Partida Rol por web

"Bienvenido a los 50, los años que nunca moriran, a excepcion de los ultimos 40 años." De haber sabido al tugurio que me iba a encontrar en mi busqueda de la verdad, habria mandado a mi compañero a buscar por aqui, olvidate de las peliculas snuff, cinco minutos seguidos aqui, y mi cordura se evaporara mientras intento matar a la maquina de hacer palomitas con la cabeza de plastico del "rey". Sigh, quizas si me de prisa, por lo menos me de tiempo para llegar al apartamento y sacar una fotografia a escondidas de Bastian con una bragas puestas en la cabeza.

-Hey, buenos dias.- Dije con una sonrisa, evidemente falsa, como todo rastro de vida inteligente por aqui, mientras me acercaba al mostrador y me ponia enfrente de Billy.- Tu debes ser Billy, un amigo me ha hablado de ti, veras, estoy buscando una cancion especifica de country para el aniversario de mi mujer, ya sabes, el tipico regalo detallista para hacer que te perdone los cinco aniversarios seguidos que te has perdido sucesivamente, pero se me esta haciendo toda una gesta encontrarlo. Me han dicho que si alguien puede ayudar a encontrarla, ese eres tu ¿Es cierto?

Por fin habían llegado al meollo del asunto. Aquel tipo quería hablar sobre cosas más serias con algo más de intimidad, señalando disimuladamente la trastienda. En condiciones normales no hubiera traspasado la linea del mostrador ni muerta, más aún conociendo algunas historias sobre el dueño de la tienda. Pero estando con Joel era diferente, era un tipo muy fuerte, y lo más importante, estaba entrenado para ese tipo de situaciones.
Alanis miro a su compañero de reojo y le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera, notaba como el tipo de la tienda se había excitado con el tema de las violaciones y cuando estuvo cerca de él tras el mostrador sonrió sarcasticamente -Tú primero ...- le dijo, ya que esperaba que la mujer pasara para mirarle el culo.

Billy se mostró encantado con Andrew, enseguida centró su atención en el agente mostrando su mejor expresión de Elvis y le tendió la mano a modo de saludo.

- Pues claro, soy Billy, y has venido a la mejor tienda de country de la ciudad. ¿Qué buscas exactamente? ¿Una canción? Quizás si me la tarareas te puedo decir de qué disco es, las conozco todas.

Joel siguió a Alanis a la trastienda que aquel individuo señalaba. El dueño afiló una sonrisa maliciosa cuando la agente le pidió que fuese delante y con una inclinación encabezó la marcha. La parte de atrás del mostrador era aún peor que la parte delantera. Si fuera, de cara al público, había un montón de penes y vaginas de látex, lo que había tras la mesa eran revistas, películas y un sinfín de imagenes demasiado obscenas para detenerse a mirarlas. Era mejor ignorarlo.

Los llevó a la parte de atrás, dónde había una puerta de madera tras una cortina sucia. Del cinturón sacó una llave y abrió, y los condujo al interior de una habitación oscura llena de estanterías metálicas. Había películas, y DVD's... si todo aquello era snuff...

- Antes de nada, cariño, me gustaría dejar clara una cosa. Todo este material de aquí es completamente legal, ¿me comprendes? Y lo que tu estás buscando... digamos que no lo es. Así que antes de continuar y colgarme con mi propia cuerda, quiero que me prometas que esto quedará entre nosotros... Ya sabes a lo que me refiero - comentó guiñándole un ojo. - Yo no tengo nada que ver en esto, soy un simple... intermediario...

-No soy lo que se dice un buen cantante, pero la he oido tantas veces que la recuerdo a la perfeccion, asi que creo que pueda tatarearle algun estribillo.- Una vez fue demasiado, nunca tendria que haber habido una vez, y me iba encargar de que nunca hubiera un bis.-Alla vamos.

Intentando apartar la tortura de mi memoria, arranco la cancion asociada a la muerte de una joven y la transmito al dependiente entre melodias chapurreadas con la boca de un musico que no sirve sin su instrumento, esperando hasta que Billy diga "Si, la conozco, y ya de paso, creo recordar que mister X la compro aqui mientras sujetaba un machete y una camara de video."

Cuando pasó detrás del mostrador y entró en la trastienda, Alanis tragó saliva. El interior era todavía más sordido que el exterior como por otra parte era completamente lógico, solo dios sabía que clase de cosas tendría esa gente ahí dentro. Pero por fin tenía a ese tío donde quería. Alanis sabía que lo estaba poniendo en un compromiso de los gordos, tenía a la policia en su tienda preguntandole por ese material de dudosa procedencia. Ella no había ni nombrado la placa, pero él lo sabía, seguramente se habría enterado de que la novia de su camello se había pasado al lado oscuro y, también estaba Joel, que cantaba a dos kilómetros de distancia.

-Te entiendo ... no te preocupes, si nos ayudas en la medida de tus posibilidades nos iremos igual que hemos venido y podrás ir a hacerte una paja ... ¿Que sabes del snaff que corre por la ciudad de Los Angeles? has visto alguna vez a alguién morir en esas películas?-

Observo todo con detenimiento a cada paso que doy, mis de experiencia me había enseñado que cada recoveco es un peligro que puede estar acechando por ello permanezco muy atento a todo lo que nos rodea, y en especial a tipejo que mira lascivo a Berling, no me gusta, es una mala persona, le dedico miradas bastante desagradables, a el y a todo el material que allí se encontraba, a cualquier persona en su sano juicio le repugnaría tan solo la idea de ver esa clase de videos, pero se ve que en este mundo hay todo tipo de depravados y enfermos mentales, dejo que Berling hable yo tan solo me limito nuevamente a contemplar mi alrededor y vigilar al tipejo

-Adelante

Digo con una voz bastante tajante y poco amistosa

Billy afina el oído, y se queda pensativo unos instantes, que para Andrew se vuelven asfixiantes debido a los recuerdos que lo asaltan. Aquella música le ponía los pelos de punta y le crispaba los nervios. A punto estuvo de estrangular a Billy por la parsimonia con que pensaba, pero finalmente el dueño de la tienda chascó los dedos.

- Ajá, es una banda sonora, de una película... mm... "A Perfect World", se llamaba, aunque nunca la he visto... - se encogió de hombros y se agachó debajo del mostrador. - Tengo el disco por aquí, a ver un momento... me lo pidió una chica hace días, lo tenía aquí apartado para pedirlo nuevo... - se levantó otra vez con una caja de CD en la mano, lo abrió y levantó las cejas. - Coño... me lo ha robado...

Robado, si, por ella, no, no tendria sentido, lo normal es robar el cd con la caratura, alguien que deja la caratura y se deja el cd, es alguien que ha puesto demasiado cuidado en ocultar su rastro por unos puñeteros 10 dolares. No es mucho, pero es una prueba, y si solo hay una huella, un pelo suelto, lo que sea del asesino, debo hacerme con ella a cualquier costa, incluso si tengo que liarme a hostias con este viajero del pasado venido en su Delorean.

-Vaya, que raro, deberias comprobar las camaras de seguridad, quizas esa chica te lo robo del mostrador cuando estabas distraido o algo parecido.- Sugeri algo apenado, mientras me ponia discretamente los guantes negros que llevaba en la chaqueta, no debia dejar pruebas, bastante "ruido" tendria con las huellas de la victima y Billy.- De todos modos, te lo compro, con suerte, quizas en la proxima tienda tenga suerte, y descubra que alguien ha robado la caja y se ha dejado el cd.- Bromee de manera obviamente estupida, tampoco conocia muchas excusas para comprar basura, asi que saque la cartera y puse unos cuantos billetes en el mostrador, nada como una visita del señor Benjamin para acallar las voces del populacho.

- Er... - Billy miró el billete, el disco vacío y a Andrew. Estaba aún un poco mosca por el robo y por la extraña petición del cliente, sin embargo, el agente del FBI iba a comprarselo igualmente, así que cerró la caja y todavía dubitativo, se lo tendió a Andrew. - Hace días que no veo a esa chica, aunque siempre venía por aquí, al menos una vez a la semana... - frunció las cejas con disgusto. - Nunca he usado cámaras, pero me da que voy e tener que empezar a hacerlo... - puso la mano sobre los billetes y los arrastró hacia él. - Desea algo más, ¿señor?

- ¿Snuff de Los Ángeles? Tsk... lo que tengo no es autóctono, cariño - dijo el comerciante, abriendo una caja fuerte. Dentro había al menos diez cajas de DVD. - Son videos orientales y asiáticos... los japoneses son unos sádicos, ¿lo sabías? No te juntes con ellos nunca... Pero si me preguntaras quién puede tener este tipo de mierda en LA, no te diría jamás que llamases a un negrata del Bronx llamado William "Black" Davidson... - cerró de nuevo la caja fuerte de un golpe.

-Nop, ya me has ayudado bastante, Billy, el resto es cosa mia.- Dije agradecido, de poderme llevar esa prueba y tenerla en mano, en cuanto saliera por la puerta, la meteria en alguna bolsa de plastico.- Bueno, quizas si, demonios, tengo curiosidad por saber que clase de lunatico se lleva el disco y deja la caja, no es algo que se vea todos los dias ¿Estas segura de que fue ella? Me niego a creer que una chica que le gusta el country, tenga la malicia para robar a su vendedor de musica favorito. Debio ser algun pequeño gamberro con cresta, o algun vagabundo sinverguenza ¿Recuerdas ver alguien sospechoso mientras la chica lo apartaba?¿Alguien que supiera donde guardaste el cd, aparte de la chica?- Quizas estaba tirando demasiado del asunto, Billy ya tenia suficiente sospechas para mirarme de mala manera, pero necesitaba probarlo, quizas Billy si vio algo, un detalle importante grabado en su subsconciente que fuera una pista clave, algo que me ayude a detener esta locura.

Por fin tenía un nombre por el que empezar su investigación, un tal William Davidson. No tenía ni puta idea de que clase de persona era, pero si trapicheaba con esa clase de material y era del Bronx aquello no tenía la mejor pinta -Bien ... iremos a hablar con ese tal William e intentaremos no decirle que vamos de tú parte- Alanis no pensaba delatar a su confidente a no ser que fuera absolutamente necesario, pero le dijo aquello para aocjonarlo lo suficiente como para amargarle la noche y que no pudiera pensar en ella en el baño con absoluta claridad. Dió media vuelta y salió de la tienda seguida de Joel, con la mirada del dependiente clavada en su trasero. Una vez afuera, ya montando en el coche se dirigió a su compañero.

-¿Que te parece? ¿Vamos al Bronx?- preguntó con una sonrisa en la cara esperando en el fondo haber impresionado a aquel hombre, Joel no era precisamente muy hablador y había dejado todo el peso de la investigación en ella, que una vez más había demostrado moverse como pez en el agua por los bajos fondos de los Angeles. Ambos subieron al coche y, cuando estuvieron de camino, Alanis volvió a preguntarle -Joel ... ¿Estas bien? estas muy callado ...¿necesitas algo?-

Billy miró un momento a Andrew, y luego se quedó pensativo.

- Er... pues no, la verdad es que no he visto a nadie mirando country... - comentó mirando con pena la caja vacia. - De ella me acuerdo porque vive por aquí cerca, siempre viene y nunca compra nada... Vive al otro lado de la avenida y a veces, cuando cierro, la veo salir de ese bar de moteros que hay en la esquina de enfrente...

7_12_2007
Bronx
02:16 am

Joel aseguró que no le pasaba nada y se pusieron en marcha hacia el Bronx. Alanis conocía más o menos aquel barrio, de cuando estuvo con Percy, y tenía también algunos contactos. Claro que el día que lo confesó todo condenó también a la otra mitad de sus contactos; algunos estaban libres, otros con cargos y el resto en la cárcel. El Bronx era muy grande, pero también muy pequeño. Entrar en aquel territorio era fácil, salir no tanto. Pero llevando a Joel a su lado, nada podría salir mal. 

"¿Bar de moteros? Quizas sea un rastro falso, pero creo que deberia acercarme ahi, por lo menos si eso me permite gastarme el sueldo en bebidas. Sexo, drogas, rock, no importa, solo quiero una excusa para olvidarme de esta pesadilla por un momento, antes de que me saque la pistola y me la meta por la boca." Finjo una vez mas estar bien, sonriendo como si todo esto no tuviera importancia.

-De ser asi, esta claro que solo debio ser ella, una pena.- Argumente con un suspiro, rascandome la nuca pensativo.- Bueno, me largo, aun me queda mucho trabajo por hacer y poco tiempo, asi que me doy prisa o mi mujer me mata. Hasta luego, Billy, gracias por la ayuda.

Despues de una breve despedida con la mano, salgo con paso ligero hacia afuera, en la fria y oscura acera, y guardo la pista en una de las bolsas de plastico que tengo, espero que los chicos del laboratorio les sean de mas utilidad que a mi. Una vez con la caja bajo mi proteccion y bolsillo interior, alzo a la vista a los edificios del lugar, observando los apartamentos y como a traves de las ventanas, se veia las sombras de vidas ajenas como peces en una pecera. En una de ellas, debe aparecer una sombra de alguien robando braguitas con cara de idiota, mi compañero debe estar pasandoselo de pipa sin mi.

Me largo al apartamento de la chica que amaba el country, era hora de ver que habia encontrado mi compi, y si me habia echado de menos. La vida debe ser muy dura sin un Andrew que te recuerde lo idiota que eres cada cinco minutos.

Cada vez que entraba en aquel barrio después de todo lo ocurrido con Percy, sentía un cosquilleo en el estomago debido al nerviosismo. Por su trabajo, no era ni mucho menos la primera vez que volvía allí, sabía que tenía que tener sumo cuidado en elegir con quién hablaba y con quién no, mucha gente estaba deseando pillarla con la guardia baja. De pronto supo con quién debía hablar para mantener la discreción. Joana era una puta joven y guapa a la que cierto día, Alanis ayudó a salir de una "situación embarazosa" con los matones de Percy, esos cabrones pretendían pasar un buen rato con ella uno detrás del otro borrachos como cubas y en una actitud bastante violenta. La ayuda de Alanis y el respeto que tenía por ser la novía "formal" de Percy lo evitaron ... Ella sin duda sabría donde estaba el negro Davidson, la policia sacó el movil y la llamó ...

 Lieber suspiro profundamente. Ahora estaba solo, en un edificio oscuro, tetrico y seguramente peligroso y aun asi se sentía aliviado. Llevaba mas horas de las necesarias con su compañero. No solo con él si no con muchos mas agentes y necesitaba un rato para estar solo y pensar con calma. Todo lo que había visto... "kinky" puede que si lo fuera, pero lo que había visto...eso no era normal, la crudeza del acto en si le carcomía las entrañas. Por unos segundos pensó en que eso pudiera llegar a ocurrirle a Clarice...pero lo desecho al instante. Su trabajo ya era duro de por si como para torturarse uno mismo.

Bastian miró en los buzones de correos el nombre de la chica y empezó a subir despacio las escaleras hacia su apartamento. Cada poco miraba hacia arriba y abajo por el hueco de las escaleras. Quizas era simplemente la zona donde estaba el edificio, pero no le gustaba en absoluto. Nadie por las escaleras, la zona parecia vacia, poca iluminacion, y los acontecimientos que había visto en las ultimas horas le hacian sentir una sensacion como si alguien jugara con él.

Y Bastian no pensaba dejarse vencer...

Cuando Bastian miró en el interior de los buzones, encontró un sobre en su interior. Estaba mal espiar el correo ajeno, pero dadas las circunstancias, lo mejor era llevarse la carta. Trasteó con los dedos, pero no llegaba al sobre, si quería acceder a la carta tendría que abrir el buzón. Probó las dos llaves que quedaban en el llavero y giró la más pequeña, abriendo el buzón. Cogió la carta. Era un sobre blanco sin nada escrito. Al abrirla, encontró una hoja mecanografiada. Una poesía dedicada a Carla.

Se la guardó en la chaqueta y subió los escalones hasta el piso de la víctima. No había ascensor. El edificio no estaba en muy buen estado, la pintura verde de las paredes se había desconchado en algunos rincones y las barandillas estaban desgastadas. En algunos tramos apenas había luz, incluso durante el día. La claraboya ubicada en lo alto del hueco de las escaleras hacia años que debería haber sido limpiada. Al llegar al 1º-2ª, Bastian encontró una nota colgada en la puerta: "Para cualquier consulta pasen por la portería, en la planta baja"

La última llave giró y abrió la puerta del hogar de la joven asesinada. Bastian no había visto el video, no sabía lo que había ocurrido con la mujer, pero se imaginaba que no había tenido una muerte nada agradable. Cerró los ojos e inspiró profundamente antes de entrar.

Lo primero que el detective encontró fue un amplio habitáculo con dos grandes ventanales que daban a la calle principal. Estaba desordenado y varios elementos que llamaron poderosamente la atención de Bastian: cuadros originales en las paredes (de artistas desconocidos para él) que mostraban desnudos masculinos; una mesa circular, encima de la cual había un cenicero de colores repleto de colillas, varias carpetas apoyadas en la pared y algunos libros y revistas de arte y diseño. Junto a la mesa había un torno para arcilla y, algo más allá, varias estanterías sucias sobre las que reposaban algunas esculturas: bustos de gente, cisnes sin cabeza con las alas extendidas y senos de mujer. En el torno había una masa informa de arcilla, una escultura inacabada.

Andrew cruzó la avenida para dirigirse al apartamento de Carla. Lo primero que le llamó la atención nada más llegar al otro lado fue la cercanía de un ruidoso bar de motoristas. La fachada del edificio era gris y sobria, pero las paredes del local estaban llenas de murales con llamas, calaveras y excitadas diablesas. El rótulo en hierro forjado indicaba el nombre: Flesh. Algunos moteros ponían a punto sus bestias, haciendo un ruido ensordecedor. Eran las 22:00, y la noche empezaba para ellos.

El portal de edificio estaba cerrado.