Partida Rol por web

Estáis seguros que al girar la esquina hay algo o alguien en la oscuridad, pero de momento nadie ataca (de los que están en la oscuridad no me refiero a vosotros) Se oye un respirar rápido pero nada más. 

ACTIVO mi visor (Es raro, creia que YA lo tenia activo para ver en la oscuridad) Y avanzo en vanguardia con ambas armas. Si es el bicho al que estamos buscando, disparo. Si no, dejo de apuntarle y le pregunto

"¿Estás bien? ¿Estudias, trabajas, o lees a Dick?"

Rubi siguió a Samuela, caminado de puntitas, saltando tan sigilosa como conejita, cantando como un programa infantil, bailando al compás de la canción.  

Estifen se mantuvo a salvo, con el rabo entre las piernas (malo sería tenerlo en otro lado) y esperó. Eso si, con el arma en alto por si hacía falta llenar a alguien de plomo... O cada uno de lo que pudiera. 

Andáis hacia delante Sam no ves nada por el visor... nada más que agua y un largo pasillo.

Avanzo por el pasillo, con las armas en ristre

Como la canción de las hormiguits ya está muy vista, canto una nueva

"Un bombero  se encuentra a otro bombero  y se dan los dos  por el agujero"

En guardia, a lo mejor algún año encontramos a Jabba el Hutt.

Rubi parecía volver a desesperarse, la última vez, no hacia ni media hora, su aburrimiento la llevo a tirar el túnel, ahora solo apretaba su arma esperando salir de aquella monotonía.

Si aquello no ocurría, tal vez volar todo el lugar seria efectivo.

Cambio de planes

Dejo de cantar, e intento escuchar DESDE DONDE viene la respiración. Lo mismo el Hutt está inconsciente y nos lo podemos llevar

Estifen giró la esquina tras las valientes mujeres y se mordió las uñas, ya no podía más con la tensión. ¿Dónde estaba aquel puñetero mostruo? ¿dónde les iba a emboscar?

- ¡Ven aquí maldita bola de grasa! - gritó, desbocado y sin saber muy bien que hacia. De hecho estaba a punto de arrepentirse... a punto... - ¡TE HAS DEJADO EL  POSTRE! - ... Ahora... Se llevó las manos a aquella bocaza que había decidido envalentonarse a causa de las circunstancias. No era valor, era la incertidumbre... Pero se arrepintió, claro que se arrepintió. Y con la bocaza tapada se quedó completamente inmóvil esperando un ataque inminente... o un ruido... ¡¡ALGO!!

Notáis como el agua empieza a moverse. Los gritos de Estifen deben haber alertado a alguien o algo...

Miro las ondas, para ver desde donde provienen (Hey, es lo bueno de las ondas) y avanzo hacia allí, armas en ristre

Rubi sigue a Samuela,  arma en mano, pensando como derrumbar el techo o las paredes, ya que el agua no podía ser destruida.

¿O si puede destruirse?

El grito de Estifen le indicaba algo, pero como penar no era lo suyo, se los dejo a quienes si tuvieran esa habilidad.

Ojala pudiera pensar, para eso necesito ir a la escuela… ah… la escuela, me gustan las galletas que prearán ahí. 

- ¡Oh!.... ¡mierda!....- exclamó en susurros...

Y hecho un flan se aferró a su arma en busca de seguridad, apuntando hacia el origen de aquellas ondas que podían estar anunciando la llegada de la criatura.

- ¡Ay mamá!... ¡ay mamá!.... - 

un gran rugido hace eco en los pasillos mientras el agua sigue marcando el movimiento. Ni siquiera Sam con su visor nocturno puesto ves nada más allá de sus narices. 

Sammy va cagando leches hacia el rugido

"¡Vamos! ¡El sentido común nos diria que  huyesemos por nuestras vidas, pero no tenemos sentido común!"

"Hormiguitas, Hurra Hurra!"

- Creo que están jugando con nosotros, muñeca (siempre he querido decir esto).

Felipe avanza a grandes zancadas, dando pataditas por debajo del agua tratando de descubrir qué esconde la mugre. En una mano, la pistola, en la otra... la navaja marrullera dispuesta a asestar un tajo si algo legamoso cobra vida.

Estifen si tenía sentido común... a veces... pero no parecía que esta vez tuviera mucha opción, pues, tal como apuntaba el director, ya no tenían salida. 

- Si... vamos...- Fue todo un logro que no tartamudeara en aquellas dos palabras.

Avanzó tras el grupo pese a sentir que iban directos a las fauces del lobo, a su gigantesco estomago donde bucearían en sus jugos gástricos... Bueno, no sería muy distinto al liquido corrosivo que sumergía la mitad de su cuerpo, pero prefería mantenerse fuera de aquel monstruo devorador. Joaquín tenía sus manías. 

Rubi siguió a los demás, más que nada por aburrimiento, no había notado siquiera las ondas en el agua.

Vamos a jugar todos.

Al ver a Felipe explorar el agua pregunto.

¿Quieres que dispare a donde hay agua? También puedo rebanar

Mostro la guadaña de su arma, orgullosa de esta última.