Partida Rol por web

La flecha de Minrow recorre la plaza rápida y mortal, desperdigando chispas eléctricas de color dorado, y atraviesa el pecho de Khog lanzándole volando hasta clavarlo a un metro del suelo contra la pared de una cabaña. La carne de la herida chisporrotea unos segundos, mientras las pequeñas piernas de goblins tienen un par de espasmos antes de fenecer. Al otro lado de la plaza Kehia se avalanza contra los pobres goblins que son incapaces de frenar la furia orca. Los cuerpos salen volando estrellándose contra las paredes, y los pequeños huesos crujen frente a los impactos. Matando a cuatro de ellos en un instante. Mientras tanto, Atos y las flechas de Pathwen mantienen el resto a raya.

Las goblins cantoras de guerra lanzan entonces un grito agudo que pone todas las orejas verdes goblin de punta. Y como locos escapan los pocos que quedan en la plaza en todas direcciones, huyendo de la batalla.

Entonces aparece un perro mastín, de pelambrera fina y castaña con poderosas patas y dientes temibles, viniendo a la plaza por una calle. Trota todavía con la soga que le mantenía atado instantes antes a una valla, hasta pararse a los pies de Aithaniel.

Mientras tanto, los fieros defensores de Punta de Arena se han unido y están acabando con los últimos focos de reistencia goblin en el pueblo. Parecía que el combate había terminado. En la tarima, la alcaldesa intenta controlar la herida del padre Zantus.

Caza, que ninguno escape. Mando al perro señalando a los rezagados para que ninguno pueda volver.
Luego, me doy vuelta y corro hacia el padre Zantus a inspeccionar su herida y a comenzar a sanarle.

Pathwen, todavía tenía la adrenalina a tope, y notaba como su corazón bombeaba con fuerza. Miro a su alrededor y parecia que sus compañeros aunque magullados, estaban todos bien, y el resto del poblado estaba acabando con los pocos goglins que quedaban y todavía no se habían ido en retirada.

Aithanel, estaba sanando las heridas del Padre Zantus, por lo seguramente estaría también fuera del peligro...

Ya más tranquila, alzo su brazo, con el arco en sus mano y grito:

- Bravo por el Pueblo de Punta Arena, esas asquerosas criaturas, se lo pensaran dos veces antes de volver a atacarnos, !VIVA PUNTA ARENA!!!!! Pathwen intentaba levantar los animos a la gente del pueblo, por la víctoria. Pero por dentro se le generaban muchas preguntas...

Kehia observa asqueada la sangre apestosa de los goblins que la mancha, y piensa que necesita una ducha urgentemente antes de que huela como estos asquerosos.

Aunque total, les va a dar igual y van a olerme así aunque no sea cierto, piensa con tristeza.

Se gira hacia el resto de combatientes y observa en qué estado están, para saber si alguien necesita ayuda y piensa con agrado que han luchado bien. Quizá, siendo exigente, han tenido más problemas de los que debería esperar, y cree por ello que debería volver a recuperar la rutina de entrenamientos.

Se acerca a Atos mientras piensa en ello, pues el guerrero le ha echado un buen cable durante la pelea.

Un buen combate, ¿no te parece?

- Estoy vivo, estás viva, y parece que no hay que lamentar más muertes que las de estas sucias alimañas... así que sí, un buen combate. Se me olvida lo cabrones que pueden llegar a ser estos bichos. - le responde a Kehia mientras mira la mano, ahora cubierta de sangre tras aliviar sus heridas. Ninguna de gravedad, por suerte.

- Que, por cierto, ¿de dónde infiernos han salido? No es como si una horda de goblins pudiera cruzar las murallas así como así.

Atos se mantuvo alerta, para asegurarse de que todo estaba en orden y nadie más necesitaba ayuda...

El mastín de Athaniel escapó a correr detrás de un goblin que intentaba escapar entre las casas mas cercanas. El combate, había finalizado. La guardia de la ciudad había acabado con los pocos goblins que habían quedado. Ahora, hacían batidas en grupos por la ciudad en busca del resto. Las gentes de Punta de Arena aparecían por puertas y ventanas observando el desastre del festival.

La alcaldesa observaba como Athaniel conseguía cerrar la herida del clérigo sin demasiada dificultad.

La alcaldesa se levantó y se giró a los compañeros.
-Han sido ustedes muy valientes. Les agradezco mucho la ayuda.- Observó extrañada a su alrededor -No entiendo como los goblins pudieron sortear a los guardias de las puertas. O saltar el muro sin ser detectados... ¿Están ustedes hospedados en el dragon?-

Entonces, el alguacil aparece desde el final de la calle. Sus ropas y armadura muestran algunas salpicaduras de sangre goblin. Afirma con seguridad. -¡Hemos acabado con todos!. ¡Ya no hay peligro!. Pueden salir de sus casas...-

Kehia se acerca al alguacil y le habla con su habitual tono socarrón

Gracias alguacil, ha sido un placer verles luchar. Me siento más seguro ahora con usted cerca...

Y acto seguido le tienda la mano como una dama de alta sociedad y una sonrisa burlona en el rostro

Cojeando un poco por la herida, me siento en la orilla de la tribuna para descansar un poco del combate, fue duro, al menos para mi, la pregunta de la Alcaldesa la respondo de inmediato si, asi es señora... giro mi mirada al alguacil que llega apresurado ...vaya al menos esta con vida el alguacil... no dudo de su buena acción, pero es muy extraño que estas alimañas se colaran con tanta facilidad... observo el panorama y mis compañeros quiens se acerca y mientras alguno cruce su mirada conmigo, le saludo con mi puño al pecho, por el buen trabajo conseguido.

Despues de la batalla me gusta estar atento a todo y no bajar la guardia, pero la precencia de los goblins me desconcierta ...pasará el tiempo y no cambio, como me cuesta calmarme... y me quedo pensativo que objetivo tiene este ataque? alcaldesa, con todo respeto y disculpe la pregunta, sabe que podrían estar buscando los goblins en el pueblo?

Atos se acerca con Kehia rascándose la barba con evidente incomodidad a presentar sus respetos a las autoridades. Tras su actuación en el mercado, teme que se le perciba pobremente.

- Um, es un honor saludarlos. Quiero decir, conocerlos. Mierda.

Ahí estaba, su maravilloso don de gentes.

 - Es un placer, Alcaldesa Deverin, soy Pathwen, y mis compañeros de aventura son Aithanel, Atos, Battle Maps (que nombre más raro), Kehia y Minrow...Para nosotros es un orgullo, poder ser de ayuda a Punta Arena y sus ciudadanos. De hecho, hoy es la segunda vez que tenemos que intervenir, comenta mientras mira al Alguacil, Cicuta, por el bien de todos, espero que esto sea casualidad, más que una costumbre, aunque empiezo a sospechar que este último ataque, es más de lo que parece. Como decís Señora Alcaldesa, ¿¿cómo puede ser que un contingente tan grande de goblins, lleguen tan lejos sin detectarlos??

El alguacil clava la mirada en la semiorca, y la contesta fríamente.
-Dos de mis hombres están muertos, y uno de ellos es muy probable que no pase de esta noche... Asi que puedes...-

Pero la alcaldesa interviene antes de que el Alguacil pierda los papeles.
-Es un placer conoceros. Y vuestra ayuda siempre será bienvenida. Es triste que nuestra celebración haya de teñirse con tan sombríos acontecimientos.- Su templaza era notoría. A diferencia del clérigo que seguía pálido, temblando como una hoja. Y con una mirada elocuente se gira a su alguacil. -Los guardias de punta de Arena que tan valientemente han dado su vida por este pueblo serán honrados como merecen. Y sabed que sus familias no pasaran penurias mientras yo esté viva.-
Algunos hombres del alguacil se llevan al clerigo mientras la alcaldesa les sigue con la mirada. Tras saludar cortésmente a todos los que se han presentado, continua.
-Es muy extraño como estas criaturas han podido colarse... ¿Y que es lo que buscaban?- Hace una mirada elocuente a su alrededor. -Sin duda, sangre...-

Tras verse calmado por la alcaldesa, el alguacil decide intervenir.
-La puerta estaba perfectamente vigilada. Y sus guardias fueron atacados desde dentro del pueblo. Y en la zona sur no se ha entrado por las puertas. Se han debido colar de alguna manera...-

Kehia vuelve a una posición más firme y con un gesto menos sarcástico mira fríamente a los interlocutores.

Por si acaso quieren valorar la posibilidad de que alguien les facilitara la entrada desde dentro de la ciudad, algo que deberían comenzar a hacer si no lo han hecho, quieren presentarles a mis compañeros como coartada. Que ya se cómo funcionan estas cosas. Dicho esto, quizá deberíamos intentar rastrear la más posible ruta de entrada siguiendo el rastro de destrozos. Los goblins no suelen ser cuidadosos, por lo que posiblemente antes de llegar a la plaza del pueblo hayan dejado un reguero de destrozos fácilmente diferenciable.

Pathwen, va asintiendo, según habla Kehia...

- Totalmente de acuerdo con lo que comentas Kahia, hay que averiguar, por donde se han colado en el poblado, no vaya ha haber más o quizás venga algo peor...

El alguacil contesta a la alcaldesa pasando por alto el tono de la semiorco.
-He mandado a lo que queda de mis hombres a rastrear posibles goblins escondidos... no dispongo...-

Con gran respeto se gira a los compañeros.
-Sin duda estos valerosos guerreros nos pueden ayudar- Coge las manos de la semiorca -¿Haréis esto, por Punta de Arena?.- Termina, mirándola a los ojos.