Partida Rol por web

Dacen escucho la teoria de Talashia y empezo a bajar el arco, aunque fue hasta que aparecio el joven Julios que guardo su flecha y arco. Podia entender a Talashia cuando fue a abrazar al joven Julios pero seria lo mejor no decirle nada que cambie el futuro o talvez si.

Aun no hemos encontrado a los demas elegidos... dijo pensando que lo mejor seria ser sinceros al menos en eso.

Mis dos espadas se desenvainan a la vez que la de Arthian, mientras le miro con fiereza mas sin responder a su pregunta amenazadora, esperando a que Talashia respondiera por mi.

Me muestro realmente sorprendido por el giro de acontecimientos y varias preguntas se formulan mi cabeza. ¿Estamos realmente en el pasado o éstos son solo espíritus, como dice Talashia? Mi sorpresa aumenta aún más al escuchar el nombre de Julius.

- Oh dios mío... - murmuro entre dientes al recordar al pobre gnomo anciano que murió ayer a manos del caballero negro. Me acerco a él tras envainar de nuevo mis espadas y alzando las manos para que Arthian veo que no pretendo nada malo. Mientras camino, le lanzo una mirada de reproche a la Talashia del presente por su primer comentario: lo que menos quiero es ponerles nerviosos - Aquí nadie es un alma muerta, pero intercambiar información nos será de ayuda a todos. Somos del futuro, pues ayer me encontré contigo en una taberna, Julius. Fuiste de gran ayuda y te lo agradezco... además que has envejecido muy bien. -

Sonrío al gnomo, ya que sin él no habríamos podido llegar a los Montes Milenarios. - Nosotros no hemos encontrado aún a los elegidos... aunque creo que sé una manera por la que podría llegar a saber quiénes son. - digo mientras saco de mi bolsa un libro que he intercambiado con un monje mientras nos acomodábamos en los Montes - Este libro contiene información sobre los elegidos. Sabemos que hay uno por cada elemento: fuego, agua, tierra y aire. Creo que Talashia es la elegida del fuego, al igual que vos. -

Hago un gesto a la otra Talashia, y entonces miro a Baesa. - Creo que ella es la elegida del Agua. Y lo cotejaré con este libro. Nos faltarían dos elegidos que aún no he podido encontrar. - digo, suspirando - Pero cuando los encontremos todavía no sabemos que hacer. ¿Podréis ayudarnos con ello? -

Nieblas, oscuridad y un pequeño humano amenazándonos. Aprieto los puños, expectante, mientras los dos humanitos que acompañan a la Llama son los más raudos en desenvainar sus armas para cualquier cosa. Estúpidos, esas cosas no son un juguete y no deberían salir de su funda si no van a ser usadas de una manera u otra. Sin embargo, otra humana habla con palabras parecidas a las de la princesa, e incluso alegando ser la misma. Y Julius... hay que reconocer que ese pequeñajo se parece al mago loco y pequeñajo que tumbó al otro gigante. -Grrrrmmm... -Murmuro para mí, manteniéndome en un segundo plano mientras se desarrollan los acontecimientos. De cuatro elegidos, dos juntos. Tierra y aire, ¿eh? Jah. Espero, paciente. Aquí no hay nada que parezca que deba de ser aplastado, pero no puedo evitar mantenerme expectante.

Una cuarta figura apareció ante vosotros.

Así que o habéis viajado en el tiempo o somos almas errantes recordando su pasado ¿Verdad?. Que interesante...

¿Y porque fiarnos? ¿Como sabemos que no servís al Mal?

En todo caso, seamos almas o no, aún no nos hemos enfrentado al Mal Supremo siquiera, así que no podemos saber quienes son los elegidos de "vuestro tiempo".

¿Que cuando los encontréis no sabéis que hacer? ¿Aún no lo habéis entendido?

Matar al Mal Supremo, eso tenéis que hacer, solo los elegidos pueden hacerle verdadero daño, el resto no son mas que mosquitos para el... Si conseguís pararlo antes de que le invoquen pues mejor, claro. Pero eso es difícil...

La niebla volvió a surgir y parecías estar en los mismos Montes Milenarios a los que llegasteis. Los antiguos cuatro elegidos se encontraban entre vosotros pero su actitud era diferente, ahora si que parecían autenticas almas en pena.

Shailán también se encontraba allí, pues todo apuntaba que tanto el como el resto de monjes eran conscientes de lo que iba a suceder y de que eso os daría mejor información para enfrentaros al Mal. Lastima que el Shailán que teníais delante ya no fuese el mismo que conocisteis hacía tan solo unos instantes...

Señaló a Shailán, atemorizada.

No es el, no es el... Está volviendo a suceder como en nuestra historia, el Mal ha llegado a los Montes Milenarios... Se ha apoderado de los monjes...

Los ojos del monje eran ahora completamente negros.

El Mal nos ha dado poder, seres inferiores. Que idiotas eramos, creíamos que nuestras defensas aguantarían pero no fue así. Ahora el Mal es demasiado fuerte, nos domina. Y cuando os matemos, quemaremos este maldito Templo y la información acerca de esos "héroes" quedará destruida para siempre, como lo hará este maldito mundo en breve.

¡Nos vemos en el infierno!

De las manos del monje surgieron rayos, negros como la oscuridad mas profunda, directos a vosotros, dispuestos a desintegraros...

Cuando la atmósfera volvio a cambiar se puso alerta mientras escuchaba la advertencia de la antigua Talashia. De pronto noto los cambios que ella decia y se preparaba para atacar al monje, del cual no esperaba que atacara con aquellos rayos. Que lamentablemente fueron mas rapidos que mis reflejos.

Golpeando a Dacen con el palo que forma la empuñadura lo intento apartar de la trayectoria de los rayos, mientras salto sobre el eje que forma la propia lanza, para terminar trazando un arco ascendente con su hoja sobre el cuerpo del monje.

DÍA 4 - Turno de noche

Cuando la oscuridad envuelve a la luz

"Todos somos importantes, hasta el ser, a simple vista, mas prescindible puede cambiarlo todo si se lo propone"

Rey Cail 

Una nueva noche caía sobre vosotros, pero eso ahora no os importaba demasiado, os encontrabais en medio de un peliagudo combate. ¿Estarían todos los monjes como Shailán? ¿Que ibais a hacer ahora?

Y por si fueran pocos problemas, aún teníais que encontrar a los cuatro elegidos y el tiempo se agotaba. El Mal Supremo estaba cada vez mas cerca.

La desesperación comenzaba a hacer presa de vosotros pero no podíais rendiros, no ahora...

La noche cae y la ilusión, o lo que fuera que sea, se desvanece poco a poco. Sin embargo, el monje permanece y el Mal está ahí, claramente visible. En forma de dolor, fuego y rayo. Destrucción. Pero no es algo a lo que no esté acostumbrado, y antes siquiera de que los monjes ataquen ya estoy avanzando mientras preparo mi enorme hacha. El impacto me recorre, mientras continúo avanzando, dispuesto a acabar con el monje antes de que pueda causar nada a la pequeña rubia o enturbiar la mente de la princesita. En mi rugido de furia no hay palabras, solo una potente sensación de dolor que estoy dispuesto a hacer que uno de mis enemigos comparta conmigo.

-¡¡¡¡GGRRRRAAAAAAAARRRRGHH!!!! -El hacha hiende el aire y desciende con fuerza, acompañando a mi grito. Desconozco si he acertado o no, pero esta vez no ocurrirá que mi enemigo sobreviva al impacto, si ha sido certero.

Los rayos salieron directos a vosotros con increíble ferocidad. En ese momento, Talashia se cubrió de llamas, jamás había hecho tal cosa, era como si el fuego fuese una extensión de ella misma. Ya lo había controlado mas veces pero aquella sensación era totalmente nueva para ella. Pudo esquivar los rayos con suma agilidad y en un último instante logró apartar a Dacen de la trayectoria de uno de ellos, salvándole.

Baesa y Rendam recibieron un potente impacto en el pecho y ambos cayeron al suelo. El enviado del Rey Cail se mantenía con vida a duras penas pero la sacerdotisa... yacía muerta en el suelo.

Ragkrul también recibió uno de los rayos directamente en su pecho, pero a pesar del inmenso dolor y de que la sangre manaba de su pecho, no se detuvo. Ragkrul no era de los que se rendían. Llegó hasta el monje poseído y con su hacha lo partió en dos de un feroz golpe.

¡Debéis huir! Llegar al Templo es demasiado arriesgado ahora mismo ¡Ya habéis perdido a una de vuestras compañeras!

Pero si se detienen ahora... ¿Que pasará con la información que se encuentra dentro del Templo? Se perderá para siempre ¡Cientos de años de historia pastos de la ira del Mal!

Al recibir el golpe que lo aparto de su camino, volvio a respirar.

Te debo la vida...dijo rapidamente a la nacida de fuego, que volvia a mostrar sus grandes habilidades. Observo rapidamente alrededor para al ver al resto, la curandera habia caido, otro guardian seguia vivo pero lastimado y el orco habia partido a la mitad al monje. Se levanto del suelo rapidamente al escuchar ambas sugerencia hechas por los espiritus del pasado.

La decision es tuya Talashia, te seguire en cualquier camino. comento mirando al templo primero y luego al camino que se alejaba de este. Yo creo que podemos recuperar el templo y que necesitamos recuperarlo. opino.

Poco podéis hacer ahora, el Templo está lleno de monjes poseídos. Si uno solo de ellos os ha hecho esto, imaginaros si se juntan varios...

Debéis haceros con el libro sagrado y huir de aquí. En el se encuentra información verdaderamente útil. Me temo que no vais a poder salvar nada mas. Si ganáis esta batalla quizás puedan recuperarse el resto de los documentos de forma mágica...