Partida Rol por web

El equipo que Susan encabezaba bajó aun un nivel mas antes de toparse con la entrada al lugar donde querían llegar. Susan iluminó un poco con su Pip-boy e hizo una seña a sus compañeros disponiendose a abrir la puerta.

Sabía que no eran luces de peligro, pero nunca le habían gustado las luces rojas.

- Espera, Camarada: Ya me adelanto yo- Exclama Deng, siguiendo la norma de no arriesgar al vida de la técnico- 

Dicho esto, se gira hacia Gallahad, en quien confía para que lo cubra.

Asiento con la cabeza. Estoy de acuerdo en que la vida de la técnico es la prioritaria. La muevo suavemente tras de mi mientras perparo el fusil por lo que pueda haber tras la puerta.

- Shhhh.... Ahora silencio compañeros. Ya puedes abrir Denis.

Abro la puerta con una mano, apuntando con la pistola en la otra

Los aventureros abrieron la puerta con extremo cuidado, con Deng pasando por delante de Susan preparado para abrir fuego contra el primer feral que viese. John cerraba la marcha, con la joven entre ellos atenta a todo lo que fuese electrónica o el acceso al generador. El pasillo tenía forma de T, con la parte superior con una puerta a cada lado y otra al fondo del pasillo que daría a un almacén previo a la sala de energía, de acuerdo con el mapa de emergencias pegado en la pared.

Conforme avanzaban hacia el pasillo, pasando por delante de una zona de descanso, ven en el cristal de la sala de seguridad signos de lucha...

Deng se apercibe de que algo no va bien y se apresta a desenfundar su segunda arma para encañonar a la amenaza.

Cerrando el grupo y revisando la retaguardia, giro ligeramente la cabeza para contemplar el panorama que se presenta a mis flancos. Al verlo, no puedo hacer más que encajarme bien el fusil en el hombro y alinear mi ojo con la mirilla del mismo mientras voy revisando la escena. Voy siguiendo el avance del grupo, manteniendo un contacto casi constante, espalda con espala con Susan.

Susan trató de tomar el mapa, pero parecía que no iba a poder. Cuando llegaron a la puerta dejó que los hombres armados fueran por delante, ya había quedado patente que podía haber peligro. Aun así sacó su arma, confiando poco en su puntería, trató de echar un vistazo buscando un cierre electronico, la mayor parte de salas de seguridad se podían convertir en fortines o podían llamar a decenas de centinelas en cuestion de segundos a traves de un panel, botón o interruptor.

El grupo avanzaba con John cerrando la marcha, Deng en el medio con armas preparadas, y Susan presta a abrir la cerradura electrónica de la puerta de seguridad. La situación se volvió un caos a una velocidad vertiginosa: En cuanto alcanzaron el pasillo, divisaron dos cosas, unas puertas dobles reforzadas con un piloto rojo que indicaba que se mantenían cerradas, y dos ferales durmiendo en el suelo como si de perros de presa se tratase, vestidos con harapos. En ese momento, mientras Susan se dirigía corriendo hacia la puerta de seguridad, el resto vieron como el cristal de esa área que daba al pasillo se llenaba con un feral frenético, mientras que otro golpeaba tras la puerta que ahora intentaba piratear Susan. En otra ocasión, habrían dejado esa puerta cerrada, pero Susan suponía que para abrir la puerta cerrada debían abrir primero esta y pulsar el boton de apertura. Los ferales que dormían junto a la puerta despertaron de mala manera y se lanzaron a por los dos hombres que se encontraban en su campo de visión. Por si no fuese suficiente problema, desde la sala de descanso venía un gruñido lejano, uno que no les gustaba nada comparado con el de los ferales. Por primera vez desde que entraron, estaban metidos en un pozo de mierda del que solo la munición, las agallas y el actuar rápido podía sacarles.

Ante la perspectiva de una defensa incipiente contra las bestias, activo mi laser que hace el típico ruido agudo de la batería al calentarse. Empuño el fusil y lo aposento en mi hombro, colocando la mira alineada con mi ojo. Tras eso, coloco mi cuerpo cubriendo al máximo la posición de Susan. - Atentos, esto se va a poner feo.

Deng se apresura a disparar contra las amenazas más cercanas, convencido de que en semejante situación, un segundo de anticipación equivale a horas de rezo en la consecución de la salvación. 

Cuando los mutantes aparecieron en el pasillo la primera reacción instintiva de Susan fue hacerse a un lado y acurrucarse entre las sombras. Cosa que por lo visto dió resultado, por que pasaron de largo, pero casi de inmediato enfrentó la realidad de que había dejado vendidos a sus compañeros.

Sacando fuerzas de donde literalmente no las había se lanzó a la carrera pistola en mano hacía el mutante que iba mas rezagado sin que este la notara.

De un salto se encaramó a la espalda del mutante y a bocajarro le disparó en la cabeza. Y entonces se volvió a percatar de los problemas de actuar sin pensar. ¡Estaba montada encima de un MUTANTE!

Voy a empezar a soltar plama y me voy a quedar solo, en el momento en que se lanzan encima nuestro, puedo ver como susan se sube a una de esas bestias. No dispararé al feral por si le doy a ella, pero sí voy a por los que tenemos más cerca. Ataco con todo, usando la propiedad Auto. de mi rifle láser; mientras grito para llamar la atención de todos los que pueda e intentar hacer que centren su foco en mí.

Deng estaba concentrado y esperando: se fija, al igual que su colega, en los más cercanos, esperando poderlos eliminar a tiempo para placar al de Susan antes de que la haga daño. Sus balas vuelan hacia las cabezas de los necrófagos por costumbre, esperando que el pequeño calibre de la munición sea compensado por la localización sensible.

La escena hubiese sido cómica de no ser por el peligro en el que se encontraban. Susan se lanzó a la carrera, saltando cual salvaje sobre uno de los fibrosos ferales y abriendo fuego contra él a bocajarro. Mientras, John ya había estado barriendo con fuego láser a los ferales, con suficiente puntería (O suerte) para no dejar a la joven impulsiva hecha un colador. Los ferales sufrían daños serios pero sin embargo seguían avanzando. Ahí entraba en juego Deng y su furia justiciera. Armado con sus dos viejas pistolas como un pistolero de antaño, descargó plomo sobre el enemigo con precisión, impactando en sus cabezas. Susan se vió bañada en los sesos del feral en el que había subido.

Para no darles un descanso, el destino había querido que los dos ferales de la sala de seguridad abriesen la puerta apenas un par de segundos antes, echándose prácticamente encima de John. Tenían que actuar rápido o las garras de los ferales alcanzarían el cuello del guerrero.

Me giro repentinamente al mismo tiempo que preparo el rifle para una nueva rafaga, descargo láser tal y como termino de girarme. Estos malditos bichos casi me cojen por sorpresa. Maldita sea, esto se pone feo...

Susan salió despedida cuando el feral cayó y dió varias vueltas de campana antes de detenerse junto a sus compañeros con un sonoro golpe a la pared. Se levantó a la carrera aun con el mundo dando vueltas y levantó la pistola tratando de apuntar a los ferales.