Partida Rol por web

Fantasy World (Híbrido de HLdC)

La ciudad del aire

Cargando editor
09/12/2013, 14:50
Vadia, la oscura

Me dirijo a los recien llegados y los saludo educadamente.

Buenas Abaliv, yo tambien me alegro de ver que te has salvado. Siento decirte que Thenidiel cayó luchando contra unos sombras justo después de que os fueraís de la Ciudad del Agua. Luego volví a la ciudad de la ciudad de la tierra de donde a duras penas logré escapar de la destrucción que asolaron los no muertos, pero Andreus, un mercenario humano que solo buscaba enriquecerse, no logró escapar y me fuí a la Ciudad del Fuego. En la Ciudad del Fuego me junté con Castiel y vinimos aquí buscando algo más de información sobre lo que estaba ocurriendo. Justo ahora estabamos decidiendo, Castiel y yo, que hacer, pero creo que de momento nos quedaremos. ¿Qué te parece Castiel?

Cargando editor
09/12/2013, 15:48
Castiel

Como tu prefieras... - dijo mirando con desconfianza a los recien llegados.

Cargando editor
09/12/2013, 15:50
Krisalia Airoh

La situación es delicada, Adaeric, y temo no seamos suficientes para defender la ciudad.

¿Que sugieres que hagamos? ¿Podrías avisar a mas miembros de tu orden?

Cargando editor
09/12/2013, 16:35
Adaeric Evert, el Ungido

Adaeric negó con la cabeza apesadumbrado.

Me temo que desconozco dónde puedan hallarse, y dado que no pude acudir a la reunión que celebraron hace pocos días, por encontrarme investigando los rumores, ni siquiera se de cuantos efectivos disponemos.

La situación es complicada, pero lograremos triunfar  comenzó entonces a dirigirse a todos los presentes, adoptando el mando como casi siempre hacía, de un modo natural. Sin duda, los miembros de la Orden acudirán en cuanto sepan de nuestra necesidad, o bien acudirán a defender al propio rey en su ciudadela. Sea como sea, somos nostros quienes estamos aquí ahora, ¡y sobre nosotros recae el deber de defender la Ciudad del Aire!

Para establecer la mejor defensa posible continuó explicando necesito conocer todos los datos de utilidad. Yo soy diestro en la lucha tanto cuerpo a cuerpo como a distancia. Me consta que Lady Krisalia es una guerrera avezada, probablemente incluso mejor que yo. ¿Y vosotros? preguntó sin ambages a Abaliv,Vadia y Castiel  ¿Disponeis de armas a distancia? ¿Preferís el combate cerrado? ¿O tal vez alguna otra habilidad que nos sea útil?

Entended  aseguró con voz solemne que no deseo aprovecharme de ninguno. Pero me temo que la hora está cerca, y que si perdemos esta ciudad también... no habrá otra en la que cobijarse nunca más.

 

Cargando editor
09/12/2013, 21:03
Abaliv, el Elegido

Me acerco a Vadia y poso mi mano en su hombro -Veo que la muerte es tu fiel compañera, Vadia, pero siempre es un momento para cambiar las tornas, para que la suerte os acompañe y seas tu quien lleve la muerte a vuestros enemigos. Yo me quedo contigo, compañera, y con Castiel. Para ser sinceros confío en vos, yo también he estado en la Ciudad de la Tierra justo cuando los muertos estaban arrasando el lugar. Allí fui mordido -digo enseñando una herida vendada en el brazo -por uno de esos seres, uno que parecía especial, con armadura y preparado para la guerra, uno que parecía ser un mercenario. Se que puedo confiar en ti y vos en mi, pues ese ser debía ser Andreus, el mercenario que murió atacado por los cadáveres, reanimado por la fuerza oscura, por lo que puedo afirmar que vuestra historia es verídica. Los tres podríamos ir a buscar al resto del grupo en los Montes Milenarios, pues allí se encuentra uno de los elegidos, y soy el único que sabe llegar hasta allí pues esa información me fue revelada por un anciano y sabio hechicero. O podemos buscar al resto de elegidos por estos lares, pues esa es nuestra misión.

A continuación me giro hacia mi hermano Paladín, Adaeric -Hermano, yo me uniré a Vadia y Castiel, si a ellas les parece bien. Si os parece bien me encargaré de ellas y las guiaré a los Montes Milenarios. Tu y Krisalia podéis ir juntos a esas Tierras Heladas. Con tantos asesinos sueltos es difícil distinguir entre enemigos y amigos pero creo, hermano, que en vos puedo confiar, y tengo la certeza de que Vadia es un alma pura como la nuestra, pese a que no es miembro de la orden.

Krisalia, la mayoría de los miembros de nuestra orden murieron en el asedio de la Ciudad del Fuego. Los pocos supervivientes nos refugiamos en el castillo del Rey Cail y tres de nosotros salimos de la fortaleza, buscando poder avisar a alguien para salvar la ciudad. Solo yo sobreviví para salir de alli -respondo a la bella pero peligrosa mujer.

Por último me giro hacia mi hermano de la orden, una vez más -Yo tengo en mi poder una espada de gran poder, una daga imbuida con magia y mi propio poder mágico, aunque este último es limitado y mi habilidad con la espada es bastante mayor.

Cargando editor
09/12/2013, 22:59
Adaeric Evert, el Ungido

Adaeric meneó la cabeza en gesto negativo No lo habeis entendido, amigo mío. No se puede viajar a las Tierras Heladas. Si legamos allí fue saltando a ciegas a un portal en la Ciudad del Agua, porque el escudo que nos impedía salir de allí se encogía destruyendo todo a su paso. Desconozco si hay otro modo de llegar.

Creo sinceramente que lo mejor sería quedarnos aquí y proteger la ciudad, distribuidos de un modo equilibrado. Pero si insistís en que debemos encontrar a esos elegidos, deberíamos ir todos juntos.

Cargando editor
09/12/2013, 23:26
Director

Día 5

Amanecer

"No hay luz al final del túnel..."

Una a una las Ciudades han ido cayendo. Los enemigos campaban a sus anchas y cuando los Defensores del Bien giraban la cabeza, las Ciudades y todos sus habitantes caían presas del Mal Supremo y de sus seguidores.

La mañana amaneció oscura, como si el sol no quisiera salir tras el horizonte. Los lugares, se mostraban lúgubres y mortecinos, como si una capa de energía negativa los cubriera de arriba abajo. Era algo deprimente... el Mal se había arraigado en Umbría, y hasta este momento, nadie había hecho nada para evitarlo.

Era como si nada pudiese parar la embestida de los acólitos del Mal Supremo...

Y una mancha más oscura comenzaba a renacer en algún punto oculto del Reino.

Una mancha de muerte, ira y destrucción.

Y ya no había vuelta atrás, por que la Profecía se había cumplido. Lejos, en algún lugar oculto de la vista de los simples mortales, un mal enorme estaba surgiendo, golpeando con sus garras las paredes que lo contenían, rompiéndolas de a poco en pedazos, asomándose al exterior y sonriendo.

La Creación, tal y como la conocemos, iba a cambiar de un momento a otro.

Pero ese cambio, no iba a poder ser visto por Castiel, ya que la pobre muchacha no iba a despertar este amanecer. Su cuerpo, había sido desgarrado por completo, no dejando ni un rastro de su bello rostro. Simplemente, Castiel ahora era un amasijo de jirones de carne y vísceras. Al lado de su cuerpo, también se encontraba el cuerpo de Krisalia, en un estado similar al de Castiel.

Notas de juego

Día 5:

¡Los Recursos A de las Zonas aumentan en 1! Ahora es mucho más fácil en todas las zonas encontrar Recursos del Tipo A.

Tenéis hasta las 23:59 del Viernes 13 para decirnos como "solo para el director" (en el lugar donde os encontréis, no en vuestra escena personal) a donde os queréis mover, si es que queréis cambiaros de localización.

Cargando editor
10/12/2013, 00:33
Adaeric Evert, el Ungido

Adaeric sonrió con apariencia lobuna. Sus sospechas se habían confirmado. El paladín se giró hacia las dos personas que, junto a él contemplaban con calma sendos cadaveres.

Así que Vadia es de los nuestros también  exclamó mirando a Abaliv, pues no estaba seguro de que el otro hombre lo hubiera sabido de antemano.

Adaeric se agachó entonces, sacando un pequeño vial de cristal de su guante, al que quitó el tapón y que acercó al charco de sangre de Krisalia y Castiel, que ya comenzaba a coagularse. Una vez lleno, lo volvió a guardar en el mismo lugar, y se incorporó.

Tal vez haya sido puro azar, tal vez la mano del Señor Oscuro.   anunció el paladín Pero la cosa ha salido perfecta. Ahora debo viajar a las tierras oscuras, a entregar esto. ¿Vendreis conmigo o viajareis a atajar ese problema de los elegidos?

Notas de juego

;)

Cargando editor
10/12/2013, 08:20
Abaliv, el Elegido

Observo los cuerpos sin vida de Castiel y Krisalia, ambos despedazados y mutilados, y no puedo evitar soltar una carcajada -Bien, bien, las cosas van a la perfección. Mi querida Vadia, tienes suerte de haber comentado lo del ataque de los muertos en la Ciudad de la Tierra. Si no hubiera sido por ello te habría matado esta noche pero tu historia era pura mentira, no pudisteis luchar contra los muertos pues fui yo quien destruyó dicha ciudad y cuando llegué allí no os vi.

Me acerco a los cadáveres y los examino, buscando sus pertenencias para engordar las mías. Mi estómago rugía hambriento y debía celebrar nuestra victoria -Id al mercado de la ciudad y comprad lo que deseéis pero no tardéis demasiado, os voy a enseñar como arrasar las ciudades y como alzar un ejércitos de muertos. Después iremos a las Tierras Sombrías, llevo mucho sin ver al hechicero y ya va siendo hora de que obtengamos alguna recompensa y más información. Y si de paso encontramos a alguien que matar mucho mejor.

Por último cojo un palo y dibujo en alguna zona con tierra la disposición de varias ciudades, incluidos los Montes Milenarios -No se cuantos héroes quedan vivos, la verdad, pero se que si están en algún lado es en las Tierras Sombrías, cosa que dudo, Los Montes Milenarios y las Tierras Heladas. En los Montes se encontrarán, casi con total seguridad, la hija del Rey Cail y sospecho que una de las elegidas, Talashia, la curandera Baesa, uno de los hombres de confianza de Cail, Adreim, capaz de encontrar la marca del mal en aquellos que observa y un gigantesco orco, Ragkrul, aunque puede que este ya esté muerto pues nadie confiaba en él. En las Tierras Heladas están, si Adaeric no se equivoca, Maxra, una de las posibles elegidas, Braka, un orco muy fuerte que tiene en su poder una gema maldita, Pia, una mujer que confía en Adaeric, y Mano Larga, sospechoso de ser uno de los nuestros. Luego tenemos a dos problemas rondando por alguna zona desconocida, el goblin Pispas, al que ataqué pero desapareció por arte de magia, y Ela, una jodida zorra que no para de acusarnos a Adaeric y a mi, no sin razón. Pese a que ataqué a Pispas fue gritando mentiras sobre su vinculación con el mal por lo que puede que aún no sospeche del todo en mi.

Tras la charla me acerco a mis hermanos de guerra- Iremos pues a las Tierras Sombrías y, tras ello, a las Tierras Heladas o los Montes Milenarios. Creo que entre los tres podemos arrasar ambos emplazamientos si llevamos la iniciativa, aunque será una tarea ardua y arriesgada. Si no me equivoco podemos llegar a las Tierras Heladas desde un portal en la ciudad del Agua pero prefiero consultarlo con nuestro jefe primero. Por cierto, Vadia, ¿cual es su nombre? -pregunto a la mujer mientras poso mi mano en la empuñadura de mi espada. Estoy casi seguro de que es de las nuestras pero prefiero asegurarme.

Notas de juego

Hemos tenido mucha suerte hermanos. Vadia, ya se que eres de los nuestros pues no hay votación pero pregunto por puro roleo.

Jefe, requiso todo lo que tienen los cuerpos para coger un par de recursos.

Comprad lo que queráis pues cuando acabe con la ciudad nos quedaremos sin mercado.

Voy a las Tierras Sombrías, por cierto.

Pd: Adaeric, me has quitado la habilidad especial, era mía xD

Cargando editor
10/12/2013, 13:43
Adaeric Evert, el Ungido

Notas de juego

La de la suerte? Pues omla un montón jajaja.

Yo ya hice mis compras, así que a las Tierras Sombrías.

Ojo, porque si nos topamos con Ela y nos ve juntos va a acusarnos de inmediato. Pero si está Pia, preferiría dejarla para el final, por si podemos sembrar la duda. Y sí, estoy convencido de que Maxra es una elegida, pero dudo que se hayan queado mucho en las Tierras heladas. Para mí que tenemos que ir rapidito a las Tierras Sombrías.

Cargando editor
10/12/2013, 13:47
Abaliv, el Elegido

Por cierto, cuando escojáis una víctima decid delante de su nombre "obviamente" o "pese". Por ejemplo, obviamente, mi querido Pispas, se que ahora desconfías de mi -indico, dando un patrón con el que trabajar para no acabar con el mismo objetivo -como es obvio, si no se acompaña con un nombre, no será una clave. Tened cuidado y estad atentos.

Notas de juego

Jodido, no me des envidia que solo había una xD

Yo es que como he ido arrasando ciudades me he quedado sin poder comprar en ningún lado y tampoco tenía mucha experiencia.

Y si, Maxra debe ser una elegida, Ela debe morir nada más verla y nos vamos a las tierras Sombrías en breve.

Respecto a Pia, depende de la situación, si la encontramos solo junto a Ela nos lanzamos a por ella, la matamos entre los tres, la acusamos y ya, si eso, matamos al resto.

Cargando editor
10/12/2013, 14:06
Abaliv, el Elegido

Adaeric, he de pedirte un favor ¿recuerdas el arco que te di? Necesito comer algo o no aguantaré la batalla que tenemos delante pero no tengo la posibilidad de comprar nada ahora si quiero fortalecerme en las Tierras Sombrías -digo a mi hermano, confiado en que tendrá lo que necesito.

Notas de juego

Pues eso, que no tengo experiencia como para comprar raciones y la habilidad especial en las Tierras Sombrías. Si alguien es tan amable de comprarme comida :)

Tengo una espada corta, por si alguien la quiere -Espada corta (ATAQUE +1 DAÑO +0)

Cargando editor
10/12/2013, 16:12
Adaeric Evert, el Ungido

No hay problema, amigo mío  respondió Adaeric ofreciéndole un paquete con raciones secas y algo de queso. Debemos estar en plenas facultades para la tarea que nos aguarda.

 

Notas de juego

Master, gasto el PX que me queda comprando otra ración de comida, y le doy una a Abaliv

Cargando editor
10/12/2013, 16:19
Abaliv, el Elegido

Gracias hermano -respondo tomando las raciones y la mano a mi compañero -por cierto ¿desde cuando servís a Morgaron?Siempre pensé que yo era el único descarriado de la Orden de la Luz ¿y vos, Vadia? Si de verdad servís en nuestro bando.

Cargando editor
10/12/2013, 21:42
Vadia, la oscura

Me siento un poco confundida por los últimos acontecimientos y no se muy bien lo que ha pasado. Veo que mis dos nuevos compañeros dicen algo de que ellos son la causa de toda la destrucción que ha habido en las demás ciudades y no consigo saber porque Castiel ha muerto.

-Querido Abaliv, de hecho no era ninguna mentira, estaba en la Ciudad de la Tierra, cuando un caballero oscuro me hirió y con eso el señor de mal me hizo suya. Luego, antes de que pudierá salir de la ciudad, me atacaron dos Lores no muertos del Abismo, pero pude derrotarlos a ambos y me escape. El resto de la historia ya lo os lo he contado antes. Os acompañaré y haré lo que sea necesario para revivir al Mal Supremo. Si se llama o no Morgaron no lo se puesto que nunca me he encontrado con él. Simplemente hay algo en mi interior que cambió con el ataque del caballero oscuro que me obliga ha hacer lo que he hecho hasta ahora.

Notas de juego

Siento no haber respondido, pero durante el día lo tengo bastante dificil para conectarme.

Yo tambien decido comprar 2 raciones de comida y le doy una a Abaliv por si necesita en algún otro momento.

Después de eso voy a las tierras sombrias con Abaliv.

Cargando editor
10/12/2013, 21:57
Vadia, la oscura

Notas de juego

Mejor dicho me compro 3 raciones de comida y le doy 1 a Abaliv quedandome con los otros 2.

Cargando editor
10/12/2013, 22:35
Abaliv, el Elegido

Cojo la comida que me ofrece Adaeric y la engullo sin rodeos. Cuando Vadia me responde no puedo más que ofrecerle una sincera sonrisa -Gracias hermana. Veo que tu cambio ha sido más por obligación que por convicción pero, creeme, no te arrepentirás, nosotros somos el cambio, la esperanza. Venid, voy a enseñaros como se hacen las cosas.

Tras mis palabras guío a mis hermanos, uno por vocación, la otra por obligación, recorriendo las calles de la ciudad del aíre -Sabéis, en un inicio los hombres éramos libres, nacidos con la posibilidad de elegir nuestras propias acciones, nuestro destino, nuestro futuro. Fueron los tiempos de los héroes de los hombres, héroes que han quedado sepultados bajo la ignorancia, el robo y la opresión que corroen el alma de nuestras ciudades. Pero yo aún los recuerdo y se que, aún muertos, siguen alimentando las ciudades, esta vez con sus cuerpos putrefactos.

Por fin llegamos al lugar indicado, el cementerio de la Ciudad del Aire, un lugar extenso y poblado por tumbas, la mayoría en estado ruinoso. Camino con calma, como si la tierra muerta fuera mi verdadero hogar, dirigiéndome al centro, al origen, mientras voy leyendo algunas de las tumbas -Torgil Speron, fiel guerrero, mejor amante, murió defendiendo a sus compatriotas de los salvajes del Norte. Howald Gador, hombre cuya mente ideó los muros y calles de esta ciudad, la Ciudad del Aire. Melisa Roard, hechicera que salvó a los primeros constructores de la ciudad de las garras del frío invierno con su magia hasta que fue consumida por la misma. Cardius Evert. Este parece ser un antepasado tuyo, Adaeric. Señor de las colinas, unió a las tribus que allí poblaban y les dio un destino, una misión, encontrar un lugar mejor donde vivir. La Ciudad del Aire.

Mis últimas zancadas me dejan junto a cuatro tumbas y, tras leerlas en voz baja, me inclino por una de ellas -Lord Harold, nacido de una tribu humilde, luchó por sobrevivir, por crecer, por ser más fuerte. Tal era la fuerza de su espíritu que consiguió unir los pequeños asentamientos que habitaban el lugar, en guerra perpetua, creando por fin una ciudad unida, la Ciudad del Aire. Él creó todo lo que veis, el forjó esta ciudad gracias a su espada y su alma inquebrantable. Él es un héroe, un hombre que cambió el mundo gracias a su poder, un hombre que, sin duda, adoraba a Morgaron. Y él comandará a sus ejércitos de nuevo hacia la victoria de nuestro señor.

Me abro un fuerte tajo en la mano creando una tercera herida de la que brota sangre hacia la tumba -Morgaron, yo, Abaliv, vuestro fiel siervo, os solicito de nuevo vuestro poder para dar fin a la vida de estos parásitos que han robado los dones que nos otorgaste y viven una existencia vacía, sin pasión ni fe. Lord Harold, levantaos y recoged vuestras armas. Es hora de que volváis a unir a vuestro pueblo para el renacer de la Ciudad del Aire, de Meridial, del mundo entero. Es hora de que vuelva Morgaron.

Mis palabras nuevamente surgieron efecto ante la mirada de mis hermanos, que apenas habían llegado a ver una pizca del poder de nuestro señor. Me reúno junto a los primeros cadáveres reanimados y doy un par de órdenes rápidas -Traed vivos a todos los que podáis. Haremos un ritual como es debido, para más gloria de nuestro señor.

Tras ello deambulo junto a Adaeric y Vadia por la ciudad, matando a aldeanos aterrorizados con mis rayos de pura oscuridad. Cuando la ciudad queda en practicamente completo silencio, un grito mudo de libertad, la calma que precede a la tormenta, a un nuevo renacer, me dirijo al cementerio, donde se han reunido a varios aldeanos aún vivos, tal y como ordené.

Mi nombre es Abaliv y soy aquel que ha truncado vuestras vidas, aquel que les ha dado un cambio de irremediable. Decidme ¿no añoráis el vivir un segundo más? ¿no os arrepentís por todo aquello que no hiciste? ¿por lo que no os atrevísteis a hacer? -pregunto a los cautivos, todos ellos con un cadáver reanimado y armado tras sus espaldas -sois débiles pues así os han criado. Recordad, pensad, reflexionad. Toda vuestra vida ha sido marcada por unas leyes que os impedían hacer aquello que deseabais, que os encadenaban a una doctrina impuesta, a unas ideas que no son vuestras. Una ideología que viene marcada por la fe en un dios, el señor de la Luz, una entidad que, según sus sacerdotes, es piadosa y buena. Pero es solo una mentira más -reflexiono ante tantos hombres que no se atreven a mirarme -ese dios os ha encadenado desde vuestro nacimiento, os ha cortado las alas, os ha impedido crecer, vivir, sentir. Él os ha limitado, os ha impedido ser uno de los grandes héroes de antaño. Mirad estas estatuas, las figuras de Lord Harold, Lady Roard o Lord Evert. Ellos eran héroes, ellos eran grandes hombres, libres, siervos de Morgaron, el señor de la oscuridad.

Cojo aire de nuevo y lanzo una onda de pura oscuridad hacia el cielo -Vosotros podríais ser como ellos si quisieseis, si abrazarais a Morgaron, si estuvierais decididos a vivir. Pero tenéis miedo ¿y quién no? El dios de la luz os ha enseñado que sois débiles, que necesitáis unas leyes que os impiden mataros, que necesitáis señores y reyes. Abrid vuestros ojos pues ello no es más que una trampa, una cadena que os impide levantaros, erguiros. ¿Cuantas veces os habéis decidido a dejar pasar aquello que queríais porque la ley así lo mandaba? ¿cuantas veces os habéis quedado con las ganas de decir que no a un hombre que se aprovechaba de vosotros, de un parásito? ¿no habéis deseado matarlo para ser libres, para recuperar lo que es vuestro? Yo podría mataros a todos ahora mismo pues vuestra vida me pertenece ya que yo soy libre y la libertad es poder. Pero no son vuestros cuerpos lo que quiero, añoro vuestras almas, añoro que podáis respirar en libertad, que vuestras estatuas vigilen las calles de la Ciudad del Aire -continúo, señalando la estatua de Lord Harold con la mano -Levantaos aquellos que queráis ser libres, que queráis poder. Desprendeos de vuestras cadenas, mirad hacia la libertad, dejad la servidumbre y abrazad la libertad. Levantaos y probad el poder que os ofrezco. Tomad un arma de mis guerreros y acabad con la vida de diez de los parásitos que os rodean, de aquellos que os han mantenido atados.

Espero pacientemente a que se levanten todos los voluntarios y que acaben con la vida de la mayor parte de los cautivos. Tras ello me decido a obligarles a dar otro paso pues lo que han hecho ha sido demasiado fácil -Grabad en vuestra piel una señal de vuestra libertad, un estigma que os recuerde que siempre seréis libres, que vosotros decidís que hacer con vuestras vidas, vuestras almas, vuestros cuerpos. Cercenaos un dedo de vuestra mano izquierda y marcaos el cuerpo con vuestra propia sangre. Dibujaos y escribios aquello que deseáis pues pronto será vuestro.

Nuevamente espero que me obedezcan y, mientras tanto, me acerco a los guardias esqueléticos -Matad al resto y que su sangre sirva para transformar estos cuerpos, estas almas que ahora pertenecen a nuestro señor -ordeno señalando a aquellos que han obedecido mis peticiones y se han entregado a Morgaron -en seres de mayor poder, libres, puras, llenas de oscuridad, hombres que puedan ir a asediar a ese Rey Cail y que sieguen su vida y la de sus hombres.

Notas de juego

Tocho post increíble. Si algo no cuadra puede modificarse o ser borrado.

Un saludo.

Cargando editor
13/12/2013, 13:25
Director

El Mal vuelve a escuchar a Abaliv y los muertos caminan nuevamente sobre la tierra, arrasando la Ciudad del Aire sin piedad. Tan solo una tumba, como Abaliv ya imaginaba, se queda intacta. En su inscripción reza la palabra "Aire".

Una vez contemplado el macabro espectáculo, Aderic, Vadia y Abaliv parten rumbo a las Tierras Sombrias.