Partida Rol por web

Fatal Frame: Mermaid Song

Capítulo 2

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28/09/2019, 07:56
Máster fantasma

Parecía que la mayor estaba dispuesta a atacar una última vez, lanzándose con todo lo que tenía para impedir que Brandon avanzara, sobre todo teniendo en cuenta que se disponía a cruzar el puente donde cinco de las sirenas le esperaban.

La primera era demasiado lenta, apenas levantando una mano antes de que el chico corriera por su lado.

La segunda se arrastraba sin fuerza. Sollozaba por el dolor de sus heridas, mordiscos por todo el cuerpo donde faltaban pedazos de carne y ahora formaban charcos en el suelo.

La tercera apenas logró subir antes de resbalarse de nuevo al agua dejando que las hondas crearan círculos a su alrededor, siendo incapaz de volver a subir al puente.

La cuarta, en cambio, había logrado engancharse débilmente al bajo del pantalón de Brandon haciendo que frenara unos segundos su carrera, lo suficiente para Miwako lograra alcanzarle.

Miwako se enganchó a su espalda en un fuerte abrazo, clavando sus dientes en el hombro y arrancando otro trozo de carne fresca con un macabro grito. La sangre empezaba a abundar en el cuerpo de Brandon, quien notaba sus fuerzas desvanecerse poco a poco, ¿podría llegar al final del puente o perecería allí, formando parte de la maldición?

La última sirena, la quinta, aprovechó esa pequeña parada de dolor para engancharse a su pierna y darle otro mordisco, saboreando la carne fresca en su paladar.

Brandon se encontraba débil, sabía que debía hacer acopio de sus últimas fuerzas si quería salir de ahí, pero el dolor se transmitía a cada poro de su cuerpo, haciendo que hincara una rodilla en el suelo al creer que no iba a aguantar más…

 

Una luz unida a una dulce melodía fue suficiente para que las sirenas que quedaban en el puente se internaran en las aguas por voluntad propia, incluso aquellas que le agarraban ahora soltaban el cuerpo del chico para hundirse en las profundidades del lago. La niña fue la única que intentó resistirse a esa influencia pura pero, a regañadientes, tuvo que soltar a Brandon antes de desaparecer de la vista de todos.

¿Qué había pasado? Al alzar la vista tuvo una visión que le recordó al primer día, cuando descubrieron el cuerpo de Audrey.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Daño fantasmas

Tirada: 6d100

Dificultad: 70+

Resultado: 3, 80, 52, 84, 37, 40 (Suma: 296)

Exitos: 2

Notas de juego

Pequeña 0/3 pv (esto se considera maltrato infantil)

Grande 3/3 pv

 

Brandon 1/5 pv

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28/09/2019, 08:33
Ayaka

Arrodillada sobre el cadáver de Jaden con las manos cubriendo su lloroso rostro y con un kimono blanco puro, se encontraba la hermosa mujer que había dejado atrás en la playa, la que le había advertido sobre la maldición.

Lo siento, no pude hacer nada.- Sollozaba a baja voz, derrumbada al saber que otra muerte se sumaba a la interminable lista que tenía sobre su espalda.- Es mi culpa, lo siento. Lo siento.- Se encorvó sobre el cuerpo de tu amigo, apoyando la frente en el pecho del chico mientras dejaba que el dolor de otra pérdida la derrumbara.

Tras ella una figura desnuda, otra que había reconocido al ver varias veces. Esbelto cuerpo sin nada que la cubriera, un largo cabello oscuro liso que descendía por sus hombros y cubría sus senos y una máscara azulada que cubría su rostro. Lo único que diferenciaba del resto de sacerdotisas que había visto, es que ésta tenía una herida en el costado, como si fuera una puñalada.

La mujer depositó con suavidad una mano en el hombro de Ayaka, tal vez avisándola o consolándola, haciendo que la joven entre pequeños sollozos alzara el rostro y la mirara.

Quiere pararlo.- parecía que le había respondido a una pregunta no formulada, cerrando los ojos mientras se secaba los restos de lágrimas que descendían por sus mejillas con las mangas del kimono. Respiró hondo, intentando calmar el dolor antes de girarse hacia Brandon.- Si no se completa el ritual volveremos a repetir el ciclo una y otra vez. Tu amigo no será la única víctima.- El labio inferior le temblaba al imaginarse el rastro de muerte interminable que podría dejar tras de sí.- Ayúdame a ponerle fin para que podamos descansar en paz, sin más víctimas innecesarias.

El ritual debe completarse.

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28/09/2019, 21:48
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Sun Hee suspiró frustrada al no encontrar posesión alguna en la difunta Yôko, si bien no tardó mucho en apartar la mirada, ciertamente dolida por lo que había sucedido. No había deseado acabar con su vida, el cuchillo la había llevado a hacerlo, como si se hubiera apoderado de ella. ¿Había sido eso? ¿Había sido poseída por un espíritu maligno? Sea lo que fuera, no había dudado en deshacerse de aquel horrible objeto, no deseando saber nada más con esa cosa. Lo único que servía para tranquilizarla, era el hecho de que no había sido ella quien había asesinado a Yôko en realidad. Ella ya había estado muerta desde aquel suceso que había condenado a la aldea. Su mirada se concentró en la gran edificación, en el gran templo que la esperaba. No parecía que hubiera nadie que fuera a meterse en su camino para evitar que rescatara a Shin-hye, al menos no de momento. - No te preocupes, Unnie... - Murmuró para sí misma, pensando en su amada. No dejaría que perdiera su vida en aquel sitio. No era posible que la salvación de la aldea pudiera ser por medio del sacrificio de una persona inocente. Aquel pensamiento era ridículo. No había más que maldad en algo así. No dudó demasiado en acercarse a la edificación, notando el claro cuidado que le habían dedicado al templo. No había duda de que habían depositado mucho amor en el mismo, incluso si era un sitio de maldad. Por un instante, la joven lamentó el hecho de que se usara un lugar tan hermoso para algo tan cruel y egoísta.

La culpa de ello radicaba en el Sumo Sacerdote y la divinidad que esas personas adoraban... si es que era una divinidad y no un demonio. De cualquier modo, al acercarse lo suficiente, pudo comprobar que la puerta estaba abierta, algo que ciertamente sorprendió a la violinista, ya que habría esperado que estaría cerrada o que al menos alguien estaría allí como guardia, esperando. Aún así, no tardó mucho en comprobar, al empujar la puerta en sí, que ésta era bastante pesada, lo suficiente como para requerir de toda la fuerza de la chica, y, con eso, apenas pudo moverla unos centímetros. - Uff... demasiado pesada... - Susurró, no deseando que la escucharan al resto de los aldeanos que podrían encontrarse en aquel sitio. Por fortuna, había logrado internarse en el templo, posando su mirada sobre el interior de la gran sala que le había dado la bienvenida. Dentro, pudo notar la presencia de varios de la mayoría de los habitantes de aquel pequeño poblado, los cuales parecían estar concentrados en lo que sucedería allí, dentro de poco tiempo. Se encontraban sentados, tan sólo esperando arrodillados. Sin embargo, lo que más llamó la atención de Sun Hee... fue la extraña fuente en el medio de la gran sala, una fuente que sobresalía del suelo, como una especie de pozo que resultaba demasiado extraño para la joven. Había algo raro en todo aquello, algo que ciertamente le producía escalofríos. ¿Estaba relacionado con el ritual? El hecho de que estuviera en el centro de la sala... parecía dejar en claro que tenía algo que ver con lo que sucedería en poco tiempo, por lo que tendría que estar alerta.

Los ojos de la violinista recorrieron el resto de la decoración de la sala, no pudiendo evitar sentir cómo un escalofrío recorría su ser al centrar su atención en las figuras femeninas que se enroscaban las columnas. Su mente le recordó sobre la pesadilla que se había visto forzada a apreciar antes de ser arrastrada a aquel sitio maldito. Bueno, estaba segura de que no había sido una pesadilla. Había sido bastante real para ella, e incluso le habían quedado marcas en su cuerpo para comprobarlo. Sea lo que fuera, no había duda de que todo aquel ritual era un gran error, algo que no podía permitir que se llevara a cabo. Le daba igual si eso era la clave para salvar al resto de los habitantes de esa aldea. Lo que le esperaba a la elegida, a la ningyo... no era nada bueno, no podía serlo, no cuando se suponía que ella había sido elegida en un principio. ¿Qué sucedía si aquellas mordidas que había recibido era lo que le sucedería a la elegida? No había manera de que permitiera que le hicieran eso a su amada. La visión de las manos en la fuente, al igual que la presencia de aquella mujer desnuda de piel oscura, no hizo más que alertar a la joven coreana, sabiendo muy bien que no podía perder el tiempo, ni mucho menos bajar su guardia en aquel sitio. Tenía que mantenerse atenta. Se encontraba en un refugio de espíritus malignos. Tarde o temprano... tendría que hacer uso de su cámara para defenderse y evitar que aquel ritual se llevara a cabo. Sea lo que fuera, Sun Hee escuchó con atención a la mujer desnuda, sorprendiéndose al escuchar que la misma le había dado la bienvenida al templo y que incluso pretendía que la siguiera hacia donde se encontraba Shin-hye. ¿Acaso no se había percatado que no estaba desnuda como pretendían? No importaba. Lo único que importaba era seguirle y rescatar a su amada. Sin pensárselo demasiado, no dudó en seguir a la mujer, preparándose para atacarla con su cámara en cuanto la guiara al lugar indicado. Debía de eliminar a los espíritus uno a uno para que no la estorbaran en su objetivo.

Notas de juego

Bueno, eso xD Que en cuanto me lleve a la habitación donde se encuentra Shin-hye, usaré la cámara para atacarla. Si tengo que hacer la tirada ahora, para que así puedas preparar el resto luego, lo dices =P

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30/09/2019, 12:58
Brandon Marshall

Había logrado destruir a uno de aquellos pérfidos fantasmas infantiles. Al menos, aquella chiquilla ya no aparecía nunca más para engañar y atormentar a quienes aparecían en ese mundo espectral. Su hermana, en cambio..., su amenaza había sonado lo suficientemente real como para que la tuviera en cuenta.

La mayoría de las sirenas no estaban en condiciones para hacerme daño, salvo dos de ellas. A causa de eso, Miwako había conseguido alcanzarme, infligiéndome un nuevo mordisco en el hombro. Dejé escapar un alarido de dolor, que se hizo aún más potente cuando una de las sirenas me mordió en una pierna. Había sido una mala decisión quedarme atrás y combatir a las niñas mientras el puente aún estaba despejado.

"Si lo hubiera atravesado un poco antes, quizá Jaden aún estuviera vivo" me dije para sus adentros, culpándome de lo que le había sucedido a mi amigo.

Por suerte, una luz, unida a una dulce melodía, fue suficiente para que las sirenas y aquella niña endemoniada me soltaran, mientras sentía que mis fuerzas se encontraban ya al límite. Divisé entonces a Ayaka, la joven a la que había visto ya con anterioridad y que me había advertido sobre aquella maldición.

-No es tu culpa -dije, con dureza. Apenas podía mirar a Jaden ni acercarme a él sin sentir el peso de lo que había pasado-. Si hubiera sido más rápido, si no me hubiera entretenido... ¿Quién quiere pararlo? ¿Y cómo puedo ayudaros? Si hay algo que pueda hacer para detener esta espiral de muertes, lo haré. -Habían muerto demasiados. Audrey, Yoshi, y ahora Jaden... Si había una mínima oportunidad de frentar aquello, tenía que hacerlo. Muchos inocentes habían caído ya.

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15/10/2019, 13:54
Máster fantasma

Audrey se internó la primera por el pasillo perdiéndose por la oscuridad profunda, tanto que al apartar las telas la perdió completamente de vista.

Parecía estar dentro de un pasaje de terror de feria, donde el único sonido era el crujir de la madera bajo sus pies y no había diferencia palpable entre caminar con los ojos cerrados o abiertos. Teniendo que ayudarse con las manos en el pasillo con tal de encontrar la salida, avanzó sintiendo que a lo lejos, al otro lado, había una leve corriente de aire denotando que al menos la salida tenía alguna rendija hacia el exterior.

Por suerte para ella no tuvo que andar demasiado, ya que al avanzar un par de metros creyó ver el crepitar de una antorcha en un lateral, delimitando un cruce por el que podía tirar. Ahí la luz era más abundante aunque la llama de la antorcha se meciera con la brisa, sin saber si acabaría apagándose.

Yôko, ¿eres tú? – Una voz al fondo del pasillo estremeció a la violinista. Por supuesto la había reconocido, era la que estaba buscando en todo este tiempo.

Por fin había encontrado a Shin-hye.

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15/10/2019, 14:05
Jun Shin-hye

Allí estaba su amada.

Podía verla a través de una ventana de rejillas de madera por el que apenas entraban sus brazos, sentada en el suelo con un kimono blanco pálido tan largo que seguramente lo arrastraba.

Parecía una habitación tosca, sólo un camastro en un lateral y una mesa con un documento sobre ella, aparte de un biombo con dibujos marinos que podía usar para tener un poco de intimidad. En el techo, una pequeña abertura también con rendijas que comunicaba al exterior aunque sólo podía ver la luna desde su posición, imaginándose que de ahí venía la brisa.

¿Sun Hee? – Sorprendida por la visita, se incorporó con cuidado para acercarse a la rendija, agarrando los barrotes con sus manos.- ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien? – Claramente la chica estaba distinta a como la recordaba, viéndola más “adulta”. Quien fuera la había maquillado, algo sutil donde apenas podía verse color en sus mejillas y un azulado suave en los ojos, además de peinarla colocándole adornos en el cabello corto de corales y perlas marinas, cayendo por su espalda.

No deberías estar aquí. Me dijeron que estarías a salvo.- Por desgracia para ellas no podían tocarse más allá de las rendijas. Había una puerta al lado de la ventana firmemente cerrada con un dibujo de una estrella en la cerradura, encerrando como una prisionera a Shin-hye dentro de la habitación.- Es peligroso, debes irte.- Si la violinista intentaba coger la cámara no sentiría nada. No estaba esa vibración ni la sensación de peligro que había notado anteriormente con el resto, sólo un silencio que se hacía preguntar si estaría realmente frente a su amiga o sería otro truco de aquella maldición.

Notas de juego

Tírame 1d100 para la próxima. En visible, sin dificultad ^^ Va siendo hora de dar objetitos, así que cuanto más grande sea el resultado mejor item encontrarás.

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15/10/2019, 15:05
Ayaka

La violinista.- Brandon sabía de inmediato a quién se refería, la chica coreana que había estado con él y el escritor en el pueblo y que, cuando le atacaban los fantasmas, pasó de largo ascendiendo por las escaleras siquiera sin mirarlo, completamente centrada en las figuras que la rodeaban.- Quiere sacar a la sirena de la misma forma que hicieron conmigo.- Juntó sus manos para que, al abrirlas, viera una llave de cobre con el dibujo de una estrella en el lomo.- Takayuki y ella no entendieron nuestra importancia en el ritual y condenó a todos por un amor imposible. Esta llave te llevará a sus aposentos.- Le tendió la llave a Brandon, notando el frío del material en sus manos.- No dejes que se repita, por favor.

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15/10/2019, 15:11
Yôko

La sacerdotisa que estaba a su lado se quitó la máscara que ocultaba su rostro, fijándote en que se trataba de la misma mujer que había acompañado a la violinista por las escaleras y que jugaba con las niñas en mitad del pueblo.

No atenderá a palabras.- Se llevó una mano al costado, donde la herida seguía emanando sangre que descendía por su cintura desnuda.- El miedo ciega su cordura. No dudará en atacarte con tal de sacar a Ningyo.- Metió los dedos en la herida, hurgando entre la carne con muecas de dolor hasta sacar de su propio cuerpo una pequeña piedra brillante manchada de su sangre.- Ningún integrante del pueblo te detendrá, pescador, pero ten cuidado con el agua. Mïe sigue buscando a Takayuki y no dudará en atacar a todo hombre que se adentre en el templo.- Al igual que Ayaka, tendió la piedra a Brandon.

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15/10/2019, 15:21
Ayaka

La joven se incorporó para acercarse a Brandon y quedarse a pocos metros suya. Alzó los brazos con tranquilidad, sobre todo teniendo especial cuidado para que el joven no viera en ella ningún tipo de amenaza antes de coger su rostro con ambas, notando su piel fría y suave al tacto.

Cuando estés perdido busca los cascabeles y, recuerda, procura estar lo más alejado del agua posible.- Condujo sus labios hacia la frente de Brandon, dándole un tierno y efímero beso mudo.- Haz lo que yo no pude. Sálvalos a todos.

Notas de juego

Te dejo un turno por si quieres hablar/preguntarle algo a ellas, sino puedes entrar al templo sin problemas :)

Sumamos a tu inventario:

- Llave estrella (cedida por Ayaka)

- Piedra espejo (cedida por Yôko)

 

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16/10/2019, 02:53
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Al perder de vista a Audrey, la joven violinista no pudo evitar asustarse, pensando que la chica intentaría algo. Después de todo, se trataba de un espíritu que había sido afectado por la maldad de aquel lugar, por lo que no sería extraño que intentara hacerle daño cuando menos se lo esperara, en especial cuando Yôko no se encontraba allí presente para evitarlo. No obstante, en cuanto accedió al pasillo, la preocupación de Sun Hee se concentró principalmente en la oscuridad de aquel lugar, resultándole ciertamente difícil el moverse por aquel sitio, debiendo de hacer uso de sus manos para poder continuar, al no poder apreciar con su visión lo que había frente a ella. Por miedo, o más bien por cautela, no pronunció palabra alguna a medida que continuaba caminando por aquel oscuro pasillo, sabiendo que aquello podía no ser una buena idea si lo hacía. Aún recordaba los peligros con los que había tenido que enfrentarse anteriormente, y el hecho de cómo todo podía complicarse en segundos, con la aparición de algún espíritu. Sabía muy bien que no podría estar tranquila en un sitio así, no cuando todo podría tratarse de una trampa mortal para ella. Por esa razón, prosiguió su caminata como podía, lentamente para no tropezarse ni llamar la atención de algo que no habría sido de su agrado. Mientras caminaba, optó por pensar en Shin-hye, en lo mucho que ella la necesitaría para evitar aquel mal. No podía acobardarse, no cuando la vida de su amada dependía de ella. No podía jurar que la quería con todo su corazón, si al final decidía abandonarla a semejante destino.

Afortunadamente, no tardó en encontrar un sitio donde la luz de una antorcha le permitió suspirar aliviada, notando que sería capaz de estar un poco más atenta a su alrededor, gracias a la tenue luz del lugar. Sin embargo, mientras se relajaba un poco, la voz familiar de una persona hizo que se girara hacia el sitio del cual provenía la misma. - ¿Unnie? - Preguntó, incrédula, no pensando que la encontraría tan pronto, si bien, aquella felicidad momentánea no tardó en desvanecerse, en el instante en el que comprobó que su querida Shin-hye se encontraba encerrada en lo que parecía una especie de celda. - No, no, no... Te sacaré de aquí. Te lo prometo... - Aseguró con total determinación en su voz, a la vez que resistía la necesidad de llorar al ver a su amada encerrada de esa forma. Shin-hye no tardó mucho en percatarse que era ella, antes de acercarse a los barrotes de aquella pequeña ventana. - Estoy bien, Unnie. No voy a dejar que te hagan daño. No te preocupes. - Afirmó en un tono dulce, en el instante en el que optaba por acercarse a la ventana. Estaba segura que esa era su amada, en especial cuando la cámara no parecía haber reaccionado. Aún no era tarde. Su mejor amiga no había muerto aún. Tan sólo debía liberarla de aquel horrible sitio y marcharse las dos para jamás regresar. El único problema era que no sabía cómo abriría la puerta en sí que se encontraba al lado de la ventana. Era obvio que estaba cerrada, y que lo que sea que sería capaz de abrirla... se encontraría en posesión de alguien peligroso. Posiblemente el Sumo Sacerdote, algo que la coreana ciertamente temía en demasía.

Las manos de Sun Hee buscaron con rapidez las de su mejor amiga, las cuales se encontraban aferradas a los barrotes. Tocó con delicadeza las manos de la chica, mientras resistía la necesidad de llorar de felicidad al saber que estaba bien. Por un instante, prestó atención a la apariencia que Shin-hye demostraba en ese momento. Parecía más adulta, debido a cómo había sido preparada para lo que suponía que sería el ritual que la esperaba. Si bien, al escuchar las palabras de su amiga, no se demoró en negar con la cabeza, dejando en claro que no la abandonaría. - ¿Y dejarte aquí? No seas tonta, Unnie. Creo que quieren matarte para un sacrificio. Yo... - Se contuvo en sus palabras, debiendo de recomponerse ante el dolor que sentía en su pecho por la sola idea de imaginar algo tan horrible. No quería perderla. Bajo la mirada por un instante, tan sólo permaneciendo en silencio. - Yo... no quiero perderte. Yôko dijo que te habías ofrecido voluntariamente. ¿Eso es verdad? No puedo creer que hayas hecho eso... Son egoístas, y no lo estás ayudando. Este ritual... es maligno, Unnie. Nada bueno puede salir de algo así. - Le aseguró en un tono que denotaba la preocupación que sentía, además de la desesperación ante la idea de que su amada muriera, no pudiendo volver a verla jamás. Nuevamente, volvió a silenciarse a sí misma, a medida que las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, corriendo por sus mejillas. Con los ojos brillantes por las lágrimas, le devolvió la mirada a su amiga. - Voy a sacarte de aquí. Si tú mueres, yo... Yo no puedo permitirlo. No me hagas esto, Unnie. - Se expresó con cierta amargura, en el instante en el que le dedicaba una leve caricia a una de las manos de Shin-hye, antes de concentrar su atención en aquella extraña forma en la puerta.

- Tiradas (1)

Motivo: Tirada!

Tirada: 1d100

Resultado: 36

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21/10/2019, 20:53
Brandon Marshall

No sabía si estaba apoyando a los "buenos" de esa historia o a los responsables de todo el mal que había ocurrido, incluyendo las muertes de Audrey y Jaden o el sacrificio del gran Yoshi. Lo único que tenía claro es que quería poner fin a toda aquella situación. Que no murieran más personas.

-Haré lo que pueda -le dije a Ayaka, tomando la llave y la piedra espejo entre mis manos-. Solo quiero que esto acabe.

No obstante, no estaba dispuesto a traspasar los límites de lo que creía. No haría daño a Sun Hee si podía evitarlo. Ella me había salvado la vida al encontrarme atacado por el fantasma de aquella mujer en la casa abandonada, por lo que trataría de dialogar con ella si tenía la oportunidad. Sacrificar a un ser querido... Esa era una decisión que sólo podía y debía tomar la propia Sun Hee.

-Intentaré que el ritual se complete -aseguré, respirando hondo y sabiendo que aquel sería un duro cometido.

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01/11/2019, 10:30
Jun Shin-hye

Nunca hubo verdadero silencio en el lugar puesto que desde que había aterrizado en el pueblo parecía que en cada esquina aguardaba un lamento o un suspiro. Ahora creía poder escuchar el viento colarse a través de los barrotes, los habitantes rezando en voz baja o el simple murmullo del agua unido a breves cánticos de niños. Parecía incluso que todo ese ambiente estaba a su alrededor, provocando que en más de una ocasión se girara para comprobar que seguían solas en el pasillo aunque, en uno de esos vistazos, vio en el suelo lo que parecía ser un único carrete Tipo Cero para su cámara y una Hierba Medicinal.

Shin-hye agarraba los barrotes con ambas manos, aunque una la depositó sobre la mano de la violinista en una discreta muestra de cariño. Sabía lo que quería intentar pero había algo dentro de ella que no podía explicar, notando dolor transmitido en su mirada.

¿Recuerdas el trabajo que estaba haciendo? Sobre el Dr. Asou.- Su mente navegó entre el mar de los recuerdos a una época que, a pesar de parecer lejana, sólo habían pasado horas.- Su creencia sobre el mundo espiritual era cierta.- Sonrió, aunque no había alegría en sus labios, sino dolor.- Encontré un traductor que me transcribió algunos de sus escritos, y uno de ellos mencionaba a este pueblo, Inunaki. Debe de estar en mi ordenador, en la carpeta de “trabajo”. Por favor, ve y búscalo, quiero que… quiero que lo leas.- Se sonrojó momentáneamente, un rubor que se acentuaba con su blanca tez maquillada, incluso creyó ver un poco de vergüenza en sus palabras.- Sólo así entenderás por qué hice todo esto. Espero que puedas perdonarme.

La chica giró el rostro en dirección al oscuro pasillo iluminado únicamente por una antorcha, aunque debido a su encierro apenas podía ver más allá de una esquina.

Mië…- Al tiempo que Shin-hye tragaba saliva y apretaba la mano de Sun Hee, la violinista sintió una oleada de frío. Era la misma que notó ese primer día cuando caía y caía en las profundas aguas heladas hacia un vacío sin fondo, ese miedo a la soledad eterna, el dolor de las mordeduras, el no poder gritar al ser acallada automáticamente por la falta de oxígeno… sintió la desesperación, la ira y el miedo que enrarecía el lugar con una nubla tangible.

Antes de que la antorcha se apagara, pudo ver las telas de la entrada mecerse con el viento y lo que parecía una figura femenina caminar lentamente entre ellas. Estaba completamente empapada, como si acabara de salir de la bañera en esos precisos momentos con el cabello oscuro pegado a su cuerpo desnudo, aparte en su piel había cientos de marcas de dientes, algunas parecían incluso recientes con los moratones propios y, en las más grandes, podían verse los pedazos arrancados de carne y músculo dejando entrever el blanco hueso.

Pero las luces se apagaron antes incluso de poder hacer nada, sumiendo en una profunda oscuridad a la sala. No la veía pero todavía la sentía, al igual que la firme mano de Shin-hye sobre la suya.

Por primera vez desde que había llegado el silencio se apagó por completo. Ya no había viento, ni murmullos, ni siquiera las voces apagadas de las personas en la sala central, sólo el rápido latido de su corazón y su entrecortada respiración. Pero fue la voz de Shin-hye la que rompió ese breve silencio con una única frase.

Sácala de aquí.

Notas de juego

Anotado en tu inventario: 1 carrete (un solo disparo) de Tipo Cero y 1 Hierba medicinal.

Y con esto damos por cerrado el cap 2, ¡vamos al final!

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01/11/2019, 11:34
Máster fantasma

Sin saber exactamente si estaba haciendo el bien o el mal y con la promesa de completar el ritual, se internó en el templo teniendo que hacer acopio de prácticamente todas sus fuerzas para abrir las pesadas puertas del edificio y colarse por una rendija lo suficientemente grande como para caber dentro e internarse en la gran sala.

Una extensa habitación rectangular con un largo pasillo central. Los habitantes que anteriormente le habían atacado ahora permanecían sentados en filas, arrodillados en el suelo frente largas mesas vacías de madera como si de una clase se tratase. No parecían haber reparado en él o, como le habían prometido, no tenían intención alguna de suponer amenaza ahora que iba a ayudarlos pero, ¿qué habría de verdad en sus palabras?

En el centro de la sala había una fuente de piedra que parecía sobresalir del suelo, como si fuese un pozo con un conducto natural por el que el olor a mar era altamente reconocible. El agua manaba de ella y el murmullo de la pequeña cascada de la fuente era el único sonido diferenciable en todo el lugar.

Aparte, las paredes estaban adornadas con pinturas marinas, reconociendo las figuras femeninas que se enroscaban en las columnas que sostenían los techos y jugueteaban con los iconos de peces que habían dibujado. Otras nadaban apaciblemente o acariciaban las algas, a ras del suelo. Parecía estar en un acuario de tinta.

Por otro lado, lo más resaltable era el techo. Abarcando toda la extensión, cientos de farolillos de papel con un nombre grabado en cada uno de ellos, eran los únicos focos de luz que había en la sala. Algunos estaban apagados, otros con una luz tan débil que apenas parecía existente, dejando algunos focos de sombra en el lugar.

Pero no tenía tiempo de admirar la belleza enigmática del lugar puesto que, si estaba en lo cierto, cientos de vida corrían un terrible peligro y su propia alma podría estar condenada en años de rituales inacabados.

Tras una rápida ojeada se fijó en que sólo había dos puertas aparte de la principal: Por un lado un pasillo en uno de los laterales, un pequeño pasillo oscuro adornado con varias telas blancas y azules entrelazadas a modo de cortina que se mecían con una ligera brisa. No se podía ver el interior, siendo una impenetrable oscuridad a la que debería indagar si quería pasar por ese lugar, aunque si se acercaba podía notar que la brisa corría desde esa dirección, ¿habría una salida que llevara al exterior desde ahí?

Por otro lado estaba un pequeño portón de madera oscura elegante al lado contrario de la entrada, justamente detrás de la fuente con una cerradura de una sirena grabada aunque, en esta ocasión, estaba abierta de par en par pudiendo ver unas escaleras descendentes y paredes de roca natural.

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01/11/2019, 12:28
Takayuki

El eco de unas pisadas ascendentes de las escaleras resonó por las paredes y chocaron con las columnas, ampliando el sonido.

Con el primer paso sintió frío y que la sala se quedaba lentamente sin luz. Los farolillos se iban apagando en parejas en una sinfonía desincronizada donde la llama que las sostenía se acallaba.

Con el segundo creyó ver una figura subiendo por las escaleras, aunque la oscuridad que lo envolvía dificultaba saber si se trataba de alguien conocido o de otro fantasma atormentado.

Fue en el último paso cuando algunas de las sombras se desperdigaron viendo la figura de un chico de semblante serio con el rostro fruncido en rabia. Vestía un kimono corto azul atado a la cintura, el mismo traje que había visto en algunos de los hombres de la aldea, y en sus manos sostenía un cuchillo manchado de sangre.

No dejaré que sigas.

Notas de juego

Y con esto damos por cerrado el cap 2, ¡vamos al final!

Estás recuperado gracias al "besuki" de Ayaka, así que vuelves a tener toda la vida a tope de power :)