Partida Rol por web

- Creíamos que estarían más tiempo aquí. Se miran entre ellos sorprendidos. Han tenido sus más y sus menos entre ellos y además, se han dejando uno de los suyos aquí. Pilla el martillo y unas puas y empieza a clavetear la tapa.

Vaya! Y... ¿no sabríais indicarme por donde se fue? Espero que sea Zug.

Te miran como si ellos no fueran la madre de nadie. - ¿Los mercenarios? Su voz es de incredulidad. Ellos sabrán. Esas leonas que los gobiernan son tan manejantas que igual han ido a pelearse entre ellas.

Perdón, creo que me expresé mal... Me refería al que dejaron aquí. Me gustaría hablar con él.

Haaaa, añade sorprendido. Si.... ese. Está bajo custodia de la enfermería. Pagaron la factura de sus heridas y una discreta propina. Esto lo dice resentido. Se ve que no le ha tocado ni una chavo. Creo que hay un retén policial y creo que está acusado de algo. Los murmullos del resto se disparan hasta que el señor mayor les hace callar. Se ve que los prejuicios les preceden a los aslan y estos hombres comentaban que eran violentos, agresivos, impredecibles y pendencieros. Animales de circo.

Muchas gracias por la información. Pasen buen día. Me marcho andando deprisa, camino a la enfermería. A ver ahora como le saco de allí. No tardo en llegar, la puerta principal está despejada. Entiendo que el guardia que le custodia estará en la sala donde este ingresado el aslan.

Miro a mi alrededor, a ver a quien puedo preguntar por él.

La enfermería es una sala con dos oficinas a los lados. En la sala hay dos mesas de administrativos. Al fondo hay dos puertas. Una por lo visto da a un hangar (Lo pone en la puerta) Imaginas que es donde tendrán los vehículos para las evacuaciones, rescates y demás. La otra es un pasillo, pero con lo cerrado que está la puerta no llegas a ver nada.

En cada una de las mesas hay una persona vestida con una bata al estilo enfermera. En la de la derecha hay una chica pidiendo algo y siendo atendida. La otra habla por teléfono. Las oficinas parecen entreabiertas, y seguro que en una de ellas hay alguien, ya que se escucha como que alguien se queja y otra persona le intenta calmar con que ya queda poco, es duro pero hay que hacerlo. ... y cosas así.

Me acerco a ambas mesas, quedándome entre las dos, a la espera de que alguna de las personas quede libre y pueda atenderme. No me interesa empezar por mal camino.

La del teléfono se aparta el aparatito de la mejilla y te pregunta - ¿Le puedo ayudar? No parece muy contenta, pero ha sido ella la que ha preguntado.

Buenos días, si mire... vengo... por el aslan que tienen aqui herido. Traté de mantener un semblante serio, pero cortés. Me gustaría hablar con él o con quien esté a su cargo actualmente.

Precisamente en ese instante se abre la puerta del pasillo. Se ve que hay varias puertas a cada lado pero no llegas a alcanzar a ver que son. Dos policías empujan al esposado, Zug, engrilletado y de un modo bastante brusco. Un tercero va detrás. Es como un jefecillo o algo y le va leyendo sus derechos. La chica del teléfono te mira con inquietud y señala. Se ha visto tan sorprendida como tú, pero tras eso sigue marujeando por su comunicador.

Ves que tiene la melena pegajosa. Muchos cortes le perfilan el rostro, y sabes que son hecho por alguien de su raza. Se ve que ha tenido ... pelea. Parece que las heridas se las han tratado hasta cierto punto y algunos apósitos, suturas y puntos le zurcen la piel. Parece quejarse en algunos puntos de donde le tocan. Seguro que bajo la destrozada camiseta tiene más de esas lesiones.

Miro sorprendida. No entiendo bien que pasa. ¡Zug! ¿Qué te ha pasado? digo desde la mesa. Me acerco a los policías, disculpen, ¿de qué se le acusa? ¿dónde le llevan?

El pobre Zug está bastante abollado. Le han dado una paliza buena. Intenta decir algo pero son balbuceos:

... la leona ... hija de hiena ... .Y poco más, pero ese poco ni se le entiende. Tiene algunas heridas en el labio superior y ambos están hinchados.

El policía dice que lo llevan detenido hasta que el juez dictamine si lo mandan a procesar o qué hacen con él. Te das cuenta que son una esposas especiales. Muy grandes y resistentes.

Pero, ¿de que se le acusa? les insisto mientras voy con ellos. Tranquilo amigo, no estás solo.

Miro el lamentable estado de Zug y los grilletes con los que está esposado. Si él estuviese mejor, si esas esposas fuesen normales, si no fuesen tres policías armados... Ahora mismo seríamos furtivos.

Lo único que podía hacer ahora, era estar con él y asistir a ese juicio mientras pensaba en una manera menos violenta de salir de aquella situacion.

El policía ya molesto te contesta: - No le puedo decir más. Y se alejan con él. Se meten por la otra puerta, la que parece que va a los hangares propios de la enfermería y para que no les sigas el policía "jefecillo" te retiene. - Señorita no puede acompañarnos en el furgón policial...Pero puede seguirnos o ir por su cuenta a la Comisaría Central. Allí no has ido nunca, pero sabes donde está, pues los carnés de conducir se sacan enfrente, y el de voladora te lo hicieste por el servicio, pero cuando te dió tiempo te acercasta a combalidarlo, para que te dieran el civil también. En su día pagaste las tasas, te hicieron la fotito de rigos y esperaste un par de horas de cola.

Le doy las gracias y salgo corriendo hacia la voladora. Una vez alli, compruebo el ticket por se he de pagar algo. Despues de dejarlo todo zanjado con el parkimetro, subo en mi transporte y marcho en direccion a la Comisaría Central.
Una vez alli, estaciono donde puedo recogiendo el ticket correspondiente y me persono en el edificio policial.
Allí dentro me acerco a uno de los agentes que estan de planton y amablente le pido indicaciones para saber a donde dirigirme para poder ayudar a Zug.

No tienes pegas, no has estado más de media hora.

LLegas sin pegas, pero tienes que aparcar en un edificio de esos de aparcamiento. Este si habrá que pagar.

Ya en la comisaría, el abogado no quiere entrar. Tiene miedo del león. Ya que tú preguntas por allí, te dicen que hables con el letrado. Es uno de oficio, que se estrenó hace un par de días. Una chica joven, con poca experiencia y mucho miedo, vergüenza y falta de experiencia con matones, camorristas y chusmas varias. No se da cuenta que no todo lo que detienen es así, pero allí es ella la más protegida. De todas maneras es un león, y ella poca cosa.

Me acerco a la letrada y me presento Buenas. Soy Zhiva T'Karsh. Me indican los agentes que usted se encarga de la defensa del aslan... y que no se atreve a entrar a hablar con él. Zug es amigo mío. Si quiere, yo entraré con usted. La prometo que no la hara nada. Creame, no es tan fiero el león como lo pintan.
Eso si... Nos hará falta un poco de hielo para bajarle la inflamacion de la boca o poco entenderemos.
La noto el nerviosismo y el miedo en la mirada.
Espero que acepte la idea. A malas podría intentar entrar yo y hablar yo con el en lugar de ella, pero es mejor tener al abogado delante