Partida Rol por web

Aquel hombre asintió con la cabeza, mientras con paciencia aguardaba. Fue en aquel mismo instante cuando aquel combate estalló. Observó con tranquilidad los movimientos de sus enemigos, desde allí donde se encontraba.

Entonces comenzó a comentar a Marcus Rahl.

-El dragón combate contra dos hombres a la vez. Parece que esa criatura es sin duda, muy poderosa. Marcus, creo que el momento de presentarnos se acerca. Ahora mismo podríamos acabar, con al menos dos de ellos. Pero eso no es honroso... Por otro lado, siempre podríamos protegerlos. Si...Me has escuchado bien. Protegerlos de todo daño. Quizás de ese modo nos ganemos aliados.. ¿Qué opinas?

A decir verdad, no era que le importase en demasía quedar sin hacer nada... Pero realmente podía haber una buena oportunidad de hacer mella en otros

O alguien lo estaba ayudando o no querian que le pasara nada. Parecia que el dragon tenia algo, como si dentro de su cabeza alguien se abriera paso a espadazos. Justo en ese momento el pelirrojo ataco al dragon despues de lanzar un desgarrador grito. El ojo del dragon estaba alli, cerca, accesible y vulnerable. Saca su lanza y embistiendo como un bestia salvaje se arroja contra él. Lo peor que le pasaria es que lo cegaria y lo mejor es que atravezaria su cerebro.

-"De acuerdo Shion ten mucho cuidado solo quiero que derrotes al dragón, una vez muerto el dragón nos iremos de acá y es una orden no me desobedezcas, yo buscare a los masters es una buena oportunidad para bajar a algunas cabezas"-le digo a Shion mentalmente luego uso mi hechizo de invisibilidad para recorrer los alrededores de la capilla y la batalla buscando a los masters.

Los ataques combinados de esos 2 acabarian con el dragon y ahora que me habia decidido por participar a su lado seria bastante malo para mi, tendria 2 enemigos delante muy cabreados y con ganas de atacarme, tenia que conseguir frenarles como fuera aunque tan solo lo lograra con uno de ellos.

Tense mi arco cargando una flecha y la solte apuntando directamente al pecho del grandote Berseker, mi flecha se separo en 5 nada mas salir de mi arco.

El pelirrojo se levanto de un salto por encima de la cabeza del dragon su espada comenzo a brillar con tanta fuerza que parecia estar envuelta en llamas, la energia que se podia sentir era increible tanto que el propio dragon se dio cuenta de ello, su fueria parecia estar desapareciendo por sengundos y parecia estar luchando mas contra su propia cabeza que contra la de su oponente, pero eso no le impidio dar un grito con tanta potencia que todos los que estaban cerca de el quedaron completamente paralizados sin poder mover absolutamente nada de su cuerpo.

El pelirrojo cayo al suelo sin poder golpear al dragon, Berseker ni tan siquiera pudo aproximarse y casi todas las flechas de archer frenaron antes de poder tocar siquiera a su oponente.

- Prefiero esperar, Lancer - dije a mi compañero. Lancer era un soldado, no sólo un general. Era un hombre de acción y yo entendía perfectamente que tenía que resultarle difícil permanecer impasible y ajeno mientras otros combatían.

- Hay algo raro aquí, algo de lo que el resto no os habéis percatado. Juraría que alguien nos está manipulando, y quiero saber quién. - 

La aparición del humo y que pareciera que tanto el sacerdote como la "anciana" no se habían percatado de nada era algo que me extrañaba... No dejaba de darle vueltas.

- Además recuerda una cosa Lancer, en esta guerra sólo puede quedar uno. Antes o después nos traicionarían. Prefiero esperar y que se traicionen entre ellos. Creo que no es buen momento para intervenir. - 

Viendo la escena decido actuar, saco el bote de tinta de mi bolsillo y rápidamente pinto una runa en la palma de mi mano. Miro al tipo grandote*, estiro la mano en su dirección desde mi escondite y después golpeo con ella el suelo.

Si mi magia ha sido correcta, la sombra bajo la víctima debería volverse más oscura y él ver sus miedos frente a él, atosigándolo.

Su ataque fue detenido bruscamente cuando el rugido del dragon le golpeo, fue como estar muy cerca de una enorme campana mientras esta sueña con furia. Uso su escudo para cubrise, se sentia vulnerable y a punto de ser atacado, mas no sabia por quien. Aunque hizo el movimiento, no sabia si logro realizarlo, fue como si su cuerpo estuviera ausente...*

Tu mente empieza entonces a nublarse, delante de ti un ejercito entero aparece pero no estan luchando contra ti, cargan contra tu ciudad, estan matando a tus hermanos a las mujeres y a los niño, violando sin que nadie ponga objeciones, tu rival Jerges jefe de los ejercitos rivales se rie de ti mostrandote s poder y lo que es capaz de hacer, aquello que tu no puedes detener.

El gran chirrido del dragon hizo que mi ataque se anulara en el ultimo segundo. Una vez en el suelo y al lado del dragon decidi moverme rapido para atravesar con mi espada (aun brillante) el cuello de la bestia, puede que mi ataque mas poderoso dejara de funcionar pero mi espada seguia siendo igual de mortifera

Una marea de persas caia sobre Esparta, interminable, erizada de lanzas y filos. La tierra parecia temblar mientras avanzaban, nadie los detenia, nadie los enfrentaba. Gritos de terror, humo y agonicos aullidos inundaron el aire. Leonidas solo podia ver, sin moverse. Jerjes se erguia enorme y poderoso, burlon, victorioso.

Ya no habia nadie, ninguna lanza se levantaba, ningun escudo defendia...

-No, esto no es verdad- penso moviendo su cabeza-. Mi gente es fuerte. Mi gente no se rinde. Fuimos forjados como espadas, golpes tras golpe, cada vez mas fuertes, cada vez mas perfectos. Somos los dioses de la guerra, los descendientes de Heracles. Jerjes, te arrancare esa sonrisa, asi tenga que bajar al infierno y arrastrarte hasta aqui. No eres mas que un cobarde que se esconde detras de tus esclavos. Ven y lucha contra un verdadero rey- aspiro hondo, los musculos de su cuerpo se tensaron, como cuerdas de acero-.  No me creo esto, es mentira. Mi pueblo nunca se rendiria, lucharia hasta el final. No son mas que trucos.