Partida Rol por web

Los orientales están enfrascados en su conversación, y no reparan en que os deslizáis en el establo (= barn) por la parte de atrás y tomáis posiciones en el mismo.

La Elfa desenfundó su arco y sonrió petulante, sacó su flecha y con desidia apuntó con su arco inclinado de medio lado, intentando lucirse ante sus compañeros, pero la flecha salió desviada de su objetivo y fue a estrellarse contra la pared de la casa.

Lodin se introdujo junto a Inelgram, Gotrek y Teudis en el interior del establo al amparo de las sombras crepusculares.  Parecía que la luz mortecina apenas sirviera a los orientales para verles, y consiguieron fácilmente alcanzar la posición deseada sin llamar la atención. Al ver por vez primera el interior cercado, Lodin se percató que el Hombre del Bosque y la Dama del bosque habían descrito el escenario y la situación perfectamente.

Esta vez Lodin había preparado la lanza que llevaba consigo, aunque luego cuerpo a cuerpo se desenvolviese mejor con la espada. La equilibró en la mano, y en cuanto vió volar la flecha de la elfa, arrojó su letal proyectil hacia el enemigo, aunque de manera algo torpe dada su poca habilidad.

La laza salió con poca fuerza, clavándose en el suelo, unos metros antes de los orientales del porche, y asustando a uno de los jabalíes, que salió gruñendo como un descosido. Lodin cerró los ojos y lanzó una maldición mientras echaba mano a la espada en su cinto.

Se deslizaba junto a sus compañeros por aquella granja esperando su momento de atacar.Ocuparía la primera línea de batalla como siempre, le gustaba la acción y cuanto más sangrienta, violenta y rápida fuera mejor.Así pues decide ahorrarse su lanza con la cual era más habilidoso que con la gigantesca hacha y poder acabar con esos orientales cuanto antes, aunque viendo la poco refinada puntería de sus compañeros no parecía que fueran a quitárselos de encima tan rápidamente.

Desenfunda la lanza agarrándola con una mano, esperando el momento oportuno para luchar y salir rabioso directo hacia a ellos.

Me planto al lado de Inelgram, Mirando hacia los orientales, un par de Lanzamientos a distancia, parecen ser errados, pero sin darle mayor importancia digo – mala suerte, pero les aseguro que tendrán muchos mas intentos – Rio un poco, y espero la respuesta de los enemigos que ya habrán de percatarse del asedio, pongo el hacha de mango largo entre mis dos manos y me preparo para la embestida

Los ataques a distancia iniciales fallan, y los orientales, con bastante susto, corren a empuñar las armas mientras miran a un lado y otro en busca de los atacantes, y a los compañeros de dentro. No habrá voleas por su parte.

Lodin pensó que habían perdido una magnífica oportunidad inicial con los proyectiles. Sin embargo, al ver a algunos orientales desarmados y dirigiéndose al interior de la casa, enseguida se percató que, si les esperaban en el establo, lo único que conseguirían era que los orientales se armaran. Desoyendo su propio plán, se arrojó hacia los orientales en furiosa carrera, atravesando el patio a grandes zancadas desde el establo hacia la casa mientras gritaba -¡¡¡Por Valleeeeeee....!!!!- con la intención de acelerar la victoria.

Corría mostrándose agresivo mientras sujetaba firmemente la lanza con uno de sus brazos.Fija a todos los objetivos presentes en frente suya mientras que analiza el terreno y dedujo de donde podría salir el resto de soldados.Debían ser rápidos, si les dejaban tiempo para organizarse, aquella batalla que en un primer momento se presentaba rápida y sencilla, se tornaría complicada y sangrienta.

Así que corren no faltaba sino eso... veo como Lodin e inelgram se lanzan al ataque y para no dejar vacío su flanco, hago lo propio corriendo a su costado mientras levanto el hacha preparado para asestar un golpe

La Elfa maldijo en su propia lengua la mala puntería de su anterior tiro, cogió otra flecha de su fino Carcaj y tensó su arco, apuntando a uno de los orientales.

Gotrek también corre a la posición de vanguardia

Los tres orientales que estaban tomando el fresco embrazan sus escudo y sale otro, corriendo, de la casa, aprestando a su vez el escudo. Forman en una línea algo irregular delante de la puerta, preparando sus hachas para el combate. No disponen de lanzadores de proyectiles (que vosotros podáis ver).

Uno de los orientales acababa de salir de la casa y colocarse el esucudo. Aún estaba poniéndose en posición junto a los otros e intentando agarrar con más seguridad su hacha cuando un Lodin energúmeno y furioso se arrojó sobre él golpeando su escudo a distro y siniestro con su espada, haciendo que una nube de astillas de madera volara por el aire.

Conforme avanza a una velocidad vertiginosa, su brazo eleva la lanza como si fuera a lanzarla.No obstante, en el último segundo, cuando el oriental se prepara para repeler el ataque con su escudo, el bárbaro estira más su brazo hacia arriba y lanza un rápido ataque de arriba a abajo evitando así el escudo.A pesar de no poder ver donde le había acertado, sentía como la punta de su lanza cortaba y atravesaba carne.

El espadazo de Lodin tumba al oriental que tiene delante antes de que se dé cuenta de lo que está pasando, y la lanza de Inelgram, manejada si no con tanta pericia, con mucha fuerza, obtiene el mismo resultado.

Salgo a gran velocidad casi sin darme cuenta de un mal paso en el terreno, siento como pierdo el equilibrio tan rápido que creo que me voy a romper el rostro contra el suelo, entre el fango y la tierra revuelta veo a mis compañeros acertar con gracia mientras humillantemente me revuelco como los cerdos en el lodo

la Elfa tensa su arco cn una flecha que sale disparada al tercer oriental, silbando por el viento, se clava justo entre sus ojos. Celebriän sonrie al ver la presición de su flecha.

Teudis falla su ataque, y está a punto de irse al suelo en el terreno pisoteado del patio.

La primera flecha de Celebriän tumba al tercer oriental, mientras que la segunda sale muy desviada.