Partida Rol por web

Fantasy World (Híbrido de HLdC)

Prólogos II

Cargando editor
22/10/2013, 00:12
Zorin Maldian

Aprieto de nuevo el botón para volver a subir mi Cerebrocueva. 

Después salgo con una taza de té en la mano caliente lista para Gys

- ¿Y bien? ¿A quién buscabas? Cuéntame. Disculpa que no te invite a entrar pero no quiero manchar de sangre mi casa. Puedes taparte con eso si tienes frío. Sentémonos en esta roca. 

Cargando editor
22/10/2013, 10:00
Riora "MachacaCráneos"

Riora abrió los ojos de par en par al ver el poder destructivo de las criaturas, ¿O quizá era cosa de las espadas? Daba igual, no tenía tiempo de averiguarlo, saltó hacia un lado para evitar el impacto de un segundo ataque. Sus pies se movieron solos, la mente de Riora estaba demasiado desconcertada como para pensar con claridad, por suerte el instinto es algo que no precisa serenidad o calma. Con tres saltos dejó su posición para colocarse a nivel del suelo e inició una carga para empezar a girar sobre si misma a pocos pasos de los atacantes. Un enfrentamiento directo era una locura, lo que necesitaba era algo de tiempo para poder huir, así que estiró los brazos con el fardo de carne en las manos mientras empezaba a girar como una peonza para impactar con la mayor fuerza posible a cuantos más enemigos mejor. Si conseguía tumbar a un par igual tendría tiempo de correr.

- NGRAAAAAAAAAHHH!!!!

Cargando editor
22/10/2013, 11:36
Gys Laraer

Un paso más y tendría a esa bestia a distancia de mi espada, con un poco de suerte todo se terminaría de una forma rápida, pero las fortunas me tenían reservada una nueva sorpresa. La espada salió disparada de mi mano en el momento justo en que termine la finta, así que me quede delante de esa bestia desarmado.

- ¡Me caguen la puta! ¡Y que más!- exclame al ver mi espada a unos cuantos metros del lugar donde me encontraba, lo suficientemente lejos para convertirse en un gran problema.

Un zumbido a mi espalda hace que mire de reojo a la casa del enano que comienza a hundirse en el suelo, quedándose enterrada hasta el techo. Al final no voy a morir ni decapitado, ni en una callejuela con una sucia puñalada en la espalda, sino devorado por un bicho volador en estas putas tierras yermas, que perra es la suerte – murmure preparado para enfrentarme a la muerte.

Y de repente, cuando estoy esperando el mordisco de la bestia, esta comienza a asustarse y revienta en mil pedazos, cubriendo con una mezcla de sangre, vísceras y a saber que coño más. Alzo mis manos al cielo lanzando un largo suspiro antes de gritar:

-¡Por todos dioses, como odio esta puta tierra!

Tras eso observo mi alrededor y veo aparecer al enano con una taza de té en la mano con rostro tranquilo, indicándome con un gesto un ala, que parece estar completa. Con un poco de suerte podre hacerme una capa o similar cuando encuentre a un buen curtidor.

- Gracias por el té y la ayuda, me has salvado la vida, maese enano – comienzo a decir mientras recojo mi arma guardándola en la vaina y después el ala de la bestia -Mi nombre es Gys Laraer, me han enviado en la búsqueda de un esbirro del hechicero oscuro, que parece encontrarse en estas tierras. Si puedo acabar con él mucho mejor, pero si no conseguir toda la información que pueda sobre él y sobre su señor. Tal como te dije antes, me dieron unas indicaciones de donde podía encontrarlo pero creo que me he perdido en estas tierras – termino extrayendo el papel donde tengo apuntada las indicaciones y demás, y dándoselo a Zorin.

Cargando editor
22/10/2013, 20:02
Ragkrul

La escalada me calienta los músculos, fríos por el clima, y me permite considerar los métodos que voy a usar para obtener las respuestas que quiero. No dudaré en matarlo lentamente, o en acabar con su aldea, pero quiero terminar lo antes posible, pues he oido que una nueva guerra se alza y mis brazos podrán empujarla hacia el destino que deseo.

Sin embargo, algo no va bien. El hombre no baja. Reza, o balbucea, y quizá haya perdido el juicio. No me gusta. Si es lo último, sus respuestas directamente serán inútiles, y solo cargaré con un peso inútil de vuelta al refugio. Reviso mi pequeño arsenal, y sujeto un par de pesas unidas por una cuerda. Y vuelvo a bajar, avanzando hacia la presa. Si su locura o su conversación lo hace decidir lanzarse, una buena atadura en las piernas me dará tiempo suficiente como para darle un cabezazo contra una roca y cambiar ese modo de pensar. O de desear haberlo conseguido, más bien, para huir de mí.

Cargando editor
22/10/2013, 20:25
Z

Aquellos individuos me sorprendieron gratamente, al ver que tenían el poder de enviar un ataque a distancia con sus espadas, una especie de onda corto la entrada de la cueva en dos y otro de los ataques se dirigía directamente a mí, los otros dos ataques iban dirigidos al ser que se encontraba encima de la entrada de la cueva.

Sin mucha dificultad y un grácil movimiento esquive el ataque, y entonces fue cuando apareció ella, una orca salto y se desplazo hacia nuestros atacantes cargando contra ellos.

Así que eras tú, la que me esperabas arriba, pues nuestro enfrentamiento tendrá que esperar, pero gracias por la distracción, es justo lo que necesitaba para acabar con ellos.

Con un movimiento rápido me acerque a ellos y descargue varios ataques certeros con "hojafilada", no pasaría mucho tiempo antes de que salieran con vida de este claro.   

Cargando editor
23/10/2013, 11:11
Raenhmi Sombra Oscura
Sólo para el director

Observo el mechón rubio con curiosidad. ¿Mío...? No, pero ¿y la perturbación?

Y, como si fuese algún tipo de emboscada, salto hacia atrás en busca de preveer cualquier tipo de ataque. Este sitio no me gusta...

Y entonces mis ojos buscan alguna salida, mientras dejo caer con suavidad el cabello mojado y vuelvo a ocultar mis armas.

Cargando editor
23/10/2013, 15:51
Director

- Encantado de conocerle, señor Pis. Mi nombre es Rufus, y este que ve aquí es mi inseparable compañero Cornelius Random. - Dijo el pato señalándote con un ala al hombre con gafas oscuras que sonreía. - Somos inseparables, y no podemos vivir el uno sin el otro. Es una relación simbiotica. El me da de comer, yo le presto mis ojos. Es así, no hay más que decir. -

Cornelius seguía sonriendo, como abstraido, mientras el pato conversaba con el Goblin.

- ¿Y qué lo trae por aquí, señor Pis? -

Cargando editor
23/10/2013, 15:53
Director

Z y Riora hicieron lo que era de esperar, luchar por sus vidas. La orca no se quedó en su posición elevada y descendió para enfrentarse a los encapuchados, al mismo tiempo que Z sacaba su espada y también avanzaba hacía ellos. La batalla había comenzado, y el marcador seguía empatado.

Sus ataques, aunque no lo querían, fueron coordinados a la perfección. Al mismo tiempo que Riora cargaba contra los atacantes, Z blandía su espada dando cortes a diestra y siniestra. Rápidamente, los atacantes se sintieron avasallados y comenzaron a retroceder, al mismo tiempo que dos de ellos caían al suelo debido a los ataques de los aventureros y entre volutas de humo, desaparecían de allí dejando sólo sus túnicas.

Los otros dos se miraron por un segundo, y no se lo pensaron. Y en un parpadeo, sus cuerpos desaparecieron también en forma de humo negro, dejando allí en el suelo las túnicas sin nada dentro.

El hecho es que ahora mismo, la orca y el hombre estaban frente a frente, separados por unos cinco metros el uno del otro y se miraban a los ojos... ¿Qué sucederá ahora?

Cargando editor
23/10/2013, 15:58
Director

El mapa que Gys le enseña a Zorin es un garabato de las Tierras Sombrías, con muchas indicaciones borrosas, manchas de sangre del Behemoth y por supuesto, una X roja que indica el sitio dónde se podría encontrar el informador. La verdad es que Zorin sabe muy bien dónde se encuentra esa X, a unos pocos kilómetros internándose más en las Tierras de las Sombras...

Pero también sabe muy bien quién o quienes viven allí...

Los Gigantes Ciegos...

Cargando editor
23/10/2013, 16:01
Director

Rakgrul se acerca al hombre que de repente, se detiene mirando el precipicio... ¿Es qué se había decido ya? La cuestión es que en ese momento, nuestro valiente aventurero no sabe muy bien qué hacer, si salir corriendo en su búsqueda o dejarlo estar ya que parece ser un caso perdido...

Pero el hombre se giró y miró hacía la posición de Rakgrul.

No era el mismo hombre, su rostro había cambiado. Ahora sus ojos eran negros como la noche y sus dientes, puntiagudos y amarillentos. Estaba claro que de hombre, no tenía nada. Sus manos se convirtieron en garras, con las uñas amarillas enfermizas, de las cuales caía un icor verdoso que dejaba marcas en el suelo de dónde se desprendían volutas de humo.

- Es hora de la lección número uno. - Dijo la criatura con una gélida voz.

Cargando editor
23/10/2013, 16:04
Director

La única salida que había de esa cueva era descendiendo el terraplen. Sabías a ciencia cierta que tras varios metros de descenso, el tunel se colocaba en horizontal y en una gran cueva que se abría al final de ese tunel, había una escalera de roca viva que ascendida hacía la superficie.

Y ahora que lo piensas, no recuerdas como sabes todo eso.

Es como si al tocar el mechón de cabello...

Cargando editor
23/10/2013, 17:25
Ragkrul

Magia. Un nigromante, o quizá un invocador lo suficientemente estúpido como para sacrificarse a sí mismo. Me detengo al instante, y lanzo las boleadoras contra sus piernas, desenvainando mi espada y soltando una carcajada, mientras le respondo con tono gutural.

-¡Estúpido, ya conozco la lección numero uno! ¡Nunca te enfrentes a un hombrecillo calvo que sonría! -Grito, entrechocando el puño izquierdo contra mi pecho, donde hay una larga cicatriz. No pretendo luchar contra él y dejar que me golpee, pues parece la clase de monstruo a evitar, y no creo poder sacar demasiada información de una abominación. Pero huir tampoco es una opción, pues probablemente me persiga, y con eso solo lograría cansarme. Así que lo combatiré y lo expulsaré de la mejor manera que conozco: por la fuerza. O lo que es lo mismo, despeñándolo, ya que tanto lo deseaba.

Cargando editor
23/10/2013, 18:08
Z

Como me imaginaba, aquellos seres no eran rivales para mi espada, sin embargo aquella orca que me había ayudado ya era otra cosa.

No te manejas nada mal para ser orca, pero si tienes intenciones de acabar conmigo creo que terminaras como esos cobardes. 

Levanto mi espada preparado para su reacción, con un sólo movimiento podría cortarle la cabeza, aunque también podría fallar y recibir un buen golpe por su parte, pues había observado la velocidad de sus movimientos y no eran precisamente lentos.

Cargando editor
23/10/2013, 22:37
Riora "MachacaCráneos"

Riora dejó caer el fardo que sujetaba cuando todos los atacantes desaparecieron, no podía combatir contra el extraño con tanta carga ya que la ejecución de los movimientos del desconocido eran perfectos. Caminaba de lado asiendo su mellada hoja con la mano zurda y medio agazapada como una pantera que aguarda el momento idóneo para lanzarse al ataque.

Su vista se centraba en los ojos de Z, se puede leer en los ojos y estos no parecían asustados. La Orco se tomó el privilegio de sonreir, al fin mandaban a alguien que no apestaba a miedo. Pero eso no lo era todo.

Finalmente se lanzó a la carrera, golpeando con la parte plana de la espada para comprobar cuan fuertes eran sus músculos y su capacidad de reacción.

- Desearás no haberme encontrado, como todos los demás!!! - Rugió mientras se abalanzaba sobre el individuo.

Cargando editor
23/10/2013, 23:15
Pispantorín
Sólo para el director

Me quedo mirando a Rufus con los ojos muy abiertos por la sorpresa, con la boca abierta y la jarra a medio camino de la boca. O he bebido demasiado, que va a ser que no, o este es un pato que habla, ¿pero que clase de magia es esta?, pienso sin dejar de mirar al pato llamado Rufus.

Por un momento me encuentro preguntándome cuanto valdría un pato que habla y razona, después recuerdo que ya no tengo ni clan ni una caravana a la que volver y un leve rastro de tristeza cubre mi rostro. Además, el tipo de rojo parece un mago, viste como un mago y bebe vino, como los magos, esto puede ser una falacia, pienso antes de beber.

Rápidamente me pongo de pie en la silla y me apoyo con los codos en la mesa para poder acercarme más al pato y mirarlo detenidamente de cerca:

Que curioso. Digo con voz aguda pero baja. ¡Encantado Rufus! Le grito al pato. Después me giro hacia el hombre y de nuevo grito con voz aguda ¡Un placer conocerle Cornelius! Digo tendiéndole la mano. Después me giro de nuevo hacia el pato antes de continuar. ¡He pedido dos jarras, para nosotros!, ¿¡tú tomas algo!? Después estiro un dedo para poder tocarlo, en varios sitios, por si es una ilusión, mientras lo hago continúo. Estoy de paso, ¿sabes? Sólo estoy buscando a unos "amigos" a los que quiero presentar los respetos de mi clan. Digo arrastrando la palabra "amigos". ¿Y vosotros?

 

Cargando editor
24/10/2013, 20:50
Raenhmi Sombra Oscura
Sólo para el director

¿Qué me pasa? Mis capacidades de rastrear se incrementan... o algo. ¿El cabello?

Niego con la cabeza, bastante confusa por la situación en sí, no obstante me ajusto el cabello y continúo preparada para cualquier eventualidad. Mis dedos acarician el agua y una ligera sonrisa en mis labios. No sé el qué, pero me gusta... salgamos de aquí.

Sentencio para mí misma, descendiendo por el terraplén.

Cargando editor
24/10/2013, 22:24
Gys Laraer
Sólo para el director

Notas de juego

Una cosa master, a efectos de roleo, ¿doy por hecho que Zorin me dice algo sobre la zona a la que ir o espero a que postee él?

EDITA MÁSTER: Pues mejor que esperes a que postee él si quieres irte de allí. Aún así, puedes postear cualquier cosa :)

Cargando editor
25/10/2013, 15:32
Director

Ni Z ni Riora tenían la seria intención de dejar la lucha así por las buenas. Z parecía menos decidido a atacar, y se mantuvo prudente, pero el fuego guerrero en la sangre de la orca no hizo más que avivar las llamas de guerra que existen entre ambos aventureros, que hasta hace unas horas ni siquiera sabían el uno del otro. Ahora mismo iban a combatir...

La orca salió disparada hacía el hombre, sin embargo de repente, ambos sintieron como el tiempo se detenía en todo su alrededor... como si el aire ahora mismo fuera aceite y todos sus movimientos de repente se volvieran lentos y difíciles de realizar...

Un hombre de mediana edad, ataviado con una armadura roja, con un león, una serpiente y un aguila dibujado en la pechera, se acercó caminando como si a él no le afectara nada de lo sucedido. Se colocó justo a un metro de ambos, y os miró con una sonrisa de oreja a oreja. Vuestros movimientos se detuvieron en el aire mientras el extraño sonreía.

- Es mejor que guardéis este ímpetu para luchar contra los enemigos, Z y Riora. - Dijo el hombre sin dejar de sonreir. - Estáis unidos por algo mucho más grande que el odio, las ganas de combatir o la fuerza, estáis unidos por el alma... por vuestra alma incorruptible... y estáis unidos por mí. -

El hombre pasó entre medio de ambos, y apartó a Riora de la trayectoria de impacto con Z, y tras dar un par de pasos más, se giró hacía vosotros.

- Estáis tan unidos que si uno de vosotros muere, el otro lo hará también. Es así de fuerte el vínculo que une vuestras almas. Y si, lo sé, puede ser que ambos os odiéis, pero esos sentimientos mundanos no tienen cabida en dónde yo vengo. Estáis predestinados a ser héroes. -

Y lentamente, su imagen se fue desvaneciendo mientras el "aceite" que había en el aire desaparecía. Justo en el lugar en el que se encontraba el hombre, aparecieron tres medallones. Uno con la forma de un León, otro de una Serpiente y el último en forma de Águila.

Cargando editor
25/10/2013, 16:04
Director

Cornelius no dejaba de sonreir mientras Pispas hablaba. Cuando el pequeño ser verde terminó de hablar, Rufus suspiró y el mago, por que si, era un mago, se levantó de la mesa disculpándose, por que necesitaba ir al servicio. El hombre trastabilló entre las mesas, con su bastón y apoyándose en lo que podía y gracias a que Rufus lo estaba guíando, pudo encontrar la puerta del servicio con tranquilidad.

Ahora, Pis y Rufus estaban solos.

El pato se acercó al goblin y lo miró a los ojos tras sus gafas de pasta.

- Primero, no somos sordos. Él es ciego, pero ninguno de los dos somos sordos, así que no hay por qué levantar la voz. - Dijo Rufus. - Segundo, nosotros también estamos buscando a unos "amigos" para darles la enhorabuena. Pero Cornelius piensa que vamos a una fiesta, así que no tiene por que enterarse, ¿capisci? -

Tras cinco minutos de intenso silencio, dónde Pis y Rufus estaban enfrascados en un duelo de miradas, Cornelius regresó tirando un par de vasos de cristal llenos de aguamiel por el camino. Se sentó en su sitio y comenzó a hablar, mientras pato y goblin seguían mirándose.

Aunque, lentamente, mientras el mago intentaba decir alguna cosa, su cuerpo comenzó a desaparecer muy despacio, hasta que al final, no quedaba nada de Cornelius en esa silla. Sólo una nota.

Querido Pis:

Tengo entendido que estás buscándonos, y eso es algo que no podemos permitir. Ahora servimos a un ser superior, el cual nos protege y evita que gente como tu nos encuentre, pedazo de ser verde. Así que, mientras nos sigas dando por culo a nosotros, ÉL te va a dar por culo a ti. Si quieres volver a ver con vida a tu amigo, será mejor que dejes de buscarnos o sino...

( Por si no te quedó clara la amenaza velada, si sigues entrometiéndote en SUS asuntos, el mago es hombre muerto )

Goblin Mensajero.

Rufus se quedó mirando la nota, y después, te miró a ti.

- ¿Qué está pasando? - Te preguntó sorprendido, justo cuando una lágrima salía por debajo de sus gafas y rodaba por su emplumada mejilla.

Cargando editor
25/10/2013, 16:16
Director

Las boleadoras de Rakgrul se enredaron en los tobillos del engendro, que miró hacía abajo al verse incapacitado para correr. Aún así, cuando levantó la cabeza aún seguía teniendo esa sonrisa de suficiencia, como si esto no lo fuera a detener. Y así fue. En una humareda de calor y fuego verde, las cuerdas de las boleadoras se desvanecieron y de su espalda, se asomaron dos alas negras enormes, que parecían estar hechas de jirones de tela oscura como la noche.

Mientras el guerrero avanzaba, el engendro abrió sus alas y levantó vuelo, lanzándose al vació y planeando hacía el horizonte sin posibilidad alguna que Rakgrul pudiera ahora alcanzarlo.

Miraste al suelo para patear lo primero que te encuentres, sin embargo, lo que pudiste ver allí, junto a los dos plomos de las boleadoras, era una especie de broche de plata oscura...