol por web

El maligno ojo de la criatura se guiña repentinamente, enfocandose en el objetivo de la mira del rifle. Cimbria nota un mareo y un mazazo repentino, cuando pierde la concentracion y se precipita al pozo del alma de la criatura.

El estampido del disparo y un violento parapadeo, saca a la arbites del trance malefico en que la criatura habia conseguido sumirla tras establecer contacto visual.

"Santo..."

Los ojos de Mir reflejan una sensación nueva para él: El miedo. Vacilando, da un par de pasos atrás mientras se encoje esperando el ataque de la criatura.

Cierto era que la aparición, fuese lo que fuese, era abominable y surgida de las peores pesadillas. Pero Praetus era mas duro que los clavos de un ataud, había pasado mas de una decada en una carcel inquisitorial y no sólo había sobrevivido sino que se había ganado su libertad sirviendo al Emperador.

Por el Santo Trono!!

- Sucio saco de mugre! MUERE!! - Brama Praetus atacando al ente.

Los disparos de Praetus hieren salvajemente a la criatura abisal, lacerando su abotargado cuerpo y haciendo que chille como un hereje en la hoguera. El último impacto alcanza cerca del ojo del ser, lo que le confunde lo suficiente como para darle el golpe de gracia (si es que el Emperador os asiste).

Después de vacilar esos momentos, Mir parece quedarse paralizado mirando al suelo. Parece estar examinando lo que acaba de sucederle. De repente, sus ojos se inyectan en sangre y lanza un aterrador aullido mientras se abalanza contra la criatura, haciéndola una especie de placaje para golpearla después. Sin embargo, la aberración recibe bien el golpe, y ambos quedan trabados en una especie de abrazo peligroso.

Xanthia, con la pistola y su espada desefundada aprieta los dientes ante aquel enjendro del mismo averno. Es o él o ellos, la vida o la muerte en aquel miserable lugar.

Levanta el arma, apunta al cuerpo y hace un único disparo mientras masculla entre dientes y se prepara para cargar.

Tus disparos parecen rebotar sobre la grumosa piel de la criatura, que da un par de pasos hacia atrás y agita los brazos como si sacudiera las moscas de su alrededor.

La piedra brilla con más fuerza, y el color rosa se hace más intenso; tanto que os duelen los ojos.

"¡¡Acabad con eso!! ¡¡Matadle!! ¡¡Sacadle de mi cabeza!!" Cimbria estalla en una explosion de gritos histericos, demasiado aturdida como para reaccionar acertadamente y abatir al criatura deforme. Arroja el rifle lejos de si, como asqueada y se agarra del pelo, tironeando de el como si estuviese poseida. 

La mente de Cimbria se revuelve contra si misma, intentando sacar de dentro de si la presencia malefica que parece poseerla. Sin saber muy bien como, desenfunda su pistola laser y la levanta, temblorosa, sin llegar a disparala.

El forcejeo entre Mir y la criatura sigue. Poco a poco, los brazos del humano van cediendo, aunque aún aguanta. Su cara completamente roja refleja un esfuerzo increíble.

"Raaaargh..."

- Te voy a dejar como un colador, maldito engendro!! - Grita Praetus, mas para dar ánimo a sus compañeros y a sí mismo que para asustar al ente infame. Su dedo presiona el gatillo del rifle laser mientras ruega al Emperador que guíe sus disparos.

Pero el nerviosismo le hace fallar como un jodido recluta novato.

- MIERDA GRANDE Y SECA! - Grita furioso.

Xanthia hace fuego de nuevo sobre el enjendro, el cual sale demasido alto.

Por los huesos del emperador... .- maldice.

Cita :

"Por los huesos del Emperador..." El eco de esa maldición resuena en la cabeza de Cimbria. Como una avalancha, imágenes de su pasado como arbites en la nave que la había visto nacer se entremezclan con los amargos recuerdos de su entrenamiento inquisitorial. El torbellino emocianal que provoca el recuerdo de la ejecución sumaria de sus padres, y sus propio orgullo al cumplir la orden. El asco y nausea que le han provocado este planeta y sus habitantes desde que piso este lugar, dan como resultado una explosión de ferrea voluntad. El entrenamiento y  la voluntad inquisitorial martillean su miedo y su ira hasta convertirlos en una delgada y finisima linea de furia pura.

La neblina se disipa ante sus ojos y la criatura aparece centrada en la mira de su pistola laser. Con un grito salvaje, Cimbria aprieta el gatillo.

"¡¡¡Por el Emperador!!!"

El ser infernal aúlla y os contempla, cegado por la rabia. En su mano gira la espada oxidada y roñosa que gotea un líquido indescriptible.

Con un sonido gutural carga hacia vosotros y la sangre se os hiela en las venas.

La hoja impía corta el aire y aterriza a escasos centímetros de donde se encuentra Praetus, que, una vez más, ha conseguido esquivar a la muerte. La criatura aún no se ha repuesto del todo, y sus múltiples heridas gorgotean mientras la carne se recompone alrededor. Si fuera un ser humano estaría a punto de morir... pero no lo es.

Xanthia tira a un lado la pistola laser cuando el monstruo carga contra ellos. Es momento de que hable el acero. Desenfunda el cuchillo y con la espada que ya tenía en la mano carga con un grito gutural.

Es el grito de guerra de su planeta. Por un momento puede oler la tierra humeda cerca de su hogar, puede ver los campos en flor que pisoteban los ejercitos marchando a la batalla, tan henchidos de orgullo que no había lugar para el miedo.

 Corre, salta y en la caida le asesta en golpe en el brazo izquierdo a la criatura. Pese al impetu de la carga, el espadazo no da de lleno. La criatura se gira y asesta un espadazo a Xanthia, quien se agacha para esquivarlo y, con el movimiento de muelle volviendo a su posoción inicial, le asesta una chuchillada en el torso.

Mir lanza desesperadamente un hachazo desde el suelo. Sin embargo, ha sido justo después de que la abominación haya cargado hacia el resto del grupo, y su hacha sólo corta el cargado aire de la caverna