Partida Rol por web

- No! Orejudo... No bebas esa asquerosidad que te va a dar un patapufate.... jijiji... ji ... jiiiijjiiiijii - la situación le causo gracia al conejo y se rio tocándose las orejas, lo que lo llevo a la siguiente conclusión.

- Debemos tener algún pariente en común, ¿tus padres han visitado Viena en algún momento? - Al darse cuenta que estaba quitando su atención del gnomo, volvió a concentrase en la misión.

- ¡Adalverto!

Tras lo cual extendió su manito, una vez más, delante del gnomo que seguía lloriqueando.

Horario, (que era un ser muy social), se acerca al gnomo y le propina una cachetada en la parte trasera de la cabeza del mismo.

-: Deja de llorar maricon! si pareces una niña ahí sentado con los calzones cagados, puto! Hazte hombre de una vez y vayamos a patear culos!!

Luego coloca sus cortos  brazos en jarra esperando una respuesta.

Bilbo avanzó hacia donde estaban sus compañeros con la katana apoyada en el hombro. La verdad es que las relaciones sociales no eran su fuerte así que dejó la conversación a los demás mientras vigilaba los túneles buscando ya sin esperanza un cocodrilo que trocear. ¿Habría ornitorrincos en los alcantarillados? Nunca había destrozado a un ornitorrinco y ahora la idea se le hacía más interesante que despedazar a un cocodrilo. Ornitorrincos... ¡que curiosos! Debía ser como trocear a un castor, un pato y un alienígena a la vez.

Perdido en estos profundos pensamientos de matanza y destrucción Bilbo vigilaba.

El gnomo desconsolado observa al grupo con sus pequeños ojillos. Parece perder las palabras durante un instante... luego las encuentra, bajo su lengua, y les habla con una foz finita, rasposa...

- Ah... compañeros. Cuanto hace que no veo a alguien. Cuando hace... un sollozo recorre su cuerpo. Hugo no me deja volver. No, no... hace años que me pidió que le dijera cual era la más pesada: muestra en sus manitas 9 canicas, redondas, y que no volviera hasta que lo averiguara. Y... bueno. No puedo volver sin averiguarlo!

El tono es seguro... a pesar de su mugre y, por los restos a su alrededor, evidente dieta de ratas, el gnomo parece decidido a no moverse de su lugar sin saber cual de las canicas es la más pesada.

Señala un pequeño artefacto a su lado. Hasta armé una pequeña balanza... pero si la uso más de un par de veces se traba y luego tengo que pasar días para repararla! Con ojos esperanzados que pondrían al mismo Adalverto en verguenza, extiende las manitas hacia ustedes. Ya estoy tan desesperado... podrían ustedes decirme cual es la canica más pesada?

9 canicas, una ligeramente MAS pesada que el resto (imperceptible a simple vista). Una balanza de dos platos, solo dos usos de la misma.

Harán caso los héroes al pedido del gnomo? Les dirá este el camino correcto a cambio? Podrán resolver el acertijo?

Vuestro turno!!

-Canicas canicas!! Puedo???

Sin darle tiempo a responder, cogi las canicas y me acerque a la balanza...

-Muy facil, muy facil...

Despues, empece a amontonar canicas, por aqui y por alli, y tras unos rapidos movimientos, saque la canica que pesaba mas que el resto...

-Aqui esta amigo. Porque quieres saber que canica pesa mas??

El gnomo miró azorado la canica en la palma de su mano. La guardó con cuidado en el bolsillo.

- Eh... oh... porque Hugo lo pidió? Su mirada se convierte en una de sospecha. No saben quién es Hugo? No son Tecno-Ninjas del Gordo? agrega señalando las katanas de Bilbo y Adalverto...

-eh... mmmm... si?? Somos tecnoooo-ninjas...

Con un poco de suerte nos llevaria hasta Santa, tantas ganas que tenian los enanitos estos de verle...

-Nos han enviado a ayudarte, ahora debes llevarle esa canica al Gordo

Si era un secuaz de Santa y se lo creia, podria llevarnos hasta el...

el pequeño gruñon  tomo al gnomo de la parte trasera de su cuello y lo levanto como si de una bolsa de cebolla se tratara.

-: Ponte en pie, escoria y comienza a caminar por este tunel directo hasta el Sr Noel, el te dirá quienes somos y que hacer a continuación.

Y tras ponerlo de pie le propina un punta pie en las nalgas obligando al gnomo a moverse, si habia entendido el jueguillo a seguir, harian que  este estupido gnomo los llevaran hasta donde estaba el gordo cabrón.

El gnomo abre sus ojitos en todos sus 3 centímetros de diametro, asombrado ante la rudeza de Horacio.

- Pero, pero... hermano gnomo! Por qué me tratas así!

Coloca sus manitas en jarra como sus genes le han enseñado, y larga, furibundo: Ustedes no son de seguridad! Ustedes no conocen a Hugo! Ni a Mike!

La visión era rídicula no tanto por la pose, sino porque el pequeño aún estaba en el aire por el cuello, sus piernitas oscilando enfurecidas buscando conectar una patada a quien se le acercara. El Gordo Cabrón los va a matar a todos, so estúpidos! Y para encontrarlo, tienen que volver por sus pasos. Se señala la cabecito con un dedillo. Tonto, no soy!

Que harán los silenciosos héroes? Elegirán un camino al azar? Buscarán sacarle más información al desdichado -pero furibundo!- gnomo? Volverán sobre sus pasos para enfrentar a Santa, o proseguirán con la misión que les ha dado Chuck?

Mañana, en este mismo canal! (o al menos, habrá sangre y decapitaciones. Garantizado!)

 Bilbo se acerca al pequeño gnomo y pone su katana en su barbilla:

- No somos de seguridad pero te aseguro que te cortaremos en trozos pequeños y manejables... o comestibles. ¿Dónde están los prisioneros?

El pequeño duende parece ser el único del grupo que no ha olvidado la misión inicial impuesta por Chuck.

Horacio aún sostenia al gnomo por el cuello mientras este gimoteaba y daba mas lastima y ante ese espectaculo y las palabras de Bilbo solo reacciono de la mejor manera que conocia.

-: Contesta al señor de la gran sonrisa!!!gnomo estupido....

El enano gritaba al gnomo mientras lo sarndeaba de un lado a otro.

Adalverto no se debatía entre propinarle una cachetada a sus compañeros o al gnomo llorón. 

- Vamos amigo, no hagas enfadar a mis compañeros, detrás de esa sonrisa de esconde un duende brutal y sanguinario - la sonrisa de Bilbo era demasiado amigable como para asustarlo, pero la tortura siempre podía funcionar si no hablaba - Bien, no parece tan temerario, pero créeme que lo es - como receptor satelital sus orejas captaron una idea perdida en el aire - Nos llevas donde tienen a los prisioneros y nosotros te ayudamos con Hugo y con Mike y sus canicas. jijiji, sus canicas, juaaa ja ja juaaaaaaaa... canicas, jiji, canicas 

Tras ese esfuerzo mental sobre"duende" de las canicas, tenia que espabilarme, estaban todos alrededor de aquel Gnomo, pero yo no me estaba enterando de nada...

Me dirigi, en un estado de conmocion como el que sufriria Emilio Aragon si Chuck le encuentra, -que no es que no le encuentre, es que no se ha puesto a buscarle- de nuevo hasta el conducto por donde corria el agua, o lo que fuera eso, y agachado, volvi a echar un sorbo...

Tras caerme de espaldas, claro, al no haberme tomado el actimel esa mañana, mis niveles de L-Casei imunitas estaban por los suelos... Al abrir los ojos, pense:

Quien era ese para despedir al Sr. Norris??

Despues, mirando un poco mas atras, alli seguian los demas, conversando con el Gnomo.
Entonces, espabilado, aunque con mal sabor de boca, me levante y fui hasta ellos...

-Que haceis por aqui?? 

- Uh-oh; uh-oh... el pequeño se retuerce las manitas desesperado ante semejante muestra de brutalidad. Brutalidad con una sonrisa dulce que colmaría sus pesadillas.

- El tunel de la izquierda lleva a las habitaciones; el de la derecha al taller, gimotea. Por favor, por favor... solo déjenme en el suelo.

Qué camino elegirán? Solo... bueno, solo ellos lo saben. Yo no soy adivino, solo el relator.

 Eso es lo que queríamos saber amiguito! - le dio unas palmaditas de aprobación al Gnomo que comenzaba a darle un poco de lastima - Cuando volvamos, si te portas bien y no te comportas como un irresponsable y nos denuncias, resolveremos tu enigma de las canicas!

juaaa jajajaj, canicasss de gnomo juaa juaaa jauass, que gracioso - algo raro le pasaba al grupo que nadie más reía - Bien por la derecha, verdad? A las habitaciones!! VAMOS, vamoss??

Bilbo pone una mano en la nuca del gnomo:

- Gracias. Por haber colaborado no te mataremos mucho.

Dicho lo cual le hace la pinza Norris para felices sueños, apretando en una zona del cuello que deja inconsciente al pobre desgraciado. Oh, sí, había rumores que decían que un vulcaniano era el autor de esa pinza pero Chuck Norris lo dejó claro un día que se encontraron rodando una película de acción futurista. Un par de hostias después todo el mundo estaba de acuerdo en que el nombre de pinza Norris era mucho más molón que pinza vulcaniana. ¡A donde vamos a parar!

Por fin habia abierto la boca el gnomo para decir lo que necesitaban y como era de suponer todos querian ir para las habitaciones a rescatar a los demás peleles que estaban allí encerrados. Cuando Horario, estaba a punto de despachar al pobre infeliz a una mejor vida, Bilbo se acerco y aplico la llave de Norris para dejarlo inconciente, si antes pataleaba y llorisquiaba ahora esta comiendo la mierda del piso.

-: Bilbo, porque dejarlo vivo, podría delatarnos el infeliz, mejor hacerlo pure antes de seguir camino.

Refunfuño el enano Horacio.

 Al ver a Bilbo aplicando la legendaria llave Norris sobre el Gnomo Edgardo, no quiere decir que se llame así, pero a Adalverto le gustaba darle un nombre a las criaturas que iba conociendo y para este gnomo Edgardo era un bueno nombre. Así fue como al verlo caer, un recuerdo reprimido volvió a su mente... 

Era una tarde soleada en el parque de la mansión de Chuck, la brisa de la montaña acariciaba sus orejas mientras disfrutaba del paisaje y un cigarrillo feliz, así le gustaba llamarlos, la sensación de fumar inundaba sus pulmones y la tranquilidad de aquel lugar lo elevaban a la perfección de la creación. Lo malo de ese recuerdo comenzó cuando Chuck sigilosamente se acerco a él, estaba en rehabilitación y por ello todavía tenia esos pequeños cigarrillos saborizados con frutas tropicales escondidos, pero al Sr Norris no le gustaba que se fume en sus dominios y así se lo hizo saber al conejudo, se lo hizo saber dándole una lección, precisamente por medio de la llave Norris aplicándola con tal perfección que lo dejo inconsciente por una semana y sin poder caminar por otras dos.

Las piernas le temblaban y las orejas se le sudaban cuando al despertar escucho la vos del gran Chuck diciendo

- Conejo, debes abandonar esas cosas si pretendes ser un gran héroe y que no te retuerza las pestañas y te use como pantufla. -Así fue como el conejo aprendió una importante lección.

Con los ojos vidriosos por la emoción miró a Edgardo allí tirado sabiendo que si Bilbo había aplicado correctamente la llave estarían a salvo y el Gnomo se despertaria con un terrible dolor en las canicas

- jijiji, canicasss.... jijiji caniiicass - Tras ello decidió guardarse las canicas de Edgardo en su mochila ninja

Tras la sutil pero devastadora toma el gnomo quedó tendido sobre el agua sucia, como una bolsa de trapos. Su carita cerrada era puro pánico y terror e inconsciencia.

Harán caso a al sugerencia de Horacio y terminarán con el infeliz? Irán hacia la izquierda, la derecha, o volverán sobre sus pasos? Qué habrá sido de la agente Nieves y sus increibles piernas? Todo eso... depende de ustedes! 

Bilbo miró al gnomo. A los gnomos. Al que estaba durmiendo plácidamente - bueno, quizás no tan plácidamente, los efectos secundarios de la pinza Norris duraban semanas - y al que afirmaba que era buena idea trocear a su congénere. El gnomo sonrió - ¿ya se dijo que sonreía siempre? - mientras contestaba:

- Horacio, horacio... ¡soy un guerrero! ¡no un asesino! No pienso matar a un enemigo inconsciente... y menos si el enemigo no sabe siquiera cuales son los tres primeros movimientos de la kata Ketemeto... y me temo que este pobre pringado no los conoce. Tardará horas en despertarse y entonces nosotros ya no estaremos aquí.- dijo convencido.

Luego miró el pasillo de la izquierda y a continuación el de la derecha.

- ¿Para donde dijo que quedaban las habitaciones?

El pobre gnomo se había perdido varios capítulos de Barrio Sésamo. Concretamente los que explicaban Izquierda/Derecha y aquel que enseñaba a contar más de veinte. Por eso cuando derribaba enemigos solía decir: he matado tres veintes de zarigüeyas asesinas. En fin: no se podía tener todo en la vida y puestos a elegir resultaba más útil saber como matar a los enemigos que contar sus cadáveres. Oh, lo de la izquierda y derecha también parecía interesante pero a Bilbo nunca le gustó la filosofía.